SUEÑO DE INVIERNO / KIS UYKUSU

SUEÑO DE INVIERNO / KIS UYKUSU

por - Críticas
24 Mar, 2015 01:48 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

EL CUARTO FILOSÓFICO

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Sueño de invierno / Kis Uykusu, Turquía-Francia-Alemania, 2014

Dirigida por Nuri Bilge Ceylan. Escrita por Ebru Ceylan y N. B. Ceylan

*** Hay que verla

La última película de Ceylan no está entre sus títulos imprescindibles, pero no deja de ser una prueba de su talento, incluso cuando la teatralidad amenaza por devorar el film

El eximio fotógrafo turco Nuri Bilge Ceylan es también cineasta. El primero es un oficio que prescinde de la palabra y el movimiento. Detener un instante y congelarlo es suficiente para conjurar la duración del tiempo y atraparlo visualmente. En el segundo oficio, el tiempo es asible en su duración y la palabra puede expresar las razones de las acciones y el mundo psíquico de los personajes. No es fácil filmar el ejercicio del lenguaje, pues cuando el cine se sostiene en él el teatro acecha con imponerse.

Después de su obra maestra Érase una vez en Anatolia, Ceylan regresa a ese mismo paisaje tan hermoso como inhóspito al que remite ese título, pero si aquella resultaba una heterodoxa road movie sobre la crueldad de los hombres en la que predominaban los espacios abiertos, Sueño de invierno transforma la pieza en penumbras de una hostería en una especie de salón filosófico en el que se discuten dilemas morales, estéticos y políticos. Allí, un actor que vive de rentas, también escritor, contrasta sus ideas (para artículos) con su hermana divorciada y con su joven esposa; a veces también habla con sus amigos. En ciertos pasajes, detrás de las palabras, asoma una insatisfacción y una resignación palpables; parte del desarrollo dramático de la película recaerá en observar cómo evoluciona el desencuentro entre los cónyuges.

La mayoría de los protagonistas de los filmes de Ceylan pertenecen a una clase media ilustrada. El contraste de clases suele tener lugar en sus películas. Lo mejor de Sueños de invierno estriba en la colisión entre quienes tienen recursos simbólicos y económicos y quienes no. La fuerza de esos pasajes, además, se forja enteramente en el poder de las imágenes. La escena clave del filme sucede casi en el final, cuando la mujer del actor pretende arreglar con dinero una situación de asperezas entre su marido y una familia de trabajadores que alquila uno de sus inmuebles. La inesperada mirada de un niño frente a un acto de grandeza de su padre es una secuencia notable por su economía narrativa y verbal, y porque allí despunta la dignidad sin depender de que se la explicite. La cámara escribe el discurso, las palabras son innecesarias.

Siendo aquí el sol un astro en fuera de campo, el gris, y eventualmente el blanco de la nieve, determinan la vastedad del escenario natural como si se tratara de una exteriorización de la vida anímica de los personajes. Hay dos o tres panorámicas magníficas del pueblo a la distancia, pero constituyen una excepción poética. El empeño de Ceylan es mantener el relato en un cuarto, y si bien los diálogos están trabajados y son relevantes, hay poco ingenio para trabajar la puesta en escena en los espacios reducidos. Es por eso que, de momentos, pareciera que la película podría transmitirse por radio. He aquí el único punto débil de otra película lograda de Ceylan

Esta crítica fue publicada por el diario La voz del interior en el mes de marzo 2015

*Aquí se puede leer otra crítica que escribí durante el festival de Cannes 2014.

Roger Koza / Copyleft 2015