CRÍTICAS BREVES (169): MANK

CRÍTICAS BREVES (169): MANK

por - Críticas, Críticas breves
15 Dic, 2020 04:29 | Sin comentarios
David Fincher le prodiga imágenes y sonidos a un guion escrito por su padre (Jack) décadas atrás en la que se intenta dilucidar los pormenores de la redacción del guion de la primera película de Orson Welles, El ciudadano.

Mank, David Fincher, EE.UU., 2020

He aquí una singularidad: un momento decisivo de la historia del cine estadounidense se reconstruye como si el pasado fuera un dibujo animado de adultos. La crónica de cómo se imaginó el relato de El ciudadano no solamente elige una opción mezquina para indagar sobre los derechos reales de autor del guion y la eventual petulancia de Orson Welles como un falso responsable del texto (lo que con facilidad puede ser rebatido), sino que además la humanidad circunspecta de Herman Mankiewicz acopia escenas en la que el universo está dividido simplistamente entre buenos y malos. La reconstrucción abrillantada del Hollywood de los años 30 en un prepotente blanco y negro tiene su correlato en el inventario de estereotipos (progresistas, cínicos, genios, egomaníacos, oportunistas, modelos femeninos), y el único a salvo de esta inclinación al reduccionismo en todos los órdenes, acaso eclipsado por la nitidez de la textura de todas las imágenes, es el propio Gary Oldman, quien opera como contrapeso de una película erigida en el exceso. Su trabajo no solo es notable por los matices de gestos, movimientos de su cuerpo y formas de reacción dramática frente a sus colegas, sino porque hasta consigue contrarrestar un ubicuo uso de la oralidad como si se tratara de un torneo shakesperano entre los intérpretes respecto de quién puede hablar mejor inglés. Más allá de que los materiales simbólicos de Mank (la era de la Depresión, el cine de Hollywood y el poder político; la relación del cine con la cultura del entretenimiento y el advenimiento mundial del fascismo) son trabajados con la delicadeza de un jugador de fútbol americano, lo que sí tiene el film de Fincher es un ritmo notable, en contrapunto respecto de la postración constante de Mank debido a un accidente y sus reiteradas resacas. Sin proponérselo, Mank duplica fielmente lo que puede ser hoy cuando un directorio de cualquier productora multinacional de entretenimiento discute las estrategias para cautivar a sus clientes, como se puede verificar en una escena en el inicio que bien podría ser un documental desplazado e insertado en el flujo narrativo de la propia película en sí.

Roger Koza / Copyleft 2020