LA ERA DE HIELO 4 / THE ICE AGE 4

LA ERA DE HIELO 4 / THE ICE AGE 4

por - Críticas
03 Jul, 2012 12:27 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza
LA EVOLUCIÓN LÚDICA
La era de hielo 4: la formación de los continentes / Ice Age 4: Continental Drift, EE.UU., 2012
Dirigida por Steve Martino y Alastair Fothergill y Mike Thurmeier. Escrita por Michael Berg y Jason Fuchs
 
** Válida de ver

Sin sorpresas y con algunos aciertos, este cuento evolutivo en clave de cine de aventuras está a la altura de su propuesta y cumple con sus objetivos.

A prepararse: llegan las vacaciones y las películas dirigidas al pueblo infantil llueven, ocupan las salas y estampan hasta los envoltorios de las ofertas dietéticas. Entretener y vender es el imperativo, pero también transmitir algunos supuestos valores universales, comprensibles para un niño indio, o austríaco, o argentino. Los dibujos animados son el esperanto de una esperanza misteriosa: construir una infancia globalizada.

Como sea, el inicio es fenomenal. ¿Un gag evolutivo? La deriva de los continentes –se propone aquí en forma de una hipótesis lúdica– fue ocasionada por la desesperación obsesiva de la ardilla Scrat por atrapar y devorar la famosa bellota. En efecto, intentando atrapar el fruto que comanda su deseo, Scrat llegó hasta el centro de la Tierra y alteró el equilibrio geológico. Así, un acontecimiento azaroso y banal puso en movimiento al planeta en su conjunto y desde entonces sus paisajes y ecosistemas se transformaron para siempre.

El accidente evolutivo en cuestión pone en marcha el relato. Ver a los animales lidiar cada tanto frente a las consecuencias de una “falla” del principio de regularidad de la naturaleza es filosóficamente fascinante, una deriva colateral del argumento. Así, el mamut Manny, su esposa e hija, además de Sid, el perezoso, y el tigre Diego tendrán que escapar de las sacudidas geológicas que ponen en riesgo la vida animal. Las bestias están obligadas a huir. Literalmente, las montañas pueden caer sobre ellos y el suelo partirse en mil pedazos. Manny, Diego, Sid y su abuela (un personaje nuevo) quedarán flotando en un iceberg y la corriente los llevará muy lejos, mientras que la familia de Manny permanecerá en lo que queda del viejo “hogar”. De allí en adelante habrá un solo objetivo: reunirse con la familia.

Y no será fácil porque el océano no está deshabitado ni exento de peligros. Las mareas y los tornados acechan y las sirenas tientan, aunque el verdadero peligro yace entre la niebla: un navío-iceberg de piratas es liderado por un mono feroz, el Capitán Tripa. Allí viaja también la tigresa Shira, que pronto llamará la atención de Diego. Los piratas no son precisamente amigables y Manny y los suyos tendrán que ingeniárselas para liberarse de ellos.

La era de hielo 4 conquistará a casi todos: los personajes son queribles, los gags de la ardilla efectivos y nadie podrá quedar impávido frente al anhelo de un padre que sólo quiere volver a estar con su familia. La familia es el valor supremo, el modelo preferencial. La biosfera puede alterarse, pero el ideal humano presupuesto en los animales trasciende el legado evolutivo y la contingencias. Será Diego quien exprese la superioridad de pertenecer a una familia frente al mero ser parte de una manada, incluso cuando se advierta que no se trata de una institución inmaculada. Al comienzo, al perezoso lo abandona su familia y de paso le dejan a su abuela como un regalo.

Lejos del secreto western de la primera entrega, La era de hielo 4 es una sencilla película de aventuras, acaso una de piratas en clave evolutiva, adornada por citas literarias y cinematográficas diversas. La textura del mar, unas ardillas que vuelan en hojas de árboles y la minuciosidad del ínfimo movimiento capilar de las criaturas salvajes justifican la opción en 3D. Un relato aceptable, un poco de goce visual y algunas travesuras de Scrat: la cuarta entrega de la saga no es ni más ni menos que eso.

Esta crítica fue publicada por La voz del interior en otra versión y con otro título durante el mes de junio 2012.

Roger Koza / Copyleft 2012