CUESTIONES PROVISORIAS: SUEÑOS, CONJETURAS Y ASOCIACIONES (15): CORNELIUS Y BUSTER

CUESTIONES PROVISORIAS: SUEÑOS, CONJETURAS Y ASOCIACIONES (15): CORNELIUS Y BUSTER

por - Cuestiones provisorias, Varios
10 Jul, 2021 01:14 | Sin comentarios
El regreso a un querido libro frente a una situación adversa y un comentario radial inesperado conducen a un film de Samuel Beckett con el protagónico de Buster Keaton.

Leo, más bien releo, porque veo que he subrayado ese párrafo 25 años atrás, esta temeraria afirmación: “Lo sagrado es el simulacro instituido en el abismo”. La sentencia es de Castoriadis, pensador notable y singular, uno de los grandes del siglo pasado al que ya nadie lee ni cita. 

Veo, más bien reviso, porque es una película que ya he visto varias veces, este título sin atributos, o con todos los atributos, de cuatro letras: Film de Samuel Beckett. En la película no se habla, no se dice absolutamente nada. Su tema oblicuo y molesto es otro: plasma el abismo sin atributos, aprovechándose de la fascinación del mundo onírico, en una secuencia que luce como un sueño no exento de terror y comicidad. 

Cornelius Castoriadis

La cita de Castoriadis está al final de Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto. Se refiere en ese pasaje a la religión como institución que hace de la muerte su principal asunto y promete algo después del último suspiro, una segunda vuelta ontológica, a veces espectral, en la que se oculta lo abismal cuando previamente se lo ha reconocido como límite y horror ineludibles. 

En Film un envejecido Keaton, que no deja de ser una versión de sí mismo ya desgastada por el tiempo, camina por las calles de una ciudad derruida hasta llegar al cuarto en el que vive. La pieza es deliberadamente austera: faltan objetos y muebles; el minimalismo material remite a las habitaciones menesterosas del cine mudo. Definitivamente, no es un hogar. Es cierto que hay un perro y un gato, pero Keaton intenta deshacerse de ellos. También hay un loro y un pez, insuficientes para descifrar la vida afectiva de este hombre. ¿Son las fotos que mira y rompe sin cariño alguno una indicación de quién puede ser? ¿Un solitario? ¿Un hombre que no quiere ser quien es? En una de las fotos se ve al propio Keaton. La mira y la rompe igual que las otras. Ningún signo refiere a nada ni a nadie y si fuera así debe impedírselo. La gran indicación: el único espejo está cubierto, debe estar cubierto; reflejar o reflejarse sería el camino para alentar la significación. El abismo es justamente sentir la imposibilidad de hacerlo. 

Sería un atajo proponer que toda la película de Beckett es un sueño. Sería menos cómodo, eventualmente, decir sobre qué es el sueño y encaminarse sin más al territorio del inconsciente. Puede ser provechoso, pero también una inteligente distracción.

Film

Falso interludio: de regreso de las compras, a la noche, observo un edificio totalmente abandonado. Así como está, abandonado y vacío, devuelve una imagen abismada de lo que es un inmueble: es ahora una cueva que no puede ser asimilada a ningún ecosistema. 

Interludio real: la arquitectura es la ciencia del espacio o una forma de trabajo sobre el espacio total mediante la cual se instituye un segundo espacio funcional en el que se delimitan zonas de tránsito y quietud. Para que exista algo así alguien lo ha imaginado y lo ha objetivado en un plano. En este procedimiento, el cine y la arquitectura se yuxtaponen y se implican topológicamente. El cineasta decide un encuadre. En principio, delimita sobre el espacio radical sin límites un segundo espacio en el que también se permitirán el movimiento y el reposo de un todo. Delimitar es acá decidir un espacio para la visión que puede albergar sonidos y presupone la llegada de otros sonidos que desbordan el límite impuesto por el campo de lo visible. El espacio radical siempre persiste como lo otro del encuadre y por el sonido puede hacerse sentir como amenaza o promesa. 

¿Entonces qué es el film de Beckett? Secuencia inicial: primerísimo plano de la piel de los párpados, seguido por otro primerísimo plano del iris del ojo de Keaton. A esa escala, el ojo está desfondado y la piel es ajena a un cuerpo que la significa, porque no puede ser puesta en contigüidad con la cara de Keaton. Enigma de la aplicación de la escala de un plano: acá el primerísimo plano, en vez de revelar el alma, devela su ausencia. Ese inicio es también el final, y todo lo del medio es una excursión imaginaria de una trama que no consigue serlo. Abismo del yo, abismo de la voluntad de anudar instantes o de conjugar un relato en ciernes en una serie de breves situaciones mínimas que parecen necesitarse. Nada de esto. Puro abismo con pinceladas cómicas y placeres perceptivos. 

A la mañana me preguntaron en el programa de radio si soñaba en colores o en blanco y negro. Respondí que las dos cosas y añadí una inquietud: la banda de sonido del sueño jamás la recuerdo, si es que existe. Tengo la impresión de que el sonido es el abismo del sueño y de que es por eso por lo que Beckett decidió que su película no tenga sonido. Una imagen puede congelarse, el sonido no; al detenerse un sonido es solo evanescencia, un no ser o un contundente indicio del abismo.

Roger Koza / Copyleft 2021

Otras Cuestiones provisorias: 

14. El señor de los hisopos (leer aquí)

13. Breve vida (leer aquí)

12. El momento de la ficción (leer aquí)

11. Las máscaras (leer aquí)

10: El trabajo de mis ojos (leer aquí)

9: Las pieles (leer aquí)

8. Las estampita del monje (leer aquí)

7. Desde el diván (leer aquí)

6. Un misterioso idioma (leer aquí)

5. El método Castro (leer aquí)

4. Bichos (leer aquí)

3. Memorias del teleconductismo evangélico (leer aquí)

2. En los primeros días de otoño (leer aquí)

1. En los labios de Luis (leer aquí)