NO ESPERES DEMASIADO DEL FIN DEL MUNDO / NU ASTEPTA PREA MULT DE LA SFÂRSITUL LUMII

NO ESPERES DEMASIADO DEL FIN DEL MUNDO / NU ASTEPTA PREA MULT DE LA SFÂRSITUL LUMII

por - Críticas
29 Mar, 2024 04:27 | 1 comentario
Simplemente, una de las grandes películas del cine contemporáneo.

EL ESTADO DE LAS COSAS

Ningún cineasta del presente piensa el cine e indaga sobre él en cada una de sus películas como el cineasta rumano Radu Jude. En No esperes demasiado del fin del mundo el verdadero tema de la película es la imagen (cinematográfica) y su relación con el tiempo. La película de Jude no verbaliza una filosofía de la imagen y su praxis, más bien la plasma y al hacerlo retrata el presente, que jamás está disociado del pasado. Así expresado todo parece la formulación de una tesis destinada a epistemólogos. No lo es.

El relato principal dista de ser secundario, y no es menos decisivo que la meditación sobre la naturaleza de la imagen. Una empresa austríaca que opera en Rumania prepara una película institucional para incitar a que los operarios observen las medidas de seguridad y eviten los accidentes. Lejos está de ser una acción centrada en el bienestar de los trabajadores: se trata fundamentalmente de evitar juicios laborales costosos. El relato se circunscribe entonces a seguir el día de trabajo de Angela, quien tiene a su cargo el casting y por tal razón recorre con su auto las calles y avenidas de Bucarest y sus alrededores para entrevistar a distintas personas que han padecido accidentes recientes con consecuencias severas.

La trama no es lineal, sino dialéctica, y tampoco unidireccional, porque los breves desvíos que complejizan sin opacidad alguna la evolución del relato incorporan subtemas variados que delinean una radiografía del capitalismo del siglo XXI y la vida social en Rumania. A los pocos minutos, tras el plano inicial, que coincide con el inicio de la jornada de trabajo de Angela, ya subida en su auto, irrumpe una escena de otra película con otra conductora arriba de un taxi. Literalmente, Jude de ahí en más sumará esporádicamente fragmentos de Angela merge mai departe (1981), de Lucian Bratu. El contraste es inmediato: hasta ahí todo se veía a través de una hermosa textura de imágenes rodada en 16 mm y en blanco y negro. De ahí en más, las quince secuencias elegidas de aquella película estrenada en tiempos de Ceaușescu, cuyo color es propio de las películas en 35 mm de esa década, intervendrán en un juego de espejos por el cual pueden constatarse las diferencias y similitudes de dos períodos históricos de Rumania. Es un procedimiento magnífico, porque Jude no solo propone una comparación, sino que en ocasiones reencuadra y ralentiza (en la tradición analítica de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi), extrayendo una dimensión documental de aquella ficción, como también reviviendo a la taxista de antaño (interpretada por la misma actriz), quien tiene una filiación con uno de los accidentados. Las yuxtaposiciones son notables.

Pero esa suerte de sobreimpresión conceptual es aún insuficiente. El abnegado personaje de Angela, que se sabe explotada por sus patrones pero acata sin quejarse de las horas extras pedidas por su superior, tiene un hobby a la medida de su enajenación. Cada dos por tres, transmite en vivo desde TikTok sus pareceres sobre temas propios y de actualidad a través de una app en la que luce como un hombre con barba y bigotes. Es un personaje virtual llamado Bobita, una versión desinhibida y masculinizada de Angela, cuya función perversamente terapéutica glosa el malestar de una trabajadora, transmutado en pura violencia retórica al servicio del espectáculo. Esa dualidad en el personaje principal resulta una expresión universal reconocible de miles de individuos frustrados que descargan su iracundia en las redes sociales. Acá, Jude ha dejado para los años venideros un testimonio de ficción del mayor trastorno psíquico de nuestro tiempo. Y al hacerlo ha demostrado cómo una imagen no cinematográfica puede ser restituida como una imagen cinematográfica.

Mucho más se puede decir de No esperes demasiado del fin del mundo. El epílogo de 38 minutos (en dos planos fijos) en el que se graba el institucional es en sí otro momento de esplendor que desnuda la lógica del capital y su relación intrínseca con la lógica del espectáculo. Por esa razón, cuando Jude filma las tumbas de los que mueren en accidentes en calles y rutas prescinde del sonido y el plano fijo se mantiene firme para conjurar en lo posible cualquier atisbo de espectáculo. A los muertos, por lo menos, aún se los puede respetar y sustraer al permanente show de la banalidad y la crueldad que constituye el espíritu de nuestro tiempo.

No esperes demasiado del fin del mundo / Nu astepta prea mult de la sfârsitul lumii, Rumania-Luxemburgo-Francia-Croacia, 2023.

Escrita y dirigida por Radu Jude

*Publicada en Revista Ñ en el mes de marzo.

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