CRÍTICAS BREVES (153): LUNA: UNA FÁBULA SICILIANA / SCILIAN GHOST STORY

CRÍTICAS BREVES (153): LUNA: UNA FÁBULA SICILIANA / SCILIAN GHOST STORY

por - Críticas, Críticas breves
20 Dic, 2017 07:35 | Sin comentarios
En clave poética y onírica, los realizadores de Salva retoman un caso escandaloso y doloroso de un secuestro llevado a cabo por la mafia.

**** Obra maestra ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Luna: Una fábula siciliana / Sicilian Ghost Story, Fabio Grassadonia y Antonio Piazza, Italia-Francia-Suiza, 2017 (**)

En la mejor línea de todo el film, un personaje dice: “¿Sabes qué dicen en Rusia? Que cada vez que hay un momento de silencio, nace un policía”. El otro responde: “Aquí nace un mafioso”. El diálogo es entre dos amigas adolescentes; una de ellas, Luna, está profundamente enamorada de Giuseppe, su primer amor. La escena es poderosa porque en ese pasaje el pesimismo es ubicuo y la expresión alude a un determinismo social que evapora cualquier atisbo de esperanza. La aseveración nace del dolor y el desencanto: Giuseppe no aparece, nadie quiere buscarlo y Luna ya no sabe qué puede hacer. Dedicada a la memoria de Giuseppe Di Matteo, secuestrado por 779 días para que su padre dejara de delatar a miembros de la mafia, los directores Fabio Grassadonia y Antonio Piazza reconstruyen el evento matizándolo con una historia de amor juvenil y elementos fantásticos. La mirada de un búho en el inicio, como también la extraña presencia de otros animales, además de algunos encuadres enrarecidos, escenas imaginarias u oníricas y ciertos planos subjetivos que no remiten a ningún personaje, aligeran poéticamente el fondo ominoso y amargo de este caso policial, aquí reconstruido como fábula tenebrosa. La táctica consiste en contar y a su vez conjurar un evento traumático bajo un giro fantástico, como si esa operación estética fuera suficiente para hacer frente a lo abominable. La intención es pertinente, pero el resultado no siempre es satisfactorio. El problema es cómo trabajar sobre la representación de lo fantástico; en ese sentido, las decisiones formales de Grassadoni y Piazza, que tienden a la abstracción, son traicionadas por una voluntad didáctica: un plano misterioso e indeterminado viene seguido de otro en el que se explicita su sentido. Los fantasmas son ontológicamente inexplicables, y la incursión cinematográfica en lo espectral requiere más las virtudes de la contención que las del exceso. Es aquí donde Luna, una fábula siciliana pocas veces encuentra un equilibrio.Los directores de Salva se sienten cómodos en el cine de género, y los obsesiona la mafia italiana. Como en el film precedente, apuestan a filmar ese ruin modo de vida que define bastante la sociedad italiana desobedeciendo el imperativo realista y experimentando con otros registros menos explorados. Un noble deseo que compensa las vacilaciones estéticas de un film atendible.

Este texto fue publicado por el diario La voz del interior en diciembre de 2017

Roger Koza / Copyleft 2017