JOSÉ MARTÍNEZ SUÁREZ (1925-2019)

JOSÉ MARTÍNEZ SUÁREZ (1925-2019)

por - Adiós al cine, Varios
19 Ago, 2019 05:42 | 1 comentario
Algunas palabras de despedida y reconocimiento sobre el cineasta.

Lo conocí tardíamente, en un festival de cine de Piriápolis al que me había invitado el crítico y programador uruguayo recientemente fallecido Jorge Jellinek. Yo había presentado una película y cuando terminó, José se me acercó y me dijo con el tono socarrón que lo caracterizaba: “Para ser un crítico de El Amante lo hizo bastante bien”. Es que siempre tuvo divergencias con la revista para la que escribí durante dos décadas y no iba a perder la oportunidad de hacérmelo notar. A partir de ahí tuve con José Martínez Suárez una relación esporádica pero afectuosa y en los años en que fue presidente del Festival de Mar del Plata siempre tuvo una gran predisposición para resolver problemas que se presentaban en el evento. Mezcla rara de provinciano campechano (no aceptaba que se lo llamara de otra manera que no fuera por su hombre de pila), porteño caballeresco y gallego cabrón, tenía conmigo varias pasiones afines, por ejemplo, el cine y el fútbol. La última vez que lo vi fue hace muy pocos meses con ocasión de la exhibición de El club de las comadrejas, remake de una película suya, en el cineclub Núcleo, y se lo veía tan lúcido como siempre.

Si hay una figura dentro del cine argentino a la que se puede calificar de bisagra entre el período clásico y la generación que surgió en los años 60, esta es la de Martínez Suárez. Luego de trabajar como asistente de varios directores de renobre, debutó en el cine como director en 1960 con El crack, un film muy poco visto. Es el autor de una obra escasa pero relevante, con tres títulos destacables: Dar la cara, adaptación de una novela de David Viñas y una de las películas que mejor define los comportamientos culturales y sociales de principios de los 60; Los muchachos de antes no usaban arsénico, posiblemente, junto con La herencia, de Ricardo Alventosa, la mejor comedia negra que se haya hecho en el cine nacional, muy superiora la remake de Juan José Campanella mencionada más arriba, y Noches sin lunas ni soles, uno de los mejores policiales argentinos de la historia. Pero hay otros dos aspectos que es necesario resaltar en Martínez Suárez: el primero, el de su labor docente como formador de varias generaciones de cineastas, técnicos y críticos, un terreno en el que es unánimemente reconocido y en el que cuenta con infinidad de anécdotas que sus alumnos y discípulos irán desgranando; el otro, su prodigiosa memoria que lo convirtió en una suerte de enciclopedia viviente del cine argentino y que, más allá de charlas, clases y conversaciones, ha quedado registrada en dos extensos reportajes en forma de libro que José le concedió a Mario Gallina (Estoy hecho de cine) y a Rafael Valles (Fotogramas de la memoria), en los que hace una minuciosa y detallada revisión de su relación con el cine. Es que si hay alguien en quien el cine y la vida se amalgaman de manera indisoluble, este es José Martínez Suárez, y eso aparece claro en estos dos textos imprescindibles para comprender de manera exhaustiva la historia del cine nacional.  Y hay también un documental, Soy lo que quise ser. Historia de un joven de 90, de Mariana Scarone y Betina Casanova, en el que José pasa revista a su vida y su obra. Y no quiero olvidarme de recordar una declaración suya bastante reciente que levantó bastante polvareda, cuando afirmó que en el cine argentino actual “se hacen demasiadas películas”.

José Martínez Suárez fue, por su labor en diferentes ámbitos, una figura esencial dentro del cine argentino. En lo personal, fue un gusto conocerlo y tratarlo.

Fotograma: Dar la cara

Jorge García / Copyleft 2019