LAZOS DE FAMILIA / SORRY WE MISSED YOU

LAZOS DE FAMILIA / SORRY WE MISSED YOU

por - Críticas
11 Oct, 2021 10:14 | comentarios
Un nuevo retrato de Ken Loach sobre la vida laboral inglesa en tiempo presente.

LA DISTOPÍA DE CADA DÍA

A Paul Laverty le debe haber bastado observar a su alrededor las mutaciones odiosas del mundo laboral británico para entregarle el libreto de Lazos de familia al vigoroso octogenario Ken Loach, cineasta que ha dedicado décadas de su carrera a filmar la vida proletaria en el Reino Unido. El guion no sorprende porque transcribe fehacientemente el pragmatismo del mercado laboral, cuyos exegetas y vindicadores tienen siempre la palabra en todos los canales de comunicación para añadir que “así son las cosas, así es la realidad”. Que no sorprenda no significa que naturalice lo inaceptable y pacte con los apologetas del orden vigente. ¿Por qué un hombre y una mujer deben trabajar catorce horas todos los días para apenas poder subsistir?

La precarización laboral no es jamás un mero sintagma de la lucha discursiva entre teóricos, gobiernos y sindicalistas. Denomina una experiencia concreta que tiene consecuencias en la mismísima vida afectiva de una familia y en el cuerpo de un trabajador. Cuando a Ricky se le cierran los ojos manejando en la mañana su camioneta de reparto porque la rebeldía de su hijo mayor le resulta incontrolable a tal punto que no puede dormir, la falta de sueño y la rabia del adolescente no se precipitan por desórdenes afectivos y psicologías inestables: un sistema económico y una forma de trabajo modulan la experiencia en el mundo. Todo esto no es otra cosa que una actualización de la enajenación, que tampoco es un concepto teórico; el término describe un fenómeno, y el film de Loach lo representa bien.

La historia de Lazos de familia es reconocible: Ricky invierte todo lo que tiene en una camioneta para trabajar en una empresa de entregas a domicilio con el objetivo de ganar un poco más y tal vez comprar una vivienda para dejar de alquilar. La retórica de la empresa se adueña del concepto de pertenencia, y a juzgar por las exigencias que sienten los empleados, el esfuerzo del protagonista involucra hasta a sus seres queridos. Loach es acá puntilloso y retrata la lógica y la praxis del trabajo contemporáneo, y los efectos sobre los vínculos laborales y familiares. La escena en la que la familia culmina cenando unas exquisiteces indias en la camioneta glosa un estilo de vida.

De las últimas películas del cineasta británico, Lazos de familia es la más respetuosa con los personajes, quienes no son sacrificados para ilustrar las injusticias de un sistema económico al que Loach combate desde su primera película. La única escena gratuita e ingrata consiste en una humillación inesperada que aporta una dosis de sensacionalismo y un poco de ruido ideológico. Los auténticos canallas de todo esto no son justamente tres ladrones de poca monta. Este breve pasaje sintetiza la peor estrategia poética del cineasta, pero para bien de la película el relato prescinde felizmente de este recurso didáctico y moralizante. ¿Hace falta aclarar que los que trabajan y los que roban no son los buenos y los malos? 

Alguna vez, François Truffaut opinó que decir “cine británico era una contradicción en sí misma”. La tradición cahierista diseminó prejuicios edificantes y venenosos, y nunca faltan los que repiten las máximas de los antiguos sabios. Pero mal que les pese a muchos, el cine inglés existe y muchos de sus cineastas, además, han sido los mejores retratistas de la clase trabajadora. Las hermosas películas de Terence Davies y Derek Jarman, y algunas no menos conmovedoras de Mike Leigh y de Loach desdicen a los prejuiciosos, a veces también reaccionarios, que no soportan que un plano revele el privilegio de los pudientes y el padecimiento de un ejército de almas que solo cuentan con su fuerza de trabajo.

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Lazos de familia / Sorry We Missed You, Reino Unido, 2019.

Dirigida por Ken Loach. Escrita por Paul Laverty.

*Publicada en otra versión por La Voz del Interior en el mes de octubre 2021.

Roger Koza / Copyleft 2021