CRÍTICAS BREVES (152): UNCUT GEMS / DIAMANTES EN BRUTO

CRÍTICAS BREVES (152): UNCUT GEMS / DIAMANTES EN BRUTO

por - Críticas, Críticas breves
11 May, 2020 11:48 | Sin comentarios
Los Safdie siguen con sus retratos de personajes en situaciones límites que excede en demasía las contingencias personales en la que están.

Uncut Gems / Diamantes en bruto, Josh y Ben Safdie, EE.UU., 2019

Adam Sandler no teme mostrarse patético. Por eso, no agudiza los rasgos desdeñables de su personaje, típicos en el extenso repertorio de la misantropía del cine, sino que, más bien, se preocupa por delinear los engranajes de su conducta compulsiva en una dispersa conciencia de su fracaso; así compone a Howard Ratner, un hombre estresado que constituye una holografía de la subjetividad capitalista. Como suele suceder, a los hermanos Sadfie les interesan los personajes que no logran ajustarse al requerimiento de una sociedad organizada en torno al dinero, y aquí eligen a un joyero neoyorkino que vive endeudándose, puesto que el juego es un suplemento mágico de su personalidad (y asimismo de un sistema económico que opera sobre la base de la especulación y el crédito). A la familia devastada (la esposa y la hija mayor lo detestan; un familiar cercano lo persigue mafiosamente para que le devuelva miles de dólares) y el judaísmo diluido en un ritual vacío que definen el contexto de Howard, Diamantes en bruto suma un contrapunto perfecto en la aparición de un secundario: un exitoso jugador negro de la NBA, cliente de la joyería, cuyo placer excesivo por las piedras preciosas es similar al de Howard por el juego; los dos, además, son devotos de un sistema cuyo valor despótico (el dinero) es la más eficiente de las supersticiones en la Tierra, de lo que se predica una intuición: el capitalismo es la apoteosis de una superstición enmascarada como destino y naturaleza. El ritmo es el prodigio poético de los hermanos, administrado en el plano y entre los planos, y la velocidad vertiginosa del relato es aquí una extensión de la psicología que exige un negocio apoyado en la tensión permanente. En este sentido, el cuerpo del personaje es decisivo, porque en este se registran las consecuencias de su actividad. Fatigarse, como detenerse, es una interdicción. El plano secuencia que se ve en el inicio, que empieza en el interior de una piedra preciosa hallada por mineros africanos y culmina en las cavidades internas del organismo de Howard, a quien le realizan una colonoscopía, es la cifra de un film con pasajes notables en el que se insiste sobre la imbricación de un sistema que afecta absolutamente todo.

Roger Koza / Copyleft 2020