DIARIO DISCRETO (2)

DIARIO DISCRETO (2)

por - Festivales
04 Sep, 2010 04:43 | Sin comentarios

Por Roger Alan Koza

Tan discreto será el diario de hoy que una foto habrá de ser el «texto» de este texto, aunque a continuación sigue una entrevista con Anahí Berneri, quien participa en el festival como jurado de la competencia nacional y quien ayer presentó en la sala de la Biblioteca Sarmiento, su tercera película.

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Anahí Berneri es uno de los miembros del jurado de la competencia nacional de largometrajes de la segunda edición del Festival Nacional de Cine y Video Río Negro Proyecta. Su última película, Por tu culpa, tuvo ayer su función de gala. Es un film incómodo y visceral, un retrato lúcido sobre la institución familiar.

En efecto, los primeros minutos de Por tu culpa son extraordinarios. Una escena doméstica reconocible se convierte en un espacio sonoro entre insoportable y fascinante, secuencia capaz de musicalizar el malestar de una familia de una clase específica: dos niños parecen desconocer todo límite; juegan, ven la televisión, se pelean entre ellos. Mientras tanto, su mamá oscila entre ejercer su función materna y mandarlos a la cama o seguir escribiendo en su computadora. Una conversación telefónica con el padre, los dibujitos en el cable, la respiración de la madre son notas de una pieza de música concreta que condensa un desorden.

En este microcosmos sonoro habrá un accidente menor. El niño más chico se dará un golpe en la cabeza y será llevado a una clínica (el viaje hasta allí es un prodigio de suspenso). Es una medida prudente que derivará inesperadamente en un episodio jurídico, pues el médico de guardia no sólo habrá de revisar la cabeza del niño sino que intentará descifrar otras marcas, un “texto” escrito en el cuerpo que excede la categoría de accidente. Luego llegará el padre. Ya en el amanecer, la familia habrá de comenzar un nuevo día.

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ENTREVISTA CON ANAHÍ BERNERI

Roger Koza: El plano inicial, la cámara pegada al cuerpo de la madre y sus dos hijos, lo que imposibilita discernir y ver exactamente qué están haciendo, ni entenderlo a través del sonido, parece una declaración de principios (estéticos). En efecto, el espectador será invitado a un gimnasio audioperceptivo. ¿Por qué decidís introducir el mundo de los personajes de ese modo y tomarte varios minutos para delimitar un dilema familiar (y quizás policial?

Anahí Berneri: Quería que el comienzo de la película fuese una zambullida en la vida de esta familia. Los planos iniciales, tan cercanos e íntimos, son  reflejo  de  la violencia y la confusión que se cuenta. De alguna manera Por tu culpa refleja un tipo de monstruosidad que de tan cotidiana y cercana puede parecer invisible.

La puesta planteada es muy física. Con el director de fotografía, Willy Benhish, hablamos mucho sobre la necesidad de mostrar el cuerpo y la piel de los personajes para contar esta historia. Cuando el primer día de rodaje Erica Rivas llegó con la boca hinchada por un herpes, supe que eso era parte del personaje, que no había que  ocultarlo sino exponerlo. El personaje tocándose la boca y reconociendo sus imperfecciones, con la mirada oculta, tenía que ser el primer plano de la película.

RK: ¿Qué pensaste primero, el sonido y luego las escenas en la casa, o después de ver esos pasajes decidiste trabajar sobre el sonido como si éste fuera en sí una entidad dramática?

Desde el guión, con la sonidista, Jésica Suárez, sabíamos que las escenas de la casa iban ser reconstruidas casi en su totalidad en postproducción.  Era imposible pretender que el sonido directo contara con toda la información que las escenas requerían. Se trabajó en muchísimas capas y se produjo especialmente los televisores, el sonido de los auriculares con el estudio de mercado en el que ella trabaja, los juguetes de los chicos, consolas electrónicas, etc. Por supuesto que para que esto  funcione, primero desde el guión y luego desde el arte se pensaron elementos asociados a la infancia y a la vida doméstica que nos permitiera crear ese caos en el que viven los personajes y esa sensación de encierro que se mantiene toda la película

El sonido está generando tensión continua. Es increíble el cambio que experimentaron ciertas escenas luego del trabajo de postproducción. Por otro lado, dejamos ciertas frecuencias agudas que no son comunes de encontrar en el cine.  Se trabajo mucho, aquí y en Francia, donde viajamos gracias al subsidio del Fond Sud Cinema que recibió este proyecto.

RK: Si tuvieras que describir cuál es el eje del film, su punto de gravedad narrativo, ¿Qué propondrías como respuesta?

AB: Un accidente, una noche de pesadilla, una acusación que podría ser falsa pero que deja al descubierto la fragilidad y el desborde de una familia.

RK: La puesta en escena combina un diseño de sonido específico junto con una modalidad en la que se privilegia los planos cerrados, algo que también se veía en Encarnación. ¿Por qué trabajas de ese modo?

AB: Trabajo sobre un punto de vista muy específico. En mis tres películas un protagonista excluyente guía el relato y lo que sabemos de la historia es lo que este conoce.  Son retratos de personajes que intentan cuestionar nuestros prejuicios. Siempre trato de generar una identificación fuerte con el espectador, convencerla para que siga el camino del  héroe.

RK: El cuerpo y su lenguaje suele privilegiarse en tu cine. ¿Qué buscas al focalizar los movimientos corporales, no necesariamente centralizando sobre el rostro, sino sobre las espaldas, los cuellos, incluyendo en este caso una concepción del cuerpo en el que él es también un texto y una evidencia?

AB: Trato de  estar en la piel de los personajes desde la escritura. Creo que mis películas son muy sexuales, en un término amplio de la palabra, y por consiguiente  muy femeninas, ya que soy mujer. Desde antes de hacer cine investigué y trabajé sobre cuestiones de género y creo que esa preocupación o forma de mirar continúa de manera conciente e inconciente. En Por Tu Culpa quise trabajar con la idea de la crianza como marca en el cuerpo de los hijos. Existe un lazo que nos sigue uniendo a madres e hijos fuera del útero por mucho tiempo. No creo que una actriz que no fuese madre pudiera haber hecho este papel de manera creíble.

RK: ¿Cómo trabajaste con los niños? El más chico parece estar padeciendo su dolor, su quebradura, ¿cómo lo lograste? Para el espectador, sus interpretaciones poseen un efecto extraordinario y perturbador.

AB: Encontramos a una gran familia que acompañó la experiencia de sus hijos durante todo el rodaje, eso fue lo más importante. Zenón y  Nicasio Galán son hermanos y grandes pequeños actores, algo indispensable para trasmitir la crueldad que muestran en pantalla. Trabajamos casi tres meses antes de filmar para crear el vínculo con Erica y con Rubén Vianni (el padre) que necesitábamos.  Tuvimos la contención en el set de una profesional en niños, Maria Laura Berch, y trabajamos con una enorme confianza y cariño. Con sus dos años Zenón sabía de nuestro trabajo y de su juego en el set. Los llantos nunca son de dolor, pero sí son llantos reales, generalmente provocados por algún capricho o pelea con su hermano que resolvíamos en cuestión de segundos detrás del corte.

RK: Tu película es sin duda un retrato de familia de clase media pudiente, sin embargo, tu interés parece exceder la dinámica familiar e incluso de clase. Es una familia en donde parece no haber límites y funciones claras, acaso un síntoma de una disfunción propia de la institución familiar de la actualidad, ¿qué es lo que te interesa de este núcleo?

AB: Me interesaba hablar de violencia fuera de las clases marginadas social y económicamente, que es a lo que nos tiene acostumbrados la televisión.

Los personajes de esta historia son profesionales que viven corriendo tras una seguridad social y económica que los vuelve peligrosos a ellos mismos. Son seres a los que les cuesta estar presentes en sus roles más allá de convivir junto al otro. Julieta parece un tanto aniñada para ser madre y su madre, la abuela de los niños, estar demasiado activa para ocupar el rol de abuela. El límite entre el trabajo de los padres y el hogar no  existe, o implica no volver a casa algunas noches, ni tener horarios. La culpa por el tiempo no dedicado se paga con consumo y siendo permisivos.  Todos son víctimas y victimarios, personas frágiles que hacen todo lo que pueden, aunque no sea suficiente.

No tiene ningún sentido generalizar o hablar de disfunción de la época, pero si usted, lector, si se siente identificado vaya a ver la película que va a sentirse comprendido.

RK: Una de las elecciones más inteligentes del film pasa por el enfrentamiento de la institución familiar respecto de la institución médica, éste último un actor social amparado aquí en un supuesto derecho de querer saber la verdad (familiar), lo que implica además la posibilidad de observar el poder médico en funcionamiento. ¿Por qué elegiste este choque institucional? ¿Qué es lo que te preocupa en este enfrentamiento?

AB: ¿Y quién mejor para juzgarnos como padres que la autoridad médica?

Creo que cuando hay un esfuerzo por comprender la realidad del paciente y su familia este choque no existe. Pero muchas veces, gana el prejuicio y los médicos creen saber cuál es el modo correcto en que debemos criar a nuestros hijos y juzgar nuestra paternidad.

RK ¿Qué cine te interesa?

AB: El que logra conmoverme.

RK: ¿Cómo te percibís en el panorama del cine argentino de hoy?

AB: El cine argentino está vivo y lleno de talento. La exhibición de nuestras películas no está pasando un buen momento pero es un tema muy complejo que involucra no solo a las salas, sino también a los directores, productores y espectadores. Espero que pronto encontremos juntos una solución.

RK: ¿Ya estás pensando en un nuevo proyecto?

AB: Estoy trabajando en la adaptación de una novela. Pero todavía hay un largo camino por construir.

Fotos: Bolsito del festival; 2) Por tu culpa

Roger Alan Koza / Copyleft 2010