AFORISMOS VISUALES (16): EL NIHILISMO HÚNGARO

AFORISMOS VISUALES (16): EL NIHILISMO HÚNGARO

por - Aforismos V
18 Oct, 2012 02:45 | Sin comentarios

Al promediar una hora y minutos de película, un extraño hombre visita la cabaña en la que viven el padre y la hija, los dos protagonistas exclusivos, junto al caballo que Nietzsche abrazó antes de enloquecer, del crepuscular film de Tarr, El caballo de Turín. Esto anuncia…

***

Porque todo quedó en ruinas,

todo ha sido degradado,

pero no podría decir que ellos

convierten todo en ruinas y degradaron todo.

Porque no se trata de un tipo de cataclismo,

que tiene lugar debido

a la conocida colaboración humana.

Todo lo contrario…

Se trata del propio juicio del hombre

Su propio juicio del hombre sobre si mismo,

en donde Dios, por supuesto, tiene mucho que ver

o, me atrevería a decir, en que él toma parte.

Y en lo que él está involucrado.

Se trata de la creación más espantosa

que se pueda imaginar.

Porque, te darás cuenta,

el mundo ha sido degradado.

Así que no importa lo que diga,

porque todo ha sido degradado,

ellos han adquirido todo,

y, desde que han adquirido todo,

en una lucha tramposa y taimada,

todo ha sido degradado.

Porque lo que tocan,

y ellos van por todo,

todo ha sido degradado.

Así fue hasta la victoria final.

Hasta que el triunfador terminó.

Adquirir, devaluar,

devaluar, adquirir.

O lo puedo decir de otro modo,

si quieres:

para tocar, degradan y

por tanto adquieren.

O tocan, adquieren y por tanto degradan.

Así viene sucediendo por siglos.

Una y otra vez.

Esto y sólo esto, a veces

en el cielo, con rudeza,

a veces con gentileza, y

en ocasiones brutalmente.

Pero así ha sido siempre.

Sin embargo de un solo modo,

como sucede con un rata en una trampa.

Porque para esta victoria perfecta,

fue esencial que el otro lado,

quienes poseen la excelencia,

y en un sentido son grandes y nobles,

no debería involucrarse

en ninguna clase de batalla.

No debería haber ninguna clase de lucha,

tan sólo la repentina desaparición de un lado,

lo que significa la desaparición de lo excelente,

lo grandioso y lo noble.

Así es que los vencedores

atacan a escondidas las reglas de la tierra,

y no existe siquiera un recoveco

en el que se les pueda ocultar algo,

porque todo lo que pueda

recaer en sus manos,

incluso aquellas cosas que pensamos

que no pueden alcanzar, ellos lo toman,

y son también de ellos.

Porque el cielo ya es de ellos

y todos nuestros sueños.

La naturaleza y el instante les pertenece,

el silencio infinito.

Aun la inmortalidad, ¿entiendes?

¡Todo, todo se ha perdido para siempre!

Y aquellos nobles,

quienes son grandiosos y tienen excelencia,

se pararon, si así lo puedo decir.

Se detuvieron a esta altura,

y tuvieron que comprender

y aceptar

que no hay Dios, ni dioses.

Y quienes portan lo excelente, y son grandiosos

y nobles

tuvieron que comprender y aceptarlo

desde el mismísimo inicio.

Pero, por supuesto, no eran capaces

de aceptarlo.

Creyeron, lo aceptaron,

pero no lo entendieron.

Se pararon, estaban desconcertados,

pero no se habían resignado.

Hasta que algo alumbró sus mentes,

y finalmente los iluminó.

Y en un instante se dieron cuenta

que no había ni un Dios, ni dioses.

En un instante todos vieron

que no había algo como el bien y el mal.

Así fue lo que vieron y lo entendieron,

Y si esto era así,

ellos, por tanto, tampoco existían.

Lo ves,

calculo que ese fue el momento

en el que pudieron decir

que se habían extinguido y quemado.

Extinguidos y quemados.

como el fuego que queda ardiendo en la pradera.

Uno fue el constante perdedor,

el otro el constante vencedor.

Derrota, victoria,

derrota, victoria.

Y un día, aquí en el vecindario,

me di cuenta,

y me di cuenta, que estaba equivocado.

Estaba realmente equivocado cuando pensaba

que nunca había sido posible

y que nunca podría haber

algún cambio en la Tierra.

Porque, créeme, ahora lo sé,

que ese cambio ha tenido lugar.