28 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA (20): BREVES PALABRAS SOBRE LA GANADORA FIPRESCI

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por - Críticas, Festivales
24 Nov, 2013 12:45 | Sin comentarios

Penumbra-La-oscurana-1000x360-1Por Roger Koza

Eduardo Villanueva es un formalista y por eso sus películas tienen los signos de un director obsesivo. El plano circular que abre Penumbra, título extradiegético, pues anticipa una modalidad de registro y no la clave en el desarrollo de un relato, indica una experiencia del tiempo, característica de sus protagonistas. Las vidas de Adedelmo Jiménez y Carlota Rodríguez tienden a la repetición y a la circularidad.

En la vida rural los actos cotidianos no están interceptados por otros estímulos que implican expectativas distintas a las que ordenan la cotidianidad. La máxima preocupación para un cazador como Adedelmo no consiste en un evento especial signado por una fecha sino en encontrar cuanto antes su presa. “El ansia deja huellas siempre”, dice en algún pasaje mientras descansa en plena cacería, y es de esa naturaleza el tiempo en cuestión. El calendario no cumple función alguna en este paradigma, excepto cuando marca un recuerdo especial. Para estos dos ancianos solitarios, que viven en algún paraje perdido entre Colima y Jalisco, el gran tema de sus vidas pasa por la muerte de Emiliano, su único hijo.

Después de su debut con Viaje a Tulum, donde Villanueva toma un riesgo mayor al adoptar un punto de vista que coincide en todo el metraje con una subjetiva de su personaje principal (que nunca vemos), una película saturada de referencias filosóficas, Penumbra es una suerte de inversión dialéctica: las panorámicas del bosque y las montañas refuerzan el universo mudo de la naturaleza, de lo que no se predica una mirada despectiva sobre la vida espiritual campesina. Adedelmo tiene sueños extraños y practica rituales misteriosos, más allá de la religión que él y su mujer profesan. El cristianismo es una presencia oblicua, y Villanueva sabe cómo sacar provecho de esto sin subrayar más de la cuenta.

Es un film para escuchar y mirar con atención. “La soledad del campo” se materializa plano tras plano. Lo que para muchos es paradisíaco, para otros es la pura nada, un boceto hermoso de lo inerte.

Roger Koza / Copyleft 2013