
FICUNAM 2018 (16): CUESTIONES DE PROGRAMACIÓN: EL PORVENIR
Quisiera que FICUNAM no deje nunca de reinventarse; los que vengan de aquí en más tendrán el desafío de leer una identidad o acaso una tradición constituida en ocho años. En este festival no se celebró ni se pactó con autores comprometidos con el desprecio del mundo; por FICUNAM no pasaron los Haneke, Östlund, Zvyagintsev y Lanthimos, por citar a algunos miembros de la Internacional de la crueldad. En este festival sí se celebró a los cineastas vitales, a los últimos delicados y a los auténticos desobedientes, todos esos que no participan del juego pasivo e inocuo de la transgresión. Peleshian, Omirbayev, Fontán, Guiraudie, Mekas, Adachi, Iosseliani, Agüero, entre muchos otros, hacen un tipo de cine que afirma el mundo y no desconocen por eso las calamidades y las injusticias. Pero todos ellos, parafraseando al gran Mekas, en el camino, de cuando en cuando, vislumbraron breves momentos de belleza.
Un festival se instituye con una visión. Sangiorgi la tuvo inicialmente, y junto con varios (Cruz, Blayac, Oseguera y quien escribe) se configuró una identidad (abierta). Nosotros creímos en un cine de vanguardia, formalmente radical y conceptualmente pertinente, un cine de hoy que nunca deja de asumir la existencia de una tradición y un pasado, a menudo evocado por las retrospectivas y las películas “viejas”. Nunca programamos una de Tati, ni tampoco de Bresson, Favio, Sembene, Ford, Álvarez, Mizoguchi, Carpenter y Renoir, pero todos ellos estaban con nosotros.
Deseo que el 2019 sea distinto. Deseo libertad absoluta de los poderes fácticos de la industria y de los funcionarios que terminan legitimando las alfombras rojas (el rojo para nostros fue el color de Godard, Adachi y Wong Kar Wai). Deseo que los nuevos responsables de FICUNAM sean tan libres como nosotros y que puedan seguir indagando los caminos del cine. Espero que sepan que aquí hubo una tradición. Respetarla no será obedecerla. Lo más arduo en un proyecto cultural es construir sobre lo hecho.
Fin de esta serie
Roger Koza / Copyleft 2018
Muy bien, Roger. Muy claro y mirando hacia adelante. Son muy pocos los programadores, si los hay,
que dejan sentada una posicio’n como lo haces tu’ despu’es del t’ermino de una etapa.
Querido Chacho: Gracias por tus palabras; las mías, muy probablemente, se las lleve el viento; nunca pensé que habría de experimentar semejante destrato de una institución que goza de tanto prestigio y que uno intentó honrar en cada palabra dicha y escrita. De todos modos, me doy cuenta que pasa lo mismo en otras geografías, incluye, desde ya, en la que vivo. Muchas gracias por tu nota, y lamento muchísimo la situación política de Perú. R