CANNES 2014 (08): TIEMPO DE PREDICCIONES

CANNES 2014 (08): TIEMPO DE PREDICCIONES

por - Festivales
23 May, 2014 06:29 | 1 comentario
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Loren

Por Roger Koza

Ayer Sofía Loren dio su clase magistral. Como sucede con muchas estrellas de cine, el rostro que tienen hoy no se parece al rostro con el que deslumbraron a sus admiradores en el pasado. No hace falta haber alcanzado una edad importante. El síndrome de la juventud eterna afecta incluso a las jóvenes estrellas. Extraña experiencia: ser uno mismo y no parecerse a la versión joven de unas décadas atrás.

Algo de esto sucede con Cannes como festival, una metáfora de su momento. La conducción de Thierry Frémaux y Gilles Jacob pretende actualizar esa combinación descabellada de glamour y cinefilia, de cine industrial y cine arte, que por décadas ha dominado la identidad del festival. Por momentos, Cannes luce como si tuviera varias cirugías estéticas: pretende ser tan joven y radical como siempre, pero las películas que se programan y el diseño general que estructura una idea de cine agónica hacen de Cannes un festival con demasiados retoques en su identidad. Parece jovial pero en realidad es esquemático y protege solamente a los grandes nombres consagrados y no tanto a los verdaderos maestros y talentos recientes del cine contemporáneo.

Esta edición 67, que va llegando a su cierre, no tiene todavía un claro candidato para la Palma de Oro. No hay consensos ni grandes entusiasmos. Falta ver si Sils Maria, de Olivier Assayas, es la película del año.

Cualquier conversación de pasillo lleva a un tema inevitable: ¿Por qué Jauja, de Lisandro Alonso, no estuvo en la competencia oficial? Si Cannes es o era el lugar para defender el mejor cine del mundo, Jauja, como Adiós al lenguaje de Jean-Luc Godard y Maidan de Sergei Loznitsa, es una película que defiende esa tradición “revolucionaria”. Pero Cannes ha pactado con el sistema hace décadas y, aunque siempre hay una excepción, la condescendencia es la regla dominante, la obediencia la acción determinante.

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Maps to the Stars

Ellos y nosotros

Ayer, todos los que llevaban bajo el brazo la revista Le film français le hacían propaganda al cine argentino. Los funcionarios del INCAA que andan por la Croisette deben estar muy contentos, ya que era imposible no ver en la tapa el título “Cine Argentino”, con fotogramas de los cuatro películas que están en las distintas secciones del festival. Excepto por el interesantísimo filme colombiano Gente de bien, único título latinoamericano, nuestro continente brilló por su ausencia.

¿Ganará algo Relatos salvajes? El furor de los primeros días y los festejos del público en todas las funciones del filme de Szifrón se perdieron un poco entre los títulos que vinieron después, aunque ninguno tiene hasta ahora la chapa de ganador. Winter Sleep, de Ceylan, que se vio al principio del festival, sigue liderando los votos de la crítica oficialista. Maps of the Stars, de David Cronenberg, un relato impío sobre la imbecilidad de las estrellas de Hollywood, decepcionó bastante, y aunque los Dardenne demuestran que todavía pueden hacer buenas películas, Two Days, One Night, sobre la corrosión del carácter en el contexto de la cultura empresarial que predomina en el mundo laboral, no está entre sus mejores filmes. Tal vez sea la hora de la realizadora japonesa Naomi Kawase: Still Waters convenció a muchos, empezando por ella misma, que declaró que era su obra maestra. Si se lo analiza fríamente, este relato familiar en el que se postula la unidad de los hombres con la naturaleza no está demasiado lejos de una ilustración para extranjeros del pretérito sintoísmo, especialmente para consumidores de espiritualidad exótica. Los seguidores de la New Age probablemente amarán este filme que recomienda hacer surf como si fuera un deporte místico en el que el yo se disuelve en el océano.

Considerando al jurado presidido por Jane Campion y secundado por Sofia Coppola y algunas actrices es muy difícil pensar que Kawase se irá con las manos vacías. Si se lleva el premio mayor será la consagración de la estulticia. Tal vez es un buen momento para recordar que Coppola dedicó a Jean-Luc Godard en el momento de ganar su Oscar. ¿Quién sabe? Por otro lado, la presencia de Nicolas Windinf Refn garantiza algún premio para el film más cruel. Y tiene para elegir; su voz seguramente será más fuerte que la de Jia Zhang-ke, cuya timidez y dominio del inglés no lo convertirá en un defensor del mejor cine.

Es muy probable que Jauja, la gran película de Lisandro Alonso, consiga alguna mención, incluso un premio importante. Es la película preferida de los cinéfilos en este Cannes descafeinado. Pablo Trapero, productor de la primera película de Alonso, es el presidente del jurado de la sección Una Cierta Mirada. Lo que podría ser en principio un punto a favor para Alonso también puede ser leído como un impedimento. No debe ser fácil estar en el lugar del director de Carancho.

La cinefilia desconoce las inclemencias del tiempo. Bajo la lluvia, dos horas antes ya había una cola de 200 personas para ver la segunda y última función de Adiós al lenguaje de Jean-Luc Godard. Godard en 3D no se ve todos los días. Es un relámpago de lucidez en la mediocridad circundante.

Este artículo fue publicado en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de mayo 2014

Roger Koza / Copyleft 2014