
CRÍTICAS BREVES (225): LOS 4 FANTÁSTICOS: LOS PRIMEROS PASOS / THE FANTASTIC FOUR: FIRST STEPS
Los 4 Fantásticos: Los primeros pasos / The Fantastic Four: First Steps, Matt Shakman, Estados Unidos, 2025.
El punto de partida es el característico de la tradición Marvel. Los superhéroes no nacen de postulados metafísicos; el accidente científico o cósmico suele transfigurar a un mortal en un ser extraordinario con una misión que nunca es menos que salvar al mundo. El mesianismo pop es una constante, pero en este caso, un matiz ajeno o secundario al cómic interfiere en la trama de este relanzamiento: el niño que está por nacer del vientre de La Mujer Invisible es algo más que una criatura engendrada con material genético alterado por un accidente galáctico. El hecho de que un coloso del espacio llamado Galactus desee apoderarse del futuro bebé introduce una inesperada dimensión teológica que se refrenda enteramente en los créditos finales con una cita directa a la saga de Star Wars y su maniqueísmo religioso erigido en la confrontación entre el Bien y el Mal (más allá de que el niño lea a Darwin). El resto es un ejercicio rarísimo de nostalgia, en una época todavía inocente de Estados Unidos, operación estética que pone entre paréntesis cualquier alusión al presente (a diferencia de la reciente Superman). La escala de producción implica ilustrar secuencias que no pueden prescindir de los efectos especiales, cuya consecuencia inmediata reside en que el cuerpo de los intérpretes es el único correlato con lo real, déficit de las películas de superhéroes que deben plasmar laboriosa y fielmente un guion. Como la ambigüedad de lo real en el plano está elidida, un gesto en el rostro de Pedro Pascal (El Hombre Elástico) ante su hijo tiene una singular hondura por contraste. Los pasajes humorísticos son familiares, como la retórica central: los lazos familiares pueden significar incluso más que la supervivencia de la especie. El gran regalo visual consiste en observar a una surfista metalizada que se desliza por las galaxias a la velocidad de la luz. Silver Surfer es el auténtico deleite del cine posfotográfico.
Roger Koza / Copyleft 2025

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