CINECLUBES DE CÓRDOBA (45): LAS IMÁGENES DE LOS OTROS

CINECLUBES DE CÓRDOBA (45): LAS IMÁGENES DE LOS OTROS

por - Cineclubes, Críticas, Críticas breves
01 Sep, 2014 10:39 | comentarios
LA que va

Dos metros de esta tierra

Por Roger Koza

La cuarta edición de la Semana de Cine Árabe en la Ciudad de Córdoba, organizada por el LATINARAB y auspiciada por la Agencia Córdoba Cultura, se celebra desde el jueves 4 hasta el domingo 7 en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. Este evento no podría llegar en un momento más necesario y propicio. El mundo árabe sigue siendo el gran fuera de campo de nuestras salas cinematográficas: ¿cuándo se ha estrenado un filme libanés, tunecino o palestino? Prácticamente nunca. Es cierto que alguna vez se estrenó la magnífica Intervención divina, de Elia Suleiman, y que este año La bicicleta verde pasó por las salas comerciales, pero fueron excepciones. Las imágenes ausentes constituyen una regla, lo que implica posibles prejuicios latentes. Ver a través del cine permite siempre resignificar lo que se desconoce.

Más de una docena de largometrajes y un conjunto de cortos constituyen la selección de este año. Se destacan títulos como La última estación, The Lebanese Rocket Society, Stray Bullet, Palestine Stereo, Sleepless Nights y Port of Memory, muchos de ellos hits en festivales internacionales y temáticos. Una buena decisión por parte de Edgardo Bechara El Khoury y Beatriz Halak, responsables directos de la programación, es haber incluido Habi, la extranjera, una película que merece una revisión, ya que pasó por los cines cordobeses sin el merecido reconocimiento del público. La ópera prima de María Florencia Álvarez, que cuenta con un trabajo memorable de Martina Juncadella, se centra en la experiencia de una joven llegada del interior para entregar unas artesanías en Buenos Aires. Por azar, visitará un velorio musulmán y pronto quedará fascinada por una cultura y una religión de las que nada conoce, a tal punto que llegará a “convertirse” al Islam. La exploración de la adolescente es indirectamente una invitación a observar algunas prácticas cotidianas y reconocer ciertas creencias, propias de la comunidad musulmana de Buenos Aires, que el filme retrata con respeto y admiración.

Entre todos los títulos hay uno que merece especial atención: Dos metros de esta tierra, la ópera prima de Ahmad Natche, película que arrancó su recorrido internacional en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Marsella y que permite desarticular inmediatamente cualquier representación mancillada por los típicos prejuicios negativos que a veces recaen sobre la figura del palestino.

Dos metros de esta tierra gira en torno a los preparativos de un festival de música que tendrá lugar en Ramallah. Todo lo que sucede está circunscripto a pruebas de sonido, ensayos de los grupos, entrevistas, montajes de videos institucionales. La interacción entre los personajes, en su mayoría jóvenes, que incluye extranjeros tales como una visitante japonesa que habla árabe y una joven francesa que trabaja en el montaje de una película sobre la Revolución palestina, revela una cierta amabilidad que sobrevuela la totalidad de la película. Este retrato de la juventud actual es concebido dialécticamente a partir de una secuencia inicial en la que se ven y comentan algunas fotos, tan inquietantes como comprensibles, de la militarización general de una sociedad a mediados de la década de 1960 en respuesta a los acontecimientos políticos de ese entonces.

Excepcional película la de Natche, cuyo sentido de puesta en escena materializa de principio a fin lo que define la identidad palestina contemporánea por excelencia: una experiencia del espacio vivido como sustracción permanente, lo que define la concepción visual del filme. El delicado humanismo y la lucidez política de Dos metros de esta tierra, título inspirado en un poema del gran Mahmoud Darwich, conjuran cualquier sospecha que se pueda tener respecto del pueblo palestino.

Este artículo fue publicado en el diario La voz del interior durante el mes de septiembre 2014

Roger Koza / Copyleft 2014