CINEFILIA ONLINE (22): EL SECRETO CINEASTA DE MADRID: PABLO GARCÍA CANGA

CINEFILIA ONLINE (22): EL SECRETO CINEASTA DE MADRID: PABLO GARCÍA CANGA

por - Cinefilia online, Críticas
04 Jun, 2020 11:56 | comentarios
Los cortometrajes del cineasta madrileño Pablo García Canga permiten conjeturar que estamos ante un cineasta a secas. El silencio con el que avanza su obra es en sí una injusticia, pero también transmite una posición del cineasta frente a los modos de circulación del cine contemporáneo.

LA GRAMÁTICA DE LOS SENTIMIENTOS

Existe una vetusta forma de referirse a la relación que se establece entre el pensamiento y los sentimientos. El pensamiento se asocia a la razón, los sentimientos, a las pasiones. Esa epistemología del sentido común presupone una división del trabajo (en el interior) del Yo, también, según sea la posición asumida, una prioridad y una preeminencia entre las pasiones y la razón. Todo esto no es más que un vocabulario aprendido que dificulta pensar en cómo alguien puede reconocer un sentimiento y hallar una palabra que lo precise y determine.

Si resulta arduo reflexionar acerca de cómo una palabra y un sentimiento se corresponden, más todavía le exige esta materia a un cineasta, que debe no solamente observar la relación entre la palabra y el sentimiento, sino que tiene también otras variables que resolver ante la potencia de la cámara, que recoge la postura y el movimiento del cuerpo, las expresiones del rostro, el juego que puede establecerse entre el espacio, los colores y un estado de ánimo.

Pablo García Canga ha demostrado en sus cortometrajes conocer el secreto de cómo filmar sentimientos. Con una ligereza no exenta de una elegancia circunspecta, puede transmitir una gama de variaciones mínimas acerca de la experiencia anímica de un personaje sin recurrir a la explicitación y menos todavía al énfasis. Sus dos mejores películas recientes son indesmentibles al respecto.

En La nuit d’avant, por ejemplo, su última película a la fecha, basada en una idea de Carla Maglio, al cineasta madrileño le bastan una actriz y un cuarto para rastrear un doble efecto en su personaje respecto de lo que le sucedió viendo una película y lo que acontece cuando intenta compartir esa experiencia que la conmovió con quien debe ser su pareja y que la escucha al otro lado de un teléfono. La convicción y el entusiasmo con los que comienza a relatar el film recién visto no encuentran en el receptor invisible (e inaudible para quien mira) la adecuación que suponía, de lo que se predica una modificación emocional en el personaje, quien intuye en esas diferencias y matices de interpretación de su pareja una desilusión no del todo enunciada, pero sí sentida, un signo de inquietud, como si en ese desentendimiento anidara un peligro.

Lo extraordinario del film estriba en la confianza del director para prescindir de una discusión o de cualquier exabrupto que dé una pista más evidente de ese desarreglo entre quien habla y escucha y de quien se precipita un sentimiento, acaso el más indefinido de todos: la angustia. Es probable que pueda conquistar estas sutilezas de la expresión de un estado de ánimo porque su actriz es capaz de cualquier cosa. Maud Wyler actúa con los ojos, las manos, las posiciones de su cuerpo en una cama o las reacciones imperceptibles de la comisura de los labios. A ese portento femenino le añade un contrapunto no menos perfecto: el cuarto elegido del hotel, la predilección cromática por el color rojo, el sonido de la voz que prevalece ante cualquier otro. Hasta el color de pelo de Wyler parece haber sido concebido como un detalle de la puesta en escena.

De l’amitié es la otra genialidad reciente de García Canga. Aquí el cineasta retoma una tradición muy francesa: la del trío amoroso, tal vez glosada como nunca en Jules et Jim, de François Truffaut, una referencia que dice mucho pero no todo. En este film de unos 30 minutos de duración, el cineasta recapitula la historia de una amistad entre dos escritores, uno dedicado a la historia política de los primeros griegos y el otro a la política contemporánea, la que desea desmarcar de la propensión al conflicto permanente y asociarla con la alegría. Algo ha pasado entre ellos, porque no se ven desde hace un largo tiempo, pero la llegada de un libro recién publicado de uno lleva al otro redactar una carta. La misiva retoma la historia entre los dos, y el film recoge entonces episodios de la historia de esa amistad.

De l’amitié arranca así en el momento en el que se conocen, una especie de flechazo entre dos hombres que en un primer momento no pasan de la empatía al erotismo. Algo de esto se sugiere más tardíamente, como una sospecha de algo que jamás se encaminó a un acto, en parte porque la lógica afectiva que regulaba la relación entre los dos amigos se modifica cuando una mujer joven de clase acomodada se inmiscuye en sus vidas y ella elige a uno de ellos como novio. Lo interesante de esta triangulación del afecto no se resuelve por un choque de pasiones, sino por una inesperada posición de uno de los hombres que tras enfermarse y ser amorosamente cuidado por la mujer se sentirá impedido de ser él mismo una vez recobrada la salud. Ese motivo, solamente ese, es el que distancia a los dos amigos, una deriva inesperada que responde a una clarividencia por parte de García Canga acerca de la naturaleza errática de la estabilidad sentimental. Un movimiento mínimo de una pieza en el edificio sentimental puede alterar el equilibrio y las prioridades afectivas, y empujar así a una persona a tomar una decisión y un camino que cree necesarios para resguardar su autonomía y la integridad de su identidad.

Pablo García Ganga sigue siendo para muchos un desconocido. Sus películas apenas se han visto y permiten de inmediato conjeturar filiaciones y preferencias. Que sus películas estén habladas en francés y sus historias se desarrollen en Francia no es una mera contingencia. El cineasta, además, escribe. Tiene un texto hermoso titulado “Sobre la sonrisa de Rivette”. Esto tampoco es una contingencia. Una tradición, una forma de filmar la palabra, un modo de comprender el espacio en la escena sobrevive en los planos de García Canga.

Fotogramas: De l’amitié; 2) La nuit d’avant.

Roger Koza / Copyleft 2020

FILMOTECA DE CATALUNYA

La nuit d’avant (2020) se puede ver aquí hasta el 10 de junio.

De l’amitié (2018) se puede ver aquí hasta el 10 de junio.

También se puede ver Pissing Territories.