CINE Y CIENCIA: EL CINE CIENTÍFICO DE STAN BRAKHAGE

CINE Y CIENCIA: EL CINE CIENTÍFICO DE STAN BRAKHAGE

por - Ensayos
04 May, 2020 11:06 | Sin comentarios
El siglo XX palpita en este breve relato de conexiones inesperadas y personajes fascinantes.

1. El científico

Nacido en Rusia en 1904, el físico Georgiy Antonovich Gamow es un ejemplo de gran científico que fue, además, un gran divulgador. Estudió en Odessa y Leningrado y trabajó luego en Gottingen, Copenhague (con Niels Bohr) y Cambridge para regresar a Rusia en 1931, donde se casó ese mismo año con Lyubov Vokhmintseva, a la que siempre llamaría “Rho”.

El régimen comunista impuso la censura también en la ciencia y la física moderna fue una de las víctimas: la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica no resultaban aceptables según su peculiar interpretación del credo marxista. Algunos amigos cercanos de Gamow pagaron con sufrimiento su heterodoxia: Dmitri Ivanenko fue arrestado en 1935 y tuvo que exiliarse en Tomsk, Siberia; Lev Landau entró en prisión en abril de 1938 y pasó encerrado un año y peor destino corrió Matvei Bronstein, ejecutado de un balazo en la nuca en febrero de 1938. La presión había comenzado tiempo atrás y Gamow y su mujer no tardaron en experimentar la necesidad urgente de marchar del país. En su empeño en salir de Rusia intentaron aventuras tan arriesgadas como la de cruzar el Mar Negro en dirección a Turquía en un kayak, que fracasó por las adversas condiciones meteorológicas. A Gamow le fueron negando permisos para ir a diversos encuentros científicos pero en 1933, inesperadamente, admitieron su participación en la VII Conferencia Solvay de Bruselas. Consiguió autorización de viaje también para su mujer y por supuesto ya no volvieron a casa. Finalmente, en 1934 se establecieron en los Estados Unidos.

Gamow orientó en lo sucesivo su estudio hacia la cosmología y astrofísica. La idea de un universo en expansión formulada por el astrofísico y sacerdote belga Georges Édouard Lemaître como resultado de la teoría de la relatividad llevaba aparejada una consecuencia incómoda (incluso para el propio Einstein): si el universo «aumenta» y cada vez es más grande es porque «antes» era más pequeño. Y prolongando más y más ese “antes” llegaremos a un momento original en el que todo el universo se reduciría a un punto. George Gamow reforzó el armazón teórico de esta hipótesis, que pasó a ser conocida por el nombre que le puso con intención irónico uno de los opositores a la misma, Fred Hoyle: aquello que proponían era un “Big Bang”, una “gran explosión”. En 1948 Gamow escribió con su colega Ralph Alpher un mítico artículo, The Origin of Chemical Elements, que plantea la formación a partir del Big Bang del hidrógeno, el helio y los elementos químicos pesados en las proporciones que hay en el universo. Gamow decidió incluir a Hans Bethe como coautor del artículo para completar el juego de palabras: los apellidos Alpher, Bethe y Gamow evocaban directamente las tres primeras letras del alfabeto griego.

Humor, está visto, no le faltaba. Espíritu didáctico, tampoco. Además de escribir libros de texto para la universidad, George Gamow dedicó mucho esfuerzo a la redacción de obras de divulgación, como The Birth and Death of the Sun, One, Two, Three… Infinity o Biography of Physics. Mención especial merecen los volúmenes protagonizados por el personaje de Mr Tompkins, un empleado de banca apasionado por la ciencia.

 2. El cineasta

La que acabaría siendo la figura más importante del cine experimental estadounidense nació en un orfanato de Kansas City, Missouri, el 14 de enero de 1933. Fue adoptado a las pocas semanas y recibió como nombre James Stanley Brakhage. Los padres, Ludwig y Clara, no formaban precisamente una pareja feliz; se separaron siendo él un niño y quedó al cuidado de la madre. Desde muy joven hizo notar su gusto por la escritura, el teatro y el canto -formó parte de un coro-; en la adolescencia incluso ganó varios concursos literarios. Obtuvo una beca para estudiar artes en la universidad, pero su paso fue breve. Dejó el college, buscó trabajo y empezó a interesarse por el cine. Se convenció de que quería ser cineasta e ingresó en la California School of Fine Arts, pero la experiencia académica tampoco fue satisfactoria. En San Francisco se hizo amigo, eso sí, de los poetas Kenneth Rexroth y Robert Duncan, gracias a los cuales entró en contacto con otros escritores, artistas y cineastas, entre ellos Bruce Conner y Kenneth Anger.

Fue este último quien lo animó a presentar su trabajo en los círculos experimentales de Nueva York. Stan se trasladó a esta ciudad y fue bien recibido por la comunidad local de creadores y cinéfilos, repleta de figuras hoy veneradas como Maya Deren, Marie Menken, Joseph Cornell, Hillary Harris o los hermanos Mekas. Pero el entusiasmo intelectual no da de comer y tuvo que dejar la ciudad. Durante unos años se sucedieron las dificultades y las frustraciones (también amorosas) e incluso valoró la posibilidad del suicidio.

Conoce a Mary Jane Collom y se casa con ella en diciembre de 1957. Se inicia un período de estabilidad, van naciendo los hijos y su prestigio va en aumento. La vida familiar nunca deja de ser (muy) humilde, pero le permite crear filmes con absoluta independencia en su hogar en las montañas de Colorado. Es la época de Anticipation of the Night, Cat’s Cradle, Sirius Remembered, Wedlock House: an Intercourse, del asombroso nacimiento de su hija Myrrena en Window Water Baby Moving (y luego el de Neowyn en la mucho más abstracta Thigh Line Lyre Triangular). La leyenda Brakhage está en marcha.

 3. El amigo

 Rustem Igor Gamow nació en Georgetown (Washington, EEUU) el 4 de noviembre de 1935, año y poco después de la salida (más bien exilio) de sus padres George y “Rho” de Rusia. En la adolescencia se interesó por la danza y durante cinco años intentó desarrollar una carrera como bailarín hasta que finalmente en 1958 entró en la Universidad de Colorado, en la que en esa altura daba clases George, para estudiar biología primero y doctorarse en biofísica después. Trabajó durante muchos años en el campo de la microbiología y fue profesor, pero si hoy tiene ficha propia en la wikipedia es sobre todo por sus inventos y patentes, en particular la “bolsa Gamow”, una cámara hiperbárica portátil que minimiza el mal de altura al generar una presión interna superior a la atmosférica exterior.

Durante su época de estudios en Colorado Igor Gamow conoció a Stan Brakhage. Compartían afición por el cómic y los héroes de acción, se hicieron amigos -lo fueron hasta la muerte del director, en 2003- y de esa amistad surgió bien temprano un proyecto compartido. Un proyecto que los ligaba, además, a la labor divulgativa del padre de Igor. Un film, en efecto, científico.

 4. Mr Tompkins Inside Himself

 «I have always considered C. G. H. Tompkins to be my kid brother»,escribió Igor Gamow en el prólogo de una de las reediciones del libro Mr Tompkins Learns the Facts of Life. No le faltaba razón: Igor había nacido en 1935 y su “hermano” tres años después en un cuento escrito por su padre. El esquema general de lo que fue después la serie quedó ahí definido. El señor Tompkins aprovecha una tarde de descanso para asistir a una conferencia sobre la relatividad, pero el nivel de dificultad de la misma le supera totalmente e induce el sopor. Se adormece (“la cabeza cayó lentamente sobre su hombro”) y en su sueño imagina un universo en el que la velocidad de la luz es millones de veces inferior a la real, apenas diez millas por hora. En ese universo imaginario, los efectos relativistas que en nuestra vida cotidiana no se aprecian se hacen completamente visibles. George envió el texto a Harper’s Magazine y otras revistas que gentilmente rechazaron la publicación. Unos meses después en un congreso de físicos Gamow conversó sobre divulgación de la ciencia con Sir Charles Darwin (nieto del autor de El origen de las especies) y le explicó su nula fortuna con la aventura del señor Tompkins. Charles Darwin le sugirió que debía escribir a C. P. Snow (autor más adelante de una conferencia justamente célebre, Las dos culturas), que editaba en Cambridge una revista científica, Discovery. Así lo hizo y la respuesta de Snow por telegrama no se hizo esperar: “Su artículo será publicado en el próximo número. Mande más”.

La revista acogió más y más historias del señor Tompkins. En 1940 Cambridge University Press publicó una recopilación en forma de libro, Mr Tompkins in Wonderland, a la que le siguió en 1944, Mr Tompkins Explores the Atom. Fueron reeditados un montón de veces y traducidos a multitud de lenguas (también el español).

En los años 50 el objeto de interés de George Gamow era la biología, rama de la ciencia sacudida por el impacto del descubrimiento de la estructura del ADN por parte de Francis Crick, James Watson, Maurice Wilkins y Rosalind Franklin (los tres primeros compartieron Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1962; infelizmente, Rosalind había muerto cuatro años antes). No es extraño pues que la siguiente aventura del señor Tompkins lo llevara a aprender “los hechos de la vida” (Mr Tompkins Learns the Facts of Life, 1953). Y como la biología era también el área de estudios de su hijo Igor, resulta lógico que fuera ese libro el que quiso llevar al cine con su amigo Stan Brakhage. El film final, un mediometraje de 42 minutos, lleva por título -bien descriptivo, por cierto- Mr Tompkins Inside Himself (1960).

Stan es el guionista, editor y director. En el reparto, Don Weygandt (Señor Tompkins), Aldine Weygandt (la esposa, Maud Tompkins) y Robert Benson (Doctor Streets); Elfriede Gamow, pareja de Igor, hace una brevísima aparición como enfermera. Al inicio del film hay un pequeño prólogo en el que George Gamow pone en contexto el personaje. Durante los créditos iniciales (título, “A Western Cine Production” e indicación de la obra que lo inspira) vemos imágenes aceleradas, con intención cómica, de la pareja Tompkins en la cocina de su casa, a la hora del desayuno. Él lee el periódico y repara en una noticia sobre una conferencia del doctor Streets acerca del cáncer: “The usually regular and well-coordinated processes of cell division in living tissue can sometimes get out of hand, producing ugly malignant growths, and leading ultimately to the complete destruction of the organism”. Empeza a darle vueltas a esa frase; la mujer lo llama repetidamente por el nombre (Cyril George Henry Tompkins, cuyas iniciales C. G. H. coinciden con tres constantes fundamentales de la física) y le sugiere ir a ver un doctor, que resulta ser el mismo del que habla el periódico. Tompkins le expresa su preocupación por el crecimiento celular y el riesgo de metástasis y el doctor Streets le propone dar un paseo por el interior de su cuerpo para que vea con sus propios ojos el estado de las cosas. El sistema (decididamente onírico) consiste en inyectar al señor Tompkins en su propio torrente sanguíneo. Así se inicia un recorrido imaginativo por el cuerpo que los llevará hasta al corazón antes de que Tompkins despierte del sueño, tan confundido como confiado en su buen estado de salud. La mayor parte del metraje transcurre, pues, con los dos personajes masculinos navegando por los vasos sanguíneos sobre microfotografías reales de células y capilares hechas en algunos casos por equipos médicos de la Universidad de Colorado pero también por el propio Stan Brakhage en colaboración con Igor Gamow, acreditado como consultor técnico.

 5. Epílogo (con un poco de matemáticas)

La amistad entre Igor y Stan favoreció cierta relación entre los Gamow y los Brakhage. George se había separado de su esposa “Rho” en 1956 y casado en 1958 con Barbara Perkins, que trabajaba en Cambridge University Press. En esa época y ya hasta el final de sus vidas (Gamow murió en 1968 de un fallo hepático, Barbara unos años después, en 1975) residieron en Boulder, Colorado, lo cual posibilitó el contacto con el cineasta. Los papeles de la pareja fueron legados a la Biblioteca del Congreso y entre ellos se encuentran sus cartas. Gracias a eso podemos constatar que Barbara Perkins mantuvo correspondencia con Stan y Jane Brakhage (en la actualidad, Jane Wodening) durante doce años, entre 1960 y 1972.

En estos primeros años sesenta Stan Brakhage inicia la preparación de una de sus obras mayores, Dog Star Man (1961-1964), que es literalmente un film sobre el ser humano en el universo. Menos en la parte I, en general compuesta por una imagen única, las otras cuatro partes están hechas superponiendo imágenes: hay dos capas en el Preludio y en la parte II, tres capas en la parte III y cuatro en la parte IV. Entre la multitud de materiales manejados por Brakhage en esta odisea de un hombre con un hacha en las montañas hay imágenes astronómicas (la Luna y el Sol en abundancia, el cielo nocturno) y numerosísimas imágenes microscópicas, y ahí es donde la experiencia reciente del Mr Tompkins Inside Himself (e incluso el reciclaje) se hace notar.

Los setenta minutos de Dog Star Man dieron pie a otro film diferente aunque contiene exactamente las mismas imágenes. The Art of Vision (1965) extiende o expande la experiencia Dog Star Man hacia las cuatro horas y cuarto por el procedimiento de mostrar las distintas capas de cada parte del film original por separado y en todas las combinaciones posibles (de dos, tres o cuatro elementos, según los casos). Hablamos de combinaciones y no de permutaciones o variaciones puesto que en la superposición de imágenes lo que cuenta es la suma final y no “el orden” (es decir, la mezcla de una imagen A y otra B es una imagen AB, indistinguible de una BA).

Fred Camper desgranó la estructura de The Art of Vision en este sensacional artículo [http://www.fredcamper.com/Film/Brakhage7.html], que empleo como referencia. Las dos filmaciones superpuestas en el Preludio de Dog Star Man se presentan en The Art of Vision primero por separado y luego juntas, de manera que los veinticinco minutos originales generan ahora setenta y cinco. La Parte I se presenta tal cual, pero en la II vuelve a suceder lo mismo, sólo que en orden inverso, primero la versión original superpuesta y luego los dos rollos por separado. Cuando llegamos a la parte III el ejercicio se complica: tenemos tres capas superpuestas, que llamaremos A, B y C, y eso permite presentarlas de una en una, después de dos en dos (AB, AC y BC) y luego la superposición de las tres (que es la parte III original). Con la cuarta parte, las combinaciones crecen: los cuatro rollos (A, B, C y D) se ven primero “a la vez”, luego en grupos de tres, que es tanto como determinar las combinaciones posibles de tres elementos tomados de un grupo de cuatro,

después en grupos de dos, o sea, las combinaciones posibles de dos elementos tomados de un grupo de cuatro:

y finalmente por separado. Los cinco minutos de la parte IV en Dog Star Man crecen hasta hora y cuarto en The Art of Vision, repartidos en quince segmentos (1+4+6+4).


Fotos y fotogramas: 1) Dog Star Man; 2) Georgiy Antonovich Gamow; 3) James Stanley Brakhage; 4) Tapa de uno de los libros de la serie; 5) Dog Star Man

*Versión traducida y revisada de un artículo publicado originalmente en gallego en el blog “Acto de Primavera». (Leer aquí)

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