LO QUE NO VEMOS

LO QUE NO VEMOS

por - Ensayos
25 Jun, 2017 02:17 | Sin comentarios
Breve ensayo sobre el sonido comisionado por el diario de Ficunam. Dos películas brasileñas, una de la década de 1970, otra reciente. La primera de un maestro, la segunda de un director debutante. Dos buenos exponentes para pensar lo que no se ve en el cine: el sonido.

El sonido no se ve, pero puede hacer ver. Lo que vemos no puede hacer escuchar. Las metáforas visuales organizan el saber. Comprender es ver. No es indebido asociar el cine con el orden visual de toda experiencia. Hablamos de plano, de travelling, de encuadres, de fundidos. El discurso del cine es soberanamente visual.

¿Qué hacer con el oído? ¿Cómo se orienta la percepción auditiva en el cine? Empecemos por un film que parece tomar el camino del recientemente fallecido Peter Hutton. Imagens, de Luiz Rosemberg Fihlo, carece de sonido. En tanto que el tema del film es el fascismo y el poder de la censura, el cineasta brasileño aprovecha la restricción sonora para que los cuerpos se ofrezcan como pizarra. En ellos la palabra se inscribe y escribe. Pero el lenguaje, antes de ser escritura, es sonido, y eso es lo que falta en Imagens. Al ser así, la experiencia resulta fascinante. ¿Cómo se mira cuando no se escucha nada? ¿Qué suena cuando nada suena?

Muchas de nuestras películas tienen un tratamiento sonoro exquisito, pero hay una en especial que es soberbia en la materia. La ópera prima Elon no cree en la muerte, de Ricardo Alves Jr, es al respecto una proeza. El relato se circunscribe a la desaparición (o a la no aceptación de la muerte) de la mujer del protagonista. Este busca por todos lados. Narrativamente, el film es inquietante, pero es en el sonido donde la inestabilidad del mundo del personaje se materializa. La angustia se transporta sonoramente.

En las películas el sonido se constituye como lengua, ruido y música. Los ruidos de un film pueden simplemente enfatizar la existencia del exterior o la física sonora de un espacio doméstico. Lo que vemos suele duplicarse en su sonoridad. Lo excepcional de Elon no cree en la muerte reside en que el sonido del mundo más que replicar una musicalidad tosca transmite una violencia que se erige en estridencia y vibración.

Pasada media hora de película, hay una secuencia de cuatro escenas cuyo trabajo sonoro es notable. Empieza con Elon haciendo ejercicio frente a la pared, continúa con el advenimiento de una tormenta, prosigue con una desesperada corrida bajo la lluvia y finaliza con el personaje en un edificio que luce vacío y oscuro en medio de la noche. En el sonido radica la eficacia sensorial de esas escenas. Es por el sonido que se puede situar la desesperación infinita del personaje. No se ve nada, pero el ordenamiento de lo visible queda supeditado a la prepotencia del sonido. Hay que aprender a ver con los oídos.

* Fotogramas: Imagens (encabezado); Elon no cree en la muerte

Roger Koza / Copyleft 2017