ESTRENOS INVISIBLES (03): BATALLAS ÍNTIMAS

ESTRENOS INVISIBLES (03): BATALLAS ÍNTIMAS

por - Críticas
27 Jul, 2017 11:58 | Sin comentarios
Delicado y preciso retrato sobre la violencia de género en el que el cine importa tanto como enunciar y denunciar las múltiples formas de maltrato masculino y los vericuetos de la psicología de las víctimas.

La violencia de género ha sido identificada en la conciencia social pero no erradicada. La razón de su persistencia la expresa un miembro del Ministerio de Igualdad de Sevilla, en una breve intervención en el final: el patriarcado es una cultura arraigada en la mayoría de las prácticas sociales que organizan las conductas; destituir ese orden es un poco la misión de Batallas íntimas. Pero ¿cómo combatir una práctica en la que los hombres son meros ejecutantes de una partitura escrita por milenios?

En principio, Gajá apuesta a una lectura situada y global. Las mujeres elegidas que revelan su propio drama y luchan frente a la violencia de sus cónyuges (y también de otros familiares masculinos) pertenecen a distintas clases sociales y naciones. La violencia de género desconoce fronteras territoriales y lingüísticas. Buscar un sentido caleidoscópico al combate que deben enfrentar miles de mujeres en todo el mundo es una táctica narrativa y una petición de principio: se trata de un drama universal. Las protagonistas son indias, finlandesas, españolas, estadounidenses y mexicanas. Cada mujer cuenta su propio caso, y casi siempre coinciden algunas variables: el chantaje familiar para legitimar el silencio, la ansiedad por el futuro de los hijos, el temor por la fragilidad económica. Los testimonios se yuxtaponen en el relato y forman un retrato de la resistencia.

Batallas íntimas, Lucía Gajá, México, 2016

Gajá no se limita a escenificar su objetivo. No es solamente una mujer que comparte la indignación de muchos frente a la vigencia impune del poder patriarcal. También le importa el cine. Intuición o elección consciente, Batallas íntimas tiene un constante sentido del movimiento en el encadenamiento de sus escenas. En un par de secuencias se ve a las mujeres de espaldas mientras un travelling hacia atrás abre el plano y reposiciona la figura de la mujer en la característica ciudad en la que habita; en otras ocasiones las protagonistas caminan por las calles y Gajá propone una continuidad entre los pasos de todas. También hay un par de fundidos con el mismo paisaje de fondo pero en distintas estaciones. Todo cambia; el movimiento es aquí sinónimo de transformación. El patriarcado no es ni imbatible ni inamovible.

Roger Koza / Copyleft 2017