VAL

VAL

por - Críticas
12 Ago, 2021 02:30 | comentarios
Los estadounidenses suelen emplear el término "bigger than life" para hacer referencia a ciertas vidas que están definidas por situaciones inusuales y excesivas. La de Val Kilmer es un buen ejemplo.

VERDAD E ILUSIÓN

En la década del 60 y el 70 del siglo pasado comenzó una forma inédita de confeccionar la memoria personal. La cámara de súper 8 se introdujo en el hogar y de esa forma la construcción de la novela familiar constó desde entonces ya no solo de imágenes fijas como constatación de una época vivida, sino también de imágenes con movimiento. Las primeras cámaras de video incentivaron aún más el deseo de grabar el momento para resguardarlo en recuerdo y hoy la vida cotidiana es inimaginable sin su suplemento en imágenes de la jornada. La última afirmación es casi un axioma sociológico, y Val, el retrato de la estrella de cine Val Kilmer, una pieza involuntaria que confirma la descripción recién descripta sobre la evolución técnica en la conformación de archivos audiovisuales al alcance de la mano. 

Los padres de Val, Mark y Wesley eran de California; no había razón evidente para que los hijos de un agente inmobiliario y su esposa de origen sueco con intereses religiosos se sintieran llamados por el cine. Wesley filmaba de adolescente y los otros dos actuaban en los cortos hogareños. Un accidente temprano terminó con la vida de ese hermano y cineasta prodigio, y quizás selló a fuego la vocación dramática de Kilmer, que siendo muy joven fue estudiante de la prestigiosa Juilliard School. Al no estar el hermano, tomó la cámara y llevó desde entonces un registro sistemático de su propia vida. Kilmer filmaba todo: situaciones domésticas, funciones escolares, castings, ensayos, clases. Ya consagrado en Hollywood, no abandonó el compulsivo gesto de convertir en memoria inmediata todo lo que sucedía a su alrededor. Esta obsesión de archivo es la materia de Val. 

Pero la biografía filmada del actor de 61 años no tendría la fuerza retórica que tiene si no fuera por haber sobrevivido a un cáncer de garganta cuyo costo fue perder la voz. Para un actor, la voz no es un instrumento expresivo entre otros: un intérprete se singulariza por la cara y por su voz, que es la expresión subjetiva por antonomasia del Yo. Es por eso que, cada vez que Kilmer lleva su mano para cubrir el orificio de la cánula para hablar, es imposible sentirse indiferente. Es una deficiencia incompatible con su carrera que no se ha interrumpido del todo, una pérdida dolorosa. Esto misteriosamente beneficia a la película, porque el hijo del actor suele oficiar de narrador; es la voz del padre. Kilmer tiene dos hijos, y a juzgar por lo que se ve en la película ha sido un muy buen padre. 

En Val hay muchísimos pasajes con la aparición de estrellas de Hollywood. Marlon Brando, Tom Cruise, Kelly McGillis y Kurt Russell interactúan con la cámara invasiva de Kilmer en los descansos de distintos rodajes. Val prodiga, por ejemplo, un plano de los traseros de Sean Penn y Kevin Bacon, varios episodios hermosos de la relación de Kilmer con la actriz y ahora exesposa Joanne Whalley. El detrás de cámara es acá un concepto constante, porque la vida de Kilmer ha sido signada por estar frente a una cámara, porque su propia conciencia de sí ha oscilado entre la verdad y la ilusión, dos conceptos que se enuncian en tres ocasiones y constituyen la clave hermenéutica de la relación del actor con su personalidad y asimismo del vínculo con los personajes que interpretó. El segmento en el que cuenta su preparación para interpretar a Jim Morrison devela el alma del actor; el último acto la determinación y el método: la obsesión por hacer de Mark Twain también lo pinta de cuerpo entero. 

Val Kilmer tiene algunas interpretaciones memorables. La ya mencionada del cantante de The Doors en el film de título homónimo, la del actor porno John Holmes en Wonderland y la más sublime de todas, la de Doc Holliday en Tombstone. La labor en Val está a la altura de esta última, pero acá Kilmer no encarna un papel, sino su propia vida, que no es ninguna ilusión, aunque se confunde con los biopics de las leyendas del cine.

Val, Estados Unidos, 2021.

Dirigida por Ting Poo y Leo Scott. Escrita por Val Kilmer.

*Publicada en otra versión por el diario La Voz del Interior en el mes de agosto de 2021.

Roger Koza / Copyleft 2021