CINECLUBES DE CORDOBA (37): VACACIONES CON LOS MAESTROS

CINECLUBES DE CORDOBA (37): VACACIONES CON LOS MAESTROS

por - Cineclubes de Córdoba, Críticas breves
07 Jul, 2014 04:08 | 1 comentario
GEBO

Gebo y la sombra

Por Roger Koza

Sigue vivo, sigue filmando. El único cineasta vivo que empezó su carrera en tiempos del cine silente, Manoel De Oliveira, estrenó su último largometraje en el 2012. Gebo y la sombra empezó en Venecia, pasó por algún festival argentino y jamás se estrenó comercialmente en nuestro país. Esta pieza lúcida y desencantada, basada en una obra teatral de Raul Brandão, se sitúa a fines del siglo XIX, y aunque no se especifica en qué ciudad transcurre y los personajes hablan en francés, puede ser leída como un comentario sesgado sobre la actual crisis económica en Portugal.

El gran Michael Lonsdale interpreta a Gebo, un viejo contador que vive con su esposa (Claudia Cardinale) y su nuera en un barrio humilde. El hijo de la pareja se ha escapado y han pasado ocho años. En vez de llevarle las cuentas a los ricos, como su padre, él ha decidido apropiarse de sus riquezas. Su madre espera su regreso como un milagro que cambiará la monotonía de la vida cotidiana. De Oliveira contrapone dos modos de existencia: uno signado por la obediencia y otro por la rebeldía, en una película de un pesimismo total que contrasta con su hermosura física. Por la fuente del argumento y la puesta en escena elegida (un solo escenario y varios diálogos filmados en planos largos y fijos), algún distraído podrá creer que se trata de teatro filmado. Tal idea se desvanece tan sólo prestando atención al concepto lumínico del filme y su relación con los objetos y los sujetos. (Cinéfilo Bar, Bv. San Juan 1020, miércoles 9, a las 21hs)

Los maestros de la risa

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El evangelio de San Mateó

El nuevo ciclo del Cineclub Municipal Hugo del Carril (Bv. San Juan 49), desde el jueves 10 al domingo 13, es una gran oportunidad para reencontrarse o ver por primera vez genialidades como El pibe y Tiempos modernos de Chaplin, Mi tío y Las vacaciones del señor Hulot de Tati, El navegante y El maquinista de La General de Keaton y El joven Frankestein y Alta ansiedad de Mel Brooks. Entre los títulos elegidos está El circo, un magnífico filme de Chaplin en el que su personaje de Charlot termina trabajando en un circo. Algunas secuencias son memorables, como la del laberinto de espejos y la de la jaula del león.

Vuelve Ida

En la semana de su estreno, Ida, la primera película polaca de Pawel Pawilkowski, pasó prácticamente desapercibida. En este filme físicamente deslumbrante una joven novicia a punto de tomar sus votos se encuentra inesperadamente con su tía, una sobreviviente del Holocausto. En plena Polonia socialista de la década del ’60, la futura religiosa descubrirá que es judía y descubrirá por qué no lo sabía. La composición de todos los planos del filme es soberbia. (Cine Teatro Córdoba, 27 de Abril 275, del jueves 10 al domingo 13)

Un Cristo del pueblo

El problema del cristianismo en el cine es su propensión al lugar común. Tal vez por eso Pasolini en El evangelio según San Mateo arranca con un plano temprano de María embarazada e incluye en su relato el suicidio de Judas, dos elementos que suelen quedar en fuera de campo en las películas sobre Jesús. Lo inolvidable de esta aproximación materialista a la vida de Cristo reside en la singularidad del registro de los rostros tanto de los fieles como de los incrédulos. (Cineclub Municipal Hugo del Carril, sábado 12, a las 22hs)

Esta nota fue publicada por el diario La voz del interior en el mes de julio 2014

Roger Koza / Copyleft 2014