LOS OLVIDADOS (06): JOHN CROMWELL

LOS OLVIDADOS (06): JOHN CROMWELL

por - Columnas
05 Ago, 2020 11:41 | comentarios
Aunque a partir de algunos films que tuvieron éxito de público y relativo de crítica, John Cromwell logró cierto reconocimiento en vida, también forma parte del nutrido grupo de directores de Hollywood de los que hoy casi nadie se acuerda.

Nacido Elwood Dager Cromwell en 1886 en el seno de una familia de origen escocés de buena posición económica, tras terminar sus estudios y siendo aun muy joven empezó a conectarse con el mundo del teatro, terreno en el que desarrolló una carrera bastante dilatada (su debut en Broadway se produjo en 1912 y trabajó de manera ininterrumpida allí hasta 1927, ya sea como actor o como director. 

Su arribo a Hollywood se produjo en 1928, debutando como actor en 1929. Ese mismo año comenzó a trabajar como director, y su carrera duró más de tres décadas. Con dos de sus películas de su primera etapa (Anne Vickers Of Human Bondage) y a pesar de que aún no estaba vigente el Código Hays, tuvo problemas con la censura debiendo realizar modificaciones en las mismas. Los años 30 y 40 fueron los más trascendentes de su carrera, rodando numerosos films de los más diversos géneros en los que solo el western quedó afuera. En 1951, como muchos de sus colegas, fue víctima de las nefastas listas negras impulsadas por el macartismo, permaneciendo inactivo hasta 1958, año en el que fue rehabilitado, rodando The Goddess, un film sobre un guion de Paddy Chayevsky en el que se creyó ver un biopic sobre Marylin Monroe. Retirado del cine en 1961, el director Robert Altman lo convocó para participar en dos de sus películas. Casado cuatro veces con diferentes actrices, John Cromwell falleció en Santa Bárbara (California) en 1979.

Lo primero que hay que señalar en la obra de Cromwell es que .a pesar de lo dilatado de su carrera teatral, no hay en su filmografía, salvo en alguna de sus primeras películas, rastros de esos antecedentes.

Director ecléctico, supo conseguir muy buenos resultados en los más diversos géneros y si se quieren señalar algunos rasgos salientes en su obra habría que hablar de su facilidad para acomodarse a diferentes contextos, su capacidad para la dirección de actores, la elegancia y precisión en muchas de sus películas de su puesta en escena, el expresivo uso de los primeros planos, la muy buena utilización del sonido y, sobre todo, la potencia y envergadura de sus personajes femeninos que lo convierten, tal vez junto a George Cukor, en un director “de mujeres” por excelencia. Hay así en su filmografía personajes inolvidables, como el de Irene Dunne en Anne Vickers, el de Bette Davis en Servidumbre humana, el de Katherine Hepburn en Mística y rebelde, el de Carole Lombard en Engaño nupcial, el de Claudette Colbert en Desde que te fuiste o el de Eleanor Parher en Amarga condena. Y también hay que señalar que, sobre todas las cosas, su cine está centrado en personajes y sentimientos, muchas veces expuestos a flor de piel por sus protagonistas. 

John Cromwell ha realizado la suficiente cantidad de películas atrayentes como para tener un espacio en el panteón del cine americano clásico. Recomendemos entonces algunas de ellas.

La canción del río (Banjo on my Knee, 1936) si se parte de su línea argumental podría considerarse una película convencional pero Cromwell se las arregla para conseguir una fusión de comedia, película de aventuras y musical. Además, la presencia del enorme Walter Brennan haciendo música con su “armatoste”, los bailes de Buddy Ebsen y verla a Barbara Stanwyck -aparte de agarrarse a trompadas fuera de campo con la mujer que flirtea con su marido- cantando y bailando, provocan que el film sea muy disfrutable.

El prisionero de Zenda

El prisionero de Zenda (The Prisoner of Zenda, 1937) es la mejor de las varias adaptaciones que se hicieron de la novela de Anthony Hope, con Ronald Colman, un atildado caballero inglés, suplantando al rey, primero borracho y luego prisionero de su hermano. Las excelentes escenas de acción, los convincentes momentos románticos, y la presencia de dos villanos de primer orden, convierten a la película en un auténtico clásico del cine de aventuras.

Argelia (Algiers, 1938) es una remake de Pepe le Moko, el clásico del cine  francés de Julien Duvivier. Aquí Charles Boyer, seductor e irresistible como siempre, interpreta al elegante ladrón; es en este caso un refugiado en la laberíntica Casbah argelina, donde resulta inhallable para la policía. Sus complicaciones aparecen cuando conoce a una bella muchacha (Hedy Lamarr), tal vez la actriz más enigmática del cine americano.

Engaño nupcial (In Name Only1939) comienza como una comedia screwball en la que un hombre infelizmente casado conoce a una joven viuda y se enamora de ella. Cuando la esposa despechada primero amaga con el divorcio pero luego se arrepiente, el film se va convirtiendo progresivamente en un tórrido melodrama, con Cary Grant y Carole Lombard como intérpretes insuperables.

Así termina la noche

Así termina la noche (So Ends Our Night, 1941) está basado en un texto de Erich María Remarque y está centrado en refugiados, perseguidos por el nazismo, que no logran encontrar su lugar en el mundo. Mezcla de melodrama y thriller político el film –más allá de alguna frase rimbombante, seguramente atribuible a Remarque- es un relato sólido y potente, de un sostenido crescendo dramático. 

Despues que te fuiste (Since you Went Away, 1944), es una especie de anticipo de Los mejores años de nuestra vida, de Wyler, en la que vida de una familia se modifica cuando llega la noticia de que el hombre de la casa, reclutado por el ejército, ha desaparecido en acción. Más allá de algunos desbordes sentimentales en su segunda parte y cierto tufillo patriotero, el buen pulso narrativo consigue sobreponerse al guion del productor David Selznick y conseguir que las tres horas del film nunca sean tediosas.

Su milagro de amor (The Enchanted Cottage, 1945) es una suerte de variación sobre la Bella y la Bestia (aunque ni ella es tan bonita ni él tan feo) y narra el progresivo enamoramiento de una muchacha tímida e introvertida con un piloto de aviación al que un accidente le ha deformado el rostro, lo que le impidió casarse con su prometida. Un film con algunos pasajes de un extraño romanticismo, no exento de melancolía.

Maldita mujer (Dead Reckoning, 1947) es una convincente incursión de Cromwell en los terrenos del film noir protagonizada por una pareja difícilmente superable en el género: Humphtey Bogart y Lizabeth Scott. En un extenso flashback, Bogey narra en off su investigación sobre la desaparición de un amigo y allí se encontrará con la ambigua y peligrosa Lizabeth. Los mejores ingredientes del noir, una atmósfera oscura y ominosa y un sorprendente plano final.

Amarga condena (Caged, 1949) transcurre en una prisión de mujeres donde llega una joven muchacha acusada de ser cómplice de un delito cometido por su novio y la dura vida carcelaria provocará grandes cambios en ella. Película seca y con escasas concesiones, con una notable galería de secundarios y algún personaje inolvidable como la sádica guardacárcel lesbiana que interpreta Hope Emerson, es el título más pesimista de la filmografía del director.

El soborno (The Racket, 1951) es la remake de un film que rodara Lewis Milestone en 1928. Producido por Howard Hughes y con guion de W.E. Burnett, el film narra el enfrentamiento de un policía incorruptible con el jefe de la mafia que controla la ciudad. Gran duelo interpretativo entre Robert Mitchum y Robert Ryan. El film transmite la sensación de que la victoria de la ley es solo aparente, ya que fuera de campo hay un poder que maneja los rostros visibles.

Fotogramas de encabezado: Mística y rebelde+El soborno+Maldita mujerServidumbre humana.

Jorge García / Copyleft 2020