EL GRAN MOVIMIENTO

EL GRAN MOVIMIENTO

por - Críticas
01 Ago, 2022 11:15 | Sin comentarios
La segunda película del cineasta boliviano es mucho más que un retrato de una ciudad y una oblicua lectura del capitalismo. El cine encuentra acá una vindicación de su fuerza expresiva estableciendo un lazo estético entre este siglo y el precedente.

EL ESPÍRITU DE LA COLMENA

En 1927, un cineasta alemán llamado Walter Ruttmann universalizó sin proponérselo un género cinematográfico cuyos protagonistas eran ciudades. Ruttmann filmó Berlín, otros hicieron lo mismo más tarde con Ámsterdam, Chicago, Praga, Liverpool, París. (Entre nosotros, el cineasta cordobés Germán Scelso lideró unos años atrás una sinfonía sobre la ciudad de Córdoba). Cada tanto algún cineasta revive esa noble intención de filmar una ciudad como entidad viviente: basta observar desde una altura considerable para corroborar los infinitos movimientos que tienen lugar allí; es comprensible confundir una ciudad en la noche con un colosal organismo de luces.  

¿Cómo filmar extensiones inalcanzables para el ojo? El empleo de múltiples panorámicas, una compulsión en recurrir al zoom, travellings laterales histéricamente ejecutados siguiendo una línea imaginaria y un meticuloso concepto sonoro constituye la gramática elegida por Kiro Russo para retratar La Paz. Vista así, la ciudad boliviana se erige como si naciera de las entrañas de la montaña, como si la piedra y el ladrillo fueran transformaciones de un mismo elemento geológico. El asombro de los primeros siete minutos son tan solo el prólogo. El éxtasis perceptivo es constante y alcanza su mayor esplendor en una secuencia final en la que los sonidos de la ciudad devienen en una sinfonía literal, cuando todo lo que se ha visto hasta ahí se acumula en miles de planos acelerados que repiten la película en la película. Russo acá parece un cineasta soviético, un Dziga Vertov del altiplano.

Pero El gran movimiento no es solo un retrato geológico y urbanista de una metrópolis multicolor y singularísima, porque al retrato se le añaden un drama humano y un milagro. La llegada de tres mineros a la ciudad coincide con una marcha de protesta sobre las condiciones de trabajo en las minas, de lo cual da testimonio con sus pulmones el joven protagonista. En un lento zoom hacia adelante atravesando casi la laringe, la presencial fantasmal de la mina remite al ahogo de Elder y su tos de intoxicado. El progresivo malestar del joven introduce otro personaje magnífico: Max. ¿Es un brujo? ¿El guardián de la ciudad? Hombre de pocas palabras, conocedor indesmentible de la ciudad, es él el personaje enigmático que suma más incógnitas a una película inacabable en sus sorpresas y pródiga en escenas hermosas.

Russo ha insistido que su película no es otra cosa que un retrato (oblicuo) sobre el capitalismo. Lo es en tanto se revela una dimensión laboral microscópica que aliena y enferma el cuerpo de los trabajadores: las cholas duermen en los mercados y en la calle, los mineros pueden morir porque son explotados sin más. Pero no es solamente la plasmación de un sistema económico hoy asumido como destino y metafísica. En El gran movimiento también se evocan tradiciones pretéritas a la invención de Adam Smith, que Russo introduce apelando a la libertad asociativa propia de la retórica de los sueños. La aparición ocasional de un perro blanco en la noche es lo más parecido a una alucinación. Y no es la única.

Hay que agradecer que un cineasta pueda arrebatar a su audiencia con el único efecto especial que no es jurisdicción de la tecnología de punta al servicio de la fabricación de fantasías audiovisuales. Para Russo es suficiente el comportamiento de la luz, el trabajo sobre cada encuadre y la obstinada atención a la naturaleza del sonido para que un plano (sonoro y visual) pueda glosar el misterio que anida en el movimiento de las cosas y en el despliegue incesante de ese fenómeno inexplicable que se quiere resolver semánticamente en la palabra vida.

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El gran movimiento, Bolivia-Catar-Francia-Suiza-Reino Unido, 2021.

Escrita y dirigida por Kiro Russo.

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Otras lecturas en conexión:

Entrevista a Kiro Russo por El gran movimiento. (acá)

Diálogo con Kiro Russo en el FICIC. (acá)

Entrevista a Kiro Russo en La oreja de Bresson (acá)

Crítica breve (acá)

Viejo calavera (crítica). (acá)

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*Publicada en La Voz del Interior en el mes de julio.

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Roger Koza / Copyleft 2022

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