LOS OLVIDADOS (05): EDWARD DMYTRYK

LOS OLVIDADOS (05): EDWARD DMYTRYK

por - Columnas
18 Jul, 2020 07:29 | Sin comentarios
Dmytryk, como otros cineastas más conocidos, llevó sobre sí una mácula. Nadie sabe qué puede hacer y decir ante la incesante persecución política. Pero eso no determina completamente la obra de un cineasta y mucho menos la valoración de sus películas. Como tantos otros, su lugar en la historia del cine merece una revisión, y es por eso que el responsable de El precio de una vida y Encrucijada de odio se suma a la lista de "los olvidados".

Un caso bastante extraño dentro del cine norteamericano es el de Edward Dmytryk ya que para buena parte de la crítica solo se lo recuerda por su última y peor etapa o directamente es ignorado (es otro director, al que Sarris no le dedica ni una línea). Sin embargo, una revisión de su obra permitirá encontrar en la década del 40 y primera mitad de los 50 una buena cantidad de films de gran interés. 

Nacido en 1908 en Canadá, hijo de inmigrante ucranianos, luego de la muerte de su madre y que su padre volviera a casarse en San Francisco, tuvo una infancia bastante penosa debiendo vender diarios siendo un niño aún. A los 15 años entró a trabajar en la Paramount, primero como cadete y luego en la década del 30 en el papel de editor, debutando en el año 1935 con una ignota película, The Hawk, aunque su carrera regular como realizador comenzó en 1939 siendo sus primeros trabajos producciones de clase B o quickies (películas de no más de una hora de duración) entre las que hay algunas muy entretenidas como Más allá de la tumba, con Boris Karloff o La mujer fiera

El período más creativo de su filmografía comienza en 1943 con el sorprendente film antinazi, Los hijos de Hitler y en esa década realizará varias obras muy apreciadas en su momento y hoy, con alguna excepción, olvidadas. Afiliado durante un tiempo al Partido Comunista, en 1947 fue no solo incluido en la tristemente célebre lista de los 10 de Hollywood junto a su productor habitual Adrian Scott, sino que también condenado a un año de prisión. Cumplida la pena, se exilió en Inglaterra donde realizó tres películas, pero en 1951 volvió a Hollywood donde se manifestó arrepentido ante el comité macartista y denunció a varios colegas, lo que le permitió retornar a los estudios, realizando en los primeros años cincuenta todavía algunas películas valiosas. A partir de 1955, trabajando con mayores presupuestos, su obra entra en franca declinación, con una serie de títulos pretenciosos y mediocres entre los que solo cabe rescatar un par de westerns. Retirado del cine en 1975 (su última película, El factor humano, es un panfleto fascistoide) en los últimos años de su vida se dedicó a la enseñanza en diversas universidades. Edward Dmytryk falleció en California en 1999 a los 90 años.

Sería bueno ver lo que pasa por la cabeza de un hombre o que firmeza tiene su ideología para que, después de realizar una serie de películas de gran compromiso y en las que ofrecía una crítica y lúcida mirada sobre distintos aspectos de la vida socio-política en los Estados Unidos, haber sido incluido en la lista de cineastas prohibidos en Hollywood, estar un año preso y tenido que exiliarse, decida un día dejar de lado sus convicciones y denunciar a varios amigos y colegas, con el agravante de que –sin llegar al nivel de un Elia Kazan, que justificó la delación en varias de sus películas- nunca se manifestó arrepentidos de sus acciones, debiendo además señalarse que fue el único integrante de aquella lista de diez que terminó como denunciante. Muchos críticos señalan que ese hecho produjo un quiebre en su carrera y que todo lo que filmó a posteriori de sus denuncias no tiene ningún valor, algo que no es estrictamente cierto, ya que a principios de los 50 hay algunas películas valiosas y en la etapa de menor interés de su carrera (de 1955 en adelante) también conviene destacar, en medio de abundante hojarasca, un par de títulos.

Lo cierto es que en el período más importante de su filmografía, el que va de 1943 a 1954, Edward Dmytryk rodó una serie de películas que hoy es saludable revisar. Trabajando en varias  de sus films con un equipo estable de colaboradores (el productor Adrian Scott, el iluminador Harry Wild y el guionista John Paxton), consiguió un corpus cinematográfico de gran coherencia estética e ideológica. En esas películas no solo se abordan temas polémicos (la educación de los jóvenes en la Alemania nazi, el regreso de los soldados después de la guerra, los resabios del nazismo en otros países, el antisemitismo y las crisis a todo nivel que provocó la Depresión) sino que se hace a través de relatos de una gran intensidad emocional, atmósferas generalmente oscuras, un notable trabajo de cámara e iluminación, una adecuada utilización del flashback y/o la voz en off como recursos narrativos y una excelente dirección de actores, Es llamativo como esos rasgos que definían a un director de gran interés se van diluyendo a partir de mediados de la década del 50 en una serie de film ampulosos y efectistas, en los que, salvo un par de excepciones, no es posible detectar al realizador de aquellos tiempos. Es como si Dmytryk –aparte de abandonar sus convicciones políticas-, se hubiera entregado a las vertientes menos atractivas del cine de Hollywood. De todos modos, como queda dicho, hay un período de su obra que ofrece gran interés y es de esa etapa de la que, como de costumbre, recomendaremos varios films.

Los hijos de Hitler (Hitler´s Children, 1943). Ambientado en la Alemania de 1933, el film –a partir del enfrentamiento que se produce entre los alumnos de un colegio alemán y otro americano- describe con precisión y dramatismo el proceso de inclusión de los jóvenes en el régimen. Algunas ocasionales concesiones no le quitan fuerza a una película que es de las mejores obras anti-nazis hechas en Hollywood.

El enigma del collar (Murder, my Sweet, 1944) es una excelente adaptación de Adios muñeca, la gran novela de Raymond Chandler, captando con precisión las complejas relaciones entre los personajes propuestas por el escritor. Dick Powell compone un muy creíble Philip Marlowe en un film oscuro y desencantado en el que también se destacan Claire Trevor y Mike Mazurski como el bruto enamorado Moose Malloy.

Acorralado (Cornered, 1945) narra la obsesiva búsqueda de un piloto americano del responsable del fusilamiento de su mujer durante la guerra. Gran parte del film transcurre en una Buenos Aires a la que la iluminación de Harry Wild le otorga tintes casi expresionistas y en la que continúa la lucha entre los supervivientes del nazismo y quienes tratan de desmontar su organización. Un film de una creciente tensión dramática.

Su derecho a vivir (Till the End of Time, 1945) narra las dificultades de adaptación de tres soldados a su regreso de la guerra, centrándose en uno de ellos que tiene una conflictiva relación con sus padres y la joven viuda de un piloto. Una precisa descripción de caracteres en un film que muestra diferentes caras de la insatisfacción en la posguerra.

Encrucijada de odio (Crossfire, 1947) es la más prestigiosa película de Dmytryk de la década aunque no necesariamente la mejor. La novela de Richard Brooks sobre la que está basada estaba centrada en la homofobia, que aquí se transforma en antisemitismo y el asesinato de un judío. Algunas secuencias intensa y claustrofóbicas se alternan con otras algo discursivas y subrayadas. Gran trabajo de Robert Ryan como el ex soldado racista.

Un día inolvidable (So Well Remembered, 1947) transcurre en un pequeño poblado inglés donde el editor de un periódico  preocupado por mejorar la vida de los habitantes más humildes se casa con una ambiciosa mujer de quien terminará separándose. Estructurado a través de un extenso flashback, el film cubre 25 años de la vida del protagonista y es un sobrio melodrama en el que se destaca el personaje del médico alcohólico que interpreta Trevor Howard

El precio de una vida (Give Us This Day, 1949) es el primer film rodado en Inglaterra por el director, aunque ambientado en Brooklyn, comienza con una gran secuencia “wellesiana” y luego, en un prolongado flashback desarrolla un potente drama realista narrando la odisea de un inmigrante italiano, obrero de la construcción, y la crisis personal y laboral que se produce en su vida al llegar la Depresión. Una película de gran intensidad emocional y de las menos vistas del director.

La muerte no es puntual (Obsessed, 1949) también está rodado en Inglaterra y está centrado en la venganza que decide tomar un marido engañado con el amante de su esposa. El film fusiona elementos del policial británico con el tono irónico y socarrón de las comedias de los estudios Ealing que sobrevuela sobre los momentos más dramáticos. Un relato inquietante, no exento de una cierta dosis de cinismo.

Pánico (The Sniper, 1952). Un aparentemente inofensivo empleado de una lavandería es un asesino serial de mujeres. El film presenta algunos problemas, como la falta de carisma del criminal, el discurso de un médico reformista y el rollo de la madre mala del protagonista, pero tiene sus momentos, buen uso de los exteriores y no es descabellado verlo como una velada referencia al macartismo imperante en ese momento.

Lanza rota (Broken Lance, 1954) es una libre trasposición del Rey Lear shakesperiano al universo del western, Con un excelente uso de los espacios abiertos, el film narra – una vez más, a través de un flashback– la conflictiva relación de un despótico patriarca con sus hijos, que a su vez están enfrentados entre sí. Memorable el final, cuando el padre, viejo y enfermo, va en persecución de uno de sus vástagos  para impedirle un negocio.

Pueblo embrujado (Warlock, 1959) es la única gran película rodada por Dmytryk después de 1954. Notable western en el que un pueblo timorato requiere los servicios de un pistolero, que llega acompañado de un amigo, para enfrentar a un grupo de forajidos. Muy buena alternancia de escenas de acción con otras intimistas, una compleja relación entre los personajes y, como rasgo distintivo, los tintes homosexuales de la relación entre Fonda y Quinn. Un notable exponente del género.

Fotograma: 1) Encrucijada de odio; 2) Un día inolvidable; ;3) Los hijos de Hitler; 4) Pueblo embrujado

Jorge García / Copyleft 2020