CINECLUBES DE CÓRDOBA (01): VOLVER AL PASADO

CINECLUBES DE CÓRDOBA (01): VOLVER AL PASADO

por - Cineclubes de Córdoba, Críticas
13 May, 2013 12:17 | Sin comentarios
Pandoras-Box-1929-6

La caja de Pandora

Por Roger Koza

Cuando se habla de cine, hay un lugar común que, a veces, parece incuestionable: la novedad, lo que está por estrenarse, siempre tiene más poder que lo que ya se estrenó hace dos meses, una década o en otro siglo. Ese destino es desconocido para los libros: en principio, no envejecen, a diferencia de las películas, que rápidamente pasan al olvido.

Quienes decidan visitar el próximo jueves 16 a las 20.30hs el Teatro La Luna (Pje. Escuti esq. Fructuoso Rivera), donde funciona el cineclub La Quimera, podrán corroborar que ver un filme alemán silente de 133 minutos puede ser una experiencia alucinante y deslumbrante, tanto o más que ver a Iron Man sintiendo la nieve en el rostro después de escapar del fondo del mar (y más todavía si se trata de una proyección en 16mm). La caja de Pandora (1929) es una película extraordinaria. ¿Quién pudo imaginar un momento de dulzura absoluta en el alma de Jack El Destripador? La adaptación de G.W. Pabst de dos obras teatrales de Frank Wedekind poco tiene que ver con el famoso asesino londinense (que aparece en los últimos diez minutos) o con una representación directa del famoso mito griego. Después de que muera uno de los tantos candidatos de la joven Lulu, el juez, que dictará una severa sentencia, la compara con el mito: podrá ser amable, pero su presencia seductora enciende todos los males del mundo. Lulu es deseada por cuanto hombre esté dando vueltas a su alrededor; su belleza es cautivante, su libido una evidencia física. Viejos, jóvenes, un padre y su hijo, hasta proxenetas egipcios y el asesino serial decimonónico no pueden evitar perder los estribos frente a esa criatura tan erótica como sublime.

El legendario Henri Langlois dijo sobre Louise Brooks, la actriz estadounidense que interpreta a Lulu: “Ni Garbo. Ni Dietrich. Tan sólo existe Louise Brooks”. Verla moverse en pantalla, espiar su escote, reconocer sus gestos de seducción y ternura son los efectos especiales del filme. Y Pabst, un cineasta del detalle y el ritmo, era muy consciente de contar con una gema viviente: la filma como si estuviera cortejándola en nombre de todos.

Imperceptible y necesaria

Delicada y lúcida, con una visión política que no se subraya jamás pero que articula la totalidad de la trama, Nosilatiaj. La belleza (2012), la ópera prima de Daniela Seggiaro, cuenta la historia de Yolanda, una adolescente wichí que trabaja como mucama de una familia de clase media trabajadora salteña. La interacción y la cultura familiar contrastan durante toda la película con la cosmovisión de la joven aborigen, que cada tanto recuerda su pasado, lo que le permite a Seggiaro ilustrar cuidadosamente un modo de estar en el mundo que poco tiene que ver con la percepción y el entendimiento de la cultura blanca dominante. Lo genial de Seggiaro es el esfuerzo por capturar una experiencia de vida sin contrabandear categorías de interpretación propias de su cultura. (Del jueves 16 al domingo 19, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49)

El viento y la ciudad

¿A quién se le ocurre perseguir el viento como el gran sujeto de casi todas sus películas? Al gran Joris Ivens. El mistral (1965) es literalmente una película dedicada a esa corriente que sopla en el noreste del Mediterráneo. Ivens intenta filmar de todos los modos posible el paso del viento. En cierto momento congela la imagen y vemos los efectos sobre la gente caminando: adorable procedimiento para mostrar nuestra relación con ese fenómeno invisible. Este interés por el viento alcanza su apoteosis en la obra maestra final del maestro holandés: Una historia del viento (1988). Filme sobre el viento, el Chi de los chinos, la burocracia posmaoísta, el asma y la magia del mundo. (Lunes 13, a las 20.30hs, en Cinéfilo Bar, Bv. San Juan 1020)

También en Cinéfilo se podrá ver el lúcido ensayo fílmico de Thom Andersen Los Angeles Plays Itself (2003). El gran teórico estadounidense compila décadas de cine de su país para entender cómo se incorporó la ciudad de Los Ángeles a la representación cinematográfica y cómo se predica de ahí una lectura histórica política. Notable lección de interpretación y de percepción. (Martes 14, a las 20.30hs)

Esta columna se publica todos los lunes en La voz del interior, entrega correspondiente al lunes 13 de mayo 2013. 

Roger Koza / Coypleft 2013