CORRE GORDO CORRE

CORRE GORDO CORRE

por - Críticas
21 Sep, 2008 03:43 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***hay que verla  ** Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

LO IMPORTANTE ES COMPETIR

 

Corre gordo corre, Reino Unido, 2007.

Dirigida por David Schwimmer. Escrita por Simon Pegg y Michael Ian Black.

*Tiene un rasgo redimible

Esta comedia inglesa, simpática y anodina, sirve para pensar cómo la mediocridad rampante que domina los estrenos semanales termina convenciéndonos que este film hasta puede considerarse una buena comedia de cine europeo; un error de evaluación más simpático y menos atroz que el cometido en torno a una sobrevaluada comedia de mismo origen con un enano, un muerto y un tipo dopado que se pasea en culo.

Lo importante es competir, sentencia anónima y nada inocente, un eufemismo humanista con el que se suaviza un imperativo social e ideológico: lo importante es ganar. En Corre gordo corre, la primera película dirigida por David Schwimmer (Ross, de Friends) y protagonizada y escrita por Simon Pegg (Shaun of the Dead) se compite por reconquistar una familia, por amor propio, por el compromiso con amigos, pero Dennis, el gordo medio flaco en cuestión, no está interesado en triunfar sino en superarse. Ésa es la moraleja del film, su honesta propensión al cine de autoayuda y su discreto comentario social.

Los primeros minutos son cinematográficamente temibles: un flashback establece el dilema del protagonista. Dennis está a punto de casarse con Libby (Tandhie Newton), quien está embarazada y lo espera en el altar. Entre primeros planos y un montaje excesivo, Dennis huye corriendo, y Schwimmer intenta materializar su pánico. De allí la película salta hacia el presente, unos cincos años más tarde, y Dennis, fuera de línea, también sigue corriendo, al menos, cuando intenta alcanzar a un travesti que se ha robado un juego de ropa interior del negocio en donde trabaja como guardia de seguridad.

De ahí en adelante, Corre gordo corre estabiliza su narrativa en el deseo de Dennis por recuperar a su mujer y a su hijo, deseo que se intensifica con la llegada de un tercero, un empresario estadounidense, Whit (Hank Azaria), quien pretende casarse con Libby y «seducir» a su hijo. No es cualquier rival. Estable, rico, maratonista, buen mozo, incluso, como el propio Dennis verificará en una escena ingeniosa, se trata de un sujeto sexualmente poderoso.

Es así que la contienda entre Whit y Dennis se habrá de sintetizar en una famosa maratón con fines filantrópicos en la que participan todos los londinenses. El desafío de Dennis es doble: demostrar(se) que puede empezar algo y terminarlo; probarle a Libby que ha cambiado. Es decir, ya no se trata de correr para huir sino correr hacia algún objetivo.

Quienes asocien el título del filme con la sobrevaluada Corre Lola corre, de Tom Tykwer, sólo encontrarán un único punto en común entre las dos películas: sus personajes siempre corren. Las inquietudes formales de Schwimmer son menos pretenciosas. Arriesga en algún momento cuando elige un plano en picado en el que se ve a varios ejecutivos caminado por una bocacalle mientras Dennis, un proletario cualquiera, se mezcla con ese pelotón de privilegiados, una mácula de otra clase (otra dimensión de la rivalidad entre Whit y Dennis). El resto de la película carece de ingenio estético: flashbacks mecánicos, varios planos en ralenti, y hasta la visualización concreta de una pared imaginaria, supuesto obstáculo que los maratonistas tienen que traspasar cuando se llega a un límite de resistencia física. Y, como siempre, mucha música, tanto para indicar en dónde reír como en dónde emocionarse.

Corre gordo corre es una película entre otras. Es también un indicio de una vertiente de la comedia británica de fácil exportación. Y si se puede ver es porque Simon Pegg mientras corre, además, sostiene la película.

 Copyleft 2000-2008 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada durante el mes de septiembre por el diario La Voz del Interior de la provincia de Córdoba.