LOS OLVIDADOS: JUAN ANTONIO BARDEM

LOS OLVIDADOS: JUAN ANTONIO BARDEM

por - Columnas
31 Ene, 2024 10:51 | 1 comentario
Las figuras señeras de Buñuel y Berlanga es posible que hayan opacado más de lo debido al otro integrante de las 3 B, Bardem, que sin embargo, sobre todo en la primera etapa de su obra, ha realizado películas valiosas.

Nacido en Madrid en 1922, hijo de actores, realizó estudios de ingeniero agrónomo pero cuando descubrió que en el lugar de estudios había un departamento de cine, encontró su verdadera vocación. En los años 40 comenzó a estudiar cine en Madrid, trabajó como crítico y llegó a realiza su primer corto en 1948. En esos años conoció a Luis Berlanga, con quien codirigió Esa pareja feliz, y le escribió el guion de Bienvenido Mr. Marshall, uno de los primeros éxitos internacionales del cine español. Su debut como director en solitario se produjo en 1954 con Cómicos. En esa primera etapa de su carrera (digamos hasta 1963) dirigió las que son sus mejores películas. Así en 1955 ganó el premio de la crítica en Cannes con Muerte de un ciclista y en 1956 el mismo galardón en Venecia con Calle Mayor. Su ideología política y su afiliación al Partido Comunista le crearon numerosos problemas con la censura, llegando incluso a estar detenido. En 1958, su film La venganza fue drásticamente mutilado, no solo por la censura del régimen sino también por la MGM. En 1963 rodó su última gran película, Nunca pasa nada y, a partir de allí, los problemas antes mencionados llevaron a una dispersión de su carrera, que se tornó sumamente irregular, aunque nunca renunció a sus convicciones políticas. También hay que decir que Bardem siempre escribió o participó en los guiones de sus películas. En los años setenta, con la decadencia y caída del régimen franquista se produce una suerte de renacimiento en la carrera de Bardem, filmando un par de películas atendibles como El puente Siete días de enero, reconstrucción del asesinato de varios abogados comunistas por un comando de ultraderecha. También realizó buenos trabajos televisivos, como el primer capítulo de la muy atractiva serie La huella del crimen, sobre resonantes casos policiales en España y el ambicioso trabajo Lorca, muerte de un poeta. Juan Antonio Bardem falleció en Madrid en el año 2002.

Puede que Bardem no sea exactamente un olvidado, pero lo cierto es que, salvo algún homenaje que se le hiciera en Madrid con motivo del centenario de su nacimiento, poco se ha hablado de él en las últimas décadas. Integrante de las tres B del cine español, puede decirse que, salvo en la primera etapa de su obra, siempre la sombra de Buñuel y Berlanga disminuyó su figura. A ello deben sumarse los numerosos problemas que tuvo en España por su militancia dentro del Partido Comunista, algo que provocó que parte de la crítica de derecha estigmatizara su obra. Su permanente lucha con la censura del régimen franquista, también ayudaron para ese semi ostracismo que caracterizó su posición. Y hablando de la censura, Bardem se las ingenió para poder filtrar con sutileza en sus películas una mirada crítica sobre la sociedad de su país. Por supuesto que debió hacer algunas concesiones, como el hecho de que Calle Mayor y Nunca pasa nada tuvieran un prólogo con una voz en off que señalaba que los hechos no ocurrían en España sino en algún poblado de cualquier lugar del mundo, algo que las locaciones y la caracterización de los personajes desmentía rotundamente. Pero pasemos a señalar algunos elementos distintivos del cine de Bardem, un realizador con un gran dominio de la técnica, como lo demostraban sus virtuosos travellings, el uso de las elipsis y la ajustada utilización del zoom y el empleo de la profundidad de campo. Un elemento muy característico se puede constatar en la utilización de tomas largas y/o planos secuencia, en los que mostraba sus aptitudes para trabajar con el montaje dentro del cuadro, debiendo destacarse la precisión en la definición de caracteres. Hay que repetir, como se dijo, que Bardem escribió o participaba en todos los guiones de sus películas, tanto las buenas como las menos logradas. Y también decir que -si bien era una prioridad en su obra la mirada crítica, nunca desdeñó el trabajo con figuras que ayudaran al éxito comercial de sus films, llámense estas Lucía Bosé, Sara Montiel, Carmen Sevilla o María Félix. Después de la caída del régimen hizo una película tan comprometida como Siete días de enero, que nunca hubiera podido realizar bajo el franquismo. No hay duda de que una mirada rigurosa hará una valoración mayor dentro de su obra a los títulos de su primera etapa. y es a ellos y a algunos otros a los que dedicamos la recomendación pertinente

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CÓMICOS (1954) es el interesante debut de Bardem en solitario y es una suerte de homenaje, no solo a los artistas ambulantes, sino también a sus padres actores. El film tiene como protagonista a una joven actriz que, cansada de los roles secundarios, busca tener un papel importante, pero para ello debe convertirse en amante del productor del grupo. De todos modos, la estructura del film es coral, mostrando las alegrías y sinsabores de varios integrantes de la troupe.

MUERTE DE UN CICLISTA (1955): Una mujer casada y su amante atropellan a un ciclista y lo dejan abandonado en la carretera, algo que provocará una creciente crisis en ambos. Acida mirada sobre las conductas de la clase alta, la culpa y el eventual remordimiento y una lúcida crítica sobre la burguesía en la sociedad franquista. El film tiene una muy buena galería de secundarios, dentro de la que se luce Carlos Casaravilla como un desagradable crítico de arte.

Calle Mayor

CALLE MAYOR (1956). Ante el desafío de un grupo de amigos, un hombre seduce a una mujer soltera pero no cuenta con que ella se enamorará perdidamente. Mordaz mirada sobre el papel de la mujer en la sociedad franquista y una película que va virando progresivamente de la comedia costumbrista al drama intimista. Un film en el que la culpa del hombre confronta con la frustración final de la mujer. La interpretación de Betsy Blair es conmovedora.

LA VENGANZA (1958). Mutilada brutalmente por la censura y la MGM, que le rebanaron una hora, con un final edificante seguramente impuesto y, además, con la exigencia cambiar la época en la que transcurren la acción, este drama rural en el que un hombre recién salido de la cárcel, acusado injustamente de un crimen, entra en una cuadrilla de segadores, comandada por el responsable de su prisión, cuenta con varios pasajes de gran intensidad dramática.

A las cinco de la tarde

SONATAS (1959) es una adaptación de textos de Ramón Valle Inclán, un relato ambientado a comienzos del siglo XX que transcurre en México y España, el que sigue las andanzas de un noble gallego que se ve envuelto en una conspiración política y la relación con dos mujeres. La presencia de María Félix y Aurora Bautista le otorga algo de aire a un film tan ambicioso como insatisfactorio.

A LAS CINCO DE LA TARDE (1960) tiene como protagonistas a dos toreros, uno mayor y en decadencia y el otro joven y en alza, ambos sometidos a los caprichos de un empresario. Los toreros, además, mantienen conflictivas relaciones con dos mujeres. Lejos del habitual pintoresquismo sobre el ambiente de los toreros, el film ofrece una amarga mirada ese universo singular. 

NUNCA PASA NADA (1963) transcurre en una provincia española no identificada (aunque cuenta con un prólogo que trata de darle un tinte universal) a la que llega una desprejuiciada muchacha francesa, integrante de una compañía de actores, que debe quedarse allí por sentirse enferma. Allí se relaciona con el médico que la atiende y su sometida esposa y un joven profesor de francés. Melancólico film sobre la imposibilidad de escapar a las rígidas reglas de la sociedad franquista. 

SIETE DIAS DE ENERO (1979) es un potente thriller político centrado en el asesinato de un grupo de abogados laboralistas del partido comunista a manos de un comando de ultraderecha. El film reconstruye minuciosamente los días previos y posteriores al hecho con una precisa caracterización de personajes dentro de un estilo semidocumental, señalando además la connivencia de la policía con esos grupos y consiguiendo varias secuencias intensas y emotivas.

JARABO (1985) es el capítulo inicial de la exitosa serie televisiva La huella del crimen sobre famosos casos policiales en España. Aquí el protagonista es un vividor que, por una cuestión menor, asesina a cuatro personas. A diferencia de la mayoría de los films de ese tipo, que se centran en la investigación policial, Bardem elige mostrar los hechos desde el punto de vista del asesino, un personaje cargado de resentimientos y ansias de venganza.

Jorge García / Copyleft 2024