AGENTE INTERNACIONAL
**** Obra maestra ***hay que verla ** Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Alan Koza
CORRE, OWEN, CORRE
Agente internacional / The international, EE.UU-Reino Unido-Alemania, 2009.
Dirigida por Tom Tykwe. Escrita por por Eric Singer.
** Válida de ver
La última película de Tywker no es ninguna maravilla, pero no deja de ser un buen ejercicio de puesta en escena, principalmente en lo que concierne a la concepción del espacio.
El título original del nuevo filme de Tom Tykwer, que abrió el último festival de cine de Berlín, es The International. Una traducción, quizás capciosa pero no incorrecta, podría ser “La Internacional”. Desde ya que un thriller sobre el crimen estructural corporativo nada tiene que ver, a primera vista, con la vida de los obreros del mundo. Nadie canta aquí la mítica canción. Pero Tywker sí identifica un enemigo común, al que aludía ese himno proletario: el capitalismo, hoy en su fase corporativa y global.
Todo empieza en Berlín, en la asombrosa estación central (Berlin Hauptbahnhof). Salinger (Owen) es un agente de Interpol. Está esperando a un colega en plena misión. La operación parece haber sido exitosa, hasta que Salinger ve que su compañero queda tendido en el suelo.
Después se presentan los malhechores: no son, estrictamente, hombres, sino instituciones y naciones: el principal vehículo del mal es el Banco Internacional de Negocios y Crédito (IBBC), un eufemismo que remite a organizaciones financieras más que reconocibles. El negocio no consiste en invertir en guerras, sino en beneficiarse de la deuda que éstas producen. Por detrás se intuye el entramado de la economía mundial. Casi todo se produce en China, y los países centrales orquestan el caos; aquí, un golpe de estado en un país inexistente de África.
Salinger se la pasará corriendo y viajando, acompañado de una abogada interpretada por Naomi Watts, e intentará desbaratar el entramado mafioso que gobierna nuestro mundo. Su sed de justicia, su heroísmo desordenado le depararán varias sorpresas. Como sugiere uno de los personajes: no es la realidad la que tiene sentido, eso es posible solamente en la ficción.
Políticamente cándida y formalmente elegante, Agente Internacional puede decepcionar al adicto del cine de acción convencional. La energía del filme es física y la acción se desprende del montaje. En ese sentido, el tiroteo en el museo Guggenheim de Nueva York es ejemplar para comprender la concepción del espacio en el cine. Lo que se destruye no es el magnífico edificio concebido por Frank Lloyd Wright, sino una réplica. Es una escena magistral. En verdad, este filme puede ser visto como una película sobre arquitectura moderna. Las panorámicas sobre Estambul, Milán, Lyon, Nueva York y sus estilos arquitectónicos son formidables.
En Corre, Lola, corre, Tywker ofrecía una meditación tecno acerca del tiempo y cómo las decisiones alteran el orden de los acontecimientos. Aquí, cualquier decisión se topa con un sistema imbatible. El pesimismo de Agente Internacional es una conclusión lógica. No es una gran película, pero es honesta en su veredicto. Su desencanto trasciende la ficción.
Copyleft 2009 / Roger Alan Koza
Esta crítica fue publicada por el diario La Voz del Interior en el mes de mayo de 2009
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