UNA LEYENDA LLAMADA TETSUO LUMIÈRE

UNA LEYENDA LLAMADA TETSUO LUMIÈRE

por - Entrevistas
09 May, 2010 05:46 | comentarios

Por Roger Alan Koza

Pocas películas transmiten tanto amor por el cine como las que realiza Tetsuo Lumière, un joven cineasta misterioso cuyo nombre real se desconoce, pues su vida parece identificarse con sus películas. Es evidente que la pasión desmedida del personaje, capaz de todo con tal de hacer su gran película sobre platillos voladores, ahora titulada “Invasores del centro de la Tierra”, es una transposición poética e hiperbólica del entusiasmo que el verdadero Lumière manifiesta por su cine

Como sucedía en TL-1, Lumière hace un falso documental sobre la propia historia del director de su ficción. Diversas novias y amantes, productores y el desopilante camarógrafo de sus filmes cuentan anécdotas de la vida del realizador, que se representan y que se entrecruzan con fragmentos de supuestos cortometrajes de su propia autoría, entre ellos, uno que tiene como protagonista a su psicóloga de la infancia, Vivian Chantal. El pasaje en el que la analista y Tetsuo fuman canabis mientras un gato los acompaña justifica la película.

Que TL-2: la felicidad es una leyenda urbana sea un filme clase b no significa que no sea una gran película. Este Ed Wood de las pampas, que parece conocer la gramática y la comicidad del cine mudo a la perfección, no deja de sugerir el enorme costo que tiene para cualquier artista seguir su propio camino. Los sueños y los delirios de Lumière constituyen una sana resistencia.

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Roger Koza: ¿Cómo llegaste a concebir una serie de películas tituladas TL1, ahora TL2 y pronto TL3? ¿Esta serie tiene un límite? ¿Has tenido otro proyecto cinematográfico que esté más allá del personaje que has creado?

Tetsuo Lumière : Sí, tengo otros proyectos, pero la verdad no puedo andar con varios proyectos a la vez. Siempre tuve que elegir dentro de mis posibilidades y mis limitaciones que siempre son económicas. Si tuviera dinero haría una película mezcla de Metrópolis y Transformers. Mis largometrajes fueron concebidos por mi necesidad de hacer largometrajes, ya que hacer cortometrajes nunca me motivó demasiado. Mis dos películas me encantan, pero no son lo que haría si tuviera dinero. Las hice para hacerme un nombre, conocer gente del medio, y descubrir mis limitaciones y ventajas. A pesar de ser muy independientes, mis dos películas han tenido cierto reconocimiento. Ahora puedo encarar mis próximos proyectos de una manera diferente. Ya no seré yo el que haga absolutamente todo. Para TL3 trabajaré con un equipo más grande, como siempre lo quise hacer. Por ejemplo Georgina Ciotti, quien hizo el diseño conceptual de algunos personajes de Hellboy 1, Helboy 2, y Laberinto del Fauno, hará en unos días el diseño conceptual de los personajes de TL3, y seguramente se encargué de la dirección de arte. TL3 se verá y sonará realmente diferente a mis dos anteriores películas, y tendrá más risas por minuto, que es lo más importante. Y seguramente será la última de la saga.

RK: Hay algo ostensiblemente político en tu segundo film, algo que se evidencia en el título. En última instancia, TL2 se circunscribe a la vida de un marginal cuyo sueño (hacer cine) va en contramano del contexto social en el que vive el personaje. Decís: “La vida es como un video juego en donde nunca podés” ¿Cómo ves esta posible lectura?

TL: La vida es como un video juego en donde nunca puede ganar, es parte de la letra de una canción Atari Teenage Riot. Ellos hacen Hard Core Digital, y es una de mis favoritas. Creo que tanto el personaje como algunos seres humanos sienten que están en un video juego eliminando obstáculos en vez de relajarse y vivir en paz. Por ejemplo: en este país muchos se la pasan resolviendo problemas que les resultan absolutamente ajenos, o se la pasan peleando para tener las necesidades básicas para poder sobrevivir, o pelean para obtener lo que le dé por si le corresponde, en vez de terminar su libro, terminar su cuadro, jugar con si hijo al fútbol, terminar su carrera o filmar su película. En Buenos Aires el tiempo nunca alcanza. Y el correr de un lado a otro no te garantiza que puedas ni si quiera comer bien todos los días. Buenos aires no es para cualquiera, y el personaje de mi película lo sufre a diario. Él llego de un pueblo del interior para hacer algo tan simple como hacer una película, y se mete en problemas, producto de su inocencia, de su ineficiencia, de su ignorancia y de su mala suerte. Pero en TL3, este personaje madura, y quiere hacer las cosas con inteligencia. Pero se encuentra con que hay gente realmente jodida, y que la manera en que los políticos manejan nuestro país, a veces parece estar hecho como para que ninguno de nosotros avance para ningún lado. Y tal cual como en los video-juegos, en la vida, son pocos los que ganan.

https://i0.wp.com/www.cinencuentro.com/wp-content/uploads/2008/03/tl1-mi-reino-por-un-platillo-volador-001.jpg?resize=313%2C164

RK: Nadie sabe tu nombre, pues tus películas implican un orden de continuidad entre vos como realizador y personaje. ¿Hasta qué punto tus dos películas son meras ficciones? ¿Cuánto hay de autobiográfico y de catártico en tus películas? ¿Por qué Tetsuo, y por qué Lumière , más allá de las connotaciones evidentes de ambos nombres propios?

TL1 está basado en hechos que me ocurrieron, pero están tan exagerados para hacerlos graciosos, que ya no parecen míos. En TL2 el personaje es más mala persona; es un egoísta, usa a la gente, y por lo tanto se encuentra con gente decadente, que lo usan a él, o simplemente le hacen pasar un mal momento. Ese personaje ya no se parece en mí, porque yo soy buenito. Y de catártico hay bastante. Con las dos películas les estoy diciendo al público mientras se ríen: “Vieron lo difícil que resulta cumplir un simple sueño, y ser feliz”.

Me llamaban Lumière algunas personas al ver mis películas en forma de burla, y yo lo adopte como mi nombre artístico. Quería un nombre que me relacionara con el cine primitivo, con lo oriental, y que uno al escucharlo no supiera de qué lugar puedo ser. También quería que suene gracioso, y Tetsuo Lumière me pareció el adecuado.

RK: Viendo tus dos películas una y otra vez éstas denotan una educación cinematográfica precisa y copiosa. Tus films transmiten una idea de cine y postulan una hipótesis: el mejor modo de hacer cine es habiendo visto mucho cine. Más allá de eso, ¿has estudiado cine?

TL: La verdad es que no vi tanto cine como la gente cree que vi. No soy cinéfilo. Creo que la mejor manera de hacer cine es haciendo y viendo aunque sea poco, pero con mucha atención y cariño. Sé que te estás riendo, pero lo de ver las cosas con cariño y ojos de inocencia es importante. No me gusta andar juzgando una película con intelectualizaciones raras. Una película te gusta o no te gusta. Y escucho mucha música: no creo que sea bueno para un artista consumir sólo el arte al que uno pertenece. Hay que devorar de todo.

RK: Es evidente la filiación de tus películas con el cine mudo y el cine clase b. ¿Cuáles son tus influencias? ¿Qué cine te interesa en la actualidad?

Mis influencias evidentemente son Benny Hill, Chaplin, Keaton, Los tres chiflados, Ftitz Lang, Murneau, las películas de Harry Housen, George Pal. En la actualidad, Steven Spielberg, Takashi Miikee, James Cameron, David Lynch, Michel Goundry. Como veras no hay muchas comedias que me hagan reír ahora, salvo las de Sacha Baron Cohen (BoratBruno)

RK: Tus dos películas denotan una idea de puesta en escena. ¿A veces privilegias planos extensos, en otros momentos jugás con el falso documental, por ejemplo? ¿Son decisiones conscientes?

Absolutamente conscientes. Me gustan los planos extensos, largos, como abundaban en los primeros años del cine. Y el falso documental siempre fue un género que me divirtió muchísimo. Zelig es una de mis películas favoritas y es en la que pensé al escribir TL1, aunque no se parezca absolutamente nada a ella.

RK: ¿Trabajas en base a un guión establecido o combinas un plan mínimo con elementos azarosos e improvisados?

Muchos creen que trabajo sin guión, y que voy a la locación e improvisamos en el momento y como soy un genio encuentro la manera de encajar todo de manera armoniosa en el largometraje. Lamentablemente no soy ningún genio, y tengo poco tiempo para utilizar las locaciones. Así que tengo que ir al rodaje teniendo bien en claro lo que voy a hacer, cómo voy a filmar, y cuánto tiempo me tiene que llevar. El grado de improvisación en mis rodajes debe ser la misma o menor que en un rodaje de cualquier película.

RK: Tus películas tienen muchos formatos. ¿A qué se debe tal elección, o más bien se trata de una imposición de presupuesto y posibilidad?

Es una imposición de presupuesto. Mi lema era: “filma como sea, pero filma”.

RK: ¿Qué significó ganar el premio a mejor película argentina en el último Festival Internacional de Mar del Plata? Una película clase b se llevaba un premio en un Festival Clase A: ¿qué importancia ves en todo esto, además de una legitimación personal a tu trabajo?

Fue exactamente eso: una gran legitimación. Cuando comience a buscar producción para TL3, veré en qué me sirvió. Pero seguramente es lo más importante que pasó en mi carrera.

RK: TL2 anuncia TL3: ¿cuándo llega la tercera parte y cómo sigue la vida de este cineasta capaz de hacer cualquier cosa con tal de hacer su película?

TL: En TL3 el personaje se da cuenta que por hacer cualquier cosa casi pierde su vida, entonces decide calmarse. Pero aparece un millonario excéntrico llamado Aquiles Romero, que compra su película inconclusa Ataque del espacio exterior, y decide concluirla. Lumière querrá impedir esto a toda costa, mientras trata de restaurar su rostro quemado por el fuego. En cuanto a cuándo empezaré a filmar es una intriga; esta semana acabo de hacer la última corrección del guión que escribí hace cinco años.

Esta entrevista fue publicada en otra versión por el diario La Voz del Interior durante el mes de abril.

Fotos: T.L; 2) TL1

Roger Alan Koza 2010 / Copyleft 2020