CRÍTICAS BREVES (11)

CRÍTICAS BREVES (11)

por - Críticas, Críticas breves
23 Mar, 2013 09:02 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

meek's 4Rl camino de Meek/ Meek’s Cutoff, Kelly Reichardt, EE.UU., 2010 (***)

Por Roger Koza

La cuarta película de Kelly Reichardt confirma su lugar en el contexto del cine independiente estadounidense: es ella la directora por excelencia. Después de calibrar sutilmente los efectos psíquicos y sociales del difuso movimiento libertario de los sesenta en Vieja alegría y sopesar luego el malestar socioeconómico contemporáneo en la extraordinaria Wendy y Lucy, Reichardt elige un hecho verídico que tuvo lugar en 1845 en Óregon como punto de partida de un relato en el que interroga esencial y oblicuamente el mito fundacional de su nación: inmigrantes blancos e indios, religiones caucásicas y creencias paganas, civilización y barbarie constituyen los ejes simbólicos de este western minimalista que remite en cierto sentido a Caravana de valientes. Como John Ford, Reichardt aprovecha el paisaje desértico como una prolongación de un paisaje espiritual: la aridez de la tierra es un correlato perfecto de la aspereza de un mundo simbólico aún en su fase preliminar y en vías de constitución. Todavía las “mujeres son el caos y los hombres la destrucción”. Tres familias viajan con sus respectivas carretas lideradas por un guía poco confiable llamado Meek. El camino (más bien el atajo) elegido por éste no parece ser el más apropiado y las provisiones no son suficientes, de tal modo que ni siquiera hallar un “manantial” de oro resulta providencial; la escasez de agua, en ciertas circunstancias, es un valor supremo. En este contexto, la aparición de un indio puede ser tanto una salvación como una maldición, y los viajeros discutirán al respecto, a veces en un tono radical. “¿Agua o sangre”. El camino de Meek es materialmente fascinante: los majestuosos planos generales, los elegantes fundidos encadenados, los travellings perfectos, la claridad y oscuridad justas de sus escenas diurnas y nocturnas son inolvidables; en algún sentido es una película táctil. La relevancia política del film excede al tiempo histórico en el que transcurre el relato y, como se insinúa en su último acto a través de un plano-contraplano mediado por el hueco de un árbol en el que una mirada sintetiza un dilema político, confiar o sospechar de quien se presenta como un Otro desconocido define la política pretérita y presente de un país demasiado complejo como Estados Unidos.

Roger Koza / Copyleft 2013

* Este lunes 25 a las 20.30hs, en el contexto de mi presentación del seminario El ojo soberano 2013, se exhibirá el film de Reichardt. El curso tendrá inicio recién el viernes 26 de abril.