CINEFILIA ONLINE (23): EL COLOR DE LA INJUSTICA

CINEFILIA ONLINE (23): EL COLOR DE LA INJUSTICA

por - Cinefilia online, Críticas
26 Jun, 2020 11:36 | Sin comentarios
Una conjetura, apenas una introducción a otra historia del cine americano y tres películas para ver.

Han pasado unas semanas de la muerte de George Floyd. La desesperante y lenta agonía con la que abandonó este mundo despertó la indignación de una gran mayoría de estadounidenses. La evidencia en imágenes y el sonido de la voz de la víctima son difíciles de olvidar, y así fue que recorrieron de inmediato el mundo, porque esa noticia aberrante sintetiza no solo el malestar de un país, sino el de muchos. La muerte de ese hombre encendió el hartazgo de sus compatriotas frente a la impunidad de las fuerzas policiales. La inmediata reverberación en otros lugares del mundo confirmaba que es un modus operandi universalizado; entre nosotros, sobran los ejemplos. 

La delirante ideología que sostiene la superioridad de una raza sobre otra es uno de los grandes misterios de la persistencia de la irracionalidad y de la obstinación ante el cotejo con la realidad. Nadie por el color de su piel es más o menos inteligente o más o menos virtuoso desde un punto de vista moral, por lo que no deja de impresionar los modelos de representación de semejantes desvaríos sin ninguna base empírica que el cine, en este caso el estadounidense, supo vindicar maliciosamente a lo largo de gran parte de su historia. ¿No fueron las primeras películas estadounidenses artefactos de convalidación de prejuicios? 

She’s Gotta Have It

El negro sonriente, figura cómica por su torpeza ontológica, emparentado con una niñez eterna, o en su inversión maligna, como monstruo grotesco que satisface desenfrenadamente sus instintos más primitivos constituyó el primer modelo cinematográfico a perpetuar. Basta ver un cortometraje como Rastus among the Zulus (1913) o simplemente ceñirse a un análisis sobre la complejidad de El nacimiento de una nación de D. W. Griffith para verificar los estereotipos. Ni qué decir del “blackface”, la convención por la cual los blancos interpretaban a los negros pintándose el rostro y ocultando las extremidades.

La deconstrucción de estereotipos ha sido desde los inicios una tarea de los cineastas negros, quienes identificaron velozmente los usos de estos para tipificar conductas y validar modos de ser y destinos sociales de acuerdo a estos. Desde los primeros films de Oscar Micheaux en la segunda década del siglo pasado, pasando por las películas interpretadas por Sidney Poitier y Sammy Davies. Jr, los títulos del Blackexplotation y las películas de autor de Melvin van Peebles, Spike Lee, John Singlenton y Jordan Peele, el cine de los afroamericanos jamás abandonó un trabajo minucioso y crítico de distanciamiento sobre los estereotipos. ¡Huye! es el último caso convincente al respecto, mucho más aún que Pantera negra.

La táctica sistemática orientada a desactivar estereotipos pertenece a una estrategia ubicua en toda la historia del cine afroamericano para contrarrestar el relato transversal del nacimiento de una nación a través de una contrahistoria que se inmiscuya en los mitos celebrados y restituya en el corazón de la historia la vergüenza de su propio origen, donde negros e indios son los subyugados. Se reaviva, según el episodio elegido para revisar, un compendio de atrocidades e injusticias que no son otra cosa que una macula del sueño americano, aquel soñado por la prosa de Whitman y la oratoria de Martin Luther King.

Tres películas emblemáticas del cine afroamericano

Within Our Gates

Within Our Gates (1920)

La segunda película de Oscar Micheaux, primer cineasta negro de Estados Unidos, y acaso el primero a secas de esa cinematografía, toma una historia de amor fallida como puntapié para reunir el repertorio de temas acuciantes de su tiempo (analfabetismo, linchamientos, prejuicios prototípicos). La heroína interpretada por la gran Evelyn Preer regresa al sur, después de malograr involuntariamente su relación con un hombre, en donde se compromete con el destino de una escuela para negros que, para subsistir, necesita un dinero del que carece. Los últimos minutos, un heterodoxo y extenso flashback añadido en el desarrollo del relato, glosa todas las perversiones que llevan a cabo los blancos, precedido en el transcurso del film por dos conversaciones entre blancos en las que Micheaux desnuda los razonamientos de estos.

(Se puede ver en MUBI)

Killer of Sheep (1978)

El portentoso retrato en la vida de un barrio del sur de Los Angeles centrado en el día a día de una familia en la que el padre trabaja en un matadero transmite con lucidez y sin estridencias la yuxtaposición entre pertenecer a una raza y la posición de los miembros de esta en la escala social. El tono poético general del film prodiga pasajes de una hermosura melancólica, en especial cuando Charles Burnett observa jugar a los niños del vecindario y cuando atiende al ocasional instante de felicidad en la vida de la pareja elegida. El empleo de la música es tan extraordinario como las composiciones de los planos, por las que se puede asir la experiencia del espacio de los que no tienen posesiones.

(Se puede ver en Milistone)

She’s Gotta Have It (1986)

La ópera prima de Spike Lee se circunscribe a una indagación caleidoscópica sobre cómo los hombres no pueden asir del todo el deseo femenino y los misterios de la sexualidad de la mujer. La protagonista considera a los tres hombres que la cortejan como las distintas partes de un organismo masculino al servicio de su placer erótico, el cual está enteramente disociado de los mandatos de la reproducción. Por la época y el tema elegido, como también por ciertas elecciones formales y el contrapunto del relato respecto de la ciudad de Nueva York, el film podría pertenecer a Woody Allen, pero Lee, como deja en claro desde el inicio sirviéndose de un grupo de fotografías sobre la vida de la comunidad negra en esa ciudad, contextualiza todo lo que vendrá bajo determinado orden simbólico ligado a los negros y reclamando indirectamente que cierto cine burgués no es una prerrogativa de los hombres y las mujeres de piel blanca.

(Se puede ver en Netflix)

Fotograma inicial: Killer of Sheep

Este texto fue publicado por el diario La Voz del Interior en el mes de junio 2020.

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