BE WITH ME

BE WITH ME

por - Críticas
15 Dic, 2007 12:34 | 1 comentario

 **** Obra maestra *** Hay que verla ** Válida de ver * Tiene un rasgo redimible °Sin valor

Por Roger Alan Koza

CON ÁNIMO DE AMAR

Be with me, Singapur, 2005.

Dirigida por Eric Khoo. Escrita por E. Khoo y Kim Hoh Wong.

** Válida de ver

La presencia de Theresa Chan purga un film plagado de cálculos, y lo convierte en un objeto respetable, a pesar de su manipulación grosera en contraposición de algunos gestos radicales de puesta en escena.

«Quédate conmigo», es el título en español de este filme que se estrena con título en inglés. Extraña decisión, pero un indicio involuntario de su identidad contradictoria, que revela una constante tensión entre una película fascinante, y otra, cuyo cálculo sutil pero casi deshonesto, puede pasar por un elogio al humanismo en tiempos posmodernos en un lejano país: Singapur.

Se presenta como una película de amor, Tras el primer plano inicial, se lee una declaración, no muy lejos de un aforismo de Leo Buscaglia: «¿Está ahí el amor verdadero, mi amor?» De allí en adelante, por unos 40 minutos, Be with me es una película coral desprovista prácticamente de diálogos, aunque no por ello muda. Tres historias se entrelazarán: un viejo comerciante que ha perdido a su mujer pero no lo acepta, quizás todavía su espectro esté con él. Un guardia de seguridad enamorado espía a una mujer que vive en el edificio en el que trabaja. Dos jóvenes estudiantes se conocen en el limbo virtual de la web e intentan establecer una relación. Predomina el desencuentro y el desencanto, pero el ánimo es unánime: desear amar y ser amado.

Pero algo misterioso acontece a los 40 minutos de película. Un personaje que hasta ese momento tipiaba las sentencias sobre el amor en una máquina de escribir, irrumpe en la ficción y la desestabiliza, al punto de dislocar las categorías de ficción y documental. De la nada, un texto que ni es leído ni dicho por ningún personaje acompaña las imágenes. Se trata de la autobiografía de Theresa Chan, el libro que inspiró la película y que contrasta dialécticamente con las historias precedentes. La realidad supera la ficción.

Aquí se inicia un viaje perceptivo, en el que leemos el relato de una vida y vemos a la protagonista interpretándose a sí misma. Pero no se trata de una historia cualquiera. Chan quedó ciega y muda de muy joven, y siendo ya anciana, sigue dedicándose a enseñar a otros «discapacitados» a interactuar con el mundo que les rodea. Así, Eric Khoo, figura emblemática del cine de su país, decide entonces mostrar la cotidianidad de Chan. Es una sobria impugnación para el resto de sus personajes, incluso para la primera parte de la película, pues la puesta en escena rivaliza con la voluntad de un guión proclive a la sentencia, al mensaje. Y para esto último, como dijera Hitchcock, está el correo.

Be with me, a pesar de ciertas decisiones estéticas y narrativas de Khoo (por ejemplo, el subrayado musical y la resolución trivial y perversa de sus historias) se impone por la figura de Chan y su conquista sobre el espacio que no oye ni ve, en donde el acierto formal de Khoo es valerse de planos fijos y cerrados que reproducen esta condición perceptiva.

Sociológicamente nula, lo mejor del tercer filme de Khoo radica en su poética de los detalles y no en su propuesta metafísica sobre el destino, el amor y la esperanza. Lo poco que se revela de la próspera Singapur es la importancia simbólica de las comidas como medio de interacción humana. Aunque ver a Chan preparar su cena transfigura un acto ordinario en un episodio sublime de supervivencia.

Copyleft 2000-2007 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada en el mes de noviembre por el diario La Voz del Interior de la provincia de Córdoba.