NUEVAMENTE HITCHCOCK. ESCRITOS Y ENTREVISTAS 2

NUEVAMENTE HITCHCOCK. ESCRITOS Y ENTREVISTAS 2

por - Libros
30 Ene, 2018 10:16 | Sin comentarios
El admirable saber cinematográfico de Alfred Hitchcock se descubre capítulo a capítulo en este nuevo volumen de escritos y entrevistas.

EL DUEÑO DE LA PERCEPCIÓN 

Alfred Hitchcock sabía demasiado como para circunscribir a un único volumen todos sus conocimientos acerca de un arte del que fue un maestro indiscutible. Después del primer tomo de Hitchcock por Hitchcock. Escritos y entrevistas llega este segundo que expande nociones a veces sugeridas en el precedente. El punto de partida es siempre el mismo: el cine es un lenguaje visual, y sobre esto Hitchcock tiene múltiples señalamientos.

Una vez más, el profesor Sidney Gottlieb es el meticuloso encargado de seleccionar los artículos y las entrevistas siguiendo un método que prodiga un sólido y coherente resultado didáctico. El compilador divide el libro en una introducción general y cinco secciones temáticas ordenadas cronológicamente que también cuentan con una introducción analítica en cada apartado. De las 376 páginas, más de 70 pertenecen al compilador, y en esta ocasión, a diferencia del primer volumen, sus observaciones a veces duplican lo que Hitchcock escribe o dice. Redescribir no es necesariamente hacer hablar a los textos en su polifonía. El apasionado abuso de Gottlieb, no obstante, no le resta valor al libro, solamente intercede en la fluidez expresiva de su real protagonista.

Ya sea con una declaración de la década de 1940 u otra de dos décadas después, Hitchcock presentía algo sobre la naturaleza del cine que solamente perfeccionó con el tiempo. En la introducción que escribe para un libro de bolsillo de historias de detectives en 1941, la virtud que les asigna a los investigadores del crimen le podría corresponder a él como cineasta: “Todos poseen una percepción agudizada, ya sea visual, táctil o auditiva”. Lo que demuestra cada intervención suya en el libro es justamente el prodigio perceptivo con el que podía visualizar una película en el propio espacio mental tal cual habría de ser sin todavía haberla filmado.

Nuevamente Hitchcock tiene varias curiosidades y muchos aportes sustanciales para entender la poética del maestro; también tiene sorpresas. Un magnífico fragmento descartado de la famosa conversación entre François Truffaut y Hitchcock, que dio lugar al canónico libro El cine según Hitchcock, desborda la mera intriga. En él, Hitchcock toma la posición del cineasta francés y es él quien pregunta. El tema de discusión son dos escenas centrales de Los cuatrocientos golpes. Lo que ahí se razona se repite más explícitamente en varios capítulos y es medular en cuanto a cómo pensaba la relación entre el punto de vista y las ideas que el cine materializaba.

Al respecto, se podría citar la respuesta que ofrece en una entrevista sobre el legendario ataque de las gaviotas a Bodega Bay en Los pájaros o una explicación pormenorizada de la escena en Intriga internacional en la que el avión se abalanza sobre Cary Grant. Pero ningún texto contiene el poder de síntesis del que escribió para la revista Take One en 1968, a propósito de La ventana indiscreta. Dice:

“Se compone en su mayor parte de un personaje, el Sr. Stewart, que está siempre en la misma posición dentro del mismo cuarto, mirando hacia el patio. De este modo, lo que ve es un proceso mental, amplificado en su mente a partir de lo puramente visual. Para mí, representa la forma más pura del cine, que se llama montaje: es decir, trozos de película que se unen para formar una idea”.

Esa cita es el centro de gravedad semántico del libro, de donde se desprende observaciones asombrosas acerca del sentido de los colores, los ángulos de cámara, el ritmo de las escenas y la distribución de la velocidad narrativa en el todo de un film (la relación que establece con Stravinski al respecto, en una respuesta que le da a Truffaut, es asombrosa), la importancia del rostro para la decisión de cualquier encuadre, la dosificación de información verbal y visual en un relato, la relación dialéctica entre el punto de vista de los personajes y del público. La preeminencia visual no significa que Hitchcock haya desatendido la dimensión sonora del cine. Aquí también el maestro sabe de la economía que debe existir entre ruidos, voces y música y su relación con el orden visual. Cada vez que dice algo de Los pájaros, por ejemplo, se revela algo más profundo de sus ideas en cuanto al sonido.

Leer Nuevamente Hitchcock debilita la obsesión hermenéutica que acosa al cine; lo más hermoso del libro consiste en atender a la dimensión física del cine, un erotismo de superficies que Hitchcock empleó para contar historias inolvidables.

Esta reseña fue publicada en Revista Ñ en el mes de enero 2018

Roger Koza / Copyleft 2018