PROGRAMACIÓN GENERAL DE CINECLUBES EN JULIO 2009
Hace unos días, el programador de una prestigiosa institución me decía que el tiempo de las funciones públicas ha terminado. Habrá grupos clandestinos y selectos, gente que se reúne a mirar y discutir películas. Pero la sala de cine está en vías de extinción. Un pronóstico no exento de verosimilitud, aunque enteramente indeseable.
Pienso en las palabras de mi amigo, sopeso sus argumentos y entiendo que por su boca habla una época, una generación y una concepción política del mundo. No es la mía. En efecto, elijo resistir con los cineclubes, aun sabiendo y reconociendo que la curiosidad ha sido sustituida por la distracción. Navegar sin tiempo es más cómodo que viajar por dos horas, a pesar de que los costos son similares.
Pienso en mi amigo, pienso en el pueblo en el que vivo. ¿Para qué hacer un cineclub? ¿A quién le importa? ¿Quién es el espectador desconocido? Un chico viene todos los miércoles. En el anonimato de la oscuridad de la sala se enfrenta ante un film de Sokurov. Luego, dice que le ha gustado. Su educación cinematográfica es mínima, y sin embargo posee el don de la inquietud, es decir que como todo cinéfilo desea imágenes, quiere aprender de éstas y se obliga a ver (para creer y entender). Es también el espectador que jamás se levanta de una función, porque intuye que quizás habrá una revelación que cambiará su mirada sobre la película. Es paciente, observador, insistente. Él es mi esperanza, los ojos que interpelan mi convicción, quien me desmarca del cinismo colectivo de ningunear el intento obstinado, y obcecado, de sostener un emprendimiento como éste. No importa su nombre, pero allí está. Él, que no tiene ni auto ni bicicleta, de todos modos, da el presente todos los miércoles. No lo doblega el frío, ni el qué dirán, ni la fiaca burguesa. Para él transcribo, en parte, este fragmento de Barthes, aunque otros como él también merecen la dedicatoria.
“En esa oscuridad del cine (oscuridad anónima, poblada, numerosa: ¡qué aburrimiento, qué frustración la de las llamadas funciones privadas!) yace la misma fascinación de la película (sea ésta la que fuere). Evoquemos la experiencia contraria: en la televisión, aunque también se pasan películas, no hay fascinación: la oscuridad está eliminada, rechazado el anonimato; el espacio es familiar, articulado (por muebles y objetos conocidos), domesticado… La televisión nos condena a la familia”. Y la PC, habría que agregar, nos condena a la privatización infinita.
Todos son bienvenidos. Los que alguna vez solían venir, los que nunca han venido y los que vienen siempre. La oscuridad es nuestra, el cine nos ilumina.
Roger Alan Koza, programador
LA CUMBRE: EN LA SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470
1 de julio, a las 20.30hs:
Vals para Bashir, de Ari Folman, Israel, 2008
84’ / +13
Cortometraje: Amor ciego, de Alexander Kluge, Alemania, 2002
8 de julio, a las 20.30hs:
Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke, México, 2008
85’ / ATP
Cortometraje: Patria, de Susana Barriga, Cuba, 2007
15 de julio, a las 20.30hs: Dreyer en foco
Día de ira, de Carl Dreyer, Dinamarca, 1943
113’ / +13
Mediometraje, a las 18.50 hs: Otar Iosseliani: El mirlo silbador, de Julie Bertuccelli, Francia, 2006
PELÍCULA DEL MES
22 de julio, a las 20.30hs:
Sonata de Tokio, de Kiyoshi Kurosawa, Japón, 2008
119’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: Carl Theodor Dreyer, de Eric Rohmer, Francia, 1966
29 de julio, a las 20.30hs:
El hombre de Londres, de Bela Tarr, Hungría, 2008
135’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: Carta a Jane, de Jean-Luc Godard y Jean-Pierre Gorin, Francia, 1972
VILLA GIARDINO
PELÍCULA DEL MES
5 de julio, a las 20.00hs:
Sobre el tiempo y la ciudad, de Terence Davies, Reino Unido, 2008
74 minutos / ATP
Cortometraje: Nuestras Islas Malvinas, de Raymundo Gleyzer, Argentina, 1966
12 de julio, a las 20.00hs: Víctor Erice en foco
El espíritu de la colmena, de Víctor Erice, España, 1974
93’ / ATP
Cortometraje: A propósito de Niza, de Jean Vigo, Francia, 1930
19 de julio, a las 20.00hs:
Vals para Bashir, de Ari Folman, Israel, 2008
84’ / +13
Cortometraje: Amor ciego, de Alexander Kluge, Alemania, 2002
25 de julio, 20.00hs:
Honeydripper, de John Sayles, EE.UU., 2007
123’/ +13
Cortometraje: Patria, de Susana Barriga, Cuba, 2007
FOTOS: 1) Dreyer (a la derecha);2) Vals para Bashir; 3) Erice.
Querido Roger.
No voy al cine; estar dos horas en una sala oscura frente a una producción pensada para las masas, me asusta.
Seguramente en Capital hay Cineclubes. Me quedé pensando entonces por qué no asisto: el cine es una cosa fantastica y hay peliculas brillantes y conmovedoras.
Me parece que es por esto.
Cuando decís: «la curiosidad ha sido sustituida por la distracción» creo que no es del todo exacto; más bien se la ha quebrado.
La curiosida como deseo ha sido cercada por una suerte de caminos que conducen siempre a lo mismo (Roma). Lo que ya no encontramos a través de la curiosidad es lo nuevo como «territorio». Un lugar hacia donde ir.
Un film que trate de un amor lúcido y potente, me deja más solo. Un film que denuncie la orquestada banalización de la sociedad, aumenta mi frustración. La pelicula del Che, la primera, me pareció justa y digna, pero al terminar de verla la sensación fue de habitar un planeta donde algo así no puede ocurrir.
La Circunstancia ha sido recortada, y el Yo responde.
Las Artes en general, el revival como estancamiento.
¿Dónde ir?, e inmediatamente: ¿para qué?, buscar, indagar, e incluso: encontrar. ¿Dónde podré vivirlo?
Para algunos el entretenimiento no podrá jamás subordinar la curiosidad. Pero la falta de nexos con la realidad viva, tal vez sí.
Un abrazo.
Edgar.
Querido Edgar: entiendo lo que decís. Pero si uno decide respirar, el cine es ventolín. Te mando un gran abrazo. RK