SEMANA DEL 19 AL 25/07 DE JULIO EN LOS CINECLUBES

SEMANA DEL 19 AL 25/07 DE JULIO EN LOS CINECLUBES

por - Cineclubes
19 Jul, 2010 09:51 | comentarios

LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470

PELÍCULA DEL MES

21 de julio, a las 20.30hs:

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Ciudad 24, de Jia Zhang-ke, China, 2008

106’ / ATP

Cortometraje: Guernica (13’), de Alain Resnais y Robert Hessens, Francia, 1950

Este soberbio y conmovedor documental, de uno de los grandes maestros del cine contemporáneo y figura rutilante de la Sexta Generación del cine chino, no es otra cosa que un intento de retener la memoria histórica y política de un tiempo ya acontecido (la China maoísta) en el discurso y experiencia de sus protagonistas (los obreros de una fábrica). El traspaso de las tierras de la vieja fábrica 420 de Chengdu, alguna vez centro de fabricaciones militares en donde trabajaban 30.000 operarios, ahora plataforma de un futuro complejo privado habitacional moderno, le sirve al “sismógrafo” Jia para documentar la instauración de un nuevo estilo de vida. “El socialismo chino como experimento ha concluido en su costado económico”, dice el director y agrega: “Lo que estoy enfrentando es la memoria de aquel experimento y los modos en los que afectó la vida de los trabajadores”. Mientras los entrevistados (la mayoría ex-operarios de la fábrica) reviven oralmente la Historia, Jia registra la demolición paulatina de una arquitectura cuyos cimientos son manuscritos indirectos de otro tiempo. El devenir capitalista de China se percibe tanto en las trasmutaciones edilicias como en la conducta de sus personajes, sobre todo en quienes pretenden ser entrevistados pero que en realidad son actores reconocidos interpretando a hijos de operarios. Joan Chen, por ejemplo, encarna a una mujer soltera de Shangai cuyo apodo coincide con el nombre de un personaje de un film interpretado por la misma Chen. Jia filma los espacios como entes animados; la música revela el ánimo de distintos períodos (cuerdas para el pasado, música electrónica para el presente); los rostros y los cuerpos expresan un código lejano. Así, los planos iniciales en los que se ven los rostros de cientos de operarios en una ceremonia denotan los vestigios del colectivismo de antaño; los planos finales en los que la figura de Zhao Tao prevalece son su respuesta dialéctica: el rostro de esa mujer de negocios condensa un fenómeno reciente, el individualismo extremo, una modalidad de subjetividad inimaginable en tiempos en los que el bienestar personal (y privatizado) detenía la marcha de la Historia. (Roger Koza)

VILLA GIARDINO: EN EL TEATRO ALEJANDRO GIARDINO

PELÍCULA DEL MES

25 de julio, a las 20.00hs:

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El diamante blanco, de Werner Herzog, EE.UU.-Alemania-Francia-Bélgica-Italia, 2004

88’ / ATP

Mediometraje, en el horario especial de las 19.00hs: Aki Kaurismäki (55’), de Guy Girard, Francia, 2000

En esta ocasión, Herzog elige examinar a fondo el deseo de volar, ese devenir pájaro de nuestra especie a menudo banalizado como una metáfora (muerta) de libertad. Más que la proeza de vencer la gravedad, lo que le interesa a Herzog es la obsesión como conducta, la aventura como modo de vida y el cine como una obstinada tarea de captura orientada a obtener imágenes desconocidas de nuestro mundo. Ya en el prefacio del film, una breve introducción a la historia de la aviación, un fascinante material de archivo permite visualizar la experiencia de uno de los primeros pasajeros de la historia. Un plano fijo muestra a un hombre colgado de las ruedas de un avión. Más adelante, Herzog posará su lente sobre animales salvajes de una región selvática de Guyana, primerísimos planos sobre anfibios inclasificables que develan un mundo, aunque no todo debe ser exhibido, como lo sugiere un lugareño después de que un camarógrafo del equipo registre una zona sagrada. El guía de la expedición es Graham Dorrington, un ingeniero aeronáutico, a bordo de un dirigible con una misión doble: volar sobre las copas de unos árboles pletóricas de riqueza biológica aún inexplorada por la ciencia y purgar su culpa respecto de la muerte del documentalista Dieter Plage en 1992 tras la falla de un dirigible diseñado por Dorrington. Herzog, sin embargo, prestará atención a otros personajes secundarios, en especial a un rastafari con familiares en España, un típico excéntrico del universo simbólico de Herzog, quien considera a su gallo un verdadero compañero de vida y conoce los secretos de ese paraje perdido en la nada. El diamante blanco es otro viaje perceptivo del creador de Fitzcarraldo, un memorándum filosófico sobre el extraño prodigio de ver, percibir y ser percibido. (RK)