EL LECTOR

EL LECTOR

por - Críticas
06 Jun, 2009 11:06 | comentarios

**** Obra maestra  ***hay que verla  ** Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

EL MONSTRUO QUE ME AMÓ

El lector/The Reader, EE.UU.-Alemania, 2008.

Dirigida por Stephen Daldry. Escrita por David Hare.

* Tiene un rasgo redimible

Este mediocre film de Daldry, basado en un libro que no lo es, se soporta por la fuerza equilibrada de un elenco, en ciertos casos, con interpretaciones notables.

Quizás en un futuro no muy lejano, en algún claustro de Estudios Culturales, surgirá una investigación perspicaz sobre cómo Hollywood ayudó a reescribir la historia de Alemania en tiempos aciagos como los de Hitler. El lector, seguramente, será objeto de escrutinio.

Basada en la novela ligeramente autobiográfica de Bernhard Schlink, El lector cubre un período de tiempo extenso: de 1958 a 1995; su trama se ordena en torno a una historia de amor entre un joven de 15 años (que tiempo después se convertirá en abogado) y una mujer que lo duplica en edad. Tras un encuentro azaroso, ella habrá de iniciarlo en los placeres de la carne mientras que él, un buen estudiante, colmará el placer intelectual de una mujer solitaria y bastante rudimentaria. Homero y Eros es una combinación más que estimable. Pero un día, tras ser ascendida en su trabajo, Hanna escapa.

En una clase, un profesor sostiene que la literatura siempre administra (y oculta) la información al lector. Los personajes siempre guardan secretos, a veces por causas nobles, otras por motivos perversos. Le llevará unos 10 años al joven Michael acceder a los secretos de su primer amor, y toda su vida reparar los efectos del mismo sobre su atribulada alma. No es fácil descubrir que se ha amado a un miembro de la SS.

Habrá un juicio, algunas disquisiciones jurídicas y morales y un intento de redención. Tímidamente, la dirección de Daldry consigue sugerir lo que Schlink evidenciaba en su libro: los niveles de responsabilidad y culpabilidad del pueblo alemán respecto del Holocausto. En un segmento del juicio uno de los personajes habrá de argumentar honestamente que, por evitar el desorden y obedecer a sus funciones, dejó morir carbonizadas a más de 300 mujeres en una iglesia. Aquí se trasluce una mentalidad, que también puede verse cuando el joven Michael, abatido, antes de nadar en un lago para reparar sus heridas, deja su ropa prolijamente ordenada sobre un muelle.

El exceso musical de Daldry es un síntoma de que el material es demasiado complejo para urdirlo con elegancia. La mejor secuencia cinematográfica es la que sigue al primer coito y algunos momentos de lectura, no, precisamente, los primeros. El trabajo de Winslet es muy bueno, y Ralph Fiennes parece haber nacido para interpretar al Michael adulto. En otras palabras, la solidez dramática sostiene la película.

El riesgo de El lector es transmutar al verdugo en víctima. Juzgar a los responsables, como se sugiere, implica asumir el marco legal de un tiempo pretérito. Pero lo que la película evita es dilucidar cómo el pasado sobrevive.

Copyleft 2009 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La Voz del Interior en el mes de junio de 2009