FICUNAM 2018 (03): ANG PANAHON NG HALIMAW / SEASON OF THE DEVIL

FICUNAM 2018 (03): ANG PANAHON NG HALIMAW / SEASON OF THE DEVIL

por - Festivales
15 Feb, 2018 11:14 | Sin comentarios
El nuevo "corto" de casi 4 horas de Lav Diaz confirma que el director filipino sigue en una racha excepcional. Es el gran musical del año curso. (Manifiesto Contemporáneo)

And Panahon ng Halimaw /Season of the Devil, Lav Diaz, Fillipinas, 2018

La historia inspirada en personas concretas tiene lugar en un pueblo del sur en 1979, dos años después de la constitución de una milicia paraestatal con la venia del presidente Marcos con el objetivo de acabar con los rebeldes comunistas. La aniquilación de todo signo utópico es un deber, como también instituir supersticiones diversas para que los campesinos se paralicen en el miedo. Un poeta y una médica son los personajes trágicos, que encarnan la benevolencia, como también el pesimismo y la resistencia. Una misteriosa presunta bruja los acompaña en el desamparo: la única maldición que la aqueja recae en las intolerables muertes de su marido y de su único hijo. Hay otro personaje enigmático que intenta conjurar las falsas creencias de las que se aprovechan los soldados, que cínicamente le rinden culto a un hombre con dos caras.

La voz en off que anuncia el contexto histórico es la única que se abstendrá de cantar. Entre los apenas más de 120 planos distribuidos en casi 4 horas las palabras serán cantadas, en hermosas melodías, a veces interpretadas en coro con algunas variaciones de entonación en cuartas cuando más de dos personajes cantan a la vez; los temas reemplazan a los diálogos, y en momentos de tensión la modulación tonal puede servir para enfatizar el sentido de lo que se dice. El musical de Lav Diaz puede ser austero, pero eso no implica pobreza artística.

Diaz prosigue con la fascinante inmersión en la historia de su país; el realizador intuye que la ficción es el camino más confiable para extraer del pasado la verdad histórica de una época. Con cada película, a la memoria filipina se le confiere un signo que resignifica lo acontecido; en cada película, además, la fluidez narrativa es inmejorable, no menos que los encuadres que destilan una perfección estética indesmentible: la potencia narrativa y perceptiva de la profundidad de campo es en ciertos pasajes absoluta, un recurso formal que, como los temas musicales, opera como un distanciamiento necesario para sublimar el sufrimiento y a la vez asir la indignación frente a la infamia.

Roger Koza / Copyleft 2018