SEMANA EN CINECLUBES DEL 04 AL 09/08

SEMANA EN CINECLUBES DEL 04 AL 09/08

por - Cineclubes
04 Ago, 2009 03:36 | comentarios

LA CUMBRE: SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470

5 de agosto, a las 20.30hs:

Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke, México, 2008

85’ / ATP

Cortometraje: Patria, de Susana Barriga, Cuba, 2007

La segunda película de Fernando Eimbcke, que vuelve aquí a trabajar con la guionista cordobesa Paula Markovich, como ya lo había hecho en su ópera prima Temporada de patos, confirma que es un realizador a tener en cuenta, pues perfila un estilo reconocible y personal y se desmarca de varios clisés del cine latinoamericano. Historia mínima: un choque contra un poste, la búsqueda de un mecánico y un repuesto, una madre adolescente, un bóxer y su dueño, un admirador de Bruce Lee, y un fondo perceptible pero difuso de tristeza: el duelo por la muerte de un padre. No es la historia sino el medio lo que importa, y, justamente por eso, la pequeña historia alcanza para sostener la totalidad de la película. Como en Temporada de patos, Eimbcke presenta el lugar antes que a sus personajes. Ahora no es el Distrito Federal sino algún pueblo en Yucatán. Planos fijos y extensos, casi siempre planos generales, excepto por dos o tres finos y sutiles travellings. El absurdo parece ser su tema. El plano general le ayuda a proponer un tipo de comicidad en la que un todo se ve amenazado por un leve desperfecto, lo que desencadena una serie de situaciones insensatas. No es un humor sencillo, porque lo cómico estalla en la lentitud, de lo que se predica una espera por parte de quien ve y una actitud observacional: el plano es un conjunto, y como tal hay que mirarlo. Es por eso que el fundido en negro, a veces muy pronunciado, antecede a escenas que implican una mirada activa. Es una pausa, un respiro, un aviso. Es otro modo de concebir el cine y la comedia. (Roger Koza)

VILLA GIARDINO: SALA TEATRO ALEJANDRO GIARDINO

PELÍCULA DEL MES

9 de agosto, a las 20.00hs:

Vals para Bashir, de Ari Folman, Israel, 2008

84’ / +13

Cortometraje: Amor ciego, de Alexander Kluge, Alemania, 2002

Este soberbio y heterodoxo documental animado sobre la primera guerra del Líbano (1982) no solamente constituye un triunfo sobre el glamour militarista sino que además es un discreto y eficiente señalamiento crítico contra la política exterior (e interior) del Estado de Israel. Visceralmente antibélica y formalmente psicodélica, Vals para Bashir es un tratado pop sobre el funcionamiento de la memoria y la propensión a la represión de los recuerdos, es decir, un estudio acerca de los efectos traumáticos derivados de una situación y acción vergonzosa y dolorosa sobre el psiquismo personal y colectivo. Aquí, Ari Folman, director del film, que participó en su juventud en las masacres de Sabra y Shatila (después del asesinato del líder cristiano Bashir Gemayel, aliado de los israelíes), dibuja su doble animado. Folman no recuerda y, asistido por un psicoanalista amigo, emprende un periplo de reconstrucción del pasado visitando a viejos amigos y compañeros del ejército. Es que la memoria es colectiva, y la película se nutre de esos fragmentos que devuelven lo no simbolizable, aquello que se resiste a ser pensado. Lo reprimido siempre vuelve, aquí, principalmente, como sueños: unos perros corriendo por Tel Aviv, un hombrecito que flota sobre el cuerpo de una sirena, y una reiterada escena en la que unos hombres desnudos salen del mar. La animación aliviana la narración, pero Folman jamás protege al espectador, sin por ello agredirlo o hacerlo partícipe de una orgía castrense. Vals para Bashir es precisa: la neutralidad no existe en el campo de batalla; décadas atrás alguien “olvidó” a los judíos, décadas después alguien decidió “mirar” la masacre contra palestinos. (RK)