CINECLUBES DE CÓRDOBA (23) / CINEFILIA ONLINE (06): CONSAGRADOS Y DESCONOCIDOS

CINECLUBES DE CÓRDOBA (23) / CINEFILIA ONLINE (06): CONSAGRADOS Y DESCONOCIDOS

por - Cineclubes de Córdoba, Cinefilia online, Críticas
04 Feb, 2014 08:36 | comentarios
huau

Soy Huao

Por Roger Koza

En el verano, cuando el Oscar parece secuestrar toda conversación sobre cine, vuelven algunos cineclubes de Córdoba con sus respectivas programaciones. Habrá entonces un contrapunto frente al poder de la industria hollywoodense. La diversidad siempre es saludable.

Las chicas de Cannes

Después de una semana en cartelera a principios de enero, vuelve a estar en pantalla La vida de Adèle, la polémica película de Abdellatif Kechiche, ganadora de la Palma de Oro en el útimo festival de Cannes (ahora en el Cine Teatro Córdoba, 27 de Abril 275). La historia de amor entre dos chicas jóvenes, de distinta clase social, ha levantado un revuelo ininterrumpido. Las tres escenas sexuales coreografiadas puntillosamente e iluminadas en exceso han sido examinadas como si se tratara de un asesinato político (y no faltan los moralistas que se escandalizan). Las femenistas han alzado la voz en contra del método de registro de las secuencias eróticas, incluso se sospecha hasta del plano general del comienzo en el que Adèle se acomoda el pantalón al salir de su casa.

En La vida de Adèle es ostensible la conciencia de la existencia de disitintas clases sociales, y eso es una virtud. El problema es que Kechiche subraya en exceso, como en las elecciones de luz para filmar los cuerpos en pleno goce. Es ahí, en esa suerte de academicismo débil que tiende a la ilustración de ideas sociales, donde reside la debilidad del filme. Y aún así, La vida de Adèle, más que una película, es una entidad viva. La intensidad infinita del filme, sostenida principalmente en Adèle Exarchopoulos, que interpreta a Adéle, es una experiencia que no debe menospreciarse. El placer de amar físicamente a alguien pocas veces se ve de este modo. Y pocas veces se ve en el cine el invisible acomodamiento de la estructura emocional tras una pérdida amorosa. (Del jueves 6 al domingo 9, a las 21hs)

Cine de osos

Doce hombres sin piedad

12 hombres en pugna

En el mundo de los festivales existe una extraña obsesión por los animales. El leopardo representa a Locarno, el pudú a Valdivia, los tigres a Róterdam, y hay más ejemplos. El Cineclub Municipal Hugo del Carril (Bv. San Juan 49) abre sus puertas con una selección de todas las ganadoras del Oso de Oro en Berlín. Hay muchas películas para ver a lo largo del mes en el que el propio festival de Berlín está en pleno desarrollo.

Dada la facilidad con la que hoy se acusa a cualquiera de cualquier cosa, y al ser hoy los medios de comunicación una máquina de verdades sin fundamento, no está mal revisar 12 hombres en pugna (1957), la extraordinaria ópera prima de Sidney Lumet. Un joven puertorriqueño ha asesinado a su padre. Un testigo lo vio; otro vio cómo escapaba. Todos los hechos incriminan al acusado, pero a la hora de deliberar el jurado número 8 (extraordinaria interpretación de Henry Fonda) tiene una duda razonable, no compartida inicialmente por los otros miembros del jurado. El filme se circunscribe prácticamente a la deliberación.

Proeza de puesta en escena. Lumet se las ingenia para evitar el riesgo teatral de estar confinado a un único espacio. Algunos primeros planos del rostro de los jurados, algunos travellings geniales sobre las manos o los pies, la irrupción de la lluvia en cierto momento como pausa dramática son estrategias formales de un director con ideas. El verdadero villano son aquí los prejuicios y el resentimiento, y la mayor fascinación pasa por el costado epistemológico de la endeble verdad jurídica. (Viernes 7, a las 21.30hs; se repite a lo largo del mes)

Los desconocidos en la web

¿Qué sabemos de los huaorani? El magnético documental de Juan Baldana Soy Huao (2009) es una introducción observacional rigurosa al presente de esta tribu que vive en la selva ecuatoriana y que pudo resistir hasta hace 50 años el contacto con la civilización blanca. Baldana y su cámara se transforman en un miembro más de una familia de la tribu, y desde esa posición simplemente contemplan la cotidianidad: la caza, la pesca, la preparación de las comidas, los momentos de ocio, la escolarización primaria y secundaria. Las prácticas pretéritas perviven, pero las influencias “modernas” son poderosas. La educación caucásica y el cristianismo son presencias extrañas pero ya asentadas. Se trata de un estilo de vida en extinción, y Baldana filma todo a la altura de las circunstancias. Una de las joyas secretas del cine argentino reciente. (Puede verse aquí)

Roger Koza / Copyleft 2014