OPERACIÓN VALQUIRIA

OPERACIÓN VALQUIRIA

por - Críticas
16 Feb, 2009 01:00 | comentarios

**** Obra maestra  ***hay que verla  ** Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

LA HISTORIA Y LA HISTORIETA

Operación Valkiria / Valkyrie, EE.UU., 2008

Dirigida por Bryan Singer. Escrita por Christopher McQuarrie y Nathan Alexander. 

*Tiene un rasgo redimible

Otra película sobre el Nazismo, una tendencia que crece, aunque pocas veces estas películas posibiliten pensar la mácula de Europa del siglo XX y su posible vínculo con nuestro tiempo.

Quizás, uno de los pocos aspectos redimibles de ese bodrio protegido tecnológicamente llamado El curioso caso de Benjamin Button consiste en señalar cómo el cine se ha transformado en un suplemento de la memoria, personal e histórica. En efecto, en el film de Fincher se sugiere que la materia misma de los recuerdos es cinematográfica.

Hollywood es nuestro nuevo Herodoto. Es un historiador de masas, dispuesto a simplificar cualquier evento histórico en una epopeya moral en donde hay buenos y malos reconocibles. El Bien prevalece, los héroes existen, los eventos humanos no repiquetean sin dirección sobre una tierra yerma en la que transcurren los días. De allí el memorándum infalible: basado en hechos reales.

Operación Valkiria reconstruye uno de los 15 atentados fallidos contra el Führer, el 20 de julio de 1944. Liderada por el coronel Claus von Stauffenberg, una cúpula militar disidente y partidarios del líder conservador y nacionalista, Carl Friedich Goerdeler, la misión (imposible) consistía no solamente en asesinar a Hitler y a sus allegados, sino en utilizar el ejército de reserva contra la SS y perpetuar así un golpe de Estado. El descontento popular respecto del Tercer Reich y sus políticas, para ese entonces, ya no era menor, aunque la conspiración llegó muy tarde.

Una extraña decisión formal, en el inicio, revela los límites de la película: los títulos en alemán se transforman paulatinamente en inglés. Luego se escucha una voz en el idioma de Goethe. Es Stauffenberg escribiendo en su diario sus desacuerdos con Hitler y sus políticas. El alemán de Tom Cruise suena verosímil hasta que, después de una imperceptible pausa, continúa en inglés. Es casi una confesión: traduciremos un evento histórico en nuestros términos, haremos de la Historia un espectáculo, acaso una diversión con fines pedagógicos.

Probablemente no será el thriller favorito del obispo Williamson, pero como exponente del género conspiratorio la película de Bryan Singer jamás pierde su ritmo narrativo y es capaz de sortear lo que es de público conocimiento y atenta contra el suspenso: nadie asesinó a Hitler. Synger, a quien se lo conoce por la adaptación de la historieta X-Men y Los sospechosos de siempre, no es la primera vez que explora el Nazismo. Ya en El aprendiz había intentado explorar la psicología de un oficial de la SS, aunque en esta ocasión su abordaje sociológico es solamente preciso en términos iconográficos y edilicios.

Políticamente anodina y formalmente elegante, Operación Valquiria por momentos parece una historieta de qualité. Synger elige un magnífico plano en picado sobre un disco de Wagner para mostrar la génesis de la conspiración; un primer plano sobre un plato servido denota que Hitler era vegetariano; las máquinas de escribir parecen metralletas y los planos generales sobre los ejércitos en fila remiten a Leni Riefenstahl, la cineasta del Fuhrer. Pero Synger convierte a Stauffenberg en un superhéroe, casi un proto-Schlinder, cuya complejidad y ambivalencias, junto con el contexto histórico, resultan diluidas en la obediencia a la lógica de una película de género. Stauffenberg no era ni un demócrata ni un amante de judíos. Su «sagrada Alemania» tenía sus secretos, pero eso va más allá del maniqueísmo americano.

 Copyleft 2009 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada por el diario La Voz del Interior en el mes de febrero, 2009