¿QUÉ PASÓ AYER?

¿QUÉ PASÓ AYER?

por - Críticas
22 Ago, 2009 05:59 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***hay que verla  ** Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

LOS CABALLEROS DE LA ANARQUÍA

¿Qué pasó ayer? / The Hangover, EE.UU., 2009.

dirigida por Todd Phillips. Escrita por Jon Lucas y Scott Moore.

**Válida de ver  

Una extraña sorpresa entre tantos estrenos espantosos, esta película de Phillips, despareja y casi siempre divertida, parece una anécdota machista pero expone sesgadamente el poder de las imágenes.   

Algo está sucediendo en Hollywood. Mientras que las películas tanque son todas iguales, se ven parecidas y suenan del mismo modo, se puede detectar una cierta tendencia libertaria asociada a un tipo de comedia que trastoca el conservadurismo propio de una industria. Comedias como Una película de guerra, Piña express, Mal ejemplo, ¿Qué pasó ayer?, entre otras, suelen dislocar los lugares comunes propios que el cine hollywoodense naturaliza y propaga.

En principio, la nueva película de Todd Phillips (Old School) parece un exponente típico del machismo de clase media acomodada. Una boda, la previsible despedida de soltero y un viaje a la ciudad del pecado, Las Vegas. Los indicios están, y todo parece dirigirse a un festival de groserías de vestuario. Pero ¿Qué pasó ayer? desvía su predecible trayectoria, y en una apuesta anárquica apoyada en el absurdo le insufla a su relato oxígeno libertario.

Todo comienza con una llamada. Un amigo del novio llama para avisar que éste no llegará a la boda. La película retrocede dos días, al momento en el que novio, amigos y cuñado llegan al paraíso capitalista en el medio del desierto. 4.500 dólares por una noche en una suite del Caesars Palace y a festejar a la terraza. Entre ese instante de júbilo y la mañana siguiente han pasado muchas cosas, pero nadie lo recuerda. Un tigre, una gallina, un bebé, una hilera de botellas de champagne apiladas como palos de bowling son pistas. Además, falta el novio.

De ahí en adelante el filme se desarrolla a partir de la búsqueda del novio, lo que lleva a reconstruir qué sucedió esa noche. Uno de los descubrimientos es que uno de ellos se casó con una stripper, aunque la sorpresa mayor incluye la gloriosa aparición del verdadero Mike Tyson. Ver al campeón festejando con una sonrisa cómo los cuatro amigos se roban un patrullero es corroborar la esencia de lo cómico, a saber: el carácter contingente de las creencias y las normas sociales que nos organizan. “¿Es ilegal masturbarse en un avión?” pregunta un personaje para sostener que contar cartas en un casino no es necesariamente ilegal.

Todd Phillips no es precisamente un virtuoso de la composición cinematográfica. Sus panorámicas de Las Vegas son elegantes, aunque el aceleramiento de esos planos devalúa su esfuerzo. En donde Phillips acierta es en dejar en fuera de campo lo que pasó durante la noche, y tendrá la delicadeza de mostrarlo cuando empiecen los créditos, antes de una charla entre amigos. El meollo de la discusión implica al cine y al rol de las imágenes. La imagen es siempre una amenaza contra el olvido.

Copyleft 2009 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La Voz del Interior en el mes de agosto de 2009