CRÍTICAS BREVES (10)

CRÍTICAS BREVES (10)

por - Críticas, Críticas breves
01 Feb, 2013 02:18 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

protectedimage.phpSangre / O sangue, Pedro Costa, Portugal,  1989 (****)

Por Roger Koza

A Luciano M (nievesdeltiempo)

Esta contundente y magistral ópera prima poco se parece en principio a la obra posterior del gran director portugués Pedro Costa, aunque los personajes de Sangre pueden ser fantasmas como los de Juventud en marcha y una carta, aquí también, determina un poco su destino. Un padre abandona el hogar para un tratamiento. El hermano mayor cuidará de su hermano más pequeño, Nino. La maestra de la escuela de Nino es el amor secreto de su hermano. El padre quizás ha muerto, o tal vez lo han matado, aunque un grupo de mafiosos lo sigue buscando. El tío de Nino lo adoptará y lo llevará a convivir con su propio hijo, tal vez autista. En ese universo afectivo fragmentado, Costa impone una atmósfera espectral que magnifica la errancia existencial de sus personajes, aunque cada plano parece ser independiente y justifica su existencia en sí más allá de la lógica (onírica) que une una secuencia con otra. Una mano levantando un libro, las sombras sobre el agua, el reflejo de los fuegos artificiales de fin de año sobre un parabrisas, un balcón y la aparición de un muerto en un río son momentos visuales de un esplendor cercano al cine puro, como se ve en un plano de transición de un niño durmiendo con la mano ligeramente doblada. Las citas cinéfilas van de La noche del cazador a Los pájaros, aunque el espíritu de los Straub y Tourneur merodean durante todo el metraje. Quizás, como ha señalado Adrian Martin, Sangre no sea otra cosa que una historia de “sujetos que no poseen las herramientas necesarias para entrar al orden simbólico”. Esta pertinente lectura lacaniana no agota los múltiples sentidos de un film que se parece mucho a un trance, o a un sueño absorbente y críptico cuyo desciframiento es secundario porque la experiencia y el tránsito sobre sus imágenes es de por sí inolvidable.

Roger Koza / Copyleft 2013