FUERA DE SATÁN / HORS SATAN

FUERA DE SATÁN / HORS SATAN

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22 Sep, 2012 10:08 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

LA VIDA DE LUCIFER

Fuera de Satán / Hors Satan, Francia, 2011

Escrita y dirigida por Bruno Dumont

**** Obra maestra

El cuestionado director de la crueldad entrega su mejor película y confirma que en ciertas ocasiones los realizadores ateos son quienes mejor se aproximan a la experiencia religiosa

¿Qué es exactamente Fuera de Satán? ¿Un ensayo austero y hermoso sobre lo ominoso en clave religiosa? La crueldad a secas y sin lógica alguna se insinúa cada tanto, pero tal descripción es impropia porque una fuerza salvífica y amorosa trastoca a varias criaturas desesperadas en este relato inclasificable. Esta última película de Dumont no es ni fácil, ni ligera, pero verla es en sí una experiencia, acaso de naturaleza religiosa.

En algún paraje perdido del norte de Francia, un hombre sin nombre duerme en medio de la campiña acompañado por su perro. Todas las mañanas recibe el pan de una adolescente, a quien parece profesarle un cariño particular. Ellos suelen caminar y contemplar la vida natural; a veces se los ve arrodillarse, como si se tratara de un ritual impreciso frente una divinidad ausente, lo que no impide que en algún momento el hombre, empuñando una escopeta, tome decisiones capitales. El padrastro maltrata a la joven y existe sólo un camino para terminar con eso.

Pero ¿quién es ese hombre? Tal vez un descendiente de Lucifer, tal vez un curandero pagano, o simplemente un vagabundo con poderes sobrenaturales. El enigma permanecerá como tal y es precisamente en esa indeterminación donde reside el poder de su presencia (en el film).

Algún distraído podrá pensar que en Fuera de Satán no pasa nada, pero aquí hay exorcismos diversos (uno de ellos incluye la habitual cuota de sexo mecánico y brutal de las películas de Dumont), una golpiza por celos o protección, un asesinato, un milagro y una resurrección.

La fuerza material de la película es apabullante y, en algún sentido, se trata de un mensaje; de cada fotograma Dumont consigue extraer la luz necesaria para alumbrar y retratar un mundo bello y gélido. La naturaleza no es aquí mero paisaje asombroso: es una totalidad inmanente donde los hombres transitan sin noticias de un mundo trascendente; de allí la ausencia total de música, decisión que conlleva un trabajo sobresaliente y anacrónico sobre el registro sonoro de ese universo biológico. El sonido de la película es monoaural, extraña medida pero lógica y ontológica: la realidad sonora es un bloque entero frente a nuestra audición natural.

Para cierto cine francés el cristianismo es un imperativo cinematográfico. Filmar la relación entre la carne y el espíritu, lo visible y lo invisible, la desesperación y la gracia es una tentación estética. Bresson, Pialat y Cavalier en ciertas películas, y ahora Dumont, el más oscuro y sensual entre sus pares, que aquí parece haber llegado a la cúspide de una búsqueda que había empezado con La vida de Jesús, su notable ópera prima. Será por eso que ahora, contra todos los pronósticos, Dumont está trabajando en una comedia. La teología es incompatible con la risa.

Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de septiembre 2012.

Aquí se puede leer otra crítica que publicara el año pasado en el estreno en Cannes.

Roger Koza / Copyleft 2012