CINE Y PENSAMIENTO: EL APOCALIPSIS SEGÚN JUDE

CINE Y PENSAMIENTO: EL APOCALIPSIS SEGÚN JUDE

por - Entrevistas
05 Abr, 2024 11:55 | Sin comentarios
Radu Jude habla sobre su extraordinaria No esperes demasiado sobre el fin del mundo.

Por cada película, el cineasta rumano demuestra una capacidad para indagar en las posibilidades del lenguaje cinematográfico y el poder del cine con relación a las ideas. Jude parte de aquello que Godard dijo en alguna ocasión: “Es evidente que las películas son capaces de pensar de mejor manera que la escritura o la filosofía, pero esto fue rápidamente olvidado”. Tal vez, Jude no se tome demasiado en serio a sí mismo: no le importa el prestigio ni se siente más que ningún otro cineasta. Pero no se puede desmentir el poder especulativo de sus películas. En todas, hay algún experimento formal que funciona como un acicate para el pensamiento. Lo que sucede en No esperes demasiado del fin del mundo (la apropiación de una app para deconstruir la alienación de un personaje, el contrapunto crítico e histórico con una pretérita película rumana) revela la lucidez del cineasta.

No esperes demasiado del fin del mundo se circunscribe a seguir a una mujer que pasa la mayor parte de su tiempo manejando un auto por Bucarest. Angela tiene a su cargo un casting para una empresa austríaca ligada a los accidentes de trabajo. Lo que sucede en cada entrevista con los posibles “protagonistas” de la pequeña película institucional, los momentos del viaje y hasta la filmación del corto en el propio film constituyen una clase magistral de cómo filmar una ciudad, representar una época y compararla con otra y delinear la alienación en la vida contemporánea sin prescindir de la ironía y mucho menos del humor.

Si alguien está interesado en comprender qué es el cine de nuestro tiempo, encontrará en No esperes demasiado del fin del mundo una de las películas más emblemáticas del presente. Y por ser así, es una película que aloja en su interior, a su favor, la historia del cine.

***

Roger Koza: Empecemos por el título. ¿De qué fin del mundo se trata y por qué la advertencia de que nada puede esperarse de ese evento? 

RK: ¿Ya sabía de antemano que iba a trabajar con un contraste dialéctico entre Angela Moves on de Lucian Bratu y su película?

RK: ¿Cuáles eran los mensajes encriptados? 

RK: Y también emerge otra lectura de esos fragmentos al compararlos con el presente. Usted es un admirador del cine de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi, e imagino que ese procedimiento tiene que ver con la poética de esa pareja de cineastas. Raúl Ruiz, por otra parte, solía insistir en que en toda película existe otra en su interior, algo así como una película clandestina.

RK: El personaje que encarna Ilinca Manolache representa una multitud de personas que trabajan demasiado y ganan poco, un caso típico de alienación laboral contemporánea. ¿Cómo interpreta su condición laboral respecto de la invención del personaje de Bobita?

RK: Es notable el empleo de textos: hay citas diversas dichas por personajes distintos, una incorporación planificada de las consignas de la publicidad callejera, textos específicos que se leen en tumbas o en paredes, los haikus de los créditos finales. ¿Cómo concibe usted el vínculo entre texto e imagen?

RK: Uranus fue un barrio que dejó de existir después de la construcción del gigantesco palacio de gobierno. Muchas escenas de la película de Bratu tiene lugar en ese barrio. Hay una secuencia magnífica en la que al personaje de Nina Hoss le llama la atención el edificio. De inmediato, vuelve a verse un fragmento de la película de 1981. Todo ese segmento parece concebido como una contienda contra el olvido. ¿Estaría de acuerdo en que, en su búsqueda, trata a la ciudad como un palimpsesto cuyas huellas emergen en la superficie de los planos? La cámara restituye memorias borrosas, sepultadas.

RK: Los dos planos del epílogo, que parecen solamente uno, duran casi 40 minutos. ¿Por qué esa duración, a mi juicio necesaria? Pasa de todo, detrás y delante de cámara. La elección de esa locación, por otra parte, añade muchísima información. Ni qué decir del cinismo de la compañía.

*Publicada en otra versión por Revista Ñ en el mes de abril.

Roger Koza / Copyleft 2024