LA INTERNACIONAL CINÉFILA 2020

LA INTERNACIONAL CINÉFILA 2020

por - Críticas, La Internacional Cinéfila
31 Dic, 2020 10:39 | comentarios
161 programadores, críticos y cineastas de diversos países del mundo eligen las películas del año

Mapa para explorar una mutación en ciernes

Nadie puede saber aún qué es exactamente lo que ha sucedido entre nosotros, pero algo ocurrió y ha sacudido el orden de las cosas. El gran relato universal invoca viejas pesadillas biológicas en un contexto en el que todo lo que existe no es indemne a una mutación general. Todo es todo: el cuerpo, la inteligencia, los ecosistemas, el aire, el color del cielo, la temperatura y también, acaso más que nunca, la vida de las imágenes. La meditación sobre qué es una imagen remite a tiempos muy lejanos y no es aquí el espacio para ensayar una arqueología del concepto y su historia. Por otra parte, ¿qué tendría esto que ver con una recolección de títulos de películas llegadas de muchos países del mundo que pretende ser una cartografía del cine en tiempo presente? 

La pasión profética se ha desatado como nunca de marzo en adelante. Se vertieron pronósticos aterradores, otros discretamente utópicos y a la hora de circunscribirse al cine no se prescindió de especulaciones variopintas. El futuro se volvió una pasión, la predicción, un movimiento de la conciencia y todo aquello que incitara a imaginar el porvenir se impuso como tema. Es que el presente en el encierro había perdido su misteriosa cualidad elástica entre lo que fue y lo que vendrá y el peso del instante en sí resultaba un agobio y un hundimiento en el tiempo. 

Emplearé por primera vez el término que he evitado decir hasta aquí: pandemia. Desde que se diagnosticó en adelante, la vida de las imágenes y la relación de nuestra vida con estas conoció un nuevo régimen de intercambio. El trabajo, el amor, el esparcimiento, el deseo, la invención se proyectaban en la pantalla como jamás había sucedido y todo el mundo pasó a ser en imagen. El necesario contracampo de esa contingencia no fue una imagen: los llamados trabajadores esenciales no lidiaban con estas, sino con la materia a secas: la de los cuerpos y los alimentos.

First Cow

Fue en ese otoño del sur y primavera del norte cuando los cineastas liberaron las películas, los cines se cerraron (por un tiempo), los festivales se discontinuaron y en ocasiones se celebraron online y las plataformas de streaming se hicieron determinantes. Fue así que irrumpió un nuevo orden en la circulación de las imágenes, o más bien una conformación técnica y económica latente pudo practicarse a gran escala y probar su eficiencia. Este devenir parece indetenible. ¿Qué será de aquí en más un estreno? ¿Cómo funcionarán los festivales? ¿Cómo habrá de organizarse el cine y cómo se delimitará en esta profusión de imágenes con sonidos lo que podemos relacionar con la tradición que reúne a Amanecer con Rizi o El nacimiento de una nación con First Cow

Una hipótesis: en el año de la pandemia se sustituyó un régimen de distribución de imágenes por otro. Sobre ese acontecimiento se podrán especular razones y consecuencias de largo alcance, pero sí se puede pensar en concreto sobre algunos efectos reconocibles porque ya han delineado nuestra experiencia. ¿No fue este el año en que muchos críticos y espectadores pudieron “asistir” a varios festivales y ver películas que, en el viejo régimen, llegarían meses después al lugar en el que viven? ¿No fueron los estrenos de las últimas películas de Spike Lee, Charlie Kaufmann y David Fincher la constatación de un lanzamiento mundial sin la mediación de las salas y asimismo una nueva medida y presentación de lo que será de aquí en más el cine de autor gestionado por empresas de streaming?

No quiero dejar de agradecer a todos los participantes. El compromiso de estos ha sido conmovedor y como tal ha sido para mí un aprendizaje integral: lo que dicen de las películas, las relaciones que establecen entre estas y las inferencias que surgen de sus pareceres me ayudan a mitigar mi ignorancia y a mantener firme mi deseo de elegir el cine como una forma de estar en el mundo. 

Lo que revela La Internacional Cinéfila de 2020 no es otra cosa que esta mutación en ciernes. Aún coexisten los ecos del pasado, cuando muchas de las películas elegidas por una gran mayoría de participantes empezaron en Rotterdam y en la Berlinale. Mucha otras, sin duda, fueron vistas en los festivales online que se celebraron en este año y los estrenos online que desconocieron lógicamente la restricción de un territorio. Todavía puede reconocerse el tiempo de un estreno y el lugar en el que se exhibió, pero ambas categorías esenciales, las del tiempo y el espacio, que organizan la experiencia ya no funcionan bajo las mismas reglas. Ni qué decir sobre las condiciones perceptivas que habrán de naturalizarse respecto de la relación que se establece con las escalas de los planos y el contrato íntimo del tiempo del espectador con la duración de una película. En efecto, películas como First Cow, de Kelly Reichardt, y Days, de Tsai Ming-liang, pertenecen a una época del cine, y verlas en una sala no es justamente una mera circunstancia: la relación asimétrica prodigada por la dimensión de una pantalla no puede ser desatendida en ambos casos; la otra más votada, El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco, en cambio, resiste perfectamente a cualquier escala de exhibición; su retórica y su estética prescinden del tamaño de un plano proyectado. Las primeras pertenecen a una tradición que se liga al siglo XX, la última ya no: El año del descubrimiento puede hablar sobre la experiencia política del siglo precedente y su extensión hacia el nuestro, pero pertenece como objeto sin más a este tiempo; es un film de un hijo de este tiempo. Se podrían decir muchísimas cosas más, pero este no es el espacio ideal para hacerlo. 

Mes chers espions

Tampoco quiero dejar de agradecer públicamente a Santiago González Cragnolino: la traducción de la mayoría de los textos de los participantes que no escriben en español le pertenece y sin su ayuda yo no hubiera podido publicar esta décima edición. Su generoso tiempo está en consonancia con la amabilidad de los participantes. 

Quisiera decir algo más. Me hubiera gustado equilibrar y por tanto igualar la cantidad de participantes mujeres con respecto a las de los hombres. Por cuestiones distintas, algunas colegas no pudieron sumarse, otras no respondieron a los mails. Una regla autoimpuesta desde el inicio quizás no ayude: solamente invito a ser partícipes a gente que conozco, y en el mundo del cine, por cuestiones que me exceden, conozco más hombres que mujeres. Espero con el tiempo corregir ese hecho, un deseo que no tiene nada que ver con la siempre sospechosa corrección política, sino con mi propia convicción de que la cultura cinematográfica no debe estar circunscripta a ninguna mayoría. Este sentido de igualdad no es el único, y eso explica que entre los invitados figuren nombres reconocidos y desconocidos por igual. Eso me importa tanto como el intento de combinar procedencias diversas y generaciones distantes. 

He aquí una nueva edición de La Internacional Cinéfila. Parece una encuesta o una votación, pero no es otra cosa que un mapa de exploración amoroso, un mapa acerca del cine contemporáneo y su relación con nuestro mundo. (Roger Koza)

***

LAS PELÍCULAS MÁS ESCOGIDAS

El año del descubrimiento

First Cow, Kelly Reichardt, Estados Unidos, 2019

(Competencia oficial de Berlinale; Telluride)

53 votos

El año del descubrimiento, Luis López Carrasco, España-Suiza, 2020

42 votos

(Selección oficial de Rotterdam )

Rizi / Days / 日子, Tsai Ming-liang, Taiwán, 2020

(Competencia oficial Berlinale)

 34 votos

Domangchin yeoja / The Women Who Run, Hong Sang-soo, Corea del sur, 2020

21  votos

(Competencia oficial Berlinale)

The Works and Days of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin, C.W. Winter y Anders Edström, Estados Unidos-Suiza-Japón-Reino Unido, 2020 / Mes chers espions, Vladimir Léon, Rusia-Francia, 2020

(Encounters, Berlinale) / (Cinéma du réel)

15 votos

***

ÓPERA PRIMA MÁS ELEGIDA

EsquirlasNatalia Garayalde, Argentina, 2020 / Los conductos, Camilo Restrepo, Francia-Colombia-Brasil, 2020

9 votos

***

LOS PARTICIPANTES

Nicole Brenez, investigadora (Sorbonne nouvelle/Fémis), curadora (Cinémathèque française), Francia

Cinco películas del año

(Por orden alfabético siguiendo el nombre del autor)

O que há em ti (Carlos Adriano)

Purple Sea (Amel Alzakout, Khaled Abdulwahed)

Mirror of the Possible Worlds (Fergus Daly)

Her Name Was Europa (Anja Dornieden, Juan David González Monroy)

La France contre les robots (Jean-Marie Straub)

Primera película:

Ofrenda (Juan Maria Monaco Cagni)

Película de mi país:

A.I. At War (Florent Marcie)

Película excepcional

Où en êtes-vous ? Teresa Villaverde (Teresa Villaverde)

La miré tal vez 150 veces durante el año y durante los dos confinamientos, pero la quiero ver la misma cantidad de veces y en coincidencia con el número de personas en el film y de cada plano en él, de esta asombrosa obra maestra. Un saludo para Brasil libre. 

Jonathan Rosenbaum, crítico de cine (CinemaScope; www.jonathanrosenbaum.com), Estados Unidos

Her Socialist Smile (John Gianvito)

First Cow (Kelly Reichardt)

Cenote (Oda Kaori)

The Social Dilemma (Jeff Orlowski)

COUP 53   (Taghi Amirani)

Cinco películas que me han educado. 

Primera película

Y una primera película que ha ejercitado la imposible tarea de adaptar a mi novelista favorito de ciencia ficción, Olaf Stapledon, pero en un modo inesperado: 

Last and First Men (Jóhann Jóhannsson)   

Adrian Martin, crítico de cine (Sight & Sound; Mysteries of Cinema: Reflections on film theory, history and culture), Australia

The Salt of Tears

Lovers Rock

First Cow

Mes chers espions

Trigonometry (TV series, Athina Rachel Tsangari)

Primera película:

Zana (Antoneta Kastrati)

Película de mi país:

The Weather Diaries (Kathy Drayton)

Una película que me acompaño en el 2020:

Desaparición incompleta (Alan Martín Segal)

«Todo lo que hago no tiene sentido si la casa se quema.» Sin embargo, cuando la casa se quema, es necesario continuar como siempre, hacer todo con cuidado y precisión, tal vez incluso con más cuidado, incluso si nadie se da cuenta. Puede ser que la vida desaparezca de la tierra, que no quede ningún recuerdo de lo que se ha hecho, para bien o para mal. Pero sigues como antes, es demasiado tarde para cambiar, no hay más tiempo… La otra casa, la que nunca podré habitar, pero que es mi verdadero hogar, la otra vida, la que no viví mientras creía que la estaba viviendo, el otro idioma, que deletreé sílaba por sílaba sin poder hablarlo nunca, tan mío que nunca podré tenerlos” (Giorgio Agamben, Cuando la casa se quema, octubre de 2020)

Miguel Gomes, cineasta (Tabú, Las mil y una noche), Portugal

El 2020 fue un año de mucho trabajo; por esa razón y por la pandemia, la verdad es que no vi muchas películas en sala (y tampoco tengo Netflix). Vi o volví a ver muchas películas en casa. Por todo esto, mi lista no puede ser normal.

The Sun Shines Bright – John Ford
Anne of the Indies – Jacques Tourneur
Pattes Blanches – Jean Gremillon
La Chienne – Jean Renoir
Objective, Burma! – Raoul Walsh

(No vi muchas películas contemporáneas, pero amé profundamente Hotel by the River de Hong Sang-soo, me gustó mucho The Disciple de Chaitanya Tamhane y Sel dds Larmes de Philippe Garrel’)

Jean-Pierre Rehm, Director artístico (FidMarseille), Francia

THE DISCIPLE. Chaitanya Tamhane 

SHIRLEY. Josephine Decker 

FIRST COW. Kelly Reichardt 

GYRES 1-3. Ellie Ga

TODO LO QUE SE OLVIDA EN UN INSTANTE (Everything that is forgotten in an instant). Richard Shpuntoff

Primera película:

VISION NOCTURNA (Night Shot). Carolina Moscoso

Película de mi país:

C’EST PARIS AUSSI (This is Paris too). Lech Kowalski

Muchas gracias, querido Roger, por este precioso trabajo que hacés. 

João Pedro Rodrigues, cineasta (Morir como un hombre, El ornitólogo), Portugal

Cinco películas vistas en el cine, estrenadas en Portugal durante el 2020:

(Por orden alfabético)

A Vida Invisível de Eurídice Gusmão (2019) Karim Aïnouz

Dark Waters (2019) Todd Haynes

It Must be Heaven (2019) Elia Suleiman

La Gomera (2019) Corneliu Porumboiu

Liberté (2019) Albert Serra

+ un viejo cortometraje:

Kolga (1966, 20′) Mikheil Kobakhidze

Cinco películas vistas en la computadora:

(Por orden alfabético)

Équation à un Inconnu (1980) Dietrich de Velsa AKA Francis Savel (versión restaurada por Yann Gonzalez)

Isabella (2020) Matias Piñero

Mes Chers Espions (2020) Vladimir Léon

Si c’était de l’Amour (2019) Patric Chiha

Undine (2020) Christian Petzold

+ Un viejo corto:

Vapors (1965, 32′) Andy Milligan

Primera película:

Los Conductos (2020) Camilo Restrepo

+ un corto:

Heliconia (2020, 27′) Paula Rodríguez Polanco

Película de mi país:

Dos cortos por orden alfabético:

A Grande Paródia (2019, 5′) André Carvalho

Errar a Noite (2020, 29′) Flávio Gonçalves

Votación excepcional:

La conmovedora y extraordinaria Absences Répétées (1972), de Guy Gilles, una obra maestra absoluta, «inadjectivable» como diría el difunto João Bénard da Costa, aunque no estoy seguro de que Guy Gilles hubiera sido de su agrado… Añadiría que eso sucede con toda la filmografía de Guy Gilles, el mayor descubrimiento que he hecho durante el confinamiento, e incluso en los últimos años (y gracias a los amigos de La Loupe). Ni qué decir del tema homónimo de Jeanne Moreau que me perseguirá para siempre.

Cristina Nord, Directora artística (Forum Berlinale), Alemania

RIZI de Tsai Ming-liang

FIRST COW de Kelly Reichardt

EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO de Luis López Carrasco

OUVERTURES de The Living and the Dead Ensemble

LUZ NÓS TROPICOS de Paula Gaitán

Primera película

FUTUR 3 de Faraz Shariat

Película de mi país 

(En realidad, no es estrictamente de mi país, sino una coproducción austríaca-alemana-francesa. La directora vivió mucho tiempo en Berlín y habla la misma lengua materna que yo):

GLI APPUNTI DI ANNA AZZORI/ UNO SPECCHIO QUE VIAGGIA NEL TEMPO de Constanze Ruhm

Película extraordinaria que me acompañó durante el año:

SOLEIL Ô de Med Hondo

César González, cineasta, escritor y artista plástico (Lluvia de jaulas), Argentina

Como pasa en cada año, hay muchas películas que me quedan pendientes de ver, como «Río Turbio» de Tatiana Mazu, y otras películas que solo por arbitrio no entran en la lista como «Un crimen común» de Francisco Marquez o «Isabella» de Matias Pyñeyro,  que me gustaron mucho.

1- Dylda /  Beanpole (Kantemir Balagov).

Porque su director ya demuestra ser una cosa seria en su segunda pellícula, donde ningún elemento está librado al azar; una conjucción cinematrográfica perfecta, entre una paleta de color verdosa, actuaciones brillantes y una atmósfera desgarradora.

2- Malchik Russkiy /A Russian Youth (Alexander Zolotukhin)  .

No tengo la menor dudas que los soviéticos, ahora rusos, han filmado las mejores películas bélicas de la historia del cine, pasando por algunas de las películas más legendarias de Eisenstein, «La balada del soldado» de Grigori Chujrái, pasando por «Pasaron las grullas» de Mikhail Kalatozov hasta «Come and See» de Elem Klímov. Esta película bebe de esa tradición y con una cámara que nos remite a los efectos ópticos de Sokurov, padrino de toda esta corriente de cineastas, pero que busca su imagen propia y la consigue.

3- Chaco (Diego Mondaca).

Una dirección actoral brillante, un pulso narrativo muy extraño, donde estamos en medio de una guerra absurda y mientras no paramos de esperar las balaceras habituales del cine de guerra, y mientras estas nunca llegan no perdemos un segundo la tensión, sentimos el cansancio de esos cuerpos, rondando entre la estupidez de la violencia. Mondaca desarrolla una reflexión sobre la microfísica del poder entre un acotado grupo de soldados. Todo es pequeño pero todo habla de cosas grandes, como una síntesis brutal de la historia latinoamericana. La escena de la lluvia al comienzo del film es de una belleza abrumadora.

4- Jeanne (Bruno Dumont).

Porque Dumont me encanta. En este caso vuelve a experimentar a través de la historia de Juana de Arco, con ciertas reminiscencias al cine de Straub & Huillet en la forma de trabajar los textos y la voz, y una actuación nuevamente sobresaliente de Lise Leplat Prudhomme.

5- First cow (Kelly Reichardt).

Un fragmento de la oscura historia norteamericana a través de galletas dulces hechas con leche. La simpleza de Reichardt no es realismo, es una metafísica de la realidad. 

Primera película:

La botera (Sabrina Blanco).

Película de mi país:

Las Ranas (Edgardo Castro).

Mención: Adiós a la memoria (Nicolás Prividera).

Mehrnaz Saeed-Vafa, cineasta (Jerry y yo), profesora (Columbia College Chicago), crítica  (Kiarostami), Estados Unidos-Irán

Vitalina Varela  / Pedro Costa 

Her Socialist Smile / John Gianvitto

First Cow / Kelly Reichardt 

Forty Year-old Version / Radha Blank 

Filmfarsi / Ehsan Khsohbakht 

David Walsh, crítico de cine (World Socialist Web Site), Estados Unidos

2020 fue un año lleno de acontecimientos, un punto de inflexión en la historia del mundo. La pandemia actuó como un evento desencadenante, un acelerador de las condiciones existentes anteriormente. Alrededor de 1,7 millones de personas han muerto en todo el mundo, 325.000 en los EE.UU., como resultado de las políticas homicidas de «inmunidad de rebaño» de las elites gobernantes mundiales. Mientras tanto, según un reciente informe de Associated Press, habrá 50 millones de personas en los EE.UU. que sufrirán de hambre a finales de año. El capitalismo está siendo desacreditado como nunca antes.

Los multimillonarios se enriquecieron en el 2020 más allá de sus sueños más audaces. El Informe de Billonarios de UBS-pwc: «La riqueza total de los multimillonarios alcanzó los 10,2 billones de dólares a finales de julio de 2020, tocando un nuevo máximo tras el rebote en forma de V del año en los precios de los activos». Según un estudio de noviembre de Inequality.org, entre el 18 de marzo -el comienzo de la pandemia- y el 13 de octubre, la riqueza total de 644 multimillonarios estadounidenses aumentó de 2,95 billones de dólares a 3,88 billones, un aumento del 31,6%. La riqueza de los 10 estadounidenses más ricos aumentó en 141 mil millones de dólares durante este período, o en 46.850 dólares cada minuto. La situación es insostenible.

El fascista Trump puede ser la figura más repulsiva, pero, de una manera u otra, la decisión de mantener abiertos los negocios y las escuelas, de modo que los beneficios sigan llegando, es una política universal. La población está aturdida y enojada. La analogía con la Primera Guerra Mundial es apropiada. Los poderes fácticos cosecharán un torbellino.

El arte, como siempre, se queda atrás. Literalmente, en el caso de 2020. Vi muy pocas películas en los cines. Asistí al festival de cine de Toronto, que era un evento online, con quizás un cuarto del número habitual de películas. La mayoría de las obras interesantes que vi eran de 2019 e incluso 2018. Hice lo mejor que pude con las listas.

Mejores películas que vi en 2020:

Andið eðlilega (And Breathe Normally, Isold Uggadottir, 2018)

Amin (Philippe Faucon, 2018)

Waiting for the Barbarians (Ciro Guerra, 2019)

Martin Eden (Pietro Marcello, 2019)

76 Days (Weixi Chen, Hao Wu, Anonymous, 2020)    

Otras películas de 2020:

Adú (Adu, Salvador Calvo, 2020)

Lost Girls (Liz Garbus, 2020)

American Utopia (David Byrne’s American Utopia, Spike Lee, 2020)

Otras películas de 2019 que vi en 2020:

First Cow (Kelly Reichardt, 2019)

Greed (Michael Winterbottom, 2019)

Belly of the Beast (Erika Cohn, 2019)

La trinchera infinita (The Endless Trench, Aitor Arregi & Jon Garao & Jose Mari Goenaga, 2019)

La vérité (The Truth, Hirokazu Kore-eda, 2019)

Eva Sangiorgi, directora artística (Viennale), Italia-Austria

Al mirarlo desde aquí, el 2020 me parece un año interesante por haber evidenciado ciertas tendencias de las prácticas de exhibición y mostrar por ende las incoherencias de todo lo que se enuncia como objetivos. Finalmente, Netflix decidió no presentarse en los certámenes presenciales, concentrarse en su medio y en hacer adquisiciones para la plataforma. Esto llevó a pensar en otras oportunidades  para la programación y a cosechar valentía a la hora de componer  programas. Sin duda, hemos tenido el tiempo para pensar, aunque no sé si hemos encontrado una solución a la supervivencia. También hemos hablado mucho de nuestras motivaciones para el año que se acerca. Igualmente me pareció un año interesante en términos cinematográficos y esta es mi selección.

First Cow (Kelly Reichardt) 

The Works and Days  of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin (C.W. Winter y Anders Edström)

Rizi / Days (Tsai Ming-Liang)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Tendre / Tender (Isabel Pagliai) 

Primera película

Ma Ma He Qi Tian De Shi Jian/ (MamaLi Dongmei)

Película de mi país

Miss Marx (Susanna Nicchiarelli)

Película del país que me adoptó

Fauna (Nicolás Pereda)

Película del país en el que resido

Aufzeichnungen aus der Unterwelt / News from the Underworld (Tizza Covi y Reiner Frimmel)

Votación extraordinaria

Young Mr. Lincoln (John Ford)

Radu Jude (Uppercase Print), Rumania

1. Forensic Architecture films 

Considero que estas películas son las más innovadoras de nuestro tiempo y la única y verdadera forma de trabajar con imágenes y sonidos. (ver aquí: https://forensic-architecture.org/)

2. Il n’y aura plus de nuit/There Will Be No More Light (Eleonore Weber)

3. Apiyemiyekî? (Ana Vaz)

3. First Cow (Kelly Reichardt)

4. State of Cinema 2020 (Olivier Assayas)

Primera película: 

Acasă / My Home (Radu Ciorniciuc)

Se trata de una película realizada por un periodista que debería haber sido hecho por nosotros, los denominados cineastas profesionales, pero vergonzosamente no fuimos capaces de hacerlo. 

Películas de mi país: 

Tres cortometrajes realizados por directoras. 

Contraindicații /Contraindications (Lucia Chicoș) 

Una película madura y seria. 

Să crești sub un cireș amar /To Grow Under a Wild Cherry Tree (Agata Olteanu) 

Un diario muy creativo y valiente. 

Bilet de iertare/Letter of Forgiveness (Alina Șerban) 

La primera película de una cineasta romana. 

Agregaría a esta lista la radical y osada programación del festival de cine local más importante, One World Romania, curada por Vanina Vignal y Andrei Rus.

Voto excepcional: 

El grupo de Facebook “La Loupe”, el que me ayudó a descubrir muchísimas películas que no hubiera podido ver jamás porque me eran enteramente desconocidas, como United States of America de Bette Gordon & James Benning o La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gomez o la compilación Screening the Poor 1888-1914, las películas de Schlingensief que aún tienen que ser descubiertas.

Jérôme Baron, director artístico (Festival des 3 Continents) Francia

City Hall / Frederick Wiseman

Soul / Pete Docter

Malmkrog / Cristi Puiu

Days / Tsai Ming-Liang

Hotel by the river / Hong Sang-soo

Primera película:  

Dwelling in the Fuchun Mountains / by Gu Xiaogang

Haruka Hama, programadora, (Yamagata International Documentary Film Festival), Japón

Películas del año:

Rizi / Days (Tsai Ming-Liang)

El año del descubrimiento /The Year of the discovery (Luis Lopez Carrasco)

Babenco: Alguém Tem que Ouvir o Coração e Dizer Parou / Babenco: Tell Me When I Die (Bárbara Paz)

Supai no tsuma / Wife of a Spy: Theatrical Version (Kurosawa Kiyoshi)

Double Phase (Makino Takashi)

Una película de mi país: 

Tokyo Telepath (Maiko Endo)

Voto excepcional:  

Dolor y gloria / Pain and Glory (Pedro Almodóvar)

Nagaya shinshiroku / Record of a Tenement Gentleman (Ozu Yasujiro)

Luciano Monteagudo, crítico (Página/12) y consultor (Berlinale), Argentina

No fue deliberado pero tampoco casual que los títulos que terminé eligiendo hayan sido los últimos que pude ver en la oscuridad de una sala, en comunión con cientos de otros espectadores, en la Berlinale de febrero pasado. Por supuesto, estoy convencido del valor de estas obras, que sin duda perdurarán en el tiempo, pero también debo admitir que es muy difícil que un film visto por streaming pueda provocar en mí la misma conmoción que en una sala. De haber podido verlo en el festival de Toronto, como suelo hacer cada año con cada uno de sus documentales, probablemente City Hall, de Frederick Wiseman, hubiera integrado esta lista, pero la experiencia online (para colmo fragmentaria en un film de 4 horas y media, que de modo presencial hubieran sido un macizo temporal) no fue suficiente para que el film persistiera en mí del mismo modo. 

Cinco películas del año:

1 Days (Taiwán), de Tsai Ming-liang

Una película que, como casi todas las de su autor, se anticipó a su época: apenas unos días antes de que el mundo cambiara, Days nos habló sin palabras, con una austera belleza, del aislamiento y la soledad, pero también de la posibilidad del afecto, aún entre desconocidos. 

The Woman Who Ran (Corea), de Hong Sang-soo.

Hong hace ese tipo de películas que parecen concebidas para ser habitadas, para vivir dentro de ellas, tal es el grado de intimidad y confianza que logra entre los personajes, la cámara y el espectador. Y The Woman Who Run es uno de los mejores ejemplos de esa virtud.

First Cow (EE.UU.), de Kelly Reichardt

Reichardt se libra de todo aquello que no es absolutamente esencial a su relato, pero al mismo tiempo First Cow consigue trascender su anécdota para terminar describiendo –con sensibilidad, con humor– un estado de situación mucho mayor, que desnuda las reglas básicas del capitalismo y habla del desencanto del sueño americano.

Undine (Alemania), de Christian Petzold

En manos de cualquier otro director, este cuento de hadas podría haber resultado inverosímil, pero Petzold ha venido afinando tanto su cine que es capaz de contar una historia de amor romántico como si fuera un thriller y, a la vez, de hacer un film fantástico que no deja de ser político en su cuestionamiento al modo en el que la ciudad de Berlín borra permanentemente las huellas de su pasado cuando decide reconstruirlo como si fuera una maqueta.

Kill It and Leave This Town (Polonia), de Mariusz Wilczynski

En las antípodas técnicas e ideológicas de la animación digital, la película de Wilczynski es deliberadamente artesanal, algo así como la guerra de un solo hombre: una infinita serie de dibujos y collages en movimiento que dan cuenta de las inquietudes, los sueños y los recuerdos –a veces tiernos, a veces crueles– de su director.

Opera prima:

Los conductos (Colombia), de Camilo Restrepo.

Casi todo lo que uno espera de un film debut: sorpresa, energía, vitalidad, deslumbramiento.

Un film argentino:

Médium, de Edgardo Cozarinsky.

Se diría que detrás de la sencillez con la que el director retrata a su personaje, de alguna manera también está poniendo –incluso sin proponérselo– la mirada sobre sí mismo, como si el film le devolviera un poco su propia imagen. Al modo de la pianista Margarita Fernández, Cozarinsky también es un médium capaz de conectar distintas culturas y generaciones, de tender puentes entre el pasado y el presente, para aventurarse, de manera siempre discreta, en terra incognita.

Votación excepcional:

Drift (Alemania, 2018), de Helena Wittmann.

La excepción a la regla. Me perdí esta película cuando se dio en el cierre del DocBuenosAires 2018 y desde que la recuperé en la plataforma Puentes de Cine nunca me abandonó, particularmente la secuencia central, cuando el angustioso vaivén marino se apodera por completo del cuadro, se vuelve hipnótico y el universo todo parece bascular a su ritmo.

Agnes Wildenstein, programadora (Sheffield Doc/Fest), Portugal-Francia

THE WORKS AND DAYS (OF TAYOKO SHIOJIRI IN THE SHIOTANI BASIN) by C.W. Winter & Anders Edström

Por lejos, la mejor película del año. Un tremendo placer cinematográfico, una experiencia de visualización de imagen y sonido inolvidable. Una película que permanecerá en la historia del cine. Una película que sólo puede ser vista en un cine.

MALMKROG by Cristi Puiu

La major película hablada del año. 

MES CHERS ESPIONS by Vladimir Leon

La mejor película familiar del año. 

EL ANO DEL  DESCUBRIMIENTO by Luis Lopez Carrasco

El mejor empleo de la pantalla dividida que jamás vi. 

L’HOPITAL DE LENINGRAD by Sarah Maldoror

Un descubrimiento total que nadie ha visto desde que se emitió en la Televisión Francesa en 1983. Para el homenaje a Sarah Maldoror que programé en un cine de Sheffield, sólo se realizó una proyección, ninguna en línea.

Película de mi tierra natal: 

MON AMOUR by David Teboul

Primera película: 

LE KIOSQUE by Alexandra Pianelli

Marcos Uzal, crítico de cine (Cahiers du cinéma, Trafic), Francia

Cinco películas:

First Cow (Kelly Reichardt)

Les Choses qu’on dit, les choses qu’on fait / The Things We Say, the Things We Do (Emmanuel Mouret)

Rizi / Days (Tsai Ming Liang)

La Gomera / The Whistlers (Corneliu Porumboiu)

Little Women (Greta Gerwig)

Opera prima:

Chun Jiang Shui Nuan / Dwelling in the Fuchun Mountains (Gu Xiaogang)

Un film de mi país:

À l’abordage / All Hands on Deck (Guillaume Brac)

Y como tengo doble nacionalidad, una española…

La virgen de agosto (Jonás Trueba)

Un film de cualquier época que haya estado presente durante la pandemia

Durante la pandemia, más que de refugiarme en películas queridas o completar filmografías de cineastas amados, me sentí particularmente inclinado a descubrir directores que no conocía y que pertenecen a cinematografías geográficamente o culturalmente distantes de mí. Me doy cuenta ahora que son ellos quienes respondieron mejor a esta retirada del mundo, abriéndome al suyo (mientras que las películas más familiares tendían a subrayar una insuficiencia, como si fueran las reliquias temporales de una realidad que se había ausentado). Cuatro ejemplos de peliculas que me marcaron más : Hiroshi Shimizu (Anma to onna / The Masseurs and a Woman, 1938), Leonardo Favio (El dependiente, 1969), Sergei Soloviov (Sto dney posle detstva / One Hundred Days After Childhood, 1975), Mani Kaul (Duvidha, 1973).

Raúl Camargo, director (FicValdivia), Chile

Querido Roger, me hace muy feliz participar por décimo año consecutivo de esta encuesta anual que reúne a tanta gente que ama el cine. Este 2020 nos alejó del ritual de la sala, pero de una u otra manera logramos seguir encontrándonos a través de las películas. Ojalá el 2021 nos traiga de vuelta a las butacas para volver a compartir el cine de manera presencial y colectiva, momento en el que podremos exclamar felizmente la consigna de nuestro gran maestro y amigo Fernando Martín Peña: 

¡Alegría sin Fin!

Las cinco elegidas: 

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Mes chers espions (Vladimir Leon)

Correspondencia (Carla Simon y Dominga Sotomayor)

Letter to a friend (Emily Jacir)

Sueños de Pedro (Fernando Restelli & Juan Francisco Fantín)

Opera Prima 

Chaco (Diego Mondaca) 

Con respecto a las obras chilenas a destacar, quisiera nombrar dos largometrajes y dos cortometrajes: 

Largometraje  Chileno (ex aequo)

 El otro (Francisco Bermejo) & Cartas de una fanática de Whistler a un fanático de Conrad (Claudia Carreño)

Cortometraje  Chileno (ex aequo)

Perdurare (Francisco Rojas) & Desastres naturales (Andrea Novoa)

Votación excepcional: 

En este 2020 la revisión de la filmografía de Ana Poliak fue fundamental para mí. 

A 25 años del estreno de ¡Que vivan los crotos! sus películas lucen más actuales que nunca y por lo mismo me parece imperativo situarla en el lugar histórico que merece. La tensión y armonía entre libertad y trabajo es la constante presente en sus tres largometrajes, con personajes protagónicos unidos a través de la enseñanza y la amistad, compartiendo experiencias para encontrar justamente esa libertad en un mundo capitalista. El cine de Poliak está plagado de pequeñas sentencias y de grandes verdades contenidas en ellas. 

Ana es una cineasta secreta que en estos tiempos es fundamental revelar.

Dana Linssen, crítica de cine (NRC Handelsblad, de Filmkrant), curadora (Critics’ Choice @ IFFR), y viajera del tiempo, Holanda.

El año cinematográfico 2020 no comenzó el 1ro de enero, ni en las noches de apertura del Festival Internacional de Cine de Rotterdam o de la Berlinale, otros dos importantes puntos de partida de la celebración cinematográfica cuando uno, como yo, vive en Europa Occidental. El año cinematográfico 2020 llegó a mediados de marzo, cuando en mi país natal, durante la noche, el cine cerró debido a la pandemia, y el tiempo y el espacio se estiraron y plegaron, se dilataron y se desmoronaron en un paisaje que en mi imaginación se parece mucho al mundo mucho después de que los cartógrafos de Borges hubieran dejado la tierra. Todavía se podían encontrar vestigios deshilachados de lo que una vez fue: cines vacíos; festivales (en línea) pulcros; películas distribuidas a través de cadenas piratas de confianza y amistad; discursos y discusiones desiertos y dispersos; películas de diario y películas caseras aisladas; la crítica ocasional que llevaba la cuenta de los estrenos perdidos; la soledad socialmente distanciada de las salas de cine cuando de vez en cuando volvían a abrirlas, que convertía la visualización de películas en un ritual de paseo espacial, un sacrilegio silencioso que se sentía más clandestino que sagrado o alegre. Me doy cuenta de que las únicas películas que he visto en un cine nueve meses después son Tenet de Christopher Nolan y About Endlessness de Roy Andersson, y ¿quién no vería la misteriosa ironía de eso? Para mí, mayormente como crítica, en la cadena semanal de nuevas películas, festivales y retrospectivas, todo cambió y no mucho cambió. Todavía quedaban películas por descubrir o recuperar, para llegar a los lectores, aunque sólo fuera para mantener viva la cinematografía y reinventarla, para invitarles a convertirse en cómplices de este viaje en el desierto post-borgesiano y post-cinematográfico, y acogerles para que reflexionen y mediten sobre una vieja cuestión con nuevas ganas. ¿Qué (es el) cine? ¿Dónde está el cine? ¿Y de quién es el cine? Una jugada tanto ontológica como moral. Y más aún una existencial, un refugio y una resistencia contra la mercantilización de las imágenes en movimiento en el lento proceso de convertirse en zombis de Netflix y siervos del algoritmo. 

No he contado las películas que vi, ya que no eran innumerables sino incontables; pero al final me doy cuenta de que, con los músculos de James Bond y el nerdismo de Wes Anderson ausentes, como lo estuvieron el machismo competitivo de los grandes festivales, con sus premiados sementales, y el polvo que se levanta en su carrera hasta el escenario que oscurece la vista a todos estos «otros» cines, que no son otros, sino más bien el «cine mismo»; podía llenar un top 10 con películas de mujeres directoras. Y ahora tengo que elegir 5, pero no puedo, pero si las divido en dos manos, siguen siendo 5, sólo multiplicaciones y espejos de otras películas no mencionadas, no vistas y no recordadas (en orden alfabético):

The Assistant (Kitty Green) 

Atlantique (Mati Diop)

First Cow (Kelly Reichardt)

My Mexican Bretzel (Nuria Giménez)

Never, Rarely, Sometimes, Always (Eliza Hittman)

Rocks (Sarah Gavron en Anuradha Henriques)

Shirley (Josephine Decker)

The Souvenir (Joanna Hogg)

Test Pattern (Shatara Michelle Ford)

Time (Garrett Bradley)

Una ópera prima que disfruté y aprecié fue:

The Forty-Year Old Version (Radha Blank)

De mi país (Holanda):

Dropje (Meikeminne Clinckspoor)

Tal vez ni siquiera una película, «película»; sino un collage de un puñado de episodios de acción en vivo/series infantiles animadas para la televisión pública, algo que dudo que viaje al mundo de los cinéfilos, a menos que una permita a la versión de cuatro años de una misma sentarse y disfrutar de las aventuras de un muñeco de calcetín que vive en una de esas nostálgicas tiendas de recuerdos junto al mar (que nunca existieron realmente, excepto en las mentes de los diseñadores de producción) con un sentido de Fernweh, donde todo y nada está a la venta, y los nuevos objetos aparecen mágicamente cuando un cliente puede tener necesidad de impermeables o cuerda de cometa, pero lo más importante, y sin darle mucha importancia al tema: donde las chicas pueden ser chicos y los chicos pueden ser chicas, y los padres llevan vestidos y algunas madres también.

Y ahora tengo que terminar con un saludo de doble moral al algoritmo, esa fuerza oculta de mi burbuja cinematográfica cuidadosamente curada, ese facilitador y retador del libre albedrío y el azar, porque si no hubiera sido por uno de mis feeds de redes sociales, probablemente no habría visto In a Lonely Place (1950) de Nicholas Ray, recién restaurada, en nítidos blancos y negros, y todos los matices melodramáticos de las mentes perturbadas que están en el medio. Me dio un gran consuelo, en primer lugar porque estaba vacía y era lenta, como el mundo fuera de mi ventana, y en segundo lugar me puso en un viaje en el que me enamoré de nuevo de Humphrey Bogart, – y más tarde también de Lauren Bacall, cuando volví a ver To Have and Have Not (1944) de Howard Hawks-. Ah… la nostalgia es una bosta. Pero el cine siempre es tan sorprendente e inesperado como un primer amor.

Qiu Sheng, cineasta (Suburban Birds) China

Cinco películas que amé:

Le Sel des Larmes / The Salt of Tears (Philippe Garrel)

日子 / Days (蔡明亮)

Siberia (Abel Ferrara)

Malmkrog (Christi Puiu)

Terminal Sud / South Terminal (Rabah Ameur-Zaïmeche)

Primera película y película de mi país:

春江水暖 / Dwelling in the Fuchun Mountains (顾晓刚)

Una película que me ayudó durante la pandemia:

Sleep (Andy Warhol)

Mónica Delgado, crítica de cine (Desistfilm) e investigadora, Perú.

Los festivales en su versión online fueron plataformas indispensables para descentralizar las propuestas en medio de este contexto. Por ejemplo, todas las óperas primas que menciono en esta lista fueron vistas en ediciones online de festivales, aunque tres de mi lista de favoritos de 2020 los vi afortunadamente en la Berlinale, uno de los últimos eventos presenciales de mi año. Sin embargo, es probable que tanto la de Puiu, como la de Gaitán, por tener una duración de más de cuatro horas, no hubieran sido tan valoradas por mí si las hubiera visto en la sala de mi casa: quizás vistas en dos partes, o con interrupciones constantes, paradas para hacer un café, o tener que revisar el celular de vez en cuando. Ha sido un año difícil, pero de alguna manera de continuidad de un cine que seguirá interpelando.

Cinco películas favoritas 2020 en orden aleatorio estrenadas en cines, plataformas y festivales

Malmkrog (Cristi Puiu)

Luz nos trópicos (Light in the tropics, Paula Gaitán)

La France contre les robots (Jean-Marie Straub)

Apiyemiyekî? (Ana Vaz)

Mes chers espions (My Dear Spies, Vladimir Léon)

Ópera prima estrenada en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020.

Como el cielo después de llover (Mercedes Gaviria) 

Domovine (Jelena Maksimovic)

Historia de lo oculto (Cristian Ponce)

Chaco (Diego Mondaca)

Sun dog (Dorian Jespers)

Film del país en el que viven o del que tienen nacionalidad, estrenado en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020.

Laguna negra (Felipe Esparza): el inicio me parece muy logrado sobre cómo transmitir la idea de lo mítico en el entorno andino.

Película de pandemia

Vital signs (Barbara Hammer): una atractiva danza macabra y de íntima afrenta a un actual clima viral.

Jo Serfaty, cineasta (Um Filme de Verão), Brasil

Este año, mi lista refleja películas que me han llevado más allá del estado de desesperanza; también películas que de alguna manera descolonizan mi mirada hacia otras direcciones. En esta búsqueda, vi el hermoso documental Talking About Trees sobre la lucha de los amigos de tres directores de cine por construir un cine en Sudán, un país gestionado por una dictadura. También dos cortometrajes que están entre las más extraordinarias obras experimentales y políticas: Republic y The white death of the black wizard. De esta manera, las películas de esta lista han tratado de las relaciones de poder en un mundo cada vez más operado por la sofisticación de la violencia. Pero cada una de ellas encuentra maneras inventivas y sensibles de revelar esta condición, sin mostrar demasiado, iluminando nuevas perspectivas de desajuste de este mundo normativo.

1. First Cow (Kelly Reichardt, Estados Unidos)

2. Endless Night (Eloy Enciso, Galicia, España)

3. Talking About Trees (Suhaib Gasmelbari, Sudán)

4. The Assistant (Kitty Green, Reino Unido)

5. There will Be No More Night (Eléonore Weber, Francia)

Ópera prima:

The White Death of the Black Wizard (Rodrigo Ribeiro, Brasil, 2020)

Película de mi país

Republic (Grace Passô, Brasil, 2020)

Votación excepcional:

Perdón, estoy en duda entre estos dos films:Saute ma ville (Chantal Akerman) y Losing the ground (Kethleen Collins)

Robert Koehler, crítico (Cineaste; CinemaScope), Estados Unidos

El año del descubrimiento 

Beginning

City Hall 

Fauna

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin)

Primera película: 

Normalmente, no suelo elegir una ópera prima, pero hubo uno que sobresalió: 

Beginning , escrita por Dea Kulumbegashvili y  Rati Oneli; dirigida por Dea Kulumbegashvili.

Película de mi país: 

Los dos estrenos más importantes de películas dirigidas por cineastas americanos fueron dos obras gigantes de no ficción; una indaga sobre el bien cívico y el sentido de cualquier gobierno: 

City Hall (Frederick Wiseman)

Y la otra explora en profundidad la vida privada y doméstica en un Japón rural, y ahí encuentra a la muerte en una forma enteramente nueva de hacer cine. 

The Works and Days (C.W. Winter and Anders Edstrom) 

En materia de estrenos no hubo un mejor estreno sino una gran colección de estos: 

Vitalina Varela

Liberte

First Cow

Bloody Nose, Empty Pockets

Martin Eden

Joan of Arc

Her Socialist Smile

Helena Wittmann, cineasta (Drift), Alemania

Days de Tsai Ming Liang (!!!)

My Dear Spies de Vladimir Leon

Homelands de Jelena Maksimovic

L’Artificio de Francesca Bertin 

How I Beat Glue And Bronze de Vladimir Vulevic

Los Conductos de Camilo Restrepo

Fauna de Nicolas Pereda

Boris Nelepo, crítico (Seance.ru) y programador (Spirit of Fire), Rusia

Fue en Rotterdam, uno de los últimos festivales de cine pre-covid 19 donde descubrí la verdadera inspiración y el combustible para este año. Olaf Möller y Gerwin Tamsma programaron «The Tyger Burns», una selección de nuevas obras de directores que ya se habían establecido durante el primer Rotterdam, es decir, los que debutaron a principios de los 70. Allí descubrí las películas más intensas, reflexivas, complejas, desconcertantes, aventureras y originales del año. Y me fue suficiente para pasar todo el 2020 a la sombra de esta retrospectiva, explorando continentes desconocidos y mundos personales de verdaderos maestros que son marginados en los festivales de cine. Lamentablemente, algunos de ellos fallecieron: Nobuhiko Ôbayashi y Karel Vachek que hicieron dos obras maestras absolutas de este año, respectivamente: Labyrinth of Cinema (Umibe no eigakan – Kinema no tamatebako, Nobuhiko Ôbayashi, Japón) y Communism and the Net or the End of Representative Democracy (Komunismus a síť aneb konec zastupitelské demokracie, Karel Vachek, República Checa-Eslovaquia).

La mayoría de las películas tuvieron su estreno mundial/internacional en Rotterdam después de varios rechazos o de ser de otra manera invisibles. La mayoría de ellas rara vez se han mostrado después. Me amarga y entristece que en los últimos años el mundo de los festivales de cine haya sido ocupado por películas cuya única razón de ser es la necesidad de llenar los espacios vacíos de las programaciones. Para mí, el mejor ejemplo de una película de este tipo, que simboliza para mí todo lo que está mal en el cine contemporáneo, fue Los conductos de Camilo Restrepo, que es casi una parodia del cine de arte y ensayo. No impidió que fuera celebrada y premiada en todo el mundo. Cuando la pandemia arrasó con los festivales de cine y el orden habitual de las cosas, me pregunté: ¿hay gente que vería este tipo de cine por su propio placer (intelectual o estético)? ¿Se inspirarían realmente en él e intentarían compartir esta película con sus familias o amigos? Yo sé la respuesta. Por otra parte, lo que Yôji Yamada hizo con su serie “Tora-san” no tiene precedentes y al ver Tora-san: Wish You Were Here es imposible no sentir el aura, la ternura y el amor de varias generaciones de espectadores japoneses que vivieron, crecieron y murieron junto a los protagonistas de esta película desde los años 60; el sentimiento que se refleja en esta película. Hoy en día escuchamos tanto sobre la diversidad en el cine y de alguna manera terminamos en un mundo de películas idénticas. Pero no es culpa del cine contemporáneo el que todavía nos trae tanta belleza a los ojos. Como he seguido la programación de Olaf durante varios años, pude ver cómo Japón, por ejemplo, no está realmente representado lo suficiente en los festivales de cine europeos. Me pregunto cuántos puntos ciegos hay en la cultura cinematográfica y la cinefilia por los que necesitamos una navegación y un mapa. Lo mismo ocurre desde hace años con el cine ruso, por lo que elegí tres películas muy diferentes, en lugar de una sola. Espero no haber sido grosero en mi introducción y me disculpo sinceramente si lo fui. Me hace feliz descubrir el mundo en toda su complejidad y belleza, pero cada año me pregunto más y más por qué tantas películas únicas están desapareciendo y están siendo marginadas. Tal vez yo estoy mal, pero esa es la pregunta de la que no podía escapar.

5. Love After Love (Di yi lu xiang, Ann Hui, China)

4. En la frontera (In the Border, José Celestino Campusano, Argentina)

3. Le Sel des larmes (The Salt of Tears, Philippe Garrel, France-Switzerland)

2. El crack cero (The Crack: Inception, José Luis Garci, Spain)

1. Tora-san: Wish You Were Here (Otoko wa tsurai yo 50: Okaeri Tora-san, Yôji Yamada, Japan)

Ópera prima: The Hidden Fountain (HaMa’ayan haNistar, Raquel Chalfi, Israel)

Película rusa: 

DAU. Degeneration («ДАУ. Вырождение», Ilya Khrzhanovskiy, Ilya Permyakov) / Dead Souls («Мёртвые души», Grigoriy Konstantinopolskiy) / The Nose or Conspiracy of Mavericks («Нос, или Заговор “нетаких”», Andrey Khrzhanovskiy)

Votación excepcional: 

Heimat – Eine deutsche Chronik / Heimat: A Chronicle of Germany (Edgar Reitz)

Carmen Guarini, cineasta (Ata un arado a tu estrella) y programadora (DocBuenos Aires) Argentina

La solicitud del Sr.K  de dar “una perspectiva razonada” de mis elecciones 2020, me lleva a intentar intelectualizar un proceso por demás “intuitivo”, entendido tal término como una síntesis ineludible de mi experiencia tanto de vida como estética. En este contexto de encierro me he intoxicado de imágenes, muchas malas y muy pocas buenas. Retengo aquellas que me acercaron a la conmoción que provoca el acto cinematográfico, pese a las condiciones imperfectas de visionado. Como bien señala el amigo J.L.Comolli, nuestra mirada de “espectador comprometido” (activa en salas de cine) ha sido desplazada por la mirada de “espectador coleccionista” de imágenes (migrada a nuestras salas hogareñas). Y aquí estamos, en esta pandemia, tratando de salvar lo que se pueda de nuestra cinefilia. 

5 películas 

EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO  Luis Lopez Carrasco

RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS  Céline Sciamma

LAS MIL Y UNA  Clarisa Navas

FAMILY ROMANCE LLC   Werner Herzog

VENDRA LA MUERTE Y TENDRA TUS OJOS Jose Luis Torres Leiva

Primera película:

LAS BUENAS INTENCIONES Ana Garcia Blaya

Película de mi país:

ADIÓS A LA MEMORIA  Nicolás Prividera

Votación excepcional: 

Para esta ocasión, como solemos hacer, les pediré que simplemente nombren un film de cualquier época que haya estado presente durante la pandemia, una película vista o sentida muy cerca a lo largo de este año tan anómalo como desesperante.

ROUTE ONE   (Robert Kramer)

Fran Gayo, jefe de programación (Festival Internacional de Cine de Gijón), España

2020 ha sido para mí un año de sentirme ajeno y por momentos muy incómodo con una parte de la comunidad cinéfila a la que se supone pertenezco; creo que ha habido una sobreactuación en torno a la pérdida de la presencialidad en los festivales por la cuestión de la COVID; se ha hecho gala de una búsqueda e invocación de las esencias de lo que hacemos en el lugar equivocado, obviando que esa cosa de la mística de los festivales lleva tiempo tocada de muerte. La COVID no ha sido tanto un flagelo como la constatación de que el modelo con el que los festivales nos manejamos desde hace unos años es viejo e inflexible; tuvimos una ocasión de oro para renovarnos, para demostrar que lo que hacemos es importante y adaptable a circunstancias como las que el 2020 ha traído (del mismo modo que lo han hecho en estos meses festivales, ferias y eventos relacionados con otras disciplinas). Pero no, en muchos casos en lugar de eso, nos hemos dedicado a disculparnos, a enviarnos mensajes de condolencias entre nosotros y emplazarnos para 2021.

Dicho esto, que posiblemente sea a su vez una reflexión exagerada,  2020 ha sido para mí fundamentalmente el año de The Midnight Gospell; empecé a ver la nueva serie de Pendleton Ward (y Duncan Trusell) la misma semana en que empezó el aislamiento preventivo en la Argentina, a un episodio diario (no creo que sea conveniente aumentar la dosis), con un silencio inaudito en las calles de mi barrio y una luz de otoño entrando en mi casa que hacía de cada visionado una especie de revelación. Con The Midnight Gospell me reí, me enojé, viajé a lugares inexplicables, tuve que retirar los ojos de la pantalla en varias ocasiones y me emocioné hasta las lágrimas con un episodio final que es una de las reflexiones más hermosas que he visto en tiempo sobre la muerte y el duelo. No creo que ninguna experiencia dentro del cine o las series de TV vistas en este año de mierda iguale lo que esta serie de animación supuso para mí.

Por lo demás la lista es caótica y para mí algo incómoda y desestabilizadora, he visto un volumen de películas igual o incluso mayor al de otros años; no creo que haya sido un mal año, más bien todo lo contrario; he visto algunos films que casi podría acuñar como obras maestras. Y aún así llego a diciembre con una desgana absoluta y pensando que 2020 nos ha pasado por encima y 2021 hará otro tanto de lo mismo; ahora tengo la certeza de que, al menos para mí, el cine no es ninguna tabla de salvación ni siquiera una ventana por la que asomarme cuando la vida se pone a dar bocados en serio, y este año ha dado muchos.

En fin, que no cunda el pánico, va:

Mis cinco:

Vaca mugiendo entre ruinas (Ramón Lluís Bande)

Martin Eden (Pietro Marcello)

She Dies Tomorrow (Amy Seimetz)

Shirley (Josephine Decker)

The Invisible man (Leigh Whannell)

Opera Prima:

Together Apart (Qu Youjia)

&

La calle del agua (Celia Viada Caso)

Película argentina:

Historia de lo oculto (Cristian Ponce)

Film especialmente presente en estos meses de encierro:

The Midnight Gospell (Duncan Trussell & Pendleton Ward)

Ariel Schweitzer, crítico Les cahiers du cinéma) y programador (France/Israel)

1.     The Nature – Artavazd Pelechain

2.     The August Virgin – Jonas Trueba

3.     Dwelling in the Fuchun Mountains – Gu Xiaogang

4.     Tommaso – Abel Ferrara

5.     Ondög – Wang Ouan’an

«La naturaleza» se estrenó en el Museo de la Fundación Cartier en octubre de 2020, y su estreno en el cine se retrasó debido a la crisis de Covid. Sin duda, es el evento cinematográfico más importante del año: una película visionaria que es a la vez política (en una perspectiva ecológica) y poética. Valió la pena esperar 27 años para la nueva película de Pelechain.

Primera película:

My Mexican Bretzel – Nuria Gimenez Lorang

 Una asombrosa película de found footage, basado en las imágenes del abuelo de la directora, pero que se emplea en el montaje como si fuera un melodrama de Hollywood (creemos que estamos viendo una película de Douglas Sirk).

Películas de mi país de origen y residencia:

Francia : «Mandibule» – Quentin Dupieux

Cada vez más y más alucinante y loco, y también más y más abstracto, Quentin Dupieux demuestra es el cineasta francés más inventivo y talentoso del momento. Un verdadero artista surrealista contemporáneo.

Israel: «The Death of Cinema and of my Father too» – Dany Rosenberg

Primer largometraje de un colaborador de Nadav Lapid, una película radical y reflexiva que navega entre el documental y la ficción, e interroga con sutileza la relación entre el director, su padre y el cine.

Claire Allouche, crítica de cine (Cahiers du Cinéma) y investigadora (Universidad Paris 8), Francia

Las 5 películas: 

City Hall (Frederick Wiseman)

Don’t rush (Elise Florenty y Marcel Türkowsky)

Dwelling in the Fuchun Mountains (Gu Xiaogang)

Sete anos em maio (Affonso Uchôa)

Todo lo que se olvida en un instante (Richard Schpuntoff)

La ópera prima: 

Ontem Havia Coisas Estranhas No Céu (Bruno Risas)

Un film de mi país (Francia):

Durante este año tan bizarro y poco significativo, extrañamente, me parece que se estrenaron unas de las películas francesas que experimentan con mayor habilidad problemáticas contemporáneas y tensiones políticas, cada una a su manera. Películas que nos hacían falta hasta ahora. Por eso, me parece imprescindible que esta «única» película nacional sea finalmente el entrelazamiento de cinco filmes: Tout simplement noir de Jean-Pascal Zadi y John Wax, A Lua Platz de Jeremy Gravayat, Énorme de Sophie Letourneur, Si c’était de l’amour de Patric Chiha, Histoire d’un regard de Mariana Otero. 

Película excepcional: 

Adiós a la memoria (Nicolás Prividera)

¡Porque el arte del montaje como Prividera lo logra nos salvará de todas las apatías y afasias! 

Daniel Hui, cineasta (Demons, Snakeskin), Singapur.

Querido Roger,

¡Gracias de nuevo por la invitación a participar este año! Aunque este es uno de los años en los que he visto más películas, muchas menos han sido películas contemporáneas. Esto probablemente habla del efecto de dejar Facebook por un tiempo (tuve que proteger mi salud mental durante la pandemia), y el papel que juega en la visualización de películas – ¡ni siquiera me había dado cuenta de que algunos de mis amigos han hecho nuevas películas! Pasé la mayor parte del año como los púgiles de las películas de wuxia, que siempre se toman un tiempo para bi guan xiu lian (閉關修煉) cuando llegan a un cuello de botella en sus habilidades, retirándose a una cueva de la montaña para desarrollar algo nuevo. Recuerdo con cariño esta Berlinale donde nos encontramos antes de que el mundo estallara – el escándalo de DAU parece ahora tan lejano y trivial comparado con la inmensidad del sufrimiento humano con el que gente privilegiada como yo se ve obligada a enfrentarse por primera vez. No son las películas de DAU en sí mismas las que me molestan (para mí son sólo un reality show al estilo Gran Hermano con una desagradable dosis de Lars von Trier), son las discusiones que las rodean – las películas parecen cumplir alguna fantasía cinematográfica de control definitivo, y como este año ha demostrado, el control es en última instancia a lo que nos enfrentamos. Así que este año pensé en cinco películas que sobrepasan o están en contra del control en muchos sentidos:

That Cloud Never Left (Yashaswini Raghunandan)

Una película tan viva por imaginación, juego (incluso en el trabajo), y musicalidad; sus imágenes huyen como los rastros de un sueño.

The Viewing Booth (Ra’anan Alexandrowicz)

Con su simple premisa, la película pone en duda el fundamento mismo de las imágenes y su proceso de creación, sin recurrir a las acrobacias intelectuales.

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter & Anders Erdström)

Monumental en su representación de las más minúsculas emociones humanas; pero, igualmente importante, del paisaje, salvaje e indiferente, que puede cambiar el tiempo y la percepción en un solo corte.

Please Hold the Line (Pavel Cuzuioc)

Una película que depende del corte; el corte que separa y une en igual medida, una línea tan arbitraria como las fronteras y las etnias.

Flat (Lei Yuan Bin)

Un evento único de streaming que de alguna manera reimagina la película anterior de Lei, 03-Flats; la película nos ofrece un vistazo a lo que el cine puede hacer durante estos tiempos – simplemente acompañando a la gente en su vida cotidiana. 

Dos cortometrajes:

To Calm the Pig Inside (Joanna Vasquez Arong)

Digital Funeral: Beta Version (Sorayos Prapapan)

Dos o tres películas de Singapur:

Saudade (Russell Morton)

Rotando a través de diferentes géneros cinematográficos en sus 20 minutos de duración, el sentido juguetón de la película mantiene el sentimentalismo a raya.

Bagasi (Nelson Yeo) y Plastic Sonata (Nelson Yeo) — sin estrenar

Estas dos películas son muy diferentes en estilo y tono, pero ambas incorporan elementos de danza y establecen a Yeo como una fuerza importante en el cine de Singapur.

Violeta Bava, comité de selección (Visions du Réel, Nyon, Suiza; IFFAMacao, China); consultora (NYFF, EE.UU; NZIFF, Nueva Zelanda); Head of Studies (TorinoFilmLab FeatureLab, Italia); consultora (Festival de Venecia, Italia), Argentina

Days (Tsai Ming-Liang)

Undine (Chritian Petzold)

The Woman Who Run (Hong Sangsoo)

First Cow (Kelly Reitchardt)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Mejor película argentina: 

Isabella (Matías Piñeiro) y 

Las mil y una (Clarisa Navas)

Película de cuarentena: 

What time is it there? (Tsai Ming-Liang)

Alberto Ramos. Crítico y programador (Festival de La Habana) Cuba

Las cinco preferidas

Malmkrog (Cristi Puiu, Rumania, Serbia, Suiza, Suecia, Bosnia, Macedonia del Norte)

Notturno (Gianfranco Rosi, Italia)

DAU. Natasha (Ilya Khrzhanovskiy, Jekaterina Oertel, Alemania, Ucrania, Reino Unido, Rusia)

Domangchin Yeoja (The Woman Who Ran) (Corea del Sur, Hong Sang-soo) 

Lúa Vermella (Red Moon Tide) (Lois Patiño, España)

La ópera prima

Casa de Antiguidades (Memory House) (João Paulo Miranda Maria, Brasil)

El film nacional

Quiero hacer una película (Yimit Ramírez, Cuba, México, Francia)

La película reverberante del año anómalo:

Sanma no aji (An Autumn Afternoon) (Yasujiru Ozu, 1962)

El cine de Ozu, que mira al pasado con agridulce resignación, infinita tristeza…

Goyo Anchou, cineasta disidente (Heterofobia), Argentina.

El triunfo de Sodoma (Goyo Anchou, 2020). 

Haberla terminado y haberla presentado de manera virtual, a pesar de mi condición de paria marginalizado, filtró toda mi percepción de la realidad audiovisual. Mi lista está dedicada, frente a la opresión de las narrativas institucionalizadas, a la defensa y visibilización de propuestas disidentes. Una amiga que ha tenido, como directora, un par de éxitos comerciales resonantes, me había dicho, poco antes de comenzar la pandemia, que no me engañara, que esos éxitos no le habían garantizado un futuro profesional, porque tanto el cine como la tv estaban en una crisis estructural y que había que reinventarlos. A eso vamos.

The Froggy Gay (Fede Tarántola, 2020) En la semana del orgullo de Sevilla.

Lo sigo desde los 2000, cuando hizo el salto desde los fanzines punkies que vendía en Parque Rivadavia, a los cortos que programamos en la Vitrina Argentina de MDP.  Con el tiempo fue desarrollando un lenguaje tan propio que no he visto cosa parecida en ninguna parte: narra desde una realidad de pesadilla, políticamente aberrante y con el punto de vista de quien está tratando de escapar a la aniquilación espiritual. Desde su cuarto en la pensión sevillana donde vive, con principios de raquitismo, su precarización migrante, ha terminado otra película que teletransporta a lo más áspero del conurbano porteño. 

Verme Platelminto (Gustavo Tarrío, 2020) En el canal de Youtube de El galpón de Guevara.

Gustavo Tarrío hizo un llamamiento a los teatros de Buenos Aires, para que se equiparan con equipos para transmitir por la web obras en vivo y así hacer frente a la reinvención por los confinamientos de la pandemia. ¿Para qué ponerse a discutir etiquetas de si es cine, teatro o tv, cuando estamos viendo todo por la web? Pero si cada teatro se convirtiera en un pequeño estudio de televisión, con producción propia, estaríamos tanto frente a un renacimiento para la tv argentina, como a una salida del gueto para los teatreros y la posibilidad de…  ¡todas esas alianzas fassbinderianas para el cine! 

Atenas (César González, 2019) En su retrospectiva en Bazofi 2020

Me afectaron profundamente las escenas que narran la imposibilidad de empatía entre clases sociales en conflicto, pero desde el punto de vista de los desposeídos, porque a la inversa, desde la mirada del clasemediero que señala su falta de empatía con el mundo villero, lo hemos visto hasta el hartazgo. Puesto así es una revelación: porque los conflictos, en la narrativa audiovisual, suelen estar mediados por una conciliación paternalista de las clases opresoras. Durante su visión estaba transportado por la belleza innegable de sus imágenes, sus PPs pasolinianos, cuando el relato me tomó de los hombros y me dejó desolado.

Refutación de Troya (Gustavo Galuppo & Carolina Rimini, 2020) En el Doc Buenos Aires

La creación desde las imágenes de cinemateca sería la felicidad secreta de un futuro confinado. Su modelo de producción, el más adecuado si seguimos en pandemia: reutilización de imágenes clásicas, dispuestas sobre la pantalla en un juego de montaje intelectual de texturas e intertítulos, que dan pie a una forma narrativa libre, cercana al ensayo. “¿Para qué hacer más imágenes, para quién?”, se preguntan con lucidez post apocalíptica, mientras observan la violencia del mundo, con el distanciamiento arrobado de un par de ángeles melancólicos. La considero complementaria de El triunfo de Sodoma, opuestas en temperamento, similares en forma e intención. 

Votación excepcional

El nexo (Sebastián Antico, 2010)Me estuvo rondando mucho en la cabeza el caso de esta película de ciencia ficción, realizada a partir de un grupo de actuación en la Villa 31 de Buenos Aires.  Su sistema de producción cooperativo fue tan singular que un director de teatro, Fede León, les dedicó un documental que fue muy celebrado en el Bafici, todavía en la web pueden encontrarse artículos acerca de lo gracioso que era ver a la gente de 

Bernd Schoch, cineasta (Olanda, But the Word Dog Doesn’t Bark) y programador (Dokumentarfilmwoche Hamburg), Alemania.

Querido Roger,

No he visto muchas películas nuevas este año. Todo se fue a la mierda. Tanto que incluso empecé a ver series. Devsde Alex Garland fue probablemente la única que puedo recomendar. Al principio de la pandemia había pensamientos inconclusos sobre la paradoja del primer plano mientras se está distante. Y por supuesto la pantalla dividida. Vi muchas películas de Harun Farocki y leí otra vez -como mucha gente- La Peste de Camus y Masa y poder de Elias Canetti. Hay algunas películas que eché de menos y espero verlas en un cine el año que viene como The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) de C.W. Winter y Anders Edström; Malmkrog de Cristi Puiu y First Cowde Kelly Reichardt.

Así que aquí está mi corta lista que amplié un poco con algo de música y dos libros que me dieron una patada este año. 

Todo lo mejor desde la Selva Negra y cuidate amigo mío,

Bernd

Películas:

If it were love – Patric Chiha (2019, Metropolis Cinema, Hamburg)

La única experiencia cinematográfica real de este año para mí. Una película sobre el gesto del tacto y la cámara lenta (ya no se puede hablar de esta operación fílmica sin mencionar esta película). Probablemente también la mejor banda sonora que he escuchado este año.

Cloud Studies – Forensic Architecure (2020, online)

Un buen ensayo fílmico político de sobre algo en transformación y que es efímero.

Votación excepcional:

Now, at Last  – Ben Rivers (2018, en línea)

La desaceleración en su mejor expresión. Ver a un perezoso moviéndose me mantuvo calmado y maravillado.

Música:

Sonic Boom – All things being equal (2020)

Esperé casi tres décadas para este nuevo disco de Pete Kember. Un trozo de esperanza y destilación de «lo que ha sido y lo que viene a ser».

Sam Prekop – Comma (2020)

Pura elegancia y un muy interesante entrelazamiento de paisajes sonoros analógicos y ritmos digitales.

Momus – Vivid (2020)

Mi obra de arte del Corona más querida durante el comienzo de la pandemia. Chequea su universidad abierta en orden cronológico, dónde Nick Currie describe el trabajo y los sentimientos que dieron forma a este disco.

Libros:

Ursula K.Le Guin – Los desposeídos (1974)

Quería leer cosas de ella desde hace mucho tiempo. Este año me las arreglé para empezar con la genial Los desposeídos. ¿Hasta dónde hemos llegado desde que Le Guin escribió este libro? Ya estaba todo ahí.

Agota Kristof – Le grand cahier (1986)

Este libro fue como un shock para mí. Minimalista y preciso en su esencia sobre la brutalidad de nuestra existencia humana.

Oscar Cuervo, crítico, La otra (radio, blog, IG), Argentina

Este año solo fui una vez al cine a ver… La dolce vita. Dopo vino el virus y adiós cine. No me distraje siquiera viendo películas, estuve meses pensando en el tiempo que resta y la historia que no espera. Si me lo preguntan, ya no lo entiendo. Sospecho que hace rato todo vino dándose como para que el cine, tal como se conoció en mi siglo, se fuera disolviendo en pantallas táctiles. La pandemia solamente da el golpe semifinal a la vieja cinefilia. No haré duelo, no por esto. El cine va a estar en cualquier lado porque ya no tendrá lugar propio. ¿Cómo distinguir entre todo lo que sale de la notebook, de la tablet o el celular esa cosa que antes llamamos cine? Ahora todo está entrando en mi cuarto por un mismo rectángulo. Decir películas es solo una manera de hablar. 

Se truncó en mí un trayecto de décadas de vida cinéfila para dar lugar a otra cosa, que la supone, de la que quedan rastros en las palpitaciones con que espero la imagen que pueda venir, un corte, un desvío, el suspenso que provoca la forma, el deseo de ver aunque sea un destello o esa ranura obscena que buscaba en lo oscuro, de escuchar una palabra que estuvo a punto de decirse o al menos eso esperaba. Esa huella de la cinefilia quedará durante el tiempo que sobrevivamos nosotros 

1.We are who we are (Luca Guadagnino, ocho episodios, HBO). En los primeros capítulos Guadagnino se complace en triturar todo amague de peripecia y se dispersa en una cantidad indeterminada de posibilidades. Situado en el territorio de cruce trasnacional de una base militar norteamericana en el norte rico de Italia, ninguna guerra se libra ahí excepto la de un sobresalto hormonal en una ducha colectiva, la fluidez de géneros, las familias queersaburguesadas, la coexistencia aparentemente gentil de identidades étnicas y moralidad distendida. Durante varios episodios reina una pax armada, el fisgoneo calentón, una psicodelia permitida y el roce de pieles entre edades y jerarquías imprudentes: una utopía cool, aunque los leds informan que Trump le gana a Hillary porque el mundo quiere liderazgos fuertes. Hasta que Guadagnino hace explotar una bomba que destroza literalmente algunos cuerpos de reclutas negros y a la vez define el arco dramático. Sucede justo entre el episodio 7 y el 8 pero nada se acomoda en el orden que instauraría el patrioterismo tardoclásico de un Clint Eastwood. No: la comunidad organizada es engullida por una entropía de la que la atención se desvía para dejarse ganar por la angustia del primer desgarro amoroso de un pibe de 14 que se las sabe todas menos dar un beso. Hay un viaje iniciático hacia el éxtasis musical y al final, claro, un beso. La astucia del cine todavía puede ganar una batalla pírrica, lejos de la Patria y de las salas (se tenía pensado pasar las 8 horas seguidas en la Quinzaine des Réalisateurs de Cannes pero, suspendido el festival por la pandemia, se lanzaron los 8 capítulos por HBO). Guadagnino dice no haber visto nunca una serie pero parece conocer bien la parábola que va del Bertolucci de La luna al Van Sant de Paranoid Park. En fin: cine y dispositivo bélico. Cada uno puede extraer las conclusiones que quiera, pero Italia y Norteamérica muestran que todavía saben compaginar la geopolítica y el eros. Es lo más cercano al viejo cine que vi este año.

2.Ópera prima: Dwelling in the Fuchun Mountains (Gu Xiaogang): Si se quiere es el extremo opuesto de We are who we are, quizás porque la gran escala de la civilización china le permite a su autor de 32 años percibir las mutaciones del tiempo con otro temple que el que experimenta occidente: el desgajamiento de una familia, la demolición de los viejos edificios y las cartas que conversan con ya nadie en cajones olvidados, mientras el ciclo de las estaciones fluye con la serenidad de un río profundo. Puede reconocerse en el joven Gu Xiaogang una filiación que remite a cineastas como Hou Hsiao-hsien o Edward Yang. Como si en China todavía hubiera un cine posible.

3.4TRO V3INT3 (Raúl Perrone) El Perro sigue en Ituzaingó pero no puede salir a la calle, así que envía la cámara a unos pibes que se filman a sí mismos y él espera en su sala de edición para mirar sus miradas en busca de lo que viene persiguiendo hace eras. Este plan de fuga del aislamiento social preventivo más que una ocurrencia pragmática es un gesto simbólico fuerte: cesión momentánea o anticipo de un relevo generacional. 4TRO V3INT3 es la hora de la madrugada en la que los pendejos hacen un rito solo suyo. Hora de nadie, puro presente, borde del instante. Ni día ni noche, un trance en el que el futuro como proyecto está abolido. La improductividad de los pibes es vicio, sonrisas, derroche sin ira. Humo luminoso al que no le faltan –nunca faltan en Perrone- sombras ni fantasmas. Los pibes no saben muchas cosas pero algunas pocas las saben muy bien: cómo habitar un pliegue del tiempo y el espacio en el que no rige el mandato del funcionamiento total. Se deslizan por calles vacías, cruzan el puente de la autopista, surfean a ras del suelo, inhalan, exhalan y algo se guardan. Después Perrone recibe, mira, parte y se lleva la mejor parte.

4.Days (Tsai Ming-liang): A finales del otro siglo, con un pie en la cinefilia, fue Tsai el que supo filmar la que se venía. Hoy andamos por calles que nos recuerdan a esa Taipei postcatastrófica que entonces nos resultaba rara. Basta ver la sala vacía del final de Good Bye, Dragon Inn: él siempre tuvo conciencia de especie que desaparece y la tristeza que eso producía se atenuaba por una leve comicidad que también tomó de su cinefilia. En su última película, estrenada en febrero cuando el virus apenas estaba propagándose, Tsai se permite el realismo. Compone un relato en tercios perfectos, formado por registros documentales que cruzan  a su viejo amigo Kang y su nuevo amigo Anong. Los junta en un cuarto de hotel a vivir el roce más físico y amoroso de toda su obra. Se despoja de lo no esencial y cuando brota el amor tras una espera larga, se mantiene a distancia prudencial para producir un sismo emotivo con un melodía mínima. Limelight (Chaplin) –ya citada al final de I don’t want to sleep alone– es el obsequio que Kang hace con pudor a su chongo y Tsai a nosotros. 

Una película argentina: 

Jardín de piedra (Gustavo Fontán). Este autor fue haciendo con perfil bajísimo una obra que se irá volviendo indispensable por su persistencia para explorar las posibilidades de un cine en disolución. Jardín de piedra es una pequeña película que lleva hasta el límite el alcance de la mirada en situación del confinamiento. Una mirada es también un agujero que escucha. La película dedicada al artista del sonido Abel Tortorelli, asiduo colaborador de Fontán, hace sentir la intensidad de su silencio.

Un film revisto durante la pandemia: 

Soñar, soñar (Leonardo Favio) En estos días de encierro me encontré en YouTube con un hito inicial de mi vida cinéfila, ya que estamos. Soñar, Soñar había sido concebida por Favio en el 75 “como una película chiquita, porque la cosa viene jodida”, es decir, con abierta conciencia de un fin de época. La vi en su estreno durante las primeras semanas de la dictadura, en un cine que ya no existe, semivacío. Terminaban varias cosas pero también la década prodigiosa del más grande cineasta argentino. La seguidilla que produjo entre 1965 y 1975 es una singularidad del universo. Favio fue nuestro barrilete cósmico del cine y todavía nos preguntamos de qué planeta vino. Cuando vi por primera vez Soñar, soñar, con su desconcertante pareja protagónica y su reducción drástica de volumen, después de los fortísimos de Moreira y Nazareno, no supe qué pensar. Nadie supo qué pensar y por las dudas la rechazaron con una dureza hoy imperdonable. Favio había logrado la más paradójica conjunción de sentimiento popular y osadía formal. Cada plano, desde el primero, asombra todavía. No supimos ver que era su obra maestra y por ende la mejor película argentina hasta hoy. Favio tuvo que exiliarse a las pocas semanas y dejó de filmar por 17 años. Después volvió, pero algo ya se había perdido para todos, para siempre.

Alexandra Cuesta, cineasta (Territorios), Ecuador

Gracias Roger por invitarme a participar en este maravilloso espacio. Pensé muy detenidamente sobre las películas que me acompañaron en este 2020 tan extraño. Un año que parece tres años juntos, y en el que, en cuanto al cine, para mí empezó con el festival Punto de Vista en Pamplona antes de que estalle globalmente la pandemia. A días de la nueva realidad y del cierre de fronteras, pude sentarme en una sala de cine y colectivamente ver películas en la pantalla grande. Ahora eso parece un sueño. Aun así, dentro de este año desolador y surreal, en el que por momentos ya no existían las horas ni los días, no desaparecieron los festivales de cine. Aplaudo y admiro el compromiso y la pasión de toda la gente que hizo posible esa difícil tarea de modificar los festivales hacia lo virtual. Gracias a elles nuestras películas tuvieron vida, y se pudo vivir con un cierto recordatorio de la vieja normalidad, el sentimiento de comunidad no desapareció. Fueron estos espacios unas ventanas hacia ese mundo allá afuera.

En su momento, en esa especie de tiempo congelado que vivimos, estas películas fueron las que más me hicieron sentir, las que me sorprendieron, las que me conectaron con el acto de creación, y las que me recordaron que la vida sigue ahí. Como siempre, sin jerarquías de género ni duración:

Lover’s Rock (Steve McQueen)

A Month of Single Frames (Lynne Sachs, con y para Barbara Hammer)

Memby (Rafael C. Parrode)

El tiempo perdido (María Alvarez)

City Hall (Frederick Wiseman)

Opera prima:

The Inheritance (Ephraim Asili)

Film de mi país: 

Antonio Valencia (Daniela Delgado Viteri)

Películas de la pandemia:

Me acompañaron en los días más oscuros, recordándome porque amo el cine 

Sicilia! (Straub y Huillet)

Y en homenaje a mi gran amigo, el poeta y cineasta Robert Fenz quien partió este año, su serie Meditations on a Revolution

Aaron Cutler, programador (Mutual Films/The Moviegoer), Estados Unidos-Brasil.

Pienso que eso fue nuestro año del descubrimiento, Roger, empezó con el pensamiento siguiente: Hoy en día, cuando celebramos la proliferación del contenido cinematográfico online (películas, charlas por Zoom y todo lo demás), lo que estamos frecuentemente celebrando es de hecho la posibilidad del cine de ocupar el lugar físico de la televisión, con su capacidad de ofrecer un montón de opciones en horas flexibles sin que el consumidor tenga que salir del sofá. Recuerdo la angustia del año pasado cuando muchas personas expresaron acerca del fenómeno de que una película de Scorsese se estrene en casa (o hasta en el celular) al mismo tiempo en que se estrenaba en salas de cine; pienso que no es una coincidencia que tantos festivales de cine pudieron aceptar la posibilidad de migrar hacia la esfera virtual tan poco tiempo después, porque nosotros entendimos que la mayoría del publico (hablo de números más que de personas) ya estaba allí. Y digo todo eso en el interés de enfatizar dos cosas: 1) el siempre difícil proceso de organizar una función física de cine, con personas unidas en público para ver una película de manera concentrada, se está volviendo cada vez mas difícil, y las personas que participan en esas funciones necesitan de nuestro respecto y apoyo; 2) la programación virtual de cine no debe intentar imitar ni replicar los métodos y procedimientos de la experiencia de programación física, al mismo tiempo que se necesita trabajar para mantener clara las distinciones entre streaming, muestras y festivales. El sueño de un programador es que el cine de arte pueda estar integrado a las vidas de muchísimas personas, pero el carácter de evento que tiene la programación no puede perderse y debe mantenerse aparte de la vida común, seguir siendo un acontecimiento. Pienso que un gran desafío para 2021 radica en continuar buscando nuevos contextos para el cine y ayudar así a mantener su relevancia social. Y con eso – y con toda la libertad que la amistad permite – quiero hacerte una critica, Roger, por haber pensado en cierto momento de la pandemia que no tendría sentido hacer La Internacional Cinefilia durante este año. Los cineastas no van a dejar de producir. ¡No van hacerlo! Y, mientras las películas se sigan haciendo, sus posibles espectadores merecen saber algo sobre estas. 

Cinco películas de 2020 que me marcaron:

Dad is Gone (Pere Ginard) 

The Plastic House (Allison Chhorn)

Point and Line to Plane (Sofia Bohdanowicz)

Sun Dog (Dorian Jespers)

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter + Anders Edström)

Primera película

The Cloud in Her Room Ta fang jian li de yun (Zheng Lu Xinyuan)

Mención honorable: Eyimofe (This Is My Desire) / (Arie Esiri + Chuko Esiri)

Películas de mis países: 

Soy ciudadano de los Estados Unidos, con residencia en Brasil.

Estados Unidos: Figure Minus Fact (Mary Helena Clark)

Mención honorable: Circumstantial Pleasures (Lewis Klahr)

Son dos películas que respondieron bien al momento sociopolítico actual de los Estados Unidos con sus esfuerzos de evitar la elección de un lado, y al envés de eso, buscar otro camino, siempre valorizando la belleza, el misterio y la ambigüedad en el proceso. 

Brasil: O colírio do Corman me deixou doido demais Corman’s Eyedrops Got Me Too Crazy (Ivan Cardoso)

Mención honorable: Mulher Oceano Ocean Girl (Djin Sganzerla)

De nuevo, en un país cada vez más de bandos, es refrescante encontrar obras que privilegian la individualidad y la consciencia individual. El cariño emocional de una de las películas y el gran humor de la otra no son cosas para ser subestimadas.

Voto excepcional, para una película excepcional: 

Labyrinth of Cinema / Umibe no eigakan – Kinema no tamatebako (Nobuhiko Obayashi)

La última película del maestro Obayashi (que murió en abril) tuvo su estreno mundial en 2019, antes de pasar por Rotterdam. Es una glosa perfecta del espíritu de un gran artista y un ser humano: lúdico, amoroso y nunca menos que generoso, en cada escena de la obra se prodiga una nueva creación y un regalo hecho de manera personal.

Mención honorable: La nueva restauración de Silvia Prieto, hecha por el Eye Film Museum e Haghefilm Lab. ¡Las risas son bienvenidas! ¡Rosario Bléfari para siempre!

Mejor nueva iniciativa en streaming del año: 

HENRI

Mención honorable: arsenal 3

Mayor esperanza para 2021: 

Que la Cinemateca Brasileira (Cineteca Brasileña) reabra sus puertas y que sus trabajadores puedan volver con seguridad para cuidar de la historia y del futuro del cine. Y que sea un buen año para todos nosotros. 

Ela Bittencourt, crítica de cine y programadora (Film Comment-consultora de Venice Days), Polonia-Brasil. 

5 películas en un orden aleatorio:

Esto no es un entierro, es una resurrección (Lemohang Jeremías Moisés)

Sombras sin sol (Mehrdad Oskouei)

Carta a una amiga (Emily Jacir)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Río abajo a Kinshasa (Dieudo Hamadi)

Si este top 5 se ve un poco diferente a mis votos anteriores (para Sight & Sound etc.), es porque estoy nombrando películas que pueden no llamar tanto la atención, en comparación con las que durante mucho tiempo han estado en la cima de otras listas, principalmente en los EE.UU. y el Reino Unido. Por ejemplo: Pienso en Esto no es un entierro…, con la indomable Mary Twala (1939 – 2020) en el centro, como una pareja estilística de Vitalina Varela, en la que Varela reina sobre la aclamada película de Pedro Costa. Sombras sin sol se estrenó en el IDFA el año pasado, pero recién la vi este año, en la sala de proyección digital del Museo de la Imagen en Movimiento (MoMI): los documentales del director iraní Mehrdad Oskouei son mi mayor descubrimiento personal de este año. También lo es mi (tardía) introducción al trabajo de la artista palestino-americana Emily Jacir.

Primera película: 

Purple Sea (Amel Alzakout, Khaled Abdulwahed)

La película más radical que he visto este año, que me perdí en el Foro de la Berlinale y se pude ver durante Open City Docs (online). Todavía estoy reuniendo el valor para escribir sobre ella con toda la consideración que merece.

Película de mi país (donde vivo):

Sertânia, Geraldo Sarno

Una película notable, no sólo por su complejo enfoque del tiempo y la memoria que dicta su forma, sino también porque resume la dedicación de toda una vida de Geraldo Sarno, a menudo en documentales, a la difícil situación del Nordeste de Brasil. Para aquellos que quieran aprender sobre Sarno, mi ensayo sobre la película está en el Cuaderno MUBI (la nueva columna «Just One Film»). Este descubrimiento no sería posible sin el trabajo dedicado de los festivales de cine brasileños y sus programadores, que persistieron y resistieron este año con todas sus fuerzas, incluyendo la Mostra de Tiradentes, Ecrã y Olhar de Cinema.

Una película más antigua que ha estado presente para mí este año:

La Pointe Courte (1955) de Agnès Varda, es una ópera prima tan magnífica, llamativa y nítida en sus composiciones visuales, a veces humorísticamente existencialista, pero al mismo tiempo, genuinamente divertida en el contraste que Varda crea entre la infeliz y estancada pareja de casados y el pueblo de pescadores observado empáticamente, con sus propios dramas y un enfoque más centrado de la vida, aunque no exento de pathos ocasional. Creo que es la película más esperanzadora y anti claustrofóbica que he visto este año. Viva Varda.

Denis Côté, cineaste (Wilcox), Canadá

1-DAYS (Tsai)

2-FIRST COW (Reichardt)

3-THE TROUBLE WITH BEING BORN (Wollner)

4-THE WOMAN WHO RAN (Hong)

5-ATLANTIS (Vasyanovych)

Primera película: 

RESIDUE (Gerima)

LOS CONDUCTOS (Restrepo)

Aisha Rahim, programadora (Festival des Continents, Nantes), Portugal.

Days (Tsai Ming-liang)

Una película esencial: encontrar algo o a alguien (“les rencontres», como dicen los franceses), lo físico y lo emocional, la hermosura de lo que no se puede decir. Me conmovió el diálogo sutil en una película silente. 

Zero (Kazuhiro Soda)

Una película realizada por un artesano, donde lo político, lo poético y la dimensión humana son indistinguibles entre sí. 

Diego Mondaca, cineasta (Chaco), Bolivia

Lista sin orden, ni privilegios:

El tango y el viudo y su espejo deformante (Valeria Sarmiento y Raúl Ruiz. Chile 2020)

Un film que estaba desaparecido, que andaba de parranda, y que de pronto reaparece. La suma de talentos entre Valeria Sarmiento y Raúl Ruiz sigue y está vigente. Un respetuoso proceso creativo y de reconstrucción, vocación de Valeria, a partir del material filmado en 1967, por Raúl. Película que finalmente vio la luz gracias al amor entre dos personas, y la complicidad de muchxs amiguxs. En 2021 se estrenará en salas del Cineclubcito Boliviano como parte de la Retrospectiva Ruiz-Sarmiento, organizada conjuntamente con el Centro de Cine y Creación – CCC de Chile.  

Lluvia de Jaulas (César González. Argentina. 2019)

Lluvia de jaulas, estrenada en Bolivia en el Cineclubcito Boliviano, es una de las películas argentinas más singulares, y más importantes, que propone un encuentro directo con una realidad ignorada u omitida por mucha de la producción cinematográfica argentina. César Gonzales, poeta y cineasta, rompe y rasga esa positividad porteña característica de nuestra época, mostrándonos una realidad que no está incluida en la perspectiva del progreso que siempre mira hacia delante, buscando avanzar como sobre quien sea y a pisotones.

Selva trágica (Yulene Olaizola, México. 2020) 

Película importante porque aporta una visión de territorios invisibilizados, cuerpo de mujeres que han sido oprimidos política, económica y sexualmente. Es una exploración del espacio interesante donde la selva maya, no es solo paisaje, sino que cobra protagonismo e incidencia en los cuerpos de lxs protagonistas. Es posible ver una mirada única de la autora, que resalta de manera critica las realidades colonialistas que existen en Latinoamérica.

Los conductos (Camilo Restrepo. Colombia. 2020)

Inquietante y fascinante, un tratado sobre la incertidumbre y desesperanza. La violencia en los actos pequeños, chiquitos y normalizados, que son venganzas constantes y acciones de un descontento generalizado, que esta en el aire.  Film dotado de una plasticidad muy lograda: color, montaje y sonido, que el director va desarrollando y cultivando desde sus primeras películas. 

Medium (Edgardo Cozarinsky. Argentina. 2020) 

Bello, sutil e inteligente retrato de la pianista Margarita Fernández. Una reflexión sobre la vida, el tiempo y la amistad de años junto a Edgardo Cozarinsky. Medium, narrada en forma de retrato, explorado antes por Cozarinsky –Jean Cocteau: retrato de un desconocido (1983), Citizen Langlois (1994)– pone en escena ahora a la gran pianista argentina Margarita Fernández, dueña de una sabiduría expresada a momentos bajo un ombú (árbol nacional argentino) o en conversaciones al paso. Un retrato magnífico y delicado, manejado magistralmente por Edgardo Cozarisnky, escritor y cineasta. Un flâneur, como a él le gusta definirse. Valioso filme que 2021 tiene estreno boliviano, confirmado, en Cineclubcito Boliviano.

Correspondencias (Carla Simón y Dominga Sotomayor, Chile-USA. 2020)

Carla Simón se pregunta si se puede ser madre y cineasta, de su conexión con su madre biológica y aquella que la ha criado. Y en otro momento, Sotomayor, desde el otro lado del océano dice, mientras irrumpe el estallido social de Chile de octubre de 2019: “Prefiero este caos a perder la dignidad”.  

El 25 de octubre 2020 ganó la dignidad. Correspondencias, como su título ya lo indica, está estructurado como un intercambio epistolar por medio de una mezcla de formatos y soportes analógicos y digitales. Valioso film que 2021 tiene estreno boliviano, confirmado, en Cineclubcito Boliviano.

Primera película:

Chico Ventana también quisiera tener un submarino (Alex Piperno. Uruguay. 2020)

Un encuentro entre personas marcado por la inocencia, sin mucha certidumbre; ahí los personajes encuentran pasadizos secretos entre Filipinas y Montevideo. Película llena de elementos fantásticos retratados de manera naturalista. Alex Piperno transgrede el tiempo y el espacio con una historia que conecta a personajes alejados entre sí, a través de un barco que tiene misteriosos pasadizos. Un laberinto cinematográfico y contemplativo. Un poeta al timón de un submarino. 

Película de mi país:

Nosotros los bárbaros (Juan Álvarez. Bolivia. 2020)

Fuertes ecos del 2019:  

Nunca subí el provincia (Ignacio Agüero, Chile. 2019)

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (José Luís Torres Leiva, Chile. 2019)

Otras latitudes:

Martin Eden (Pietro Marcello. Italia. 2019)

Loving rockets (Steve McQueen. UK. 2020)

Carlos Reviriego, programador (Filmoteca Española) y crítico (El Cultural), España

Cinco películas:

Martin Eden, de Pietro Marcello

La flor, de Mariano Llinás

Mank, de David Fincher

First Cow, de Kelly Reichardt

City Hall, de Frederick Wiseman

Sin preferencia y sin criterio definido, pero que a su modo invocan un mundo que se desvanece en su propia memoria reinventada, que se alimentan de una pulsión fabuladora enfermiza, propia de todos los que deseamos el relato como fuga pero lo necesitamos como ventanas al mundo y fuentes de conocimiento, como expresiones de otros tiempos y lugares que puedan no ya explicarnos, sino reconocernos como partes de un todo, de lo que hemos llamado humanidad y también civilización, para lo bueno, lo mediocre y lo peor. En los restos de dos cadáveres abrazados yace la memoria de los pioneros, la de un continente, su memoria histórica, social, económica y cultural (también cinematográfica), el relato posible de una fraternidad inquebrantable en la creación de un nuevo mundo; y en otro viaje a la edad de oro de Hollywood, campo de minas para historiógrafos de la meca occidental, se abre paso la consumación de una nueva fábrica de sueños, más prosaicos en verdad, con su derroche de talento destinado a sueños de sofá y no de butaca de cine. Y un cineasta legendario, una obra monumental que sigue documentando la larga agonía del imperio desde el corazón de sus instituciones, y que encuentra en la alcaldía de una gran ciudad norteamericana, habitada por una diversidad racial de minorías mayoritarias, un rastro de luz que perseguir con su infatigable cámara, desde su observación minuciosa y expansiva, un proyecto de liderazgo y conciencia comunitaria que, al fin, me ha hecho sentir frente a la pantalla como la parte de un todo donde sigue habiendo, a pesar de todo, un propósito común: inventar un nuevo futuro para todo y para todos. El que conocemos no nos sirve. Al cine tampoco. 

Opera prima:

Ne croyez surtout pas que je hurle, de Frank Beauvais

Un programador, un cineasta, que ya no ve el mundo, que no participa en él, que se ha confinado por depresión (antes del confinamiento pandémico); un hombre que intenta pensar el mundo a través de las películas que ve día y noche. La embriaguez de su soledad se transforma en vértigo, el de una película abierta en canal y a la cinefolie, cuyo torrente de imágenes engarzadas como cápsulas fugaces de memoria y de estados de ánimo, son imágenes-ideas. El cine siempre como un espejo, no como una ventana. El cine de carácter omnívoro que le ayuda a encontrar su reflejo. Y en esos reflejos apenas hay rostros ni trazos de humanidad. Un diario que roza el impudor, una sesión de psicoanálisis, un desolador relato paterno-filial. La intimidad es puramente textual: su crónica de espectador no le permite crear imágenes nuevas, sino significados nuevos con imágenes viejas. Un perfecto imaginario para el infame 2020.

Película española:

El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco

La gran película del cine español de este año, quizá de la última década, por muchos motivos. Su director ha encontrado en su hogar, en las conversaciones y los testimonios de un bar de una ciudad murciana, buena parte de las respuestas a por qué hemos llegado hasta aquí como ciudadanos, como sociedad, como un mundo que definitivamente ha bajado los brazos, es más, que acepta agradecido la aniquilación de sus derechos fundamentales y su dignidad como individuo.

Votación excepcional: 

Dick Johnson is Dead, de Kirsten Johnson 

Quizá la forma más honesta de autorretratarse es filmando tu mayor temor. Película-shock para asimilar lo inasimilable, llevar la hipótesis de una tragedia al territorio de la comedia y el simulacro. El sentido de lo luctuoso se apodera de una película de apariencia inofensiva, amable, liviana, que adquiere matices macabros y un aire enrarecido acorde con los simulacros del Apocalipsis que habitamos cada día. Esta película tiene el poder de rescatarnos desde el momento en que propone una maravillosa forma de engañar a la muerte, es decir, el mismo propósito del cine. Su directora es una persona-cámara que, como Frank Beauvois, también quiere salvarse, y salvar a su padre, a través del cine. 

Most Of The Time (Long Version) – Bob Dylan (1989) [videoclip]
Director: Jesse Dylan
Mi obsesión personal de este año, el clip de YouTube con más visionados en mi cuenta (de lejos). Un tema sobrenatural que aglutina la ironía y la emoción del que olvidó cómo olvidar, una de las más grandes y más ocultas piezas del amor abandonado o de la imposibilidad de la nostalgia. La crudeza y la inmediatez de la interpretación, el magnetismo del directo en la era plastificada del playback, las sombras y los espacios de la tenebrosa “puesta en escena” revelan el corazón del enigma dylaniano en el periodo más oscuro de su carrera. Con el álbum “Oh Mercy” que produjo Daniel Lanois, y al que pertenece este título, la figura ya espectral de Dylan se abría paso hacia una tercera y definitiva resurrección creativa. El videoclip lo dirigió su hijo.

Chiara Marañón, programadora -dirección de contenidos- (MUBI), Reino Unido, España.

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Moving On (Yoon Dan-bi)

The Woman Who Ran (Hong Sang-soo)

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter, Anders Edström)

Hopper/Welles (Orson Welles, 2020)

Mejor ópera prima:

Mama (Li Dongmei)

Mejor película española: 

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Mejor película inglesa (país donde resido): Lovers Rock (Steve McQueen)

Película clave vista en 2020:

Outrage (Ida Lupino, 1950) y Frágil Como o Mundo (Rita Azevedo Gomes, 2001)

Gürcan Keltek, cineaste (Meteors), Turquía

The Year of Discovery (Luis López Carrasco)

Malni – Towards The Ocean, Towards The Shore (Sky Hopinka)

Expedition Content – Ernst Karel & Veronika Kusumaryati

Gunda (Victor Kossakovsky)

Look Then Below (Ben Rivers)

Primera película:

The Metamorphosis of Birds (Catarina Vasconcelos) + Ghosts (Azra Deniz Okyay)

Película de mi país:

Phases of Matter (Deniz Tortum)

Película del confinamiento

Our Mother’s House (1967) de Jack Clayton + The Cinema of Luigi Di Gianni

James Lattimer, crítico de cine (CinemaScope) y programador (Viennale-Forum Berlinale)

I’m Thinking of Ending Things (Charlie Kaufman)

El año del descubrimiento / The Year of the Discovery (Luis López Carrasco)

First Cow (Kelly Reichardt)

Rizi /Days (Tsai Ming-Liang)

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter & Anders Edström)

 Primera película:

El tango del viudo y su espejo deformante / The Tango of the Widower and its Distorting Mirror (Raúl Ruiz & Valeria Sarmiento)

Película de mi país:

Her Name Was Europa (Anja Dornieden, Juan David González Monroy)

Película que me acompaño este año:

The Magnificent Ambersons (Orson Welles)

Renan Rovida, cineasta (Pão e Gente), Brasil

Querido Roger,

Envío mi selección nacida de las películas que fui capaz de ver en 2020. Pero es necesario hacer una consideración: aunque en el año se hayan exhibido muchas películas en festivales online, en Brasil, con las casi 200 mil muertes por la pandemia debido al desempeño del gobierno fascista que tenemos, ha sido un año de mucho dolor. Se suma a esto las dificultades de la supervivencia de las personas que hacemos cine y que no somos de la burguesía, como es mi caso; ante todo esto el lugar del cine es pequeño, pero es también un momento de fertilidad para la creación de nuevas películas. 

1.Rizi / Days (Tsai Ming-Liang) 

La última deTsai es una obra magistral y una clase sobre el arte cinematográfico, impartida por un de los mayores maestros del cine de hoy

2. Sete Anos em Maio / Seven Years in May (Affonso Uchôa)

Un poema cinematográfico de Affonso sostenido en la oralidad y al lado del fuego y en la noche

3. Druk / Another Round (Thomas Vinterberg)

Lo último de Vinterberg ostenta interpretaciones excelentes, todos los actores e actrices están muy bien. 

4. Cadê Edson? / Where’s Edson? (Dácia Ibiapina)

El documental de Dácia, que vuelve a trabajar sobre las imágenes hechas por la policía con una habilidad sin igual, visibiliza el derecho a la vivienda en Brasil sin más;

5. Lahi, Hayop / Genus Pan (Lav Diaz)  

Lo último de Diaz no es otra cosa que una crítica preciosa a la forma de subjetivación del capitalismo en el corazón de la gente.

Ópera prima: 

Baixo Centro» (Outer Edge): se trata de un film muy poético y riguroso de Ewerton Belico e Samuel Marotta, recién estrenado en Brasil. También destaco el documental brasileño «Zona Arida» (Arid Zone), de Fernanda Pessoa; su segunda película, que se estrenó en VOD en 2020, resulta una película muy sensible y precisa.

Las películas que me acompañaron: 

– La Sortie de I’usine Lumière à Lyon / Workers Leaving the Lumière Factory  (Lumière Brothers)

-Excitação (Jean Garret)

– Un chien andalou (Luis Buñuel)

– Ukamau (Jorge Sanjinés)

Diego Lerer, programador (Quincena de Realizadores) y crítico (Micropsia), Argentina

1. CITY HALL, de Frederick Wiseman

2. THE WOMAN WHO RAN, de Hong Sangsoo

3. EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO, de Luis López Carrasco

4. NEVER RARELY SOMETIMES ALWAYS, de Eliza Hittman

5. SMALL AXE: LOVERS ROCK, de Steve McQueen

OPERA PRIMA: LOS CONDUCTOS, de Camilo Restrepo

PELICULA DE TU PAIS: LAS MIL Y UNA, de Clarisa Navas.

PELICULA DE CUALQUIER EPOCA EN LA QUE PENSE ESTE AÑO: LA HORA DE LOS HORNOS, de Pino Solanas y Octavio Getino

Lucía Salas, editora (La vida útil), crítica (Con los ojos abiertos, We Can’t Go Home Again) y cineasta (Implantación), Argentina/España.

Uno de los pequeños daños colaterales de este año fue que la mayoría del mundo se vio relegado a ver películas en el aparato que su poder adquisitivo le permitió. La pantalla de cine, en cambio, es igual para todos. Cuando se ve un primer plano, todos en la sala lo vemos gigante. En mi casa una vaquita flotando en una balsa en el río se ve chiquita, muy chiquita. Tuve suerte: antes de marzo y después de junio vi muchas de estas películas en el cine. A las que no, su calidez e inteligencia traspasaron los minúsculos límites de mi computadora. Si dentro de los daños de este año está el de la percepción (ya no se qué ven mis ojos), esta lista me salvó de la baja fidelidad de los sentidos. 
Kajillonaire (Miranda July)

Mes Chèrs Espions (Vladimir León)

With Love – 1987-1996 (Michael Pilz)

Truth or Consecuences (Hannah Jayanti)

Nosotros Nunca Moriremos (Eduardo Crespo)

Primera película: 

Le Kioske (Alexandra Pianelli) / Simón Chama (Marta Sousa Ribeiro)
Película de mi país:
Todo lo que se olvida en un instante (Richard Shpuntoff)

Película en el país que vivo:
El trabajo (o a quien le pertenece el mundo) (Elisa Cepedal)
Votación excepcional
Dorothy and Alan at Norma Place (John Dorr, 1982)

Bill Morrison, cineasta (Dawson City: Frozen Time), Estados Unidos

(Por orden alfabético):

Dick Johnson Is Dead (Kirsten Johnson)

FilmFarsi (Ehsan Khoshbakht)

Recorder (Matt Wolf)

Time (Garrett Bradley)

Zappa (Alex Winter)

Primera película: 

The Forty Year Old Version (Radha Blank)

Película de mi país: 

Give Me Liberty (Kirill Mikhanovsky)

Película que me acompaño durante el 2020: 

Cranes Are Flying (Mikhail Kalatozov)

Pamela Biénzobas, crítica y programadora (Locarno), Francia/Chile

El año del descubrimiento / The Year of the Discovery (Luis López Carrasco)

Cada año, las invitaciones a establecer listas de favoritos me provocan conflicto. Esta vez más que nunca siento el peso de lo aleatorio de mi universo particular de posibles. Así es que adapto las reglas del juego para responder a los dos llamados en los que deseo participar por el respeto y cariño que tengo por las publicaciones: La Internacional Cinéfila y Desistfilm. Responder con un solo título no es un capricho, ni mucho menos sugerir que es el único valioso de 2020. Pero este film, estrenado mundialmente en enero antes de recorrer el mundo entero virtual o presencialmente, ha marcado profundamente el año y de seguro marcará la década y más.

Cuando El año del descubrimiento se estrenó en Rotterdam en enero, muchos países estaban en plena ebullición. A menudo tenía que mirar dos veces para saber si una foto que veía en redes sociales correspondía a los jóvenes en las calles de Chile (mi país natal), el Líbano, Argelia, Iraq… Francia (mi país actual) llevaba ya algo más de un año con protestas sociales semanales en que la violencia policial, desatada en 2015, iba in crescendo. En los Estados Unidos la violencia del racismo sistémico estaba por hacer estallar la sociedad. Y así la lista puede seguir dando la vuelta al planeta.

Y nosotros, aunque hayamos podido ser partícipes de algún movimiento, en general nos encontramos en la posición de observadores impotentes de un mundo complejo, dependientes en gran medida de otro fenómeno sociológico de nuestros tiempos: la circulación de la información y de las ideas. Inmediatez y brevedad, simplificación y ligereza, reacciones irracionales, falta de perspectiva, arbitrariedad disfrazada de objetividad, discursos monopólicos, invisibilización y acallamiento de los protagonistas y víctimas, y un largo etcétera no hacen más que contribuir a la confusión y a la ansiedad.

Y de pronto El año del descubrimiento, partiendo de un hecho ocurrido en Cartagena, España, en 1992, ofrece todo eso que tanta falta hace: perspectiva; análisis; escucha atenta de aquellos cuyas voces raramente oímos; diversidad de miradas y voces; rechazo al juicio fácil; contextualización; profundización y a la vez proyección para poder comprender cómo los fenómenos sociales, culturales, políticos y económicos trascienden su momento y sus circunstancias específicas, interactuando con otros tiempos, comenzando por los actuales; otras realidades, incluyendo varias de las citadas; otras ideologías, demostrando la complejidad de situaciones que se resisten al facilismo del blanco o negro. Para ello, se toma el tiempo necesario (cada minuto se agradece, y nunca se siente de más) y recurre a dispositivos de puesta en escena y de montaje para fomentar diálogos –literal o figuradamente– y enriquecer el debate sin pretender dictar verdades ni conclusiones simples.

Marko Grba Singh, cineasta (Abdul & Hamza) y Director Artístico de IDFF Beldocs, Serbia.

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Uno de mis nuevos directores favoritos. Su El Futuro fue increíble, pero este va más allá. Eventos ocultos de la línea de tiempo histórica principal siendo expuestos al espectador de una manera tan única. Una película muy compleja de la que también aprendí mucho sobre la génesis de la crisis en los partidos de izquierda y liberales en toda Europa y el mundo. Luis básicamente nos muestra lo que salió mal a mayor escala, usando su microcosmos.

Siberia (Abel Ferrara)

Cuando esté todo dicho, recordaré esta película como la película de Ferrara, en la que literalmente nos dio todo de su consciente y subconsciente. Es como una experiencia terapéutica continua guiada por un profesional. Admiro la valentía de esta película, y la fuerza para transformar las emociones básicas, los miedos y los recuerdos en un collage tan logrado. 

The Disciple (Chaitanya Tamhane)

Me sorprendió el ritmo meditativo, casi hipnótico, de esta película. También el choque entre la tradición y la modernidad, entre la obediencia a la autoridad y su cuestionamiento. Comencé a profundizar en la película después de las dos escenas de masturbación y práctica, una al lado de la otra. 

Her Socialist Smile (John Gianvito)

Antes de esta película, mis conocimientos sobre Hellen Keller eran muy básicos. Lo que más me gustó aquí es su agudo sentido del humor. Fue un verdadero privilegio conocerla más y me encanta la simplicidad estructural de la película. La escena de Bandiera Rossa es una de las mejores escenas de 2020. Es realmente increíble, aunque un poco aterrador, lo actual de esta película.

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter & Anders Edström)

Esta obra monumental es una impresionante oda a la vida y a la muerte. A veces, cuando camino por las calles de Belgrado observo a las personas como entidades temporales que se desvanecen lentamente en la inevitable inexistencia. Eso me asusta mucho, pero luego recuerdo The Works and Days y me ayuda a aceptar ese hecho.

Mejor ópera prima:

A Metamorfose dos Pássaros / The Metamorphosis of Birds (Catarina Vasconcelos)

Trabajando en mi nueva película empecé a recordar mi infancia y a enumerar objetos, eventos, personas y lugares que significaban mucho para mí. En la película de Catarina, todo eso, incluyendo la construcción de la época, está perfectamente presentado. Tiene una dosis de nostalgia que me hará no olvidar esta película por mucho tiempo. Me gusta especialmente la escena de los sellos postales.

Mejor película serbia:

Otac / Father (Srdan Golubović)

Mi antiguo profesor, y un gran tipo. Creo firmemente que hizo su mejor película. Toda la ira personal y colectiva de vivir en una sociedad injusta surgió y se expuso en esta trágica película, basada en una historia real. Es mucho más cruda que sus películas anteriores, y el actor principal estuvo absolutamente increíble. 

La película de la pandemia:

Pas koji je voleo vozove / The Dog Who Loved Trains (Goran Paskaljević, Yugoslavia, 1977)

Goran Paskaljević murió este año. Era uno de los mayores cineastas del cine yugoslavo y serbio, así que…

Pedro Adrián Zuluaga, crítico (La Pajarera del Medio), Colombia

2020: el año en que el espacio se redujo y el tiempo se dilató, y en que vivimos más en los sueños que en la realidad. Parecen condiciones propicias para el acontecimiento del cine, o para vivir en la vida como si se tratara de un film. Entramos en otra percepción de las cosas, semilla propicia para lo ético y lo estético, que siempre es lo excepcional. Más que películas, este año busqué experiencias. Algunas de estas solo se pueden entender en relación con otras; por eso algunos títulos vienen en pareja: uno como el eco del otro. Otras películas elegidas, como Los conductos e Intimate Distances, son en sí mismas desdoblamientos y fugas incesantes.

Cinco películas vistas en 2020 en festivales y/o plataformas:

1. Intimate Distances (Phillip Warnell)

2. The Year of Discovery /El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

3. Los conductos (Camilo Restrepo)

4. Ms Slavic 7 (Sofia Bohdanowicz, Deragh Campbell): esta película que muestra el proceso por el cual lo más íntimo (una carta) entra al espacio público, me llevó a otro film, de tres años atrás (The Dreamed Ones / Die Geträumten, de Ruth Beckermann). Sobre otra forma de espacio público, el bar, es el film de López Carrasco, número 2 de la selección.

5. The Hawls /Se escuchan aullidos (Julio Hernández Cordón): en este año del disciplinamiento, cómo no celebrar la audaz libertad e indisciplina del octavo film de un incombustible Hernández Cordón.

Mejor opera prima:

Chaco (Diego Mondaca)

Mejor film nacional:

The Calm After the Storm /Como el cielo después de llover (Mercedes Gaviria Jaramillo):

Esta película es, aparentemente, sobre la presencia del cine en una familia, pero en el camino se convierte en un film sobre la herencia y la transmisión, sobre cómo una hija escoge su linaje, haciendo “sumas y restas” (como el título de una película del padre de la directora, el cineasta colombiano Víctor Gaviria). Lo que encuentra es el mundo de la madre y un linaje de mujeres que no quieren repetir el designio de vivir y amar con miedo, y de paso, otra manera de hacer y vivir el cine.

Votación excepcional:

En el mismo festival, la excepcional versión del FICValdivia 2020, vi estas dos películas, una al lado de la otra: Wanda, de Barbara Loden y The Hitch-Hiker /El autoestopista, de Ida Lupino. Ambas son materiales para una reescritura de la historia del cine norteamericano, y del poder del pequeño gesto que llena de sentido un mundo (pienso en los dos excepcionales –y sutiles – finales de ambas películas) en contraposición a la grandilocuencia (masculina). 

Celina Murga, cineasta (Ana y los otros, Una semana solos, Escuela Normal y La tercera orilla), Argentina

Las 5 preferidas del año en lista de prioridades:

1- Les enfants de Isadora / Isadora’s children (Damien Manivel)

2- Fourteen ( Dan Sallit)

3- Drift (Helena Wittmann)

4- Uncut gems (Joshua and Benjamin Safdie)

5- Ficcion  privada/ Private fiction  (Andrés Di Tella)

Película argentina 

Las mil y una / One in a thousand (Clarisa Navas)

Ópera prima 

Mama mamá mamá / Mum, mum, mum (Sol Berruezo Pichón Rivière)

Voto excepcional

Le bonheur/ Happiness ( Agnes Varda)

Ignacio Agüero, cineasta (Nunca subí el Provincia), Chile

Orden aleatorio

Chaco  ( Diego Mondaca)

Correspondencia (Piñeiro/Llinás)

Harley Queen (José Luis Sepúlveda / Carolina Adriazola)

Virar Mar/Meer Werden (Philipp Hartmann / Danilo Carvalho)

Tote (María Sojob )

Primera película:

Perros sin cola ( Carola Quezada )

Película de mi país:

El otro ( Francisco Bermejo )

Película excepcional: 

Història de la meva mort ( Albert Serra )

Julia Kratje, crítica (Con los ojos abiertos; Al margen del tiempo), Argentina

 “Cuando una puerta se cierra, cien puertas se abren”, dice un refrán al comienzo de Jules et Jim. Hamacada por ese canto al amor, al juego, a la pasión vital, volví al film de Truffaut junto a mis padres en Santa Fe, que me extendieron los brazos durante el invierno más difícil que nos ha tocado pasar. Un disco provisto de películas que algunos amigos compartieron como un don, como un salvavidas, y la suscripción a Qubit y a Mubi nos llevaron a ver casi todo Herzog (y a quedar fascinados, especialmente, con Fitzcarraldo), a asombrarnos de la mano de Varda (con su lucidez, con sus caricias que atraviesan la pantalla, con la dulzura inconmensurable de Jacquot des Nantes), a conmovernos con la expresión más desgarradora de la liberación, de la justicia social, de la entrega al prójimo en The Grapes of Wrath, donde la madre termina reconociendo que las mujeres logran adaptarse a las adversidades con mayor soltura que los varones, como si fueran un río, pues aunque se formen remolinos y cascadas el agua va a seguir corriendo siempre. Una y mil veces, estas películas encienden mis ritornelos, mis tanteos, mis mapas de ruta en construcción.

De las que vi en festivales, cines y plataformas, Fakir, de Helena Ignez, proyectada en la 23ª Mostra de Cinema de Tiradentes, me pareció extraordinaria, de una desfachatez memorable. It Must Be Heaven, de Elia Suleiman, y Nunca subí el Provincia, de Ignacio Agüero, fueron imprescindibles para transitar los primeros tiempos de la cuarentena. Poilean, de Claudio Caldini, me erizó la piel en el 35º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

De las películas argentinas, podría elegir Hogar, de Maura Delpero, y No existen treinta y seis maneras de mostrar cómo un hombre se sube a un caballo, de Nicolás Zukerfeld; bellas y sorprendentes, cada una a su modo, como tiene que ser.

First Cow, sin lugar a dudas, es la obra que más esperaba. Como una luciérnaga, revolotea en el recuerdo de lo que el 2020 me ha enseñado, que no es poco. El movimiento imperceptible e incesante, la búsqueda de una escapatoria que no puede aventurarse en solitario irradian la potencia de una comunicación secreta, hechizante, entre la naturaleza, los animales y los hombres: una verdadera epifanía del cine contemporáneo que hunde los pies en esta tierra. 

Aprovecho estas notas a corazón abierto para decir, finalmente, gracias, querido Roger, por iluminar nuevos caminos.

Patrick Holzapfel, crítico de cine (Jugend ohne Film), Alemania

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter, Anders Edström)

Ma ma he qi tian de shi jian / Mama (Li Dongmei)

Ochite mi sini, rokljata sharena / Blue Eyes and Colorful My Dress (Polina Gumiela)

Tendre / Tender (Isabel Pagliai)

An dà shealladh / The Two Sights (Joshua Bonnetta)

En una ocasión, Francis Ponge me preguntó si las hojas de los árboles apenas registraban al viento o si les respondían. Pienso que las mejores películas del año resuelven ese acertijo. 

Primera película:

Ma ma he qi tian de shi jian / Mama (Li Dongmei)

Película de mi país: 

En vez de elegir una película de Alemania o Austria quisiera desígnar un texto de Alexander Horwath: Smoke on the Water, publicado como prefacio al libro sobre Guy Debord editado por el Austrian Film Museum. El texto gira en torno al anticine como género y prodiga una visión acerca de una esperanza destructiva, la que sentimos todos respecto al cine, como si este hubiera terminado. 

Un voto excepcional: 

L’Homme du large / Man of the Sea (Marcel L’Herbier)

“La belleza de un paisaje no influencia la crueldad de un soldado”. (Bora Ćosić)

Isabel Orellana Guarello, programadora (FICValdivia), Chile.

Top 5, en orden de prioridad:

– El año del descubrimiento (Luis Lopez Carrasco)

– First Cow (Kelly Reichardt)

– Si c’etait de l’amour  (Patric Chiha)

-My Mexican Bretzel (Nuria Gimenez)

– Plastic House (Allison Chhorn)

Primera película 

The Cloud in Her Room

Película chilena: 

Visión Nocturna (es del 2019, pero no voté ese año y la tengo que mencionar!)

Película que me acompañó en el año:  

Those That, at a Distance, Resemble Another (Sarah Jessica Rinland)

La película más terapéutica que vi el 2019 y que necesité volver a ver durante este año. Siento que todos quedamos un poco quebrados este año y ver cada gesto de reparación en la película fue como ver que me estaban reparando internamente.  

Sylvain George, cineasta (Paris est une fête – Un film en 18 vagues), Francia

Del 2020… (y en ocasiones de antes):

O que Há em Ti (Brazil is thee Haiti is (t)here) (Carlos Adriano)

Onde você está, Teresa Villaverde? (Teresa Villaverde)

Memby (Rafael Castanheira Parrode)

Bom Dia Santa Maria (Rafael Castanheira Parrode)

Mascarados (Marcela and Henrique Borela)

Open Eyes in Shadow (Rrose Present)

Tempesta a “Les Fonts” d’una memòria (Rrose Present)

Colectivo Los Ingravidos:

Todos los títulos a continuación:

Tear Gas

Passion

Avanti

Black rain

Haunted figures

Danses lunare

The Sun Quarter 1, 2? 3, 4

Neurovia Trem System (Luiz Henrique Aveiro Lins Passos)

Imburnal (Sherad Anthony Sanchez)

2. Películas revisitadas, una vez más y siempre: 

Nostalghia (Tarkovski)

Lost, Lost, Lost (Mekas)

3. Libros: 

Walker (Robin Robertson)

Lost Children Archives (Valeria Luiseli)

Felon (Reginald Dwayne Betts)

The Age of Surveillance Capitalism (Shoshana Zuboff)

Mort d’un voyageur (Didier Fassin)

Autoportrait dans l’atelier (Giorgio Agamben)

Sergio Wolf, cineasta (Esto no es un golpe) y critico (Revista de cine), Argentina.

Las 5 del 2020 (sin orden de preferencia)

-Las mil y una (Clarisa Navas);

-El año del descubrimiento (Luis López Carrasco); 

– Danzas macabras, esqueletos y otras fantasías

(Rita Azevedo Gomes & Jean-Louis Schèfer);

-The Exit of the Trains (Radu Jude-Adrian Cioflâncă);

-El tango del viudo (Raúl Ruìz)

Película argentina

-Las mil y una (Clarisa Navas)

Hacía mucho que el cine argentino no era capaz de representar las clases populares sin estigmatizarlas ni embellecerlas, sin politizarlas endosándoles lo que el director piensa en vez y de lo que los personajes pueden pensar, abrièndoles una ventana (tortuosa, áspera) al amor, y al mismo tiempo con un extraordinario dominio de las herramientas del mejor cine: el tiempo, el paso y el peso y el pozo del tiempo, la densidad del espacio, la sensación de tensión inminente y el sol, tan diurno, los cuerpos planchados o en marcha o en baile, los besos robados o pagados o regalados, el dominio de pasar de un punto de vista a otro en una sola escena (sin cortar, de noche, inesperada, hermosamente, como los grandes cineastas), la sensación de que todo está improvisado con un hilo invisible de trabajo, esas chicas, tan queribles, frágiles e inseguras pero siempre pensantes, firmes en ese deseo que las atraviesa y les  da vida y las pone al límite de la muerte, ese sonido (del barrio, del mundo, de la policía, del hacinamiento social, de Sandro), esas mùsicas, esa madre bailando con los hijos como Ettore y Mamma  Roma en la película de Pasolini. Qué película poderosa

Película de la pandemia

-El ángel exterminador 

Paula Villegas, directora general(Cinemateca de Bogotá), Colombia

Nos sucedió en la Cinemateca de Bogotá que esta pandemia nos puso a mirar para adentro; los primeros meses de confinamiento fueron un viaje por la creación local de Bogotá y por nuestros fondos y colecciones del Archivo Fílmico de la Cinemateca. Después de esos primero meses fue inevitable sentir y ver desde un lugar extraño cómo se forma este paisaje cinematográfico todos los años. 

Quizás ahora al aportar a este caleidoscopio, muy divergente en mi experiencia, puedo decir que esta selección está influecida por ese viaje po en lo local; en la memoria emergen con luz propia, contundentemente, personajes, tiempos, diálogos, formas de creación, emociones, que nos ponen frente a mundos imposibles o increibles. Asistimos constantemente, en cierto modo, a la extinción de unas formas de ser y me conmueve profundamente la necesidad de nosotros, seres humanos, de buscar en el cine vías para sobrevivir a nuestras propias historias. 

5 películas en orden aleatorio

Lua Vermella, Lois Patiño. España2020 

Sandlines, the Story of History – Francis Alÿs, Codirección: Julien Devaux., Irak, 2020

Ya no estoy aquí, Fernando Frías, México 2019

Look then Below, Ben Rivers, Reino Unido, 2020

Como el cielo después de llover, Mercedes Gaviria (Argentina – Colombia, 2020

Primera película: 

Como el cielo después de llover. Mercedes Gaviria, Argentina – Colombia, 2020

Película de mi país:

Las razones del lobo, Martha Hincapié. Colombia, 2019

Votación excepcional: 

Retrospectiva completa de Marlon Riggs

Jerónimo Atehortúa Arteaga, critico (Los cines por venir), Colombia

Las dos mejores: 

First Cow de Kelly Reichardt: 

Esta película se toma en serio el sentido de reinventar las formas míticas sobre el origen de una nuación. Es una suerte de Western emocional, donde el paisaje no lo domina el horizonte, sino el bosque, el agua, el pantano y el límite. Ya no se trata solo de la colonización de un territorio, sino de la solidaridad, la colaboración, el encuentro de saberes y la amistad. 

Uppercase Print de Radu Jude: 

su uso del archivo es desconcertante. Las transacciones del cine de Jude con el teatro y el documental cada vez son más sugestivas y plásticas. Lo que más me gusta, el cine de Jude siempre es político, sin abandonar un agudo sentido poético; esa es la condición para minar esa imagen falsa que su país quiere erigir de sí mismo. 

Dos formas del porvenir:

My Mexican Bretzel de Nuria Giménez Lorang:

A esto llamó yo un uso utópico y liberador del archivo. Siento enorme afinidad con esta película. La resignificación de imágenes, el melodrama, la puesta en evidencia de nubosidad de la memoria, el recuerdo como invención.

Los conductos de Camilo Restrepo: 

Esta película es todo invención y, sin duda, un horizonte para el cine, al menos desde estas latitudes: No solo su relato es disidente, sino que también lo son sus imágenes de la violencia sistémica, en las que se mezclan el hambre, el recuero infantil y las alucinaciones. Es una película que está pensando nuevas formas plásticas y de producción.

Por último, dos formas de la depresión y la melancolía en 2020:

The Disciple de Chairanya Tamhane: 

Confronta las formas en que funciona la legitimación en el arte y los misteriosos caminos de la precariedad y el sacrificio como ambiguos símbolos de prestigio en un mundo que los demanda y al tiempo los desprecia. 

She Dies Tomorrow de Amy Seimerz:

Como dijo mi hermano al verla, quizá sea la mejor película que se haya hecho sobre la depresión. Al meno sí es una de las que mejor ha entendido el carácter absurdo de la depresión, como ella mina nuestra capacidad narrativa y como esa pérdida está vinculado con la muerte en vida. 

Mejor opera prima:

Los conductos 

Mejor película colombiana

Como el cielo después de llover de Mercedes Gaviria 

Votación excepcional

The Misfits de John Huston. La escena de Clark Gable domando al caballo salvaje es un verdadero acontecimiento. Lo que allí sucede excede cualquier elemento previo o posterior que pueda explicarlo. No recuerdo otra escena con semejante violencia y belleza.

Philipp Hartmann, cineasta (El Tiempo pasa como un León Rugiendo, 66KINOS; virar mar / meer werden / becoming sea), Alemania

Además de hacer, en 2020, cinco nuevos films, aproveché la pandemia para ver muchos clásicos. De los pocos films nuevos que pude ver, aquí elijo 5 que, como siempre, no son «los mejores» (sigue sin convencerme hacer algún tipo de rankings entre films); pero sí son cinco películas que me inspiraron especialmente en 2020.

Jeanne (Bruno Dumont)

Maman Maman (Lucia Margarita Bauer) 

Fauna (Nicolás Pereda)

Champ (Etienne de Fance)

Familia (Edgardo Castro)

Película alemana: 

What remains / re-visited (Clarissa Thieme)

Primera película:

 A metamorfose dos pássaros (Catarina Vasconcelos)

Corona-Film: The Searchers (John Ford)

Inspirado por una escena en mi nueva película El Argentino, donde dos sabios hablan de John Ford, le dediqué a este director mi retrospectiva personal durante el primero lockdown. Y todos esos tres meses implicaron un extraño sentimiento de complicidad entre mi soledad o yo solitario y John Wayne, como si saliera por una puerta y caminanara solo hacia un horizonte desértico…

Paola Buontempo (Festival Internacional de Cine de Mar del Plata), Argentina

First Cow  (Kelly Reichardt)

El año del descubrimiento / The year of the discovery (Luis López Carrasco)

Uncut Gems (Josh Safdie, Benny Safdie)

Days (Tsai Ming-liang)

Fauna (Nicolás Pereda)

Opera prima 
Her name was Europa  (Anja Dornieden, Juan David Gonzalez Monroy)

Película argentina
Las mil y una / One in a Thousand (Clarisa Navas)

Un film de cualquier época que haya estado presente durante la pandemia:

The Crazies (George A. Romero)

Rodrigo Moreno, cineasta (Una ciudad de provincia, Réimon, Un mundo misterioso y El custodio) y crítica (Revista de Cine)

El año de la pandemia (o el primer año de la pandemia, o el año de nuestra primera pandemia) también puede ser leído como el año que no fuimos al cine, o peor, el año en que el cine se hizo pequeño. El cine cada vez más es empujado a laptops y celulares, y este año en que nuestras vidas estuvieron condenadas a la pantalla chica, el cine estuvo también allí, como si fuera un rey destronado y desterrado compitiendo de igual a igual con videos hogareños, memes o viejos momentos de la televisión. Elegir películas en este contexto es asumir que fueron vistas en la computadora. La experiencia del cine se reduce entonces a la intimidad del hogar, a perder de vista su escala visual y sonora, su misterio. Dentro de ese reduccionismo brutal, las películas se nos ofrecen como un material siempre más pobre que lo que intentan ser. En los últimos días de febrero, se estrenó en salas La dolce vita. Fue la última vez que estuve en un cine. Viendo en grande lo que siempre había visto en chico. Descubriendo por primera vez una película que había visto muchas veces. Sin dudas fue una fatalidad: la dulce vida que supimos conocer. 

5 películas

Fauna/Fauna, (Nicolás Pereda) México

Primera vaca/ First Cow (Kelly Reichardt) Estados Unidos

Mis queridos espías/ Mes chers espions (Vladimir Léon) Francia

Siete años en mayo / Sete anos em Maio (Affonso Uchoa) Brasil

La mujer que corrió /  도망친 여자 (Hong Sang Soo) Corea del Sur

Película argentina

Las mil y una/ One in a thousand, Clarisa Navas

corto argentino:

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse/ Homage to the work of Philip Henry Gosse (Pablo Martín Weber) 

Votación excepcional :

La dolce vita (Federico Fellini) 

Jose Luis Losa. Crítico y programador (La Voz de Galicia/ Cineuropa Film Festival), España

LAS PELÍCULAS DEL AÑO

1) DAU, de Ilya Khrzhanovskiy.

Aquí incluyo las nueve películas del proyecto hasta ahora dadas a conocer. No solo DAU Natasha y DAU Degeneratsia, vistas en la Berlinale. Tambien: DAU New Man, DAU Nikita Tanya, DAU Brave People, DAU Katya Tanya, DAU Three Days, DAU Nora Mother y DAU String Theory. Conforman un corpus apabullante sobre el totalitarismo. Una filmografía rodada en tres años que, por sí sola, haría de Khrzhanovskiy uno de los grandes cineastas del cine del poder como ente fundamentado en el terror.

2) Nomadland, de Chloe Zhao.

3) Siberia, de Abel Ferrara.

4) She Dies Tomorrow, de Amy Seimetz

5) Mes Chers Espions, de Vladimir Löen.

Bonus Track : 16 Printemps, de Suzanne Lindon.

MEJOR OPERA PRIMA :

BEGINNING, de Dea Kulumbegashvili.

MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA:

EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO,  de Luis López Carrasco.

Eduardo A. Russo, crítico, investigador y docente (Universidad Nacional de La Plata-Universidad de Buenos Aires, ENERC), Argentina

A la común percepción sobre la condición horripilante de este 2020, compartida hasta el hartazgo, agrego un rasgo acentuado durante estos últimos días: cualquier balance se hace difícil, si no imposible. En medio de un trance que no podemos apreciar con nitidez, sin saber cómo y cuándo termina, y en qué condiciones volveremos a emerger si las cosas en términos generales salen bien ¿cómo hacer un corte, operar un redondeo? En ese contexto doblemente incierto salieron mis elecciones para la IC: el año de la consagración forzosa del cine de plataformas, luchando para hacerse del espacio que merece por pleno derecho en nuestra vida de pantallas. Estrenos, festivales, muestras… algunas películas, en rigor, son de la  temporada anterior, pero aparecieron en plataformas este año, como Malchik Russkly, que teñida de película sobre la guerra lo es más bien sobre la extrañeza y la percepción del mundo que nos toca vivir. En el caso del film de Diao Yinan, también a caballo entre el año anterior y éste, uno de los factores que obliga a la visión y revisión es la apropiación de la tradición del film noir atravesando los clichés y abriendo su espacio imaginario a un núcleo pesadillesco de la China contemporánea, en formidable tensión con las políticas del realismo. Danses macabres, squelettes et autres fantaisies fue el oasis necesario, de justeza ejemplar y dotado de algo excepcionalmente raro en el presente, que cabe designar sin vacilaciones como sabiduría (retomo más abajo este título).

Lua Vermella fue la oportunidad del encuentro hechizado con el irresistible linaje sobrenatural de Galicia. Además de sus fantasmas, sus catatónicos o casi zombies, sus meigas y su monstruo marino, aportó un ensayo memorable sobre las poderes del cine en su labor con lo móvil y lo inmóvil, con lo visible y lo invisible.

En His House me sedujo la convicción con que impulsa las potencias de lo fantástico en el cine, trabajadas sobre terrenos reconocibles, para convertirlos en zonas de manifestación de una alteridad tan radical como espectral.

La ópera prima de Natalia Garayalde fue una revelación, no solamente por su registro, entre la evocación y el intento de conjurar lo íntimo y lo público, el recuerdo familiar y el dolor de una tragedia colectiva a un cuarto de siglo de distancia, sino por el tono en que trabaja su afección.

En cuanto a Adiós a la memoria, no solamente comporta una progresión firme y evidente en la progresión de Prividera como cineasta, sino que cumple de modo pasmoso con la consigna de la IC: es una película de mi país.

Por último, la racionalización de mi elección cinéfilo-pandémica: revisé, luego de muchas décadas, al Marat/Sade de Peter Brook a mitad de año. El objetivo conciente del asunto era trabajarla para un dossiersobre cine y revolución. Me sumergí en el torbellino junto a Peter Weiss, Peter Brook, los actores de la Royal Shakespeare Company y unos cuantos personajes más, de adscripción profesional y condición mental difícil de precisar, aparte de los obligados fantasmas de Artaud y Brecht. Los baños terapéuticos del célebre asilo de Charenton donde se representa Marat/Sade se convirtieron para mí, por un buen tiempo, en un espacio demasiado cercano al del confinamiento hogareño apremiado por las exigencias del productivismo virtual. De pensar la revolución, el asunto pasó a ser tratar con la claustrofobia y los límites del lenguaje para pensar la enfermedad, la contención y el desborde de los cuerpos. El film de Brook fue para mí una experiencia mucho más ajustada a este 2020 que los varios relatos pandémicos y distópicos que, casi como todo el mundo, nos pusimos a revisar hacia febrero o marzo, si no para comprender, al menos para imaginar esta catástrofe. 

Marat/Sade fue, a su modo, una inquietante compañía para tratar no solo con la reclusión del cuerpo (tibia, suavizada, pero reclusión al fin) sino con la dificultad de pensar claramente, la perplejidad de observar cómo los indicios de la locura nos rozan desde ámbitos temiblemente cercanos, y las angustias oscuras compiten con el más precisable temor al virus. En cierto punto, y aquí vuelvo a una de mis cinco seleccionadas, Danzas macabras, esqueletos y otras fantasías concurrió al feliz salvataje. La cordialidad, la serenidad y la justa distancia para pensar la relación entre las imágenes y lo humano que se revela en sus encuentros fue el contrapunto fundamental para mantenerme a flote en ese Maëlstrom (para mí otra figura rectora de este año) que fue Marat/Sade en un entorno confinado y pandémico. En cierto sentido, podría afirmar que estas dos películas han sido para mí el doble programa ideal de esta temporada.

Las 5 del 2020-12-26

Malchik Russly/ A Russian Youth (Alexander Zolotukhin)

Nan Fang Che Zhan De Ju Hui/ Wild Goose Lake (Diao Yinan)

Danses macabres, squelettes et autres fantaisies (Rita Azevedo Gomes, Pierre Léon, Jean-Louis Schéfer)

Lua Vermella/ Red Moon Tide (Lois Patiño)

His House (Remi Weekes)

Una opera prima

Esquirlas/Splinters, (Natalia Garayalde)

Una película de mi país

Adiós a la memoria/ A Farewell to Memory (Nicolás Prividera) 

Votación excepcional

Marat/Sade (Peter Brook)

Maureen Fazendeiro, cineasta (Sol negro), Francia-Portugal

En 2020 la única película que vi en un cine fue El rayo verde de Eric Rohmer en la cinemateca portuguesa. Después de eso el living de casa se convirtió en mi cine, con una proyección diaria. Empezamos con un pequeño foco en Eric Rohmer y luego organizamos una retrospectiva completa de las películas de John Ford desde el inicio hasta el final. Quiero mencionar a un grupo de personas (cineastas, productores, distribuidores y muchos amantes del cine) que compartieron miles de películas en una página de facebook llamada «La Loupe». Ha sido un espacio virtual muy importante durante el primer confinamiento. 

Acá mi lista:

Hotel by the river (Hong Sang Soo)

Un Film dramatique (Eric Baudelaire)

L’ile aux oiseaux (Maya Koza and Sergio da Costa)

Houses (for Margaret) + Cezanne (Luke Fowler)

The Sun Shines Bright (John Ford)

Jens Geiger, programador (Filmfest Hamburg, Dokfest Kassel), Alemania

5 películas:

– Rizi / Days (Tsai Ming-liang)

– El año del descubrimiento / The Year of the Discovery (Luis López Carrasco)

– Ta Fang Jian Li De Yun/ The Cloud in her Room (Zheng Lu Xinyuan)

– Aidol (Lawrence Lek)

– Nasir (Arun Karthick)

Primera película

– Gal-Mae-Gi / Gull (Kim Mi-jo)

Película de mi país

– Berlin Alexanderplatz (Burhan Qurbani)

Película de este tiempo:

En las horas más oscuras: Zama (Lucrecia Martel)

En los momentos de esperanza: Rak Ti Khon Kaen / Cemetery of Splendour (Apichatpong Weerasethakul)

Diego Brodersen, crítico de cine (Página/12, Rolling Stone) y programador (Sala Leopoldo Lugones), Argentina.  

En orden alfabético

DAU. Degeneration / DAU. Degeneratsiya (Ilya Khrzhanovskiy, Ilya Permyakov)

Dylda / Beanpole (Kantemir Balagov)

El año del descubrimiento / The Year of the Discovery (Luis López Carrasco)

L’Île aux oiseaux / Bird Island (Sergio Da Costa, Maya Kosa)

Possessor (Brandon Cronenberg)

Ópera prima

The Vast of Night (Andrew Patterson)

Nacional

Las mil y una / One in a Thousand (Clarisa Navas)

Especial pandemia

El enigma de otro mundo / The Thing (John Carpenter)

Astrid Riehn, crítica (Página12/La Nación), Argentina

Después de hacer esta lista me di cuenta de que más de la mitad de las películas fueron dirigidas por mujeres. Una superación de la paridad de género absolutamente involuntaria por mi parte pero que,  adivino con esperanza, refleja el anhelado cambio de paradigma. Hay más cine dirigido por mujeres para ver. Al repasar los títulos, observé algunos puntos en común: al menos cuatro de ellas (Portrait de la jeune fille en feu, Proxima, Mignonnes y Silvia) son distintas formas de abordar, desde el cine, los largos tentáculos del patriarcado. 

Mientras que Céline Sciamma retrocede hasta la Francia del siglo XVIII para contar la historia de amor entre dos mujeres con una sutileza encomiable y fotogramas de belleza pictórica, la injustamente vapuleada  Maimouna Doucoré se vale de una mayor estridencia para denunciar, a través de esas nenas que perrean en shortcitos metalizados, que la niñez es un derecho. Y que ni la represión de Oriente ni la sexualización de Occidente son las mejores formas de asegurarlo. Por su parte, Alice Winocour coloca en el centro de la escena a una madre astronauta que soñó toda su vida con viajar a Marte (mención aparte para la capacidad expresiva de los ojos de Eva Green) para recordarnos que el deseo femenino suele ser sujeto de interrogatorio, sobre todo si implica dejar en tierra, por un año, a una hija de ocho años. 

En tanto, la ópera prima de María Silvia Esteve se enmarca en la últimamente prolífica tradición del cine argentino de revisitar la figura de los padres y la noción de memoria sobre la base de viejos VHS o grabaciones familiares (El silencio es un cuerpo que cae, Ficción privada,  Adiós a la memoria, Esquirlas, etc). Sin embargo, en el caso de Silvia esos crudos son intervenidos a través del montaje y la música de tal forma que el resultado es un melodrama que se sigue con la misma intensidad que Lo que el viento se llevó,  obra preliminar a la que la directora rinde homenaje en su película. 

En tanto, Space Dogs (el espacio, de nuevo: sabrán disculpar la debilidad por la inmensidad sideral de quien escribe) e Intimate Distances fueron este año la feliz confirmación de que el documental está lejos de ser la experiencia prefabricada que ofrecen la mayoría de plataformas de streaming y canales de televisión. Y que,  con un poco de arrojo y una saludable cuota de extravagancia, sigue siendo uno de los géneros más ricos para dar cuenta del alrededor. 

La primera elige como marco una original buddy movie perruna –con una cámara que sigue de cerca las aventuras de dos perros callejeros por Moscú- para narrar el destino incierto de otros tantos canes moscovitas lanzados al infinito en el marco de la carrera espacial con EEUU.  La inclusión de grabaciones inéditas de los laboratorios que preparaban a los perros y la voz en off de un narrador ruso sumergen al espectador en una experiencia entre lisérgica y fantástica, probablemente similar a la de esos primeros cuadrúpedos lanzados hacia la luna. 

Por su parte, Philip Warnell pone a dialogar en Intimate Distances a una afable mujer de pelo blanco con extraños en una esquina de Queens, Nueva York.   Contra todo pronóstico, muchos de esos transeúntes, enfrentados a preguntas filosóficas como “¿Alguna vez estuviste en un momento en tu vida en el que te diste cuenta de que se estaba produciendo un gran cambio?” o “¿Alguna vez hiciste algo que pensaste que jamás serías capaz de hacer?”, se detienen y hablan con ella. Uno hasta la abraza. Si bien la película fue filmada antes de que la pandemia impidiera los contactos estrechos y nos condenara a todos a la “distancia íntima” a la que refiere el título, Warnell confirma con ella lo que todos sospechamos: que el cine siempre logra anticiparse a la vida y colarnos, casi sin que nos demos cuenta, alguna herramienta.

La inclusión en la lista de Las mil y una, de Clarisa Navas, parte de una pulsión vital: hay en esos levantes de colectivo y en los besos que se roban las chicas en las escaleras de los monoblocs más vida que en gran parte del cine estrenado en el último tiempo. La película de Navas sorprende gratamente por su fluidez y su naturalidad. Sin glorificar la idea de “barrio” per se (concepto vacío si lo hay), la película de Navas convierte una ciudadela obrera de Corrientes en el último bastión de la libertad sexual.

Volví a ver To Kill a Mockingbird en plena pandemia. Si bien nunca me gustó la resolución del film de Mulligan de 1962, en el que el ejemplar Atticus Finch cede ante la tentación de la justicia por mano propia (si bien no la ejerce, decide “mirar al costado”), me conmovió  una vez más la interpretación de Gregory Peck como ese abogado, viudo y sureño, empeñado en educar a sus hijos en la empatía. Algo que, al parecer, no abundaba en la Alabama de principios de los años 30 y tampoco en el mundo globalizado que habitamos hoy.

Elegir 5 películas por orden aleatorio o prioridad (como gusten) que hayan sido estrenadas en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020:

Portrait de la jeune fille en feu (Céline Sciamma)

Proxima (Alice Winocour)

Mignonnes (Cuties) (Maimouna Doucoré)

Space Dogs (Elsa Kremser y Levin Peter)

Intimate Distances (Phillip Warnell)

Elegir una ópera prima estrenada en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020. 

Silvia (María Silvia Esteve)       

Elegir un film del país en el que viven o del que tienen nacionalidad, estrenado en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020. 

Las mil y una (Clarisa Navas)

Votación excepcional: 

To Kill a Mockingbird (Robert Mulligan)

Jens Geiger, programador (Filmfest Hamburg, Dokfest Kassel), Alemania

5 películas:

– Rizi / Days (Tsai Ming-liang)

– El año del descubrimiento / The Year of the Discovery (Luis López Carrasco)

– Ta Fang Jian Li De Yun/ The Cloud in her Room (Zheng Lu Xinyuan)

– Aidol (Lawrence Lek)

– Nasir (Arun Karthick)

Primera película

– Gal-Mae-Gi / Gull (Kim Mi-jo)

Película de mi país

– Berlin Alexanderplatz (Burhan Qurbani)

Película de este tiempo:

En las horas más oscuras: Zama (Lucrecia Martel)

En los momentos de esperanza: Rak Ti Khon Kaen / Cemetery of Splendour (Apichatpong Weerasethakul)

Andrés Di Tella, cineasta (Ficción privada), Argentina

5 películas:

Medium Edgardo Cozarinsky

Nunca subí el Provincia Ignacio Agüero

Forensickness Chloé Galibert-Lainé

Radiografía de una familia Firouzeh Khosrovani 

El año del descubrimiento Luis López Carrasco

1 opera prima: 

Cine-Cartas: Correspondencia entre Programa de Cine UTDT – HFBK Hamburg. Hikaru Suzuki, Franca Malfatti, David Nazareno, Annika Gutsche, Nicolás Turjanski, Kuno Seltmann, Marlon Weber, Eduardo Ecker. (Festival de Mar del Plata 2020)

1 film argentino: 

El tiempo perdido María Alvarez (Festival de Mar del Plata 2020)

1 film de cualquier época que haya estado presente durante la pandemia: 

News From HomeLa-Bas y No Home Movie, típtico de Chantal Akerman

Durante unos años me negué a participar del juego de las listas. Probablemente sea nada más que por resentimiento: a veces duele no “figurar”…  Hago mías las palabras del personaje “Borges”, en el relato “El aleph”, que se queja de no haber obtenido un solo voto en el Premio Nacional de Poesía: “¡Una vez más, triunfaron la incomprensión y la envidia!” El Borges de carne y hueso, de hecho, sangraba por la herida: por esos años perdía el Premio Nacional de Literatura a manos de un tal Eduardo Acevedo Díaz, literato que hoy nadie recuerda. La verdad es que cuando leo estas listas, y sobre todo el poroteo de “las más votadas”, me da la sensación de que no hacen más que reafirmar un marco de valores, entre consumista y jerárquico, profundamente incompatible con el espíritu de la creación artística. O al menos con el ánimo que me interesa a mí, que es precisamente el que va en contra de modas y consensos. Eppur si muove…

Si para algo sirven las listas individuales, en todo caso, es para saludar a cineastas hermanos o para señalar obras importantes que pueden llegar a pasar inadvertidas en el tumulto de los hits.  Son películas que, a veces, guardan un mensaje cifrado para mí mismo. El caso de dos obras maestras de dos maestros: Edgardo Cozarinsky e Ignacio Agüero, Medium y Nunca subí el Provincia. Alienta comprobar que ambos logran tal vez su máxima obra a esta altura del partido. Radiografía de una familia, de la joven cineasta iraní Firouzeh Khosrovani, renueva votos por la primera persona, cuando está tan de moda denostarla. A través de la historia singular de sus padres, contada modestamente, la película me permitió comprender la encrucijada de su país mejor que cualquier tratamiento con aspiraciones documentales. Chloé Galibert-Lainé, por su parte, con una obra aún en ciernes pero de alcances inéditos, es otra joven cineasta que está volviendo a trazar de nuevo las fronteras de lo que es –o no es- el cine. Su formidable ejercicio de desktop documentary, Forensickness, cobró, además, inesperada relevancia en este año del *¡*?* Y hablando del año, no puedo sino sumarme a lo que supongo que será un gran consenso en torno a El año del descubrimiento de Luis López Carrasco. Otra obra extraordinaria que nos obliga a hacer la pregunta que más me interesa frente a una película: ¿¡qué demonios es ésto?!

En estos tiempos de pandemia global y aislamiento, cuando viajar es apenas un recuerdo, escribir una carta, recibir una carta, es un gesto que se carga de sentido. La correspondencia, en sus distintas formas, volvió a hacerse más necesaria que nunca. La correspondencia cinematográfica entre participantes del Programa de Cine UTDT y de la HFBK de Hamburgo constituye una obra colectiva extremadamente actual y, a la vez, milagrosa. En Niño enterrado, Edgardo Cozarinsky cita las primeras palabras de la carta de Tatiana en el Eugenio Oneguin de Pushkin: «Te escribo una carta. Una vez dicho esto, ¿qué otra cosa queda por decir?».

El tiempo perdido de María Alvarez, por su parte, rescata algo que nos parecía elemental –reunirnos en un café para hablar- y que de golpe se tornó casi utópico. Su película es otro milagro. Un milagro que exista en esta Buenos Aires ese grupito de proustianos y que se sigan reuniendo todos los sábados en un café desde hace 17 años. Un milagro la emoción que se empieza a filtrar, con fragmentos de la vida de cada uno de los lectores, como si la novela hablara en realidad de ellos y, por lo tanto, de nosotros.

Chantal Akerman me acompañó, en este año del *¡*?, con esa trilogía informal que se fue conformando a lo largo de los años y que culminó inesperadamente con su última película, No Home Movie. Al mismo tiempo, Akerman me acompañó con un extraño libro que conseguí en mi último viaje, antes de la pandemia y la cuarentena: Chantal Akerman Retrospective Handbook. Una especie de guía y manual para armar una retrospectiva de Akerman que, detrás de ese título casi burocrático, encierra un discreto canto de amor al cine como patria. Y cuando digo “el cine” me refiero a aquello que sucede -¿sucedía?- en la sala de cine. ¿Continuará…?

María Fernanda Mugica, crítica (Diario La Nación – Otros Cines), Argentina

El cine siempre tiene respuestas, o, al menos, nos ayuda a formular mejor las preguntas. Las películas elegidas en esta lista son algunos de los mejores estrenos de 2020 que contienen las ansiedades de un año particular, por llamarlo de manera delicada. El fin de la vida, qué hacemos con ella y con quién decidimos compartirla, son temas comunes en estos films muy distintos entre sí, que contemplan el tedio de la repetición en formato de comedia romántica adaptada a estos tiempos (Palm Springs); la lucha por derechos básicos y la vigilancia en un documental construido a partir de audios de una investigación del FBI a Martin Luther King (MLK/FBI); la sensación ineludible de un final inminente convertida en el gran “monstruo” de un film de terror (She Dies Tomorrow); el arte de la narración como un arma de supervivencia literal en un drama carcelario (La nuit des rois); la obsesión por un oficio y sus secretos en un documental melancólico  (The Truffle Hunters). La sabiduría eterna de Jane Austen resaltada en colores potentes (Emma) y el retrato de familia como investigación de la propia identidad (Ficción privada) también contribuyeron a la sensación de que el cine nos acompaña aún lejos de su hábitat natural de la pantalla grande. 
Entre las consignas, había que elegir una película que haya estado presente durante la pandemia. Rompiendo con las reglas, como hizo el 2020, elegí dos representantes de los clásicos a los que volví para reconfortarme en estos tiempos inciertos. En estas obras maestras también están contenidos los miedos, la sensación de encierro y la paranoia con los que convivimos durante este año. Y, por supuesto, el sentido del humor que nos ayudó a sobrellevarlo.

Palm Springs (Max Barbakow)

MLK / FBI (Sam Pollard)

She Dies Tomorrow (Amy Seimetz)

La nuit des rois / Night of Knights (Philippe Lacôte)

The Truffle Hunters  (Michael Dweck, Gregory Kershaw)

Opera Prima

Emma (Autumn De Wilde)

Film argentino

Ficción privada (Andrés Di Tella)

Films de la pandemia

Rear Window (Alfred Hitchcock)

Cléo de 5 à 7 (Agnès Varda)

Caetano Gotardo, cineasta (Todos os Mortos), Brasil

Muchas películas me han conmovido este año. Lo que he decidido hacer aquí es escribir sobre las que están más presentes en mis pensamientos estos días.

Days (Tsai Ming-Liang):

En mi primer año en la escuela de cine, 1999, vi El Río, de Tsai Ming-Liang, y fue un momento muy importante para mí, en muchos sentidos. Me llevó a un montón de lugares nuevos – emocional y estéticamente. Desde entonces, he estado viendo todas las películas de Tsai con la misma sensación de asombro. Y una de las experiencias más fuertes que tuve este año fue ver Days en un gran cine lleno de gente justo antes de que se declarara la pandemia. Al final, mientras la gente salía lentamente de la sala, yo estaba allí con los ojos húmedos, incapaz de moverme durante algún tiempo. Days se quedó conmigo todo el año.

A morte branca do feiticeiro negro / The White Death of the Black Wizard (Rodrigo Ribeiro):

Este cortometraje de sólo diez minutos logra crear una experiencia muy poderosa, tratando los problemas raciales brasileños en su contenido y en su forma. El uso que hace del material de archivo, la edición, el sonido – todo crea unas poéticas inquietantes. La decisión de utilizar la carta de suicidio de Timóteo – un hombre negro esclavizado en Brasil en el siglo XIX – como texto sobre las imágenes, en lugar de una voz grabada, añade más capas a la película – un trabajo brutal, triste, incansable y transformador.

First Cow (Kelly Reichardt):

Hay algo que me conmueve profundamente en la mayoría de las películas de Kelly Reichardt: me parece que son, en esencia, películas sobre unos simples gestos intercambiados entre dos (o más) personajes. No puedo olvidar el final de First Cow, un hombre que decide acostarse al lado de otro hombre. Como algunas de las canciones de PJ Harvey, o algunos de los poemas haiku de Matsuo Basho, estos gestos contienen todo un universo, lleno de complejidades y profundamente arraigado en la experiencia de estar en nuestro planeta.

EL TANGO DEL VIUDO y su espejo deformante / THE TANGO OF THE WIDOWER and Its Distorting Mirror (Raúl Ruiz, Valeria Sarmiento):

Las imágenes, rodadas en 1967 para una película que nunca fue terminada, fueron editadas y sonorizadas más de cincuenta años después para crear esta extraña y hermosa película. Es tanto un film de los años sesenta como un film de ahora; es una película de Raúl Ruiz y una película de Valeria Sarmiento. Podemos escuchar todas las voces, podemos movernos entre las diferentes épocas. Y aun así, todo el misterio está intacto – la película nunca termina y nunca comienza, la muerte y la vida se mezclan, el espejo está prístino y está roto.

Ar Condicionado / Air Conditioner (Fradique):

Hay algo en los ritmos de esta película que es muy particular y que me viene seguido a la memoria. Los ritmos cambiantes del montaje, pero también los ritmos dentro de cada plano y los de los personajes mientras se mueven y hablan. También la música, los sonidos y movimientos de la ciudad. Es una película con muchas texturas de imagen y sonido, así como muchas variaciones interesantes de velocidad. Y una imaginación rica y vívida que es tan viva como el sentido de la experiencia diaria que obtenemos de los actores y las situaciones.

Una ópera prima:

Um dia com Jerusa / A Day With Jerusa (Viviane Ferreira):

Me gustó esta película cuando la vi, pero me di cuenta de que me gustaba aún más después de que pasara un tiempo. Muchos elementos de la película volvieron a mi memoria. Algunas de las cosas que sentí un poco fuera de lugar tuvieron sentido de una manera muy interesante en retrospectiva. Y esa es una de las cosas que más me gusta de este primer largometraje de Viviane Ferreira: está construido libremente, de forma que hace que la ciudad de São Paulo, el sentido de la Historia y otros elementos se vuelvan tan reveladores como los dos muy buenos personajes centrales.

Una película de mi país:

Inabitáveis / The Uninhabitable Ones (Anderson Bardot)

Entre nós e o mundo / Between Us And the World (Fabio Rodrigo)

He visto muy buenos cortometrajes brasileños este año. Estos dos que he decidido destacar aquí, así como el que he puesto en la primera lista, forman parte de un grupo más amplio de películas que fueron realmente importantes para mí durante todo el año 2020 (y que están cambiando el cine de nuestro país en muchos sentidos). Inabitáveis es una ficción y Entre nós e o mundo es un documental. Son muy diferentes en tono y estética, pero ambos tratan algunos temas muy duros de nuestra sociedad, con un ojo delicado para las relaciones humanas, infundiendo en sus narraciones la complejidad y la fuerza viva de sus personajes.  

Votación excepcional:

Rosas danst rosas (Thierry De Mey, 1997) – Anne Teresa de Keersmaeker, la coreógrafa y bailarina belga, es una de las artistas que más me gusta en el mundo. Su trabajo con su compañía, Rosas, me conmueve de una manera que no puedo explicar. Tuve la oportunidad de ver algunas de sus actuaciones en vivo, por suerte. Pero también hicieron un número de maravillosas recreaciones cinematográficas de algunas de sus piezas. Esta, Rosas danst rosas, es una clase magistral de encuadre y edición (así como de coreografía, por supuesto). Vuelvo constantemente a esa película, y no fue diferente durante esta cuarentena, cuando también pude ver algunos de sus otros trabajos audiovisuales. Una cierta idea de soledad y agitación interna en un espacio confinado que puedo sentir en la película ganó algunos nuevos significados para mí estos últimos meses, por razones obvias. Y puedo ver para siempre la forma en que esos cuerpos en movimiento (o quietud) son filmados.

Como extra, tengo que mencionar The Woman Who Ran, de Hong Sangsoo. Me encantan sus películas, cada una de ellas por sí misma y también todo su trabajo como una sola pieza que continúa. Sus películas estuvieron muy presentes para mí durante la cuarentena.

Neil Young, crítica (Hollywood Reporter), Reino UnidoAustria

Mis 5 películas:

1. 13 (Shinya Isobe)

2. Nenad (Mladen Bundalo)

3. Postdigital Flipbook | Le visage (Pablo-Martín Córdoba)

4. Further Radical (Stefano Canapa)

5. Tremendous Cream (Alexei Dmitriev)

[Nótese: todos estos films son de 22min o menos; mi «largo» {50m+} que se estrenó en el 2020 es Némesis {Thomas Imbach}.]

Una ópera prima:

Ar condicionado / Air Conditioner (Fradique) de Angola, que vi en Rotterdam en enero.

Película del país donde vivo:

Acá es donde debo ir (doblando las reglas) por Thorax de Siegfried A Fruhauf (Austria, el país donde vivo), que se estrenó en el mundo en 2019 y que vi en 2019, pero sólo en la laptop. 2020 fue el año en que la vi en una pantalla de cine, lo que significa que fue el primer año que realmente la vi.

Votación excepcional: 

Debo cuestionar educadamente la idea de que el 2020 fue «anómalo» (hemos estado aquí varias veces antes, ¡aunque probablemente no en nuestras vidas individuales!) y más aún con la sugerencia derrotista y psicológicamente poco útil de que fue un año » desesperanzador» (entre otras cosas, Tr*mp perdió). Mi descubrimiento #1 en «visionado en casa» durante la primavera, cuando los cines de Viena estaban cerrados, fue sin duda Im Lohmgrund / In Lohmgrund (1977, 26 minutos) de Jürgen Böttcher, la primera de sus notables colaboraciones con el director de fotografía Thomas Plenert. Una cantera, dos escultores y muchos hombres trabajando…

» Al ver la estatua flotando a través de la cantera en una grúa, y escuchar las reverberaciones de los cinceles de los artistas golpeando en el espacio abierto del valle, se hace evidente que Böttcher estaba interesado en explorar las diferentes presentaciones del trabajo y el arte, sincronizando esos dos elementos y separando las pretensiones más burguesas que han sido fabricadas en el mundo del arte. Es tan poco lo que consideramos el lugar exacto donde una pieza de arte fue fabricada, especialmente cuando se presentan en los a menudo prístinos espacios de las galerías. La película subraya la existencia de ese desconocimiento no sólo presentando la obra en yuxtaposición con el paisaje, sino mostrando una de las esculturas de Mec en la parte trasera del camión destinado a la ciudad, con sus superficies blancas rozadas por las ramas de los árboles que cuelgan sobre la carretera. Es un momento en el que convergen los valores de uso del arte y de la piedra arenisca, con el conductor cuidando de que la escultura no se dañe por las hojas y las ramas, lo que contrasta con la naturaleza más onerosa de su construcción. Después de todo, vemos cada etapa de la escultura de Mec – su nacimiento de un bloque de arenisca cubierto de suciedad siendo tan importante como su forma final.»

Andrew Northrop, Kinoscope (2019)

Lucrecia Matarozzo, programadora (Festival Latinoamericano de Cortometrajes Cortópolis), Argentina

5 películas

Adiós a la memoria / Nicolás Prividera

Days/ Tsai Ming-liang

Chaco/Diego Mondaca

Los conductos/Camilo Restrepo

Río Turbio/ Tatiana Mazú González

Primera película:

Esquirlas / Natalia Garayalde

Película de mi país

Un cuerpo estalló en mil pedazos/ Martín Sappia

Votación excepcional

As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty / Jonas Mekas

Manuel Asín, crítico y programador (Círculo de Bellas Artes de Madrid), España

Cinco películas:

Este año me gustaron mucho First Cow (Kelly Reichardt), Vitalina Varela (Pedro Costa) y, muy especialmente, Isabella , de Matías Piñeiro. 

Pude ver por fin Lluvia de jaulas , de César González, de la que me había hablado nuestra querida Carla Maglio a principios de año y aprovecho para agradecerle tanto a ella la recomendación como a ti que la programarais en Bazofi.

También me gustó un corto de Julieta Juncadella que pude ver en Curtocircuito y que antes estuvo en Visions du Réel: Profecía (como el poema de Pasolini).

(Si se me permitiera añadir una sexta, me quedaría con la emoción desnuda de Caetano Veloso en Narciso em férias, de Renato Terra y Ricardo Calil).

(opera prima & nacional):

La película española que más me gustó fue De una isla , de José Luis Guerin. Apunto también dos cortometrajes que no han tenido apenas circulación y me parecieron valiosos: Tiempo ordinario , de Carlos Saldaña, y I Had Been Sedulous to Take Note of the Shadows, de Daniel Pitarch.

Gustavo Vinagre, cineasta (Vil, má), Brasil

Orphea (Alexander Kluge y Khavn): Vi esta película en la Berlinale, y entre algunas películas elegantemente inocuas como A metamorfose dos pássaros, Orphea fue el paraíso para mí. Simplemente tenía la cantidad perfecta de experimentación, la capacidad de reírse de sí mismo y cuestionamiento del cine que realmente aprecio en una película. 

First Cow (Kelly Reichardt): Un hermoso retrato de una amistad destruida por el capitalismo «el cliente siempre tiene la razón» de Norteamerica. Hermosa fotografía, actuación, narrativa.

Filme de domingo (Lincoln Péricles, Brasil): un retrato de la periferia de São Paulo, con una tierna mirada amorosa del cineasta. La prueba de que una película puede hacerse como si el cineasta descansara un domingo, disfrutando de la calma y la alegría donde normalmente se representa la violencia. Notable edición de imagen y sonido. 

Inabitáveis (Anderson Bardot, Brasil): un cortometraje impresionante de un cineasta prometedor.

Ópera prima: 

Um dia com Jerusa (Viviane Ferreira, Brasil). Vi esta película en la Mostra Internacional de São Paulo. Casualmente, un retrato del barrio en el que vivo, Bexiga, reconstruyendo la historia de este lugar (conocido por su legado italiano) como un barrio principalmente negro. Los recuerdos de una anciana negra en una casa mientras se los cuenta a una visitante inusual están llenos de fuerza y dulzura, dándole a esta película un aura casi ingenua, cuando en realidad está contando la historia desde el punto de vista de los oprimidos.

Voto excepcional: 

Mujeres enamoradas (Ken Russel, 1969): Hermoso. Glenda Jackson es una diosa en esta película todavía moderna sobre sexualidades. 

Basura (Paul Morrissey, 1970): ¡Hermosa! Divertida y triste, sexy y asquerosa. ¡Joe Dallessandro y Holly Woodlawn!

Panelstory (Vera Chytilová, 1980): ¡Hermosa! Un barrio en construcción, a través de los ojos sobre-construidos y estilizados de esta directora vibrante. 

La masacre de la motosierra de Texas 2 (Tobe Hooper, 1986): ¡Hermosa! Otra prueba del talento de este director, capaz de dejar atrás la estética que lo hizo famoso, y hacer una brillante secuela que no tiene nada que ver con la película original rodada más de 20 años antes.

Carlos F. Heredero, crítico (director de la revista Caimán Cuadernos de Cine), España

5 películas

1. First Cow (Kelly Reichardt)

2. Mank (David Fincher)

3. Never, Rarely, Sometimes, Always (Eliza Hittman)

4. Grass (Hong Sangsoo)

5. Voices in the Wind (Nobuhiro Suwa)

1 opera prima

Emma (Autumn de Wilde)

1 película española

Ane (David Pérez Sañudo)

1 películas resonante 

The Hand (Wong Kar-wai). Filmada en plena pandemia del SARS a comienzos de 2003, cuando las autoridades sanitarias imponen en China y Hong Kong estrictas medidas de distancia social que prohíben el contacto personal, sus imágenes –felizmente infecciosas– resonaban constantemente en mi cabeza durante todo el largo confinamiento de marzo y abril de 2020 impuesto por la pandemia de la COVID-19. Inmerso en un mundo que cancela el contacto personal y en el que la paranoia del miedo nos alejaba de nuestros semejantes, esta suntuosa y lírica elegía del tacto y del placer que puede proporcionar el roce de un mano venía mentalmente en mi auxilio durante muchas horas de aquellos días.

Sven Pötting. Programador (Filmfest Dresden – International Short Film Festival; LAFITA Munich), Alemania.

Los dos pilares gemelos de la novela de época de Alfred Döblin de 1929 y la profundamente influyente miniserie de 15 horas de Rainer Werner Fassbinder de 1980 crean una sombra abrumadora de la que exitosamente intenta escapar la ambiciosa reelaboración de Burhan Qurbani de Berlin Alexanderplatz. No muy diferente a la versión de Fassbinder, la epopeya de Qurbani es un sombrío viaje a través de la oscura noche del alma. Su saga moderna es cautivadora no sólo por la relevancia de los temas de la migración, el racismo y la esclavitud contemporánea; su diseño de sonido atmosférico, el diseño visual caracterizado por un expresivo concepto de color, sino también por el brillante elenco. En la actualización de la historia Franz Biberkopf se convierte en Francis, un emigrante de Guinea Bissau que es el único superviviente de una travesía ilegal por el Mar Mediterráneo. El actor luso-guineano Welket Bungué no es una pobre víctima de la globalización, sino un héroe moderno que capta las reglas de un entorno desconocido. Quarbani convierte a Berlin Alexanderplatz en una historia de lucha por el reconocimiento y la dignidad, una película de gangsters que es un espejo de la sociedad.

Películas (Sin un órden específico):

Berlin Alexanderplatz (Burhan Qurbani):

Enfant Terrible (Oskar Roehler)

Rainer Werner Fassbinder es un mito del cine alemán. Cualquiera que intente mirar detrás del mito de RWF se encuentrará con contradicciones en todas partes. Esto también tiene que ver con las circunstancias en las que se produjo el œuvre de Fassbinder: más de cuarenta películas y series de televisión, y una docena de obras de teatro entre 1966 y 1982. Fassbinder produjo más rápido de lo que sus críticos podían escribir malas críticas y sus fans podían escribir elogios. Esta velocidad lo convirtió en una especie de camaleón. La película biográfica de Oskar Roehler Enfant Terrible pone el mito patas arriba.

Das Neue Evangelium/The New Gospel (Milo Rau) – también es mi ópera prima-.

Basado en Il Vangelo secondo Matteo de Pasolini y Cristo si è fermato a Eboli de Rosi, el dramaturgo suizo Milo Rau cuenta la historia de Jesús y sus doce apóstoles en su película Das neue Evangelium. Rodó la película en Matera, con inmigrantes africanos en Italia. Milo Rau es uno de los dramaturgos más emocionantes del teatro europeo. Sus obras de teatro y ensayos cinematográficos a menudo tratan directa y reflexivamente de las fracturas de la civilización: el crimen, el terror, la injusticia. En su último proyecto interdisciplinario, el director suizo consigue combinar sorprendentemente bien la parábola espiritual/recreación y el juego didáctico político.

Futur Drei/ No hard feelings (Faraz Shariat)

Futur Drei de Faraz Shariat, ganadora del premio Teddy de la Berlinale a la mejor película de temática queer, comienza como un estudio de personajes, luego se amplía para asemejarse a Jules y Jim de Truffaut o a Los soñadores de Bertolucci en un presente multicultural. Su punto focal es Parvis (Benjamin Radjaipour), un alemán veinteañero gay de ascendencia iraní que trata de escapar de la vida provinciana a través de la cultura pop, las citas con Grindr y las raves. Después de ser atrapado robando en una tienda, hace trabajo social como traductor en un refugio para refugiados. Allí conoce a los hermanos iraníes Banafshe y Amon. Entre ellos se desarrolla una frágil relación a tres bandas, cada vez más marcada por la conciencia de que su futuro en Alemania es desigual. El debut autobiográfico de Faraz Shariat como director es un conmovedor alegato a favor de una mayor diversidad y una imagen contraria a las representaciones queer comunes en el cine alemán.

Space Dogs (Elsa Kremser/Levin Peter) 

Ostensiblemente, Space Dogs es una biografía alternativa de Laika, la perra que se convirtió en la primera cosmonauta. Lo que hace a Space Dogs tan especial, sin embargo, son las imágenes de nuestro presente que parecen prosaicas a primera vista: en una narración secundaria, la historia de Laika está entrelazada con el cuento de los perros callejeros, navegando por las calles yermas del Moscú moderno. La cámara los sigue y muestra su cosmos desde su punto de vista. Los caninos salvajes vagan por las calles, callejones y parques, olfateando y escarbando en la basura en busca de comida, dejándose cuidar por personas amables que también están sin hogar. Y como son animales, también cazan otros animales. La película no interviene en los acontecimientos y se atreve a utilizar las imágenes. Al hacerlo, se acerca increíblemente a lo no humano. No es para las personas de corazón blando, pero vale la pena verla.

Votación excepcional:

Zombi Child (Bertrand Bonello)

Una producción que asocio particularmente con este año extraño es la magnífica película coming of age postcolonial de Bertrand Bonello, Zombie Child. La vi por primera vez durante la primera cuarentena, en la computadora, a través de MUBI; luego, unas semanas más tarde, finalmente en la pantalla grande. Fue ahí donde desplegó todo su poder. Si no estuviéramos ya en aislamiento de nuevo en Alemania, la habría visto al menos una vez más…

Isaac León Frías, crítico (La Ventana indiscreta), Perú

He visto más películas que nunca en mi vida en este castigado 2020, pero no he llegado a ver aún una parte significativa de lo que mis colegas han seleccionado. Aún así, y pese a esa seria limitación, aquí está lo que prefiero (varias quedan fuera para no inflar una lista en la que debieron quedar solo cinco), en que se combinan estrenos o lanzamientos del 2020 con algunos de los últimos meses del 2019.

 (Sin orden de preferencia)

Vitalina Varela (Pedro Costa)

A Hidden Life (Terrence Malick)

Funeral de Estado (Sergei Loznitsa)

Lo que arde (Oliver Laxe)

Exile (Visar Morina)

Diamantes en bruto (Bennie y Josh Sadfie)

My Mexican Bretzel (Nuria Giménez)

Adiós a la memoria (Nicolás Prividera)

Ya no estoy aquí (Fernando Frías)

Nadia, Butterfly (Pascal Plante)

Ahora, a esperar un 2021 con más cine en pantallas grandes, de

festivales y de las otras.

Maya Connors, cineasta (The Dunes Said, Diary of an Organism), Alemania

Sin ningún orden en particular: 

Gli Appunti di Anna Azzori/Uno specchio che viaggia nel tempo (Constanze Ruhm)

Tape 39 (Amit Dutta)

Ivana the Terrible (Ivana Mladenović)

L’île aux oiseaux (Maya Kosa/Sérgio da Costa) 

Heimat ist ein Raum aus Zeit (Thomas Heise)

Película de mi país. 

Heimat ist ein Raum aus Zeit (Thomas Heise)

This Makes Me Want To Predict The Past (Cana Bilir-Meier)

Otros: 

La Flor (Mariano Llinás)

Lieder der Erde/Songs of the Earth (Klaus Wyborny)

Gonzalo de Pedro Amatria, Director artístico (Cineteca Madrid), España

Me permito, con el beneplácito de Roger, la ruptura de las reglas, y en lugar de cinco películas, entrego cinco parejas de películas que en mi repaso anual dialogan y se cuidan entre ellas. Dejo al lector la tarea, a veces fácil, a veces no, de encontrar los vínculos entre ellas. 

EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO (Luis López Carrasco) + ANUNCIARON TORMENTA (Javier Fernández Vázquez)

LOS CONDUCTOS (Camilo Restrepo) + GORRIA (Maddi Barber)

FIRST COW (Kelly Reichardt) + AUTOFICCION (Laida Lertxundi)

LOVE WITH OBSTACLES (Dora Garcia) + HER SOCIALIST SMILE (John Gianvito)

THE WORKS AND DAYS (OF TAYOKO SHIOJIRI IN THE SHIOTANI BASIN) (C.W. Winter and Anders Edström) + MEIHŌDŌ (Jorge Suárez-Quiñones Rivas) 

Primera película: 

ANUNCIARON TORMENTA (Javier Fernández Vázquez)

Película de mi país

MEIHŌDŌ (Jorge Suárez-Quiñones Rivas) 

Votación excepcional

TOTAL (José Luis Cuerda). Por ser la última película que vi en cine, el 8 de marzo en la sala Azcona de Cineteca Madrid, dos días antes del cierre de la sala durante meses por la pandemia. Una película que arranca, con mucho humor, así: “Ha sido un año regular. En fin, para qué les voy a mentir. Ha sido un año espantoso. Hace tres días fue el fin del mundo”.

Dora García, directora (Love with Obstacles), España

En orden de prioridad:

Ema, de Pablo Larraín (yo la vi en 2020, se estrenó en España en Enero 2020)

Ya no estoy aquí de Fernando Frías

Responsabilidad empresarial de Jonathan Perel

I am Thinking of Ending Things, de Charlie Kaufman

Queen and Slim, de Melina Matsoukas

Primera película:

Sin señas particulares, de Fernanda Valadez

Película de mi país

El año del descubrimiento, de Luiz López Carrasco

Película especial durante la pandemia:

When They See us, de Ava Duvernay

Jordan Cronk, film critic (Cinema Scope, Film Comment, Sight & Sound) and programmer (Acropolis Cinema), Estados Unidos

Cinco películas del año:

Beginning (Dea Kulumbegashvili)

DAU (Ilya Khrzhanovsky) 

Days (Tsai Ming-liang) 

Malmkrog (Cristi Puiu) 

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W. Winter & Anders Edström) 

Primera película

Beginning (Dea Kulumbegashvili) 

Película de mi país

Her Socialist Smile (John Gianvito)

Voto excepcional

Fort Apache (John Ford, 1948)

Ahmad Natche, cineasta (Two Meters of This Land), España/Palestina

Cinco películas del año

Le Sel des larmes / The Salt of Tears (Philippe Garrel)

City Hall (Frederick Wiseman)

Undine (Christian Petzold)

Domangchin yeoja / The Woman Who Ran (Hong Sang-soo)

An Unusual Summer (Kamal Aljafari)

Mención de honor

Lejano interior (Mariano Llinás)

Opera prima

(No vi suficientes)

Anteriores a 2020, no necesariamente vistas por primera vez

How Green Was My Valley ( John Ford, 1941) · Rear Window (Alfred Hitchcock, 1954) · To Be or Not to Be (Ernst Lubitsch, 1942) · The Kid (Charles Chaplin, 1921) · Le Mépris / Contempt  (Jean-Luc Godard , 1963)

Película para la pandemia

Khane-ye doust kodjast? / Where Is the Friend’s House? (Abbas Kiarostami, 1987)

 En un momento en que la reclusión y la separación física son prescripciones universales, cuando cruzarse con un rostro desnudo supone una amenaza a nuestra seguridad, Kiarostami señala el camino de una utopía: el de la búsqueda desinteresada del otro frente a la adversidad. Utopía a la que no es ajena la relevancia del cine como espacio de encuentro social y descubrimiento individual, que ahora peligra en beneficio de su explotación como objeto de consumo intercambiable en las plataformas digitales.

Antonio Gonçalves Junior, director Artistico (Olhar de Cinema -Curitiba IFF), Brasil

Victoria / Victoria
(Sofie Benoot, Liesbeth De Ceulaer, Isabelle Tollenaere)

Sertânia / Sertânia (Geraldo Sarno)

Luz nos Trópicos / Light in the tropics (Paula Gaitán)

This Is Not a Burial, It`s a Resurrection (Lemohang Jeremiah Mosese)

Uncut Gems (Josh Safdie, Ben Safdie)

Primera película: 

Visión Nocturna / Night Shot (Carolina Moscoso Briceño)

Película de mi país:

Vento Seco / Dry Wind (Daniel Nolasco)

Película excepcional 

El ángel exterminador / The Exterminating Angel (Luis Buñuel)

Teresa Arredondo, cineasta (Las cruces) y programadora (FIDOCS), Chile

5 películas: (sin orden de preferencia) 

A Metamorfose dos pessaros (Catarina Vasconcelos)

Medium (Edgardo Cozarinsky)

Adiós a la memoria (Nicolás Prividera)

Those that, at a distance, resemble another (Jessica Sarah Rinland)

The Two Sights (Joshua Bonnetta)

Ópera prima: 

A Metamorfose dos pessaros (Catarina Vasconcelos)

Películas de mi país

Maria k (Juan Francisco González), Lina de Lima (María Paz González)

Film presente durante la pandemia: 

No intenso agora (2017) de João Moreira Salles

Nicolás Prividera, cineasta (M, Tierra de los padres, Adiós a la memoria) y crítico (El país del cine), Argentina.

No me disgustan tanto las listas como los rankings, aunque a medida que pasa el tiempo ya ni siquiera suelo encontrar al fondo o al costado un título rescatable, o que crea digno de ese fervor cada vez más burocrático (que en esta Internacional aparece de vez en cuando antes de que se cuenten los votos). Tal vez no sean las listas el problema sino sus hacedores, porque hace rato cineastas, programadores y críticos parecen por fin haberse puesto de acuerdo en el canon más frio del que se tenga memoria (lo que contrasta con los tiempos cada vez mas calientes que nos tocan vivir). Basta ver el de Cahiers de este año, que no solo tiene la habitual de Hong Sangsoo sino dos de su autoría… ¿Faltaron películas este año, o faltan más bien otros programadores y críticos, no necesariamente “nuevos”, que nos hagan llegar un cine realmente libre, esperando que aun exista por fuera de esas redes estrechas? Un cine que atine a mirar críticamente este mundo apestado más que apestoso. Tal vez solo siguen faltando huevos, como cantaba un olvidado grupo argentino de los ochenta.
Así que (ahora sí) seré breve, y solo nombraré “una película vista o sentida muy cerca a lo largo de este año tan anómalo”, tal como nos pedía Roger al final de su convocatoria. Será fácil, también, porque acabo de rever “Madame de…” de Max Ophüls, una película a la que había llegado demasiado joven, o demasiado esperanzado aun en eso que se sigue llamando “cine moderno” aunque en la actualidad ya es posmoderno hace rato. ¿Pero no era ya moderno Ophüls? Solo pueden dudarlo quienes crean que la Nouvelle Vague sigue viva, y no puedan apreciar que en esa película previa (que ya tiene casi 70 años, pero apenas unos más que “Los cuatrocientos golpes”) se encuentra la verdadera transición entre clasicismo y modernidad, antes que el culto de la juventud viniera a eclipsarla (incluso hoy cuando los jóvenes viejos ya no pueden -no saben ya- mover grácilmente la cámara más allá del paneo, como hace esta película de los 50 que habla de otro mundo perdido).Ophüls, que vivía también entre dos (o más) mundos, lo sabía bien: se puede vivir en el pasado y a la vez ser nuestro contemporáneo. Por eso tal vez no haya mejor retrato de un mundo en decadencia que este (junto con los «Amberson» de Welles y “La regla del juego” de Renoir, también películas modernas avant la lettre). Tengo para mí que Godard lo supo al rodar una década después “El desprecio”, su film más clásico y moderno, y acaso también su mas bella película. Ambas hablan de un mundo antiguo que solo sobrevive como ruina, y de la traición como fe (y de una fe traicionera) que solo puede acabar en tragedia. Una película sobre el presente, entonces, aunque llegue hasta nosotros como “una forza del passato”. Como sabía Pasolini, solo en la tradición está el amor. También la única cinefilia viva. Y la guía (nuestro hilo de Ariadna) para aquello que en el futuro sigamos llamando cine, sobre todo cuando de las listas del nuevo siglo no quede memoria.

Flavia Dima, crítica (Films in Frame, FILM MENU, Acoperișul de Sticlă) y programadora (Bucharest International Experimental Film Festival), Rumania

Cinco películas: 

LA NATURE (Artavazad Pelechian)

EL TANGO DEL VIUDO Y SU ESPEJO DEFORMANTE (Raul Ruiz and Valeria Sarmiento)

RIZI / DAYS (Tsai Ming-liang)

THE WOMAN WHO RAN (Hong Sang-Soo)

UNUSUAL SUMMER (Kamal Aljafari)

Primera película

US AGAINST US (Andra Tarara)

Quizá lo que más me molesta de este año cinematográfico congelado es que he visto muy pocos estrenos de películas nuevas, pero el conmovedor y autorreflexivo retrato sobre el difunto padre de la directora y la de su lucha con su salud mental me llegó al corazón como pocas lo hicieron este año.

Película de mi país

THE EXIT OF THE TRAINS, (Radu Jude-Adrian Cioflâncă)

¿Qué clase de broma enfermiza es ésta: una película con un peso histórico tan enorme – la primera que discute frontalmente el evento singular más horrible del Holocausto rumano, el pogrom Iași – llega en el mismo año maldito en el que la extrema derecha entra en nuestro parlamento tras 40 años de ausencia?

Películas que me protegieron durante este año. 

I WAS BORN, BUT… (Yasujiro Ozu)

UNCLE BOONMEE WHO CAN RECALL HIS PAST LIVES (Apichatponk Weerasethakhul)

GOODBYE, DRAGON INN (Tsai Ming-liang)

Y cinco cortos: 

THE END OF SUFFERING (A PROPOSAL) (Jacqueline Lentzou)

PLAYBACK (Agustina Comedi)

AQUÍ Y ALLÁ (Melissa Liebenthal)

À PROPOS DE LANZAROTE EN GÉNÉRAL ET DE MICHEL HOUELLEBECQ EN PARTICULIER (Vincent Tricon)

POINT AND LINE TO THE PLANE (Sofia Bohdanowicz) -ex aequo- COMMUNICATING VESSELS (Annie MacDonnel and Maider Foudre)

Mis sueños sobre el mundo después de mañana incluyen todos estos maravillosos trabajos futuros de jóvenes cineastas.

Cristian Saldía. cineasta (El ruido de los trenes), director y programador (Frontera Sur), Chile.

Cinco películas del año

Days (Tsai Ming-liang)

El tango del viudo y su espejo deformante (Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

First Cow (Kelly Reichardt)

The Woman Who Ran (Hong Sang-soo)

Bonus track:

Jardín de piedra (Gustavo Fontán)

Look Then Below (Ben Rivers)

Playback. Ensayo de una despedida (Agustina Comedi)

Historia de la revolución (Maxime Martinot)

Point and Line to Plane (Sofia Bohdanowicz)

Opera Prima

Visión nocturna (Carolina Moscoso) + Those that, at a distance, resemble another (Jessica Sarah Rinland)

Película nacional

El tango del viudo y su espejo deformante (Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento)

Película que me acompañó muy de cerca este año

Out-Takes from the Life of Happy Man (Jonas Mekas)

Jorge García, crítico (Con los ojos abiertos), Argentina

En un año tan atípico y nefasto como este, dada mi reticencia a ver cine en la computadora, muy pocos títulos he visto que se destaquen para que ameriten figurar entre los mejores del año, pero bueno, exprimiendo lo poco visto llego a la cantidad de películas necesarias. Aquí van, entonces:

THE HIT (Lav Diaz)

El realizador filipino convierte aquí uno de sus habituales relatos de denuncia de la situación político-social de su país en un delirante musical. Uno de los films más creativos del director.

ADIOS A LA MEMORIA (Nicolás Prividera)

Prividera continúa imperturbable con su discurso en el que fusiona las experiencias personales-aquí la figura de su padre- con la reflexión sobre la historia del país, consiguiendo su mejor film a la fecha.

RICHARD JEWELL (Clint Eastwood)

A los noventa años, el viejo Clint sigue siendo el director que mejor rescata la tradición del cine clásico americano y aquí consigue su mejor película de los últimos diez años.

THE DEVIL ALL TIME (Antonio Campos)

Devastadora mirada sobre el sur de los Estados Unidos, en este caso abandonando el clisé del racismo para centrarse en el agobiante fanatismo religioso que atraviesa todas las clases sociales.

THE PAINTED BIRD (Vaclav Marthout)

El film sigue las dolorosas peripecias de un niño judío en fuga en los finales de la Segunda Guerra, en un relato recargado y brutal, de un nihilimo feroz, tal vez no apto para críticos de almas bellas y sensibles.

Película de mi país: 

ADIÓS A LA MEMORIA (NP)

Primera película: 

Esquirlas (Natalia Garayalde)

Vicente Monroy, crítico de cine (Contra la cinefilia), España

2020 ha sido un año extraño para el cine, marcado por un nuevo golpe fatal al sistema dinosaurio de las salas y los festivales, y por una eclosión sin precedentes de plataformas y proyectos en streaming. Nos hemos hecho con más fuerza que nunca la eterna pregunta ¿qué será del cine? Y también la simétrica: ¿qué ha sido del cine? No hay una sin la otra, porque todos los futuros posibles del cine pasan por una relectura crítica del pasado: de la película como unidad cinematográfica básica, de la cinefilia como vínculo afectivo y de esa ficción servil que hemos convenido en llamar historia del cine, que es una historia al servicio del poder y de la industria. 

Nicole Brenez ha demostrado en su libro Manifestations que una historia verídica del cine no se ha empezado a escribir todavía. Este libro es la obra cinematográfica más importante de 2020, un manifiesto/archivo que contiene más imaginación e innovación formal que todas las películas que se han estrenado. Pero no quiero sabotear las reglas del juego encabezando con un libro la lista de mis cinco películas del año, así que Manifestations será mi elección para la categoría más ambigua de mejor ópera prima. No porque sea la primera obra de Nicole Brenez, sino porque es la primera obra de un modelo revolucionario de interpretación del cine.

Mis cinco (por orden alfabético de autor)

La serie The Thinking Machine (Cristina Álvarez y Adrian Martin)

My First Film [livestream)] (Zia Anger)

Explosive Paradox (Kevin B. Lee)

Forensickness (Chloé Galibert-Laîne), necesariamente en sesión doble con la película de 2018 a la que responde: Watching the detectives (Chris Kennedy)

Naturales Historiae (Pauline Julier) junto al libro homónimo de 2018 que completa el proyecto.

Película de mi país:

El año del descubrimiento / The Year of the Discovery (Luis López Carrasco). Parece que solo se ha hecho una película en España este año, pero El año del descubrimiento son en realidad dos películas, que ocurren en dos tiempos distintos (1992 y el presente) y en dos lugares distintos. Esta duplicidad se muestra a través de una pantalla partida que no tiene ninguna intención vanguardista, sino una finalidad bien clara: no permitir que el espectador se forme una imagen única. Una forma de resistencia contra la creación de imágenes sólidas, monolíticas, que ha sido la estrategia del poder capitalista para construir una historia a su servicio, de la que el cine ha sido casi siempre una mascota servil. 

Obra de la pandemia:

L’Héritage de la chouette / Owl’s Legacy (Chris Marker). Durante los meses de encierro he vuelto incansablemente a este gran tratado espiritual de Chris Marker, una de las obras de arte más asombrosas del siglo XX. Marker demuestra la belleza infinita que el cine es capaz de ofrecer cuando observa y organiza sabiamente las palabras, los cuerpos, las expresiones, los acentos, los tonos, los gestos humanos que dan vida al mundo. En sus manos, como si respondiera a nuestras preguntas ¿qué ha sido del cine? y ¿qué será?, también el cine se pregunta con esperanza: ¿qué ha sido de la humanidad? Y ¿qué será?

Marcelo Alderete. Programador (Festival Internacional de Cine de Mar del Plata). A veces, cada vez menos, escribo en algunos lugares. Argentina.

El 2020 más que el año del descubrimiento fue el año de la desilusión.Aunque hablo más de lo personal y esas cosas a ustedes seguro no les interesan. También fue el año en el que descubrimos que nos vamos a morir. Un año en el que se habló de “resistencia” mientras estuvimos (aún lo estamos) casi todo el tiempo sentados en nuestras casas mirando un monitor, esperando algún tipo de delivery y que nos digan lo que podemos y no podemos hacer. Un tiempo en el que los políticos de turno (de cualquier bando) dejaron en claro, una vez más, la inoperancia, el desprecio hacia la sociedad, y la ambición que los maneja, siempre acompañados por la murga de los medios repitiendo hasta el cansancio informaciones que decían una cosa y al otro día lo contrario. Y en medio de todo este desastre estuvieron las películas. Vaya uno a saber si para acompañarnos de una manera noble o como un simple placebo que solo nos hizo más llevaderos los días infinitos. No sé si estas son las mejores películas del año. Algunas seguro que sí. En verdad ya todos sabemos cuáles son las mejores. O por lo menos nos empeñamos en repetirlas. Creo que a esta altura, y es una simple propuesta, La Internacional Cinéfila debería dejar de contar los votos y publicar simplemente las listas de los participantes. Empecemos de una buena vez a dejar de hacer competir a las películas. En verdad creo que el mejor resumen del año cinematográfico sería publicar una foto de la fachada del cine Lorca, cerrado desde marzo, con los afiches desteñidos por el sol y el hall lleno de tierra y polvo. Esa imagen es la mejor, y más fácil, descripción posible del año. Pero mejor pasemos a la lista. Mi idea original era seleccionar exclusivamente comedias, pero después fue cambiando hasta llegar a estos títulos que no sé bien qué representan, pero acá están. Esperemos encontrarnos el año que viene en un cine, como corresponde. O al menos al aire libre y sin barbijos. Disculpas por el enojo y la solemnidad, es la época. Aunque ahora nos cueste pensarlo, y lo digo sin ningún argumento, no tengo dudas que el futuro será mejor. Y no hablo solamente del cine.

Cinco películas del año:

Hopper/Welles – Orson Welles

El fantasma de Orson Welles volvió en el 2020 para dejarnos otra excelente película y, de paso, desenmascarar tontos.

The woman who ran – Hong Sang soo

En un mundo en el que la sobreactuación del esfuerzo se considera la máxima aspiración posible, y no hablo sólo del cine, Hong sigue haciendo películas bellas y simples.

Mes chers espions – Vladimir Léon

La historia personal como antídoto a la historia oficial.

À l’abordage – Guillaume Brac

Una famosa (y muy mandona) directora les exigió a sus seguidores no hablar de influencias, sino de “la vida”. En fin.  Bueno, el cine de Brac demuestra que se pueden hacer las dos cosas. Jacques Rozier y las tardecitas de verano.

El caso de Richard Jewell (Richard Jewell) – Clint Eastwood

El problema no eran los gestos fascistas, sino de quienes venían. El problema no es saber la verdad, sino que esas verdades se ajusten a nuestras creencias y comodidades. Clint Eastwood sigue haciendo cine político.

Más dos extras:

Effacer l’historique – Benoît Delépine, Gustave Kervern

Una película sobre algunas “maladies” actuales. Actuales del año pasado.

Mandibules – Quentin Dupieux

Una tontería feliz, quizás como toda la filmografía de su autor.

Película(s) de mi país:

Las mil y una – Clarisa Navas

Navas demuestra, una vez más, que las historias personales se pueden transformar en un cine narrativo, popular y, además, como si esto fuera poco, escaparse de todos los vicios actorales con los que el cine local suele castigarnos.

La escuela del bosque – Gonzalo Castro

Otra película que demuestra que el cine narrativo no tiene que ser un cúmulo de clichés y que existen otras posibilidades desde las actuaciones, el guión, la fotografía y las formas de producción. La actuación de Guillermina Pico, como la de Adèle Exarchopoulos en Mandibules y Kim Min-hee en la de Hong, iluminaron momentáneamente este año tan oscuro.

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse – Pablo Martín Weber

La sorpresa del año. Y no sólo de las argentinas.

Ópera prima:

Moving on – Yoon Dan-bi

Podría repetir algunas de las cosas dichas sobre el cine de Clarisa Navas. Aunque la joven directora Yoon Dan-bi insiste en que su película no tiene nada de autobiográfico. Lo que la hace aún más sorprendente.  

Votación excepcional: 

El profesor chiflado (The nutty profesor) – Jerry Lewis

Es la última película que vi en un cine, durante el festival de Berlín, en compañía de mi señora esposa. Nos reímos mucho y fuimos eso que Cary Grant le dijo a Peter Bogdanovich que nunca hay que decir en público.

Bill & Ted Face The Music – Dean Parisot

En una escena post créditos, nos encontramos con los dos personajes del título, ya muy ancianos, y uno le pregunta al otro:

– Dude, ¿estás muerto?
– No, ¿y vos?

Y ocurre algo que todos esperamos. A veces pasa. Son las imágenes finales de una amistad más grande que la vida. El cine insiste en registrar costumbres que desaparecen.

Dane Komljen, cineasta (Svi severni gradov), Alemania Bosnia -Herzegovina, Serbia

Rizi / Days, Tsai Ming Liang

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin), C.W. Winter, Anders Edström

Marriage Story, Jessica Dunn Rovinelli

El año del descubrimiento / The Year of the Discovery, Luis López Carrasco

First Cow, Kelly Reichardt

Primera película:

Domovine / Homelands, Jelena Maksimović

Películas de mi país

Domovine / Homelands, Jelena Maksimović

Die letzte Stadt / The Last City, Heinz Emigholz

2020:

Daughters of the Dust, Julie Dash

Marcela Gamberini, crítica de cine (Con los ojos abiertos, Subjetiva), Argentina

Para este año tan extraño, tan repleto de barbijos, de incertidumbres, de alcoholes, de soledades, de aislamientos, elijo esas películas – con un orden aleatorio- que me atrajeron particularmente, desde lugares diferentes, desde espacios disimiles. Todas y cada una de ellas remiten a un viaje, interior o exterior, a ciertos modos de habitar la experiencia y el mundo, a miradas que replican otras miradas ya sean íntimas o sociales. Además, todas y cada una de ellas dejan entrever un modo personal de hacer cine, de suponer la experiencia cinematográfica como un hecho sensible. 

Mes chers espions (Vladimir Léon)

De repente, el paraíso /It Must Be Heaven (Elia Suleiman)

Adiós a la memoria (Nicolás Prividera)

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (José Luis Torres Leiva)

Correspondencia (Dominga Sotomayor y Carla Simón)

Opera prima: 

Homenaje a la obra de Philip Henry Gloose (Pablo Weber) 

Un cortometraje sorprendente, donde la voluntad por el “saber” – tan escasa en el cine actual- se combina con una mirada estética que a la vez es política.

Película de mi país: 

Dentro de las películas argentinas me atrevo a elegir dos: Un hombre estalló en mil pedazos (Martin Sappia) y Nosotros nunca moriremos (Eduardo Crespo). Ambas, que tienen muchos puntos en común, muestran existencias complejas repletas de dolores, de rarezas y sobre todo las dos trabajan un registro poético que destila sensibilidad y lirismo.

Película excepcional

Para la consigna excepcional de este 2020, elijo una película que pude ver en este último tiempo que es Lejano interior de Mariano Llinás. El mediometraje me devuelve como en un espejo exacto y a la vez deformado, la dispersión que nos provoca el aislamiento, contrariamente a lo que se supone debe traer consigo este “encierro” interior y exterior. Los libros desacomodados, los fantasmas posibles, la tierra bajo los sillones, el anuncio de la lluvia como hecho excepcional, los desencuadres, entre otras cosas y sucesos, muestran la extrañeza con la que vivimos esta pandemia. 

José Miccio, crítico de cine (Calanda – La Vida Útil), Argentina

Fue un año de lecturas. Resumido en dos títulos: el Borges de Bioy Casares y Osvaldo Lamborghini, una biografía de Ricardo Strafacce. Transcribo dos fragmentos que me conmovieron especialmente. Del Borges, esta entrada de 1965: “El autor de un estudio sobre Ezra Pound dice que Eliot es un maestro, pero que no inventó nada; que Pound inventó la manera de escribir. ¿Qué importancia tiene esto? Ninguna. Al lector le importa la pasión que está detrás de los textos, la pasión comunicada. Si en Los tres gauchos orientales está todo el Martín Fierro, ¿qué importa? Importará en la Historia de la literatura; un profesor indicará la fuente; pero los lectores no encontrarán nada que los conmueva en Los tres gauchos”. De la biografía de Strafacce, esta carta que Lamborghini le manda a César Aira el 24 de agosto del 76: «Mi más sentido pésame por la muerte de Lezama, desgracia que yo ignoraba hasta recibir tu carta. Seguramente sos el único lector comprensivo de su obra; si su muerte te afectó tanto (como cuando chicos la de algún personaje de novela), eso quiere decir que seguís aferrado con uñas y dientes al lujurioso método de la lectura infantil, prueba que tu destino es literario. Sos, entonces, el lector único de todas las obras: como yo, como todos los frágiles. Porque verdaderamente hay que ser muy artista para convertir en cuestión personal el cese de una existencia que transcurría en el ámbito de los grandes salones de las letras, mientras nosotros, pequeños, asmáticos, encerrados sin sueños en nuestros cuartos de niños, mirábamos desfilar las imágenes y le escribíamos arteras cartitas a mamá para lograr el beso de su cara. Pero (¿por qué ‘pero’?), es terrible: algún día seremos Lezama, el gran escritor que muere. Terrible tener un solo goce en la vida y terrible la certidumbre de que nunca nos faltará. A morir, entonces; a escribir. Ah, si pudiéramos convencernos de que nuestra privación de obra (relativamente poca en todos los casos) no nos va a salvar de la muerte… ¡si yo pudiera entender esos versos de Tadeys que hablan de una muerte pegada a lo interminable…! Pero no estoy en condiciones de entender nada. Grande es la diferencia entre fabricar un crucigrama y resolverlo». / ¿No hay una y mil lecciones de estética en estos textos ligados a la experiencia de leer, a la infancia, a las pasiones? Tengo la sospecha de que en algún momento -enredados en bibliografías a menudo nacidas del mismo amor desbordado y gratuito de Borges (“la pasión comunicada”) y Lambiorghini (“el lujurioso método de la lectura infantil”), pero convertidas en hábito y autoridad, en contraseña de enterados y vulgares programas de estudio- dejamos de escuchar a los artistas y perdimos de vista lo que más importa. Y acá estamos: en un mundo en el que -según parece- nadie puede hablar de Pedro Costa sin pedirle permiso a Jacques Ranciére. Sin renegar de nadie -no se trata de eso, por supuesto: hablo de un vínculo, no de unos cuantos nombres propios-, confío en que hay caminos que pueden ayudarnos a encontrar una voz más singular, ajena o por lo menos resistente a las presiones de lo respetable. Son caminos más largos, porque la intimidad con el arte requiere tiempo. Pero son también más generosos, y si la fortuna lo quiere, reveladores. Gracias a Marcos Rodríguez, que tradujo unas cuantas páginas del libro que Jean Renoir le dedicó a su padre Pierre-Auguste, este año pude leer también estas palabras: “(En Nápoles) tuvo la revelación artística ‘que justificó todo el viaje’. Fueron las pinturas de Pompeya. ‘Estaba cansado de la habilidad de los Miguel Ángel y los Bernini; demasiadas cortinas, demasiados pliegues, demasiados músculos. Lo que amo de la pintura es cuando tiene un aire de eternidad… pero sin decirlo; una eternidad de todos los días capturada en la esquina de la próxima calle; la sirviente que frena un momento mientras lava las cacerolas y se convierte en Juno en su Olimpo’”. ¿Cuantos planos hay en Ford, en Olmi, en Dreyer que responden perfectamente a lo que el viejo Renoir dice? El cine es un arte pompeyano, sureño, más cercano a las Junos plebeyas que al Olimpo. Que el ruido de los profesionales y los doctos no nos distraiga de su gloria.

Cinco películas

First Cow (Kelly Reichardt)

Richard Jewell (Clint Eastwood)

Atarrabi y Mikelats (Eugene Green)

Undine (Christian Petzold)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Película argentina

Esquirlas (Natalia Garayalde)

Película-compañía para este 2020

Había una vez un mirlo cantor (Otar Iosseliani) / Knightriders (George Romero) / Space Truckers (Stuart Gordon)

Irina Raffo, cineasta (Historias de verano), Uruguay

El armado de listas conjura dos sentimientos: la exaltación y la frustración. Como las películas que elegí podrían haber sido otras, deben hacer justicia a aquellas que dejé fuera. Intenté armar una selección, como quien recopila cuentos para un libro. Cada película estará entonces introducida por una pista que podría leerse, por un lado, como la huella de lo que esa película dejó en mí y por otro, como las virtudes que explican su pertinencia.

1. Veladores, de Paz Encina (Paraguay, 2020). 

Por la capacidad de hacer una película conmovedora con lo que nos queda:

2 – Responsabilidad empresarial, de Jonathan Perel (Argentina, 2020)

Por revelar un entramado represor siniestro, bajo un formalismo cinematográfico que no excede sus fines:

3 – Río Turbio, de Tatiana Mazú (Argentina 2020)

Por  proponer nuevas formas de luchar desde el cine, con una perspectiva feminista aguda, expresada con una potencia plástica reveladora:

 4 –  La France contre les robots de Jean-Marie Straub (Suiza, 2020)

Porque la radicalidad del cine también puede ser un paseo de diez minutos al borde de un lago:

 5 – 4tro v3int3, de Raúl Perrone (Argentina, 2020)

Por acceder a un tiempo sin tiempo que sólo lxs pibxs pueden mostrar:

Primera película

 Chico ventana también quisiera tener un submarino, de Alex Piperno (Uruguay, 2020) 

Por crear personajes que se entregan a un mundo fantástico y hacer que el cine se transforme para ellos:

Película de mi país

La muerte de un perro (de Matías Ganz, 2020)

Por exponer con inteligencia y humor las pequeñas miserias de una clase social tan acomodada como somnolienta:

Votación excepcional:

Honor de Cavalleria, de Albert Serra (España, 2006)

Por revelar desde el paisaje la entrega absoluta entre dos personajes míticos que emprenden una aventura, apostando -en nombre de toda la humanidad- al delirio de lo imposible.

Iván Pinto, crítico (LaFuga, El agente cine) Chile

En un año donde el problema no era el acceso, sino las condiciones mentales y físicas, ver películas puede ser considerado un lujo desmedido o un anclaje a la dimensión real de nuestras existencias compartidas. Pero es sin duda un año donde ver películas se volvió algo «trabajoso». Películas y libros nos acompañaron, aunque siempre, es a su vez, insuficiente para llegar a fin de año con la idea que este cubrió una vastedad relevante y representativa «del año». Como nunca el archivo estuvo presente. Yo agrego fragmentos de mi biblioteca mental, películas que me produjeron retornos u ondas a largo plazo durante la pandemia.

5 películas

A metamorfosse dos pássaros (Caterina Vasconcelos, Portugal)

El año del descubrimiento (Luis Lopez Carrasco, España)

Family romance (Werner Herzog)

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (J Torres Leiva, Chile)

La promesa del retorno (Cristián Sánchez, Chile)

Primera película

Como el cielo después de llover (Mercedes Gaviria, Colombia)

Película chilena

El otro (Francisco Bermejo, 2020)

Harley Queen (José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola, Chile, 2019)

Película pandemia

Danses Macabres, Skeletons, and Other Fantasies (Pierre Léon, Rita Azevedo Gomes, Jean-Louis Schefer, 2019)

Nunca subí el provincia (Ignacio Agüero, 2019)

Within our gates (Oscar Micheaux, 1920)

Natalia Garayalde, cineasta (Esquirlas), Argentina

Cinco películas estrenadas en 2020 (en orden aleatorio)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Las conversaciones interrumpidas en una pantalla partida demuestran que el caos y las disonancias pueden ser tanto un efecto de realidad como de montaje: “Ese relato de la Modernidad, de los Juegos Olímpicos, de la Expo de Sevillla, era ofensivo; era como hacer una demostración al mundo de que España estaba en la ostentación económica, que se permitía lujos, cuando lo que se estaba viviendo aquí era dolor”, dice uno de los trabajadores entrevistados, con estética pixelada de los noventa.

Dick Johnson is Dead / Descanza en paz Dick Johnson (Kirsten Johnson)

Imposible olvidar este camión Scania que te lleva puesta y te resucita. Enfrentar la muerte del padre desde una travesía lúdica puede ser una aproximación tierna pero también genera preguntas éticas sobre el cine. No puedo dilucidar hasta qué punto el padre de la directora estaba siendo consciente de la situación en la que participaba y esa pregunta me desvela.

Never Rarely Sometimes Always / Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Eliza Hittman)

Un formulario dice: “¿Alguna vez te obligaron a tener relaciones sexuales?  Nunca, casi nunca, a veces, siempre”. La chica que completa el múltiple choice atraviesa en silencio un embarazo no deseado que quiere interrumpir. Su prima comparte esas semanas de angustia y desamparo. Una película para ver a pocos días del tratamiento del proyecto de legalización del aborto en el Senado.

Río Turbio (Tatiana Mazú González)

“Según el mito aún vigente en los pueblos carboneros de la Patagonia, si una mujer entra a mina, la tierra se pone celosa. Hay entonces derrumbe y muerte”. Una imposibilidad para registrar en las entrañas de la montaña. Una ingeniería artesanal de micrófonos de contacto sobre estructuras metálicas.  Un lugar donde la reina del concurso del pueblo deviene radialista y amiga de mineras sindicalizadas.  ¿Las voces en la radio pueden disipar la niebla de Río Turbio? ¿Las máquinas con nombre de mujer nos ayudarán a revelarnos? Un documental experimental con materiales de diferentes texturas.

La vida dormida (Natalia Labaké) 

Hace unas semanas el ex presidente Menem es TT por su grave estado de salud. Incluso una periodista lo sentenció a muerte con la espada del fake news. Lxs más chicxs se preguntan por ese personaje de la política neoliberal de los noventa. Aquí va otro aporte, una mirada sensible desde la antología íntima de archivo de la familia del abogado y político menemista Juan Gabriel Labaké. Vi el desarrollo de la película por haber compartido espacios de laboratorio con la directora. 

Ópera prima estrenada en 2020

The Vast of Night (Andrew Patterson)

Técnicamente del 2019 fue estrenada en plataformas este año pero parece una película clásica. Me quedo con esta ópera prima por el poder evocativo de los relatos grabados por lxs protagonistas. La presencia del objeto no identificado en el cielo se percibe incluso antes de ver el espectáculo de luces. Los planos secuencias nos trasladan por ese pueblo. Las zapatillas y pollera de los años 50 contrastan con la oscuridad cuando la joven operadora de teléfonos corre por el campo con su hermanita en brazos para escapar de la invasión extraterrestre.

Una película de mi país estrenada en 2020

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Martín Weber)

Me atrevo a elegir un cortometraje aunque esté subvaluado. Las piezas breves a veces condensan una idea. Posiblemente este formato anime al director a incursionar en otros modos de hablar, con tartamudeos, planos satelitales saturados, fragmentos desde el exilio y zoom microscópicos.

Una película en pandemia

Dance Girl Dance / Baila muchacha baila (Dorothy Arzner)

Durante la pandemia asistí desde casa a las funciones organizadas por el cineclub La Quimera (Córdoba). Esa actividad fue una referencia en el desierto de los días. Así vi una película de Dorothy Arzner, la cineasta que desarrolló la mayor parte de su filmografía durante los años ´30, previo al código de censura “Código Hays”. La película fue programada por la invitada Lucia Salas, crítica y editora de la revista La Vida Útil: “En Baila, muchacha, baila, su penúltima película, las mujeres y su deseo vuelven a ser las principales protagonistas”.

Fernando E. Juan Lima, crítico de cine (La autopista del Sur/Radio AM750), Presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

5 PELÍCULAS 2020

El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco

Voices in the wind, de Nobuhiro Suwa

First Cow, de Kelly Reichardt

Red post on Escher Street, de Sion Sono

Las mil y una, de Clarisa Navas

Opera Prima

Seize printemps, de Suzanne Lindon

Película argentina

Nosotros nunca moriremos, de Eduardo Crespo

Película en la que no dejé de pensar este año:

Escuela de sordos, de Ada Frontini (Argentina, 2013)

La primera tentación al hacer esta lista fue la de incluir sólo películas que pude ver en salas, pero no me pareció justo en el contexto. Este año me he acercado a las plataformas como nunca antes. Siempre he priorizado ver las películas en sala (y, cuando existe la posibilidad, proyecciones en fílmico, que no dejo pasar, temiendo el apagón final). Con el encierro, algo he recuperado del gusto de ver una película en la cama o en un sillón. Sin embargo la lucha sigue siendo despareja: nada iguala al cine en el cine. 

Más allá de las particularidades y limitaciones, hay una cuantas otras películas que podrían formar parte de la lista precedente. Never rarely sometimes always (Eliza Hittman), Las ranas (Edgardo Castro), Lúa vermella (Lois Patiño), The exit of the trains (Radu Jude y Adrian Cioflanca) y The Woman Who Ran (Hong Sangsoo) podrían conformar mi “lado B” que muy bien podría ocupar la portada.

Por fin, la hermosa y entrañable Escuela de sordos (2013), de Ada Frontini, es una película que me acompañó este año y en la que mucho he pensado. Aprender de otro modo, pensar y construir con otras herramientas, conectar desde las diversas sensibilidades. 

En un año tan difícil, el cine ha encontrado la manera de acompañarnos. Ya volveremos a él de la manera que más nos gusta.

Ivonete Pinto, profesora y crítica (Abraccine President – Brazilian Association of Film Critics), Brasil. 

Sheytan vojud nadarad / There is no Evil (Mohammad Rasoulof)

 Rizi / Days  (Tsai Ming-Liang)

The Metamorphosis of Birds / A metamorfose dos pássaros (Catarina Vasconcelos)

 Malmkrog (Cristi Puiu)

Asa ga Kuru /  True Mothers (Naomi Kawasi)

Mi ópera prima será también el film de mi propio país: 

Babenco: Alguém Tem que Ouvir o Coração e Dizer Parou /Tell me when I die (Barbara Paz) 

Voto excepcional: 

Deus e o diabo na terra do sol / Black God, White Devil, Glauber Rocha (1964)

Mi película favorita, There is no evil (Mohammad Rasoulof arrebató Berlín este año. Tal vez porque demuestra con una fuerza inusual que el cine iraní sigue extrayendo de su realidad tramas que parecen absurdas, pero no lo son. La película ganó el Oso de Oro de la 70ª edición del festival. También del mundo real, Tsai Ming-Liang trajo a Berlín a su actor secundario, un estafador, el tailandés Anong Houngheuangsy. Estuvo en la conferencia de prensa y dijo que lo que se ve en Days es su vida tal como es, pues proporciona servicios sexuales porque es pobre. En una de las secuencias hay una hermosa escena de sexo, que implica un largo masaje. De hecho, el masaje y el sexo se mezclan y la cámara de Tsai es sutil sin abrumar, es sensual sin ser vulgar; muestra lo que se necesit, ofreciendo al espectador el derecho sagrado de la imaginación. Una actitud política a través del lenguaje del cine.

Juan Francisco Gacitúa, crítico (Los jóvenes viejos), Argentina.

Uppercase Print (Radu Jude): en los papeles, la estructura que plantea Jude deja a la película al borde del posmodernismo, pero los dos relatos que se entrecruzan transmiten demasiado bien la asfixia constante de ese paternalismo psicópata al que se enfrentó el joven Călinescu. El increíble pastiche estético e ideológico de algunos materiales de archivo es un preámbulo de la composición en el plano contemporáneo del final.

Adiós a la memoria (Nicolás Prividera): como Carri hace unos años, Prividera se adentró en los archivos y salió con un ensayo rebosante de ideas a enfrentarse a la memoria propia, ajena, individual y colectiva, además de dar cuenta de los intentos del macrismo por disolverlas a todas bajo el viejo relato pretendidamente conciliador. Hay muchas puntas de las que tirar, pero todavía me rebota en la cabeza la película amateur de los Prividera en Mar del Plata, escenificando la muerte al mismo tiempo en que Aries y Sofovich filmaban sus picarescas.

City Hall (Frederick Wiseman): el registro elegante de Wiseman no presiona ni destapa ollas en la gestión del alcalde Marty Walsh, que aparece retratado antes del coronavirus y las protestas por los crímenes raciales, en una ciudad archi recontra demócrata y siendo un funcionario normal y sensato en el país de Trump. Pero City Hall y Ex Libris (de 2018, pero que pude ver este año) hablan del alcance fundamental de los estamentos más pequeños del gobierno sobre los sectores vulnerables de la sociedad, dando una idea escalofriante de los espacios de comunidad, abrigo y alimentación que la pandemia clausuró en todas partes.

Niña mamá (Andrea Testa): la película que cerró 2019 con un modesto estreno presencial termina el 2020 siendo transmitida en un canal de aire, de cara a una nueva lucha parlamentaria insólitamente ajustada. Volver a verla hoy le agrega toda una capa de truculencia a pensar en el estado y el abordaje de la salud pública en nuestro país, lo cual solamente le suma méritos a cada decisión formal de Testa, que está siempre en el punto justo.

An Evening with Tim Heidecker (Benjamin Berman): la manera rápida de explicarlo es que en 2017 Heidecker hizo un especial entero de anti-comedia, que se termina pareciendo bastante a la idea de Michael Scott intentando hacer standup en serio. Pero hay que atravesar el placer y martirio de ver cómo deconstruye los vicios del standup contemporáneo, da una lección de cómo hacerlo sin caer en la solemnidad y encuentra la manera de incomodar al público de la sala, que supuestamente entiende lo que está haciendo.

Una película presente en 2020 :

Once Upon a Time in Hollywood, la ucronía de una inocencia perdida para siempre que no debía volverse tan literal a menos de un año de su estreno.

Eloisa Solaas, cineasta (Las facultades), Argentina

Fui estricta con lo de estreno mundial 2020. Tal vez demasiado para un año tan loco, 

El orden es aleatorio, pero me gusta que Kajillonaire, sea una película de amor sin rodeos formales , ni miedo fracaso -o miedo superado-. No se ven muchas películas así últimamente , creo que es lo más difícil de lograr. Malmkrog; imposible en un renglón.  Las inquietudes de esos aristócratas rusos de fines del sXIX, percibiendo -y no- un futuro cercano quebrado, con la puesta de Puiu, hoy resuenan con impacto.

En todas estas películas se expresan el gusto por el misterio, los recorridos impredecibles,  y el juego amplio que ofrece el cine.

·      Kajillonaire, Miranda July

·       Malmkrog, Cristi Puiu

·       Red Post on Escher Street, Sion Sono

·       The Woman Who Ran, Hong Sang-soo

·       First Cow, Kelly Reichardt

Elegir una ópera prima: 

Historia de lo oculto, Cristian Ponce

Elegir un film del país en el que viven:

Isabella, Matías Piñeiro.

Votación excepcional:  

Love Streams, John Cassavetes/Tres tristes tigres, Raúl Ruiz/ La Bonheur, Agnès  Varda /Out 1, Jacques Rivette/

John Campos Gómez, programador (Transcinema, FICValdivia, Radical), Perú

Enfáticas recomendaciones de cine de no-ficción de este año del encierro.

Don’t Rush (Elise Florenty y Marcel Turkowsky)

Homelands (Jelena Maksimović)

Intimate Distances (Phillip Warnell)

Esquirlas (Natalia Garayalde)

*Iwow: I walk on water (Khalik Allah)

Ex trañamente en al día de hoy sacada de circulación por su propio autor.

Primera película

Tendre (Isabel Pagliai) 

Así no sea «oficialmente» un largometraje con sus hermosos 43 minutos.

+

Visión nocturna (Carolina Moscoso)

La mejor ópera prima del 2019 que vi en 2020.

Películas de mi país

Manco Cápac (Henry Vallejo) 

+

Persona perpetua (Javier Bellido)

Maike Mia Höhne, directora artística (Shortfilm Festival Hamburg), Alemania

Quo Vadis, Aida? Jasmila Žbanić 

Una película antibélica sobre una reciente tragedia europea: Srebrenica. 

Contada a través de la vida cotidiana de una mujer en el trabajo y los hombres a cargo de la casa. Nadie queda indemne después de haber visto esta película. 

La directora de fotografía es Christine A. Maier, gran creadora austriaca de imágenes que pasan de lo obvio a la encarnación visceral de la película.

Untitled Sequence of Gaps, Vika Kirchenbauer

El ensayo de Kirchenbauer radica en una película sobre lo no visible y la pérdida de la memoria después de haber vivido un trauma. Kichenbauer encuentra expresiones visuales que condensan el miedo a la vergüenza y la compulsión al conformismo. La frágil subjetividad se entrecruza con la teoría de la luz, y eleva.

Swinguerra, Barbara Wagner &Benjamin de Burca

Bajo la guía de su coreógrafo, un grupo de bailarines practica en el campo de deportes de una escuela para una gran presentación. La tensión es alta y, al final, la bandera será izada. «Swinguerra» es una forma de arte basada en las ideas de participación y libertad. Se desarrolló en la década de 1990 en el estado brasileño de Bahía, desde donde se extendió rápidamente. En estrecha colaboración con los bailarines, el dúo de artistas Wagner & De Burca produjo una película de baile que recuerda en su estructura narrativa a «Porgy and Bess». La ajustada coreografía refleja el status quo de Brasil, donde el gobierno de derecha se pronuncia abiertamente contra los homosexuales. 

Playback. Ensayo de una despedida, Agustina Comedi

Los rastros de una vida extraña en Argentina, después de una dictadura militar católica superconservadora que mató a demasiada gente. La transgresión había resurgido lentamente, pero el SIDA ya era un factor de riesgo en ese momento.  «La Delpi, la única superviviente de un grupo de mujeres transgénero y drag queens, cuenta cómo fueron los espectáculos en los sótanos de los teatros que galvanizaron a la comunidad y ayudaron a la lucha contra el SIDA y asimismo a enfrentar a la violencia policial. O cómo fue posible que el lápiz labial, las actuaciones de playback y trajes de escenario improvisados curaron las heridas. Una película que es también una carta dirigida a un amigo.

Eymiofe – Arie Esiri, Chuko Esiri

¡Qué tesoro! Ken Loach – como si tuviera 30 años de nuevo – pero más colorido y ¡más vital. Como en El dinero de Robert Bresson,  los detalles de la vida diaria interfieren con las necesidades, y ciertas situaciones exigen: «En el fondo de la escala socioeconómica, el estatus, el dinero, el género, el color de la piel y las estructuras familiares están inextricablemente conectadas. El film expone estos enredos con una paciencia enfática, y a medida que avanza la tensión crece. El anhelo de otra vida no es más que un hilo en esta compleja malla, una promesa que flota por encima de las cosas y lejos de ellas al mismo tiempo».

Primer largometraje filmado enteramente en Lagos, Nigeria.

Oeconomia, Carmen Losmann

Después de trabajar mucho y jugarse a todo o nada, el segundo largometraje documental de Losmanns, gira en esta sobre el corazón estructural del mundo en el que vivimos. El filósofo Maurizio Lazzarato escribe en su ensayo de 2011, La formación del hombre endeudado: “La deuda no es un impedimento para el crecimiento. De hecho, representa el motor económico y subjetivo de la economía moderna. La creación de deuda, es decir, la creación y el desarrollo de la relación de poder entre acreedores y deudores ha sido concebida y programada como el corazón estratégico de la política neoliberal».

Exceptional Voting:

Town Bloody Hall, USA, 1979, Chris Hegedus, D.A. Pennebaker- 

BEING LAID UP WAS NO EXCUSE FOR NOT MAKING ART 

Después de trabajar duro, jugar duro, el segundo largometraje documental de Losmanns, esta vez sobre el corazón estructural del mundo en el que vivimos. 

La película TOWN BLOODY HALL sirvió de base para repensar la situación del humor después de #MeToo today#.

El 30 de abril de 1971, una multitud representativa de la élite intelectual de Nueva York llenó el teatro del Ayuntamiento de la ciudad para ver a Norman Mailer, que no se sintió tocado por la controversia acerca de su ensayo El prisionero del sexo, ni tampoco por la reacción que recibió de otros líderes, pensadores y activistas como Jacqueline Ceballos, Germaine Greer, Jill Johnston y Diana Trilling. Town Bloody Hall es un deslumbrante despliegue de poder feminista, cortesía de algunas de las figuras más influyentes de la época, con Mailer disfrutando de su papel de rabino pugnaz y león literario en el centro de todo.

Hicimos una recreación del escenario. Proyección y recreación como múltiples capas de preguntas aún sin respuesta en la película.

Jason Di Rosso, crítico (ABC Radio National), Australia

Sin un orden específico

Nhà Cây / The Treehouse (Minh Quy Truong) 

Martin Eden, (Pietro Marcello)

The Trouble with Being Born (Sandra Wollner)

Fin de siglo / End of the Century (Lucio Castro)

Miss Juneteenth (Channing Godfrey Peoples)

Mejor película de mi país

Warwick Thornton’s made for tv 5x30minute self portrait The Beach. 

Primera película

Three Way tie (all in my top five): Miss Juneteenth, Fin de siglo and Nhà Cây

Película del confinamiento

La-bàs / Down There (2006, Chantal Akerman)

Maia Debowicz, periodista y escritora (Suplemento SOY de Página 12, Infobae, La Agenda Revista, La autopista del sur), Argentina.

Mejores 5 películas de 2020

1-Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bribe to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan (Jason Woliner)

2-Silvia (María Silvia Esteve)

3-I´m Thinking of Ending Things (Charlie Kaufman)

4-Uncut Gems (Benny Safdie y Josh Safdie)

5-Palm Springs (Max Barbakow)

Mejor ópera prima

Sound of Metal (Darius Marder) 

Mejor película argentina 

Las mil y una (Clarisa Navas)

Película que me acompañó durante la pandemia

Silvia Prieto (Martín Rejtman)

Richard Shpuntoff, cineasta (Todo lo que se olvida en un instante), Argentina-Estados Unidos

Iba a escribir un poco sobre algunas de las siguientes películas, pero ya no tenía acceso a ellas y me sentía un poco inseguro sobre sus detalles. En general, me atrae el lenguaje, la forma en que un artista se comunica, o intenta comunicarse con algún lector invisible. No sé lo que hacen otros artistas, pero siempre estoy hablando con alguien, aunque ese alguien sea yo mismo.

Especialmente este año, viendo películas en mi ordenador con una extraña sensación de aislamiento, estas películas se sintieron como si alguien estuviera ahí hablándome y que yo debía hacer el esfuerzo de escuchar.

Cinco películas

Point and Line to Plane de Sofia Bohdanowicz

On Hold de Laura Rantanen

Visión nocturna de Carolina Moscoso

Gyres 1 – 3 de Ellie Ga

The Annotated Field Guide of Ulysses S. Grant de Jim Finn

Ópera prima 

 Visión nocturna de Carolina Moscoso

Película de mi país de residencia

La vuelta de San Perón by Carlos Müller.   

Película presente para mí durante la pandemia

Zama de Lucrecia Martel 

Mi experiencia con Zama este año no fue tanto sobre la película, sino más bien sobre el análisis de la propia Martel sobre su interpretación de la novela de Di Benedetto, a partir de una entrevista que leí hace tres años. Espero que lo esté recordando correctamente, pero, en cualquier caso, Martel discutió su visión del trágico defecto del personaje de Zama, como si tratara de aferrarse a una identidad de quién era en un momento de su vida, durante su período de gloria. Todo lo que sale mal para Zama es cuestión de que responda no como quien es, sino como quien creyó que era y aún quiere ser. Quiere volver siempre y su vida se ha convertido en un estado de esperar volver.

Lucas Asmar Moreno, crítico (La Voz del Interior), Argentina

Yo negué al cine. La imposibilidad de estar en una sala acompañado por desconocidos me llenó de ira y dejé de ver películas.

Soy un solitario que anhela tres festivales argentinos como estallidos alegres de su calendario: BAFICI, FICIC y MDQFest. Los festivales están hechos para que los espectadores no estemos solos y nos guiemos en nuestros entusiasmos. Sin la oportunidad de congregar a una comunidad, las películas procesadas a través de plataformas de streaming devienen en relleno ocioso.

El on demand domestica al cine tanto en un sentido literal (sucede en casa) como metafórico (las películas son controladas: se compartimentan, aceleran o abandonan). El encuentro con un arte audiovisual se deteriora cuando la obra queda subsumida a una tecnología de la dispersión. Esto a largo plazo hará que el cine adopte los parámetros narrativos de las series: discontinuidad y atomización.

Preferiría que el cine siga siendo un ritual, un acontecer que por su naturaleza social no pueda interrumpirse por una voluntad inestable, una práctica que demande atención en lugar del monitoreo de una interfaz. Quisiera que el cine me ayude a interpretar realidades, no a dispersar la propia. Por supuesto que soy consciente de este romanticismo y reconozco formar parte de la comedia de la Historia.

¿Por qué, si negué al cine, estoy eligiendo películas del 2020? El responsable de esta página, Roger Koza, dictó un curso online llamado “la cinefilia como forma de vida”. Allí proponía establecer vínculos con las películas tan intensos que puedan asemejarse a los vínculos amorosos que desintegran el yo. Esta propuesta de enamoramiento trascendental me corrió de mi capricho: ¿cómo podía darle la espalda al cine por un cataclismo biológico? Se supone que este episodio extraordinario será temporal. Todos nos traumatizamos pero también tenemos la responsabilidad de adaptarnos al limbo. Cerraron las salas, ¿qué culpa tienen las películas?, ¿no serían ellas las más perjudicadas? ¿Acaso las películas me estaban pidiendo un sacrificio y en mi ceguera iracunda no supe escucharlas?

No fui digno del amor que me prodigó el cine, creé una relación asimétrica en donde yo me atribuía toda la potestad. A través de la sugerencia cinéfila de Roger, me planteé lo siguiente: no es uno quien simplemente ama a las películas, las películas también tienen la capacidad de amarnos a nosotros. Esta correspondencia implicaría romper la tiranía sujeto/espectador – objeto/película para delinear un vínculo de sujeto/espectador – sujeto/película. Las películas y uno están en igualdad de condiciones; no es la obra la que debe gustarme a mí, yo también debo esforzarme para gustarle a la obra y entre ambos encontrar una intersección o justificar una indiferencia.

Si a este reperfilamiento de lo que sería una película se le involucra una tercera subjetividad, la del resto de los espectadores, se genera un equilibrio moral en donde la película rompe toda lógica de consumo y se convierte en la articulación de una sensibilidad colectiva. Este equilibrio moral sólo es posible en salas; el streaming lo pone en riesgo, hace de las películas instrumentos de descarga libidinal ante el menor tiempo libre.

El 28 de agosto, tras seis meses sin ver películas, descargué Portrait de la jeune fille en feu, de Céline Sciamma. Desde entonces me propuse ver una película por día. A oscuras, descansado, sin celular, sin siquiera permitirme ir al baño, remedando un dispositivo que deberá volver pronto. Quizás me esté entrenando, porque cuando el altercado virósico se debilite nos aguardará un desafío: evitar que el streaming como excepción de la cuarentena se convierta en una jurisprudencia que anule al cine como rito social.

Vamos a lo que importa. Esto fue lo mejor que vi desde el monitor de mi PC, sin orden de prioridad:

First Cow (Kelly Reichardt)

Oda a la amistad masculina en un contexto en donde la masculinidad es el atributo para la conquista del territorio. Entre Cookie y King-Lu se genera una cápsula de cariño en la que jamás se filtran imperativos violentos. Cuánto sobrecogimiento hay en el abrazo de reencuentro y en la última toma. John Magaro tiene los ojos más buenos del mundo.

Shiva Baby (Emma Seligman)

El diálogo como investidura cinematográfica no es algo habitual, pero Emma Seligman piensa la puesta en escena desde los mismos actos del habla. Shiva Baby avanza como acertijos sutiles que a través de la palabra arman y desarman a los personajes. La tensión llega a niveles insoportablemente cómicos. La ortodoxia judía cede ante una esperanza lésbica.

Dick Johnson is Dead (Kirsten Johnson)

Una hija pacta con su padre reírse de una enfermedad degenerativa como el alzheimer. Película cínica que empieza a cuestionarse sus límites y se exonera a través de la ternura. Porque, ¿quién se atrevería a cuestionar los mecanismos de una familia para exorcizar sus fantasmas? Encima los Johnson tienen la generosidad de compartirlos.

His House (Remi Weekes)

La guerra civil de un país tercermundista hecha metáfora conyugal. La creciente disidencia de la pareja de refugiados en una casa “neutral” pero cargada de historia crea una lectura geopolítica brillante. Perturbadora, oscura, pero muy emotiva, algo inusual en el género de terror. Actuaciones perfectas.

I’m Thinking of Ending Things (Charlie Kaufman)

Ningún realizador contemporáneo entiende mejor que Kaufman lo que es una depresión nerviosa lindante con la demencia. Humor sin humor. Para un depresivo el mundo está siempre enrarecido, descompuesto, frágil: Kaufman convierte estos sentimientos hostiles en cine. Las posibles fallas narrativas de esta película son consecuentes con su postulado mental.

Película de mi país

Isabella (Matías Piñeiro)

Piñeiro es nuestro Woody Allen: va proponiendo variaciones sobre los mismos temas (o la misma materia prima: Shakespeare) buscando innovaciones formales. En esta exploración afina sus conocimientos cinematográficos, superando a la película anterior. Isabella, por la confección de los conflictos, marca la cumbre de su sensibilidad, y por la maquinaria episódica, la cumbre de su picardía.

Ópera prima

Un cuerpo estalló en mil pedazos / A Body Exploded into a Thousand Pieces (Martín Sappia)

Sappia, el montajista más talentoso que habita en Córdoba, presenta una ópera prima teorética con relación a su oficio. Un cuerpo estalló en mil pedazos es más que un documental sobre Jorge Bonino, es una reflexión sobre las esencias cinematográficas: la imagen como ontología y el sonido como evocación. La conjugación de ambas a través de operaciones de montaje crea una poética del tiempo, un desconcierto entre el presente y el pasado. Lo que fue o pudo haber sido.

Votación excepcional

TENET (Chrispother Nolan)

Se supone que era la película que iría a ver cuando abrieran los cines, pero los cines jamás abrieron así que me resigné y la descargué. Honestamente no la entendí pero me resultó divertidísima. Tal vez lo que me cautivó fue su desmesura, esa tarea quijotesca, ya habitual en Nolan, de aunar filosofía con testosterona. Aquí te emborracha de confusión conceptual y virtuosismo coreofrágico. Su manufactura crea el mandato de verla en cine y el realizador lo sabe, sabe que su cine no soporta una notebook con sonido enlatado. Nolan será un engreído pero valoro que filme obligándote a meterte en una sala. Argumento plus: la belleza felina de Robert Pattinson está más allá del intelecto humano.

Julian Radlmaier, cineasta (Selbstkritik eines bürgerlichen Hundes), Alemania

2020 fue para mí un año sin casi películas nuevas. La única película que amé fue The Woman Who Ran (Hong Sang Soo), para mí la más bella de sus últimas películas por su serena ternura.

Sin embargo, el año fue rico en descubrimientos del pasado. Uno que me gustaría compartir, porque supongo que no es muy conocido, es Great Green Valley (Merab Kokotschaschwili, Georgia 1967). Un Adagio melancólico con repentinos brotes de abrumadora ligereza – incluso en el valle más solitario, para bien o para mal, no hay escapatoria de la historia. En una de las escenas más bellas, una laterna magica nos devuelve a los orígenes vitales de la narración y la invención poética. 

Sin embargo, la película que realmente me ayudó en estos tiempos, una y otra vez, fue Hedgehog In the Fog de Juri Norstein, que mágicamente crea un sentimiento que de alguna manera asocio con las famosas palabras de Ernst Bloch en El principio de la esperanza: «…surge en el mundo algo que brilla en la niñez de todos y en la que nadie ha estado aún: una patria».

Este fue un año difícil, y me concentré en ver películas antiguas. Por eso mi lista probablemente no llegue a cinco películas.

Isabel Rojas programadora (OaxacaCine y Seminario El Público del Futuro FICUNAM) México. 

Days, Tsai Ming-liang, Taiwán  

El año del descubrimiento, Luis López Carrasco, España

Les enfants d’Isadora, Damien Manivel, Francia

Vitalina Varela, Pedro Costa, Portugal

O que arde, Oliver Laxe, España 

Ópera prima: 

Un elefante sentado y quieto, Hu Bo, China (este año estrenó en México en salas y plataformas)  

Película de mi país:

Selva trágica, Yulene Olaizola, 2020 / Pulsos subterráneos, Elena Pardo, 2020

Voto excepcional:

Rom, Menelaos Karamaghiolis, Grecia, 1989

Sicilia, Danièle Huillet, Jean-Marie Straub, Italia – Francia, 1999

Silvia Prieto, Martín Rejtman, Argentina, 1999

Kiro Russo, director (Viejo calavera), Bolivia

El año del encierro. Un año lleno de cine en pequeños y medianos monitores, repasando una infinidad de magnificas películas.   

Las películas 2020 que más me gustaron de las que logre ver.

First Cow (Kelly Reichardt)

5 Sangres (Spike Lee)

Isabella (Matias Piñeiro)

The Lighthouese (Robert Eggers)

Window Boy Would also Like to Have a Submarine (Alex Piperno)

Primera película:

Los conductos (Camilo Restrepo)

Película de mi país

Compañía (Miguel Hilari)

Película excepcional:
Una de las películas más inspiradoras y hermosas que he visto en mi vida, siempre necesaria.

IL Posto (Ermanno Olmi) 

Diego Trerotola, crítico de cine y periodista (suplemento Soy de Página/12), director de Asterisco Festival Internacional de Cine LGBTIQ+), Argentina

Her Name Was Europa (Anja Dornieden y Juan David Gonzalez Monroy)

Imaginen que Eadweard Muybridge filma una remake de Jurassic Park. Ahora imaginen que la historia del cine empieza de nuevo y es patafísica.

No existen treinta y seis maneras de mostrar cómo un hombre se sube a un caballo (Nicolás Zukerfeld)

Alguien que se propone definir al cine clásico y termina detonándolo. El malentendido de la discusión genética del cine entre Francia y Estados Unidos convertido en un ensayo a modo de caja de pandora. En obras como esta el territorio del cine es ese lugar sin límites.

First Cow (Kelly Reichardt)

Sobre los restos fósiles de su propia sensibilidad, Reichardt va directo al hueso. Todo eso que estaba en Old Joy y en Wendy and Lucy ahora en plan refrito para que la película tenga ese gusto que nos transporta a los lugares donde queremos quedarnos soñando hasta morir de cinefilia.

Canela (Cecilia del Valle)

La arquitectura y la temporalidad de la ciudad y del cuerpo. Una lúcida visión socioeconómica de la identidad de género. El Rosario de lo vulgar sublime. Todo lo sólido se desvanece en el deseo.

La pintora y el ladrón/The Painter and the Thief (Benjamin Ree)

El documental imita al arte contemporáneo.

Ópera prima

Forcone (Agustín Lostra)

¿Recuerdan las sombras de la caverna platónica? Bueno, se reveló que eran las sombras de PJ Harvey, Cruella de Vil y una señora anónima que deja de serlo un poco porque da nombre a este “montaje”, que avanza con la sorpresa y extrañeza de cualquier niñe cuando reconoce por primera vez su imagen en un reflejo.

Película argentina

Emilia (César Sodero)

Muchos de nuestros deseos están en las canciones de Las Ligas Menores. Lo sabíamos pero nunca lo habíamos visto con tanta nitidez como en esta película que logra seguir a 1200 km el pulso del deseo sin nunca caretearla.

Votación excepcional 2020:

The Man from Planet X (Edgar G. Ulmer)

El cine de ciencia ficción de los 50 (o sea, el mejor cine de ciencia ficción) nunca imaginó lo que pasó este año de pandemia. Pero igual esas películas aún sirven para que el mundo, incluso durante la pandemia, pueda ser un lugar mejor. Especialmente si la película la dirige Ulmer.

Kieron Corless, crítico (Sight & Sound), Reino Unido

Por orden alfabético: 

Atarrabi & Mikelats – Eugène Green

Days – Tsai Ming Liang

The Disciple – Chaitanya Tamhane

Lovers Rock – Steve McQueen

The Year of the Discovery – Luis Lopez Carrasco

Primera película: 

The Inheritance – Ephraim Asili

Película de mi país:

Dos títulos: 

Twice – John Smith (short)

Ogmios School of Zen Motoring (several episodes on
Youtube)

He disfrutado mucho de los cortosa de mi amigo Rastko Novakovic.

Películas que tuvieron resonancias durante la pandemia:

Eraserhead – David LynchThe Antiquities of Rome – Jean-Claude Rousseau

Twilight City – Reece Auguiste

Places in Cities – Angela Schanelec

Places in Cities – Angela Schanelec

Pablo Mazzolo, cineasta (Ceniza verdad), Argentina

Mejores películas 2020:

The Inheritance / Ephraim Asili 

Notes, Imprints (On Love): Part I / Alexandra Cuesta

El Father Plays Himself / Mo Scarpelli 

Sanfield / Kevin Jerome Everson 

Rizi Tsai / Ming Liang

Se destaca:

ADIÓS A LUTHER PRICE Proyección S8 (Mostra Cinema Periférico) 

Figure Minus Fact / Mary Helena Clark

Mejor ópera prima:

No Data Plan Miko Revereza 

Película de mi país

Isabella Matias Piñeiro 

Votación excepcional:

Pioneros – Narcisa Hirsch (1976)

Pedro Emilio Segura Bernal, crítico, programador (Black Canvas, La Ola Cine), México

Nuevamente me ha pedido cortésmente que respete las reglas. Pero considero su espacio, el más libre del firmamento cinéfilo y por ello se que me permitirá con esta intrascendente tradición que tengo, de utilizar el espacio que me brinda para hacer dobles menciones de filmes que se complementan, contrastan y que en su forzada conjunción dan como resultado una lectura del año fílmico.  

5 films del 2020

The Woman Who Ran, Hong Sang Soo / Communicating Vessels, Annie MacDonell y Maïder Fortuné

La France Contre les Robots, Jean Marie Straub / The Lobby (Heinz Emigholz)

First Cow, Kelly Reichardt / Isabella, Matías Piñeiro

The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin), C.W. Winter y Anders Edström / Days, Tsai Ming Liang

El año del descubrimiento, Luis Lopez Carrasco / Malmkrog, Cristi Puiu

Ópera prima: 

The Cloud in Her Room,  Zheng Lu Xinyuan

Películas de mi país:

Toda la luz que podemos ver, Pablo Escoto / Fantasma, Animal. Clemente Castor 

Voto excepcional:

En este año de desesperanza y angustia, revisitar el cine de McCarey, Lubitsch y las comedias de Hawks fueron el mejor bálsamo para sobrellevar los momentos más complicados. 

Mención especial a Ozu, Sirk, De Palma, Verhoeven y Cronenberg, que también hicieron bastante.

Bring It Up, Baby. Howard Hawks / Heaven Can Wait, Ernst Lubitsch. 

Álvaro Arroba, crítico y programador (BAFICI), España-Argentina

Cinco películas:

1. Malmkrog (Cristi Puiu)

2. Frantsuz / A Frenchman (Andrey Smirnov)

3. Richard Jewell (Clint Eastwood)

4. Nos, ili Zagovor Netakih / The Nose or the Conspiracy of Mavericks (Andrey Khrzhanovsky)

5. Les Choses qu’on dit, les choses qu’on fait / Love Affairs (Emmanuel Mouret)

Opera prima: 

Ongaku / Ongaku: Our Sound (Kenji Iwaisawa)

Film argentino del año:

Historia de lo oculto (Cristian Ponce) & 1982 (Lucas Gallo)

Películas que me han acompañado durante la pandemia:

– «Integral» Frank Borzage

– «Integral» Hiroshi Shimizu

– El viaje que media entre «El evangelio según San Mateo», «Las mil y una noches», y «Saló» de Pasolini.

– Los innumerables incunables (imposible listarlos pero «Numéro Zero» de Eustache fue un momento inolvidable) desclasificados en foros de Internet por particulares ociosos desde cintas VHS y DVDr’s comentados en Smorgasbord.

– Las restauraciones liberadas por las Filmotecas Danesa, Francesa, Española y Portuguesa en sus respectivas webs.

Dos series que aportan un poco del programa catódico de Rossellini, y del subjetivismo anarco/geométrico de Jerry Lewis:

– Midnight Gospel (Pendleton Ward, Duncan Trussell, Netflix) Programa doble perfecto con»Malmkrog», en homenaje a San Agustín.

– How To with John Wilson (John Wilson, HBO). 

Acontecimiento del año: el inesperado regreso de los «Cahiers du cinéma». 

Manuel Ferrari, cineasta (De la noche a la mañana), Argentina

Nunca puedo ver todo lo que quisiera pero este año muchas películas y especialmente las argentinas he preferido no verlas online para poder (cuando llegue el día) ir a verlas al cine y poder compartir ese momento físicamente. También me pasa con muchas otras películas y especialmente las que son más experimentales y/o menos convencionales que también he preferido no ver en mi casa porque honestamente no puedo tener las condiciones técnicas mínimas ni la atención y predisposición que las películas precisan. Así que también están a la espera de oportunidades en el cine. Dicho todo esto, aquí va mi lista:

First Cow (Kelly Reichardt)

Es perfecta esta película, sencillamente perfecta, amable, dulce y me resultó notable cómo con algo tan pequeño que narra tiene ecos en muchos aspectos de la vida contemporánea. 

Fauna (Nicolás Pereda)

La comedia, ese tesoro tan genial, es un maravilloso delirio que genera capas infinitas de relatos que uno quisiera seguir viendo hasta el infinito.

El año del descubrimiento (Luis Lopez Carrasco) 

Esa sensación de estar en un bar charlando de política y escuchando un poco las mesas de al lado cuando algún silencio lo permite. La película encuentra una forma que amplía la mirada y la escucha, es gratificante la construcción en el transcurso de la película de ese espacio infinito pero a la vez limitado en el que transcurre la película. 

The Woman Who Ran (Hong SangSoo)

La sencillez para narrar lo que es absolutamente complejo: la existencia cotidiana.

Big Time Adolescence (Jason Orley)

Primera película: 

«Chico ventana también quisiera tener un submarino» (Alex Piperno)

Película de mi país:

Planta permanente (Ezequiel Radusky) 

Votación excepcional: 

La película que nunca dejó resonarme fue The Hole de Tsai Ming Liang. Lluvias de basura, exteriores abstractos y peligrosos e interiores que evocan cuevas de cucarachas. Y claro, algún que otro agujero sospechoso para conectarnos con la vecindad.

José Fuentes Navarro, programador (Cineclub Municipal Hugo del Carril, al menos por ahora) y crítico (La Vida Útil), Argentina.

Bad trip (Kitao Sakurai)

Un experimento sobre hacer avanzar una narración, digamos clásica, utilizando lo más bajo del contenido televisivo o cómo ir de lo chabacano a lo real(lo que sea que eso signifique) y emocionar.

Intimate Distances (Phillip Warnell) 

Un dispositivo no exento de ominosidad sobre cómo aún es posible la amabilidad en una comunidad.

My dear Spies (Vladimir Léon)

Un viaje hacia la memoria diferente a otro viaje hacia la memoria, hay gente que está interesada en las dos opciones lo cual me parece un poco extraño pero válido.

Cinetracts ’20 (Various artists)

Lo que me parece importante de este mediometraje es pensar una cierta tradición política que va mutando. Puntos destacables los segmentos de Charles Burnett y Zelimir Zilnik.

First cow (Kelly Reichardt)

Nunca me deja de interesar la naturaleza de la amistad y la(s) génesis de una de las culturas dominantes.

Primera película:

No tengo una elección plenamente satisfactoria en este ítem pero podría nombrar obras interesantes como Relic de Natalie Erika James o Esquirlas de Natalia Garayalde.

Película argentina:

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Martín Weber)

Todavía no logro pensar muy bien la importancia de este corto que, entre otras cosas, interroga certezas sobre la naturaleza de la imagen.

Alivios pandémicos:
Henry King, Hugo Fregonese, Steven Spielberg, Ernesto Arancibia, el cine de terror español de los 70s, Bojack Horseman, Gilmore girls, Neon genesis evangelion,Twin peaks, entre otras cosas.

Busky Curbelo, programador (Muestra de cine de Lanzarote), España

(Aleatorio)

UN UNUNSUAL SUMMER (Kamal Aljafari)

LAS RAZONES DEL LOBO (Marta Hincapié Uribe)

PURPLE SEA (Amel Alzakout, Khaled Abdulwahed)

VISION NOCTURNA (Carolina Moscoso)

MY MEXICAN BRETZEL (Nuria Giménez)

Primera película: 

VISION NOCTURNA (Carolina Moscoso)

Película de mi país:

MY MEXICAN BRETZEL (Nuria Giménez)

Película de la pandemia: 

Y LA VIDA CONTINÚA (Abbas Kiarostami)

Eduardo Rojas, crítico (Hacerse la crítica), Argentina

Las especiales circunstancias de este año de pandemia me han impedido, como a tantos, acercarme a la diversidad del cine de todo el mundo. Por ello la mayor parte de mis elecciones se centran en películas argentinas. Aún si esas circunstancias hubieran sido otras, cada una de las elegidas hubiera ocupado un lugar en mi consideración.

Las cinco:

Adiós a la memoria, Nicolás Prividera.

Otra vez Prividera con su tema como estigma; el de la Argentina de, por lo menos, los últimos cuarenta años, el de la Argentina por venir.

Implacable, la memoria es un dolor imprescindible para seguir.

El premio, Paula Markovitch. Estreno tardío en la Argentina, Markovitch narra con un rigor bressoniano, la historia semiautobiográfica de una niña y su madre (sobre)viviendo en una casilla junto al mar, en la semiclandestinidad que les impone la dictadura. Una historia de iniciación marcada por cuatrocientos, mil golpes de miedo y austeridad narrativa.

Richard Jewell. Eastwood sigue contando la contra historia de los Estados Unidos. El segundo plano de la historia oficial, desborda de víctimas y perdedores que contradicen a aquella. Como a De Oliveira, los años lo despojan de artificios y pretensiones. Cada uno de sus planos es esencial e inmodificable.

Esquirlas, Natalia Garayalde. Garayalde es una sobreviviente de la Argentina menemista, ella era una niña que vivía con su familia en Río Tercero, Córdoba, cuando el poder político hizo volar la ciudad para ocultar uno de sus negociados. 

Garayalde monta videos familiares de antes del atentado y del horror sobreviniente. La subjetividad le otroga el tono justo, el único para abordar esta historia desmesurada de un mal humano, demasiado humano.

Al acecho. Pablo Silva lleva adelante un thriller pequeño y sólido, en el poco frecuentado espacio del Parque Pereyra Iraola, que bajo su mirada revela sus posibilidades cinematográficas. Acción pura y sin subrayados, personajes que se definen mediante ella, y la presencia sólida de Rodrigo De La Serna, un actor enorme y sin límites.

Ópera prima y película argentina

Por las razones apuntadas elijo ex aequo a Esquirlas y El premio. Y a Adiós a la memoria como el film que destaco de mis país.

Film de la pandemia

Una película que he sentido presente durante este año de pandemia: Un condenado a muerte se escapa de Robert Bresson. Película que me permitió, a mis quince años, descubrir que el cine  podía ofrecerme otros lenguajes y otras posibilidades, más allá de las que conocía en las películas que ya amaba. Como toda obra maestra, Un condenado…tiene un discurso para cada época, y éste año le tocó hablar en mi memoria de peste y epidemias.

Carla Maglio, crítica (No Viste Nada), Argentina

Cinco películas de 2020 [en el orden en que las vi]

Chihuo Quan Wang [Chasing Dream], Johnnie To [China, 2019] *

Rizi [Days], Tsai Ming-liang [Taiwan, 2020]

El año del descubrimiento, Luis López Carrasco [España, Suiza, 2020]

Mes chers espions, Vladimir Léon [Francia, 2020]

Anunciaron tormenta, Javier Fernández Vásquez [España, 2020]

Begzor Begzar, Bijan Anquetil [Francia, 2020].

Película argentina

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse, Pablo Weber [Argentina, 2020]

Votación excepcional

Dos-Buldi-Dos, Lev Kuleshov-Nina Agadzhanova. [URSS, 1929]

José Luis Torres Leiva, cineasta (Vendrá la muerte y tendrá tus ojos), Chile

(Sin orden particular)

1. The Works and Days (of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin) (C.W.Winter, Anders Edström, 2020)

2. Rizi (Tsai Ming-liang, 2020)

3. Domangchin Yeoja – La mujer que corre (Hong Sang-soo, 2020)

4. First Cow (Kelly Reichardt, 2020)

5. El año del descubrimiento (Luis López Carrasco, 2020)

Bonus cortos:

Point and Line to Plane (Sofia Bohdanowicz, 2020) + In My Room (Mati Diop, 2020)

Opera prima:
A Metamorfose dos Pássaros (Catarina Vasconcelos, 2020)

Película de mi país
El tango del viudo y su espejo deformante (Valeria Sarmiento & Raúl Ruiz, 2020) + La muerte está en los catres (Ronnie Fuentes Salinas, 2020)

En pandemia:

Four Sons (John Ford, 1928)

Juan Pablo Cinelli, subeditor de la sección Cultura (Tiempo Argentino) y crítico (Página 12), Argentina.

Cinco películas por orden alfabético

Sound of Metal (Darius Marder)

Un baterista de heavy metal se queda sordo: tal vez no exista otra metáfora tan atroz como poética para expresar el fin del mundo. En especial en un año en el que esa figura se volvió más prosaica y presente que nunca: ¿o acaso existe otro fin del mundo que no sea el propio? En esa tragedia también se cifra el retrato de una masculinidad que debe reconstruir desde cero su vínculo sensible con el entorno.  Sound of Metal consigue, además, contar el drama de una vida desde el silencio, extrayendo de él una paleta expresiva inesperadamente generosa. 

Space Dogs (Elsa Kremser y Levin Peter)

Una pandilla de perros vagabundos deambula por los suburbios moscovitas, recorriendo las mismas calles que 70 años atrás pisaron los primeros viajeros espaciales: otros perros callejeros de la capital rusa. Space Dogs puede ser vista como realismo sucio con perros o como una película de fantasmas caninos orbitando el planeta. Pero también como un estudio sobre el choque entre lo humano y lo animal; como un prodigioso documental de observación; o un trabajo virtuoso en el uso de la cámara, que le permite al espectador recorrer Moscú como si fuera un miembro más de esa barra de perros en busca de su destino.

The Souvenir (Joanna Hogg )

En su capa más superficial, The Souvenir retrata a una joven aspirante a cineasta en los años ‘80 a través de las grietas que un primer amor turbulento va abriendo en ella. Una historia tormentosa y apasionada, cargada con iguales dosis de placer y dolor. Pero además es un ensayo sobre el cine construido a partir del diálogo que se produce entre el desarrollo de la trama y una serie de ideas dispersas que la película inyecta a través de distintos personajes. Una narración que apropia para el séptimo arte las cualidades estéticas del romanticismo decimonónico.

The Wolf of Snow Hollow (Jim Cummings)

Una de las virtudes del estadounidense Jim Cummings es la capacidad para traficar sus obsesiones a través del cine clásico. Como su trabajo anterior, Thunder Road (2018), The Wolf of Snow Hollow es un verdadero cóctel molotov de géneros que reúne comedia, terror, policial y drama familiar con una naturalidad que asombra. Con esas herramientas consigue poner en escena una instantánea de un modelo masculino que se encuentra en plena transformación y que necesita desesperadamente del auxilio femenino para encontrar el camino correcto. Contar todo eso a través de una historia de hombres lobo es un hallazgo lúcido y maravilloso.

Zurita, Verás no ver (Alejandra Carmona Connobbio)

El poeta chileno Raúl Zurita y su obra son a la vez objeto y sujeto de este documental, que recorre al artista como si se tratara de un paisaje. Como si Zurita llevara a su país trazado sobre el cuerpo. En él conviven el desierto de su piel curtida, la nostalgia marina de sus ojos húmedos y el brutal temblar de la tierra, que el Parkinson replica en esos espasmos que lo sacuden como si una mano gigante lo estrujara por dentro. No hay mejor avatar gráfico para sus versos, a la vez terribles y sublimes, que esa superposición entre cuerpo y geografía. 

Ópera prima

A volta ao mundo quando tinhas 30 anos (Aya Koretzky)

El modelo de documental en el que un hijo redescubre a sus padres a través del montaje de material extraído del archivo familiar se ha convertido en un género por derecho propio. La portuguesa Aya Koretzky intenta encontrarse a sí misma en las fotos y en el diario que escribió su padre japonés durante un viaje alrededor del mundo que hizo cuando tenía la misma edad que ahora tiene la directora. Un juego de espejos en el que la memoria y las vivencias paternas se convierten en una herencia reclamada.

Película argentina

Lluvia de jaulas (César González)

Una película de frontera filmada sobre un límite geográfico que también mantiene separadas en compartimentos casi estancos a las castas sociales. Un relato que César González aborda no como un observador ajeno, sino en primera persona, como miembro de esas comunidades a las que la miseria deja al otro lado del alambrado de la inclusión. En ese sentido, su figura es única en el cine argentino: un Pasolini que juega de local, capaz de ofrecer un retrato de clase tomado desde el centro de la pobreza. Un autorretrato, en realidad, que él ha sabido pintar valiéndose del espejo colectivo de la vida villera.

Votación excepcional

The Entity (Sidney J. Fury)

La adolescencia me había dejado en la memoria la idea de que no podía haber una película más aterradora que El ente. Volver a verla no solo me lo confirmó, sino que además me reveló la audacia de un guión que, con el género del terror como herramienta, puso en escena con casi 40 años de anticipación muchas de las atrocidades que en la actualidad los movimientos feministas identifican como productos de un mundo regido por la ley del macho. De yapa, me permitió redescubrir el gran trabajo de Barbara Hershey en el papel protagónico. The horror… the horror.

Thiago B. Mendonça, cineasta y crítico (Jóvenes infelices; Revista Época), Brasil

Cinco películas dela ño

“Sibéria”, Abel Ferrara

“Malmkrog”, Cristi Puiu

“Bitter Bread” Abbas Fahdel

Genus Pan” Lav Diaz

“Sertânia”, Geraldo Sarno

Menciones honorables: 

“The Nose or the Conspiracy of Mavericks”, Andrey Khrzhanovsky

“America”, Garret Bradley?

“The Cordillera of Dreams”, Patricio Guzmán 

Opera prima: 

Pari, Siamak Etemadi

Pelicula de Brasil

“Sertânia”, Geraldo Sarno

Menciones honorables: 

“Luz nos trópicos”. Paula Gaitan 

“O que há em ti”. Carlos Adriano

Film presente durante la pandemia

The Ballad of Narayama, Shohei Imamura 

The Hole, Tsai Ming-Liang

Juan Villegas, cineasta (Sábado, Los suicidas, Ocio, Victoria, Las Vegas, Los trabajos y los días), Argentina. 

Mejores cinco

The King of Staten Island (Judd Apatow) 

Apatow es un director con coraje, gracia y corazón. Y acá lo vuelve a demostrar. Pete Davidson es un genio molesto y encantador. Y Marisa Tomei ilumina todo. Apatow ya no hace comedias, sino dramas desgarradores disfrazados de ligereza. Hay humor, pero sobre todo el dolor de no encajar. 

Fourteen (Dan Sallit)

Uno de los estrenos en la Argentina de Puentes de Cine, la plataforma revelación del año. El cine de Sallit parece simple, pero no lo es. Es una artesanía de los sentimientos, que nos acerca y así nos conmueve, como una resistencia frente a la mayor parte de las películas, que parecen hechas desde lejos y nos dejan lejos. 

Onward (Dan Scanlon)

Excelente, emotiva y muy inteligente, por alguna razón fue injustamente menospreciada. Es una aventura con nobleza clásica y espíritu moderno. Puede verse como una adaptación solapada de «Historia de los dos que soñaron», el breve y genial relato de Borges.

Uncut Gems (Benny y Josh Safdie)

Pura tensión y nervio. Sandler no necesita del prestigio para que lo amemos, pero tampoco podemos negar que acá vuelve a mostrar que es un genio de la actuación. Una película tal vez demasiado efectiva, demasiado perfecta en la arquitectura de su guion, pero no por eso menos disfrutable. 

Ella es Cristina (Gonzalo Maza)

Una película inusual, sobre todo para el cine latinomericando, en el que siempre prevalece la sordidez. Una comedia independiente que no se burla de sus personajes. Una película que rescata la nobleza de los sentimientos de sus dos protagonistas sin dejar de mostrarlas frágiles y equivocadas. Debería verse en la Argentina. 

Ópera prima

Palm Springs (Max Barbakow)

La sorpresa del año, en la mejor tradición de la comedia fantástica norteamericana. Una película divertida, original, pero también molesta e incómoda. 

Mejor película argentina

De la noche a la mañana (Manuel Ferrari)

Soy coproductor, pero de todos modos la elijo, porque ninguno de sus méritos me pertenece. Todos les corresponden a Manuel Ferrari, que hizo una comedia paranoica fina y elegante. En una cinematografía normal, Esteban Menis sería una estrella. 

Votación excepcional

Le Bonheur / Happiness (Agnès Varda)

Tal vez la mejor película feminista de la historia. Así la describió su propia directora: «una hermosa fruta de verano con un gusano adentro”. Es que es una película visualmente deslumbrante y aparentemente ligera y feliz, pero en realidad es crítica, molesta y punzante. Verla en 2020 me hizo pensar de nuevo en el cine de la década del 60, pero sobre todo en la chatura de la mayor parte del cine contemporáneo. 

Iván Zgaib, crítico (La vida útil – La Nueva Mañana), Argentina. 

Querido Roger: este año me resulta más difícil que otros hacer la lista, considerando todo lo extraño que sucedió los últimos meses y cómo eso impactó en el cine (y en nuestras vidas, claro). A riesgo de faltar a tu consigna, me limito a elegir sólo las películas que considero van a sobrevivir al paso del tiempo (de las que pude ver, por supuesto).

A. VOTACIÓN GENERAL 

First Cow (Kelly Reichardt)

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

B. FILM NACIONAL

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Weber) 

/  Adiós a la memoria (Nicolás Prividera).

De maneras muy distintas, estas dos películas trabajan sobre la imagen y sus texturas. Prividera se apropia del grano de los videos caseros y lo despoja de todos los usos que suele tener en el cine argentino contemporáneo: lo des-romantiza, licúa su pulsión melancólica y drena los dramas personales para vislumbrar las tensiones de un país entero. Pablo Weber abraza la materia del digital y trabaja con ello: altera el arsenal de archivos flotando en la web. Produce imágenes de lo no-humano, tan bellas como aterradoras, cuyo efecto cautivante se sostiene por una sospecha. Nos hace preguntar, una y otra vez, qué es lo que estamos viendo. Si nos podemos emocionar con sus engendros marítimos nadando en una laguna de partículas sintéticas. Y por sobre todas las cosas, si este terreno minado de registros visuales y satelitales puede considerarse una huella de lo real. 

C. VOTACIÓN EXCEPCIONAL 

Tea and Sympathy  (Vincente Minnelli) 

Durante los primeros tiempos de la pandemia vi muchas películas de Minnelli; las más conocidas que suelen llevarse los honores, y algunas un poco más oscuras y olvidadas. Me arriesgaría a decir que Tea and Sympathy pertenece al segundo grupo, pero merece estar en el primero. Un melodrama que rompe el género desde adentro, como un topo infiltrado. Un film que se apropia de los arquetipos masculinos y femeninos de los suburbios americanos y los observa más allá de sus rasgos aparentemente esenciales, más allá de los afectos que Hollywood y toda una cultura erigieron como universales. La primera vez que vi esta película me sentí profundamente conmovido y apabullado por sus agallas: Minelli rompe la masculinidad en un gesto similar al que tuvo Sirk con la feminidad (All that Heaven Allows), radicaliza la vulnerabilidad del patriarca que había filmado Ray (Bigger Than Life) y anticipa la sensibilidad queer de Haynes (Far from Heaven). Todo desde el corazón de Hollywood, con una preocupación mucho más contemporánea que propia de los años ‘50. Pero además, su verdadero hallazgo es conjurar un prisma a partir de la física del plano: se inmiscuye en los palacios suburbanos y quiebra la imagen a través de ventanas, espejos, puertas, espacios vacíos. Cada elemento desdobla la arquitectura visual, pone en crisis su aspecto brillante de felicidad achatada. En su modo de mirar, nos hace descubrir que la quimera triunfal de las familias en los ‘50 (aspiradoras Hoover, televisores motorola, heladeras monstruosas y jardines gloriosos) eran un mito. Y que detrás del espectáculo siempre había otros hombres y mujeres, deseando y sufriendo, en silencio.

Pedro Butcher, crítico (Valor Econômico) y programador (Cine BH – Belo Horizonte Int’l Film Festival), Brasil

Cinco película o siete… 

No sé si es una coincidencia, pero la mayoría de las películas que elegí las he visto en pantalla grande, en Tiradentes y Berlín, durante los dos festivales que pude participar antes de la pandemia. Las excepciones son «O que há em ti», by Carlos Adriano y «This Sporting Life», de Abel Ferrara.  

O que há em ti, Carlos Adriano

Domangchin yeoja / The Woman Who Ran, Hong Sang Soo

Rizi / Days, Tsai Ming Liang

First Cow, Kelly Reichardt

Sertânia, Geraldo Sarno

Y también Siberia and Sportin’ Life, Abel Ferrara

Primera película:

Cabeça de nego, (Deo Cardoso)

Película de mi país

-A morte branca do feiticeiro negro, Rodrigo Ribeiro

Película excepcional:

L’armata Brancaleone, Mario Monicelli (1966)

Regresar a la comedia italinia resultó ser un deleite, y esta es por supuesto especial, debido al fondo que no es otro que el de la plaga en la Edad Media.

Nicolás Zukerfeld (Director de cine, miembro del staff de Revista de cine)

Elegir 5 películas por orden aleatorio o prioridad (como gusten) que hayan sido estrenadas en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020.

No hay en estas cinco películas ningún criterio específico, más que el placer de haber encontrado luz entre tanta oscuridad. Con la creencia en el género, en los inventarios, en la política (de las formas y de las otras), en los retratos pacientes y minúsculos. Pero también, algunos agregados que hacen de esa luz algo brillante y primitivo y que la vuelve estroboscópica para dejarnos ver lo que hay “entre” las imágenes. 

 “Freaky” (Christopher Landon)

 “Alone” (John Hyams)

“El año del descubrimiento” (Luis López Carrasco)

“Colección privada” (Elena Duque)

“Médium” (Edgardo Cozarinsky)

BONUS TRACKS: “Hubie Halloween” (Steven Brill) y “Movie that invites pausing” (Ken Jacobs)

Elegir una ópera prima estrenada en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020. Este film puede repetirse o no entre los cinco elegidos más arriba. 

Realmente se me complicó encontrar una ópera prima del 2020. Entonces hice un poquito de trampa y fui a una segunda película, pero en este caso de un director cuya primera película es un documental. Entonces, podría decir que elegí la ópera prima de ficción de Darius Marder.

“The Sound of Metal” (Darius Marder)

Elegir un film del país en el que viven o del que tienen nacionalidad, estrenado en cines, plataformas y festivales, preferentemente en el 2020. Este film puede repetirse o no entre los cinco elegidos más arriba. 

“Isabella” (Matías Piñeiro)

Votación excepcional: Para esta ocasión, como solemos hacer, les pediré que simplemente nombren un film de cualquier época que haya estado presente durante la pandemia, una película vista o sentida muy cerca a lo largo de este año tan anómalo como desesperante.

“Sullivan’s Travels” (Preston Sturges)

Pero no puedo dejar de mencionar dos series: “The Office” y “Seinfeld”. Es decir, obras hechas por saltimbanquis, payasos, bufones de todas las épocas y naciones cuyos esfuerzos me han aliviado la desesperación. 

Marco Arrocha, programador (Muestra de cine de Lanzarote), España

(Aleatorio)

MALMKROG (Cristi Puiu)

DAYS (Tsai Ming Liang)

DWELING IN THE FUCHUM MOUNTAINS (Gu Xiaogang)

LAS POETISAS VISITAN A JUANA BIGNOZZI (Laura Citarella, Mercedes Halfon)

CITY HALL (Frederick Wiseman)

Primera película: 

BEGINNING (Dea Kulumbegashvili)

Película de mi país:

DERIVAS (Nayra Sanz)

Película de la pandemia: 

DUCK SOUP (Leo McCarey)

 Axel Kuschevatzky, crítico (TNT), Argentina

Nuevamente, una lista de films que me impactaron emocionalmente, sin orden particular. ¿Son los mejores del 2020? Ni idea, pero siguieron rondando en mi cabeza desde que los vi hasta el dia de hoy. 

Un detalle que positivo el apocalíptico 2020 me dejó: hacía mucho tiempo que no veía tantas y muy buenas películas dirigidas por mujeres. Lo leo como una señal muy saludable de un sistema que, imperfecto aún, está lentamente volviéndose más diverso. Seguro que falta un montón para que sea equilibrado, pero veo un movimiento que me gusta mucho.

Los cinco films:

Uncut Gems

Nomadland

The Farewell

The King of Staten Island

Sound of Metal

Película del país donde vivo: 

The Assistant

Opera prima: 

Sorprendentemente no vi tantas óperas primas que me dejaran sin aliento pero si muchas y muy buenas segundas películas o primeras películas de ficción de cineastas que venían del documental, como The Assistant.

Película que me acompañó: 

La piel dura (L´Argent du Poche, 1976) de Francois Truffaut.

Federico Robles: realizador (Apuntes para una herencia) y director del Posgrado en Documental Contemporáneo UNC-UBP, Argentina

MIS PELÍCULAS DEL 2020 en orden de prioridad:

1 – Nunca, casi nunca, a veces, siempre / Never, rarely, sometimes, always  (Eliza Hittman)

2 – Chaco / Chaco (Diego Mondaca)

3 – El año del descubrimiento / The year of discovery  (Luis López Carrasco)

4 – En la oscuridad / In the Dusk (Sharunas Bartas)

5 – Río Turbio / Shady river (Tatiana Mazú)

OPERA PRIMA
Los Conductos / Los conductos (Camilo Restrepo)

DE MI PAÍS
Elijo dos, si se me permite: 

1- Los hombres que sueñan con animales / Men who dream with animals (Lucas Distéfan)

2- Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse / Homage to the Work of Philip Henry Gosse
(Pablo Martín Weber)

PELÍCULA ESPECIAL DEL 2020

Diego Maradona / Diego Maradona (Asif Kapadia)

Alejandro Cozza, cineasta (El oso antártico) y crítico (Diorama), Argentina.

Hacer un balance de este año es sumamente difícil sin tomar mínimamente una cierta perspectiva y distancia temporal de los hechos.  Este presente no es el mejor consejero para nada. Por ende la elección de las películas significativas de este año debería ser revisadas con una distancia mucho mayor en futuras relecturas. Es cierto que siempre es necesario volver sobre nuestros pasos como espectadores y enfrentarse a nuestros gustos y criterios del pasado, para afirmar o revisar, pero creo que particularmente lo que sea, o cómo sea, que hayamos visto este año de seguro tuvieron un velo deformado más contundente que lo habitual. La elección que hago es solo de obras que persistieron por mayor tiempo en mi mente o se distinguieron de la sobreabundancia a la que me enfrenté como espectador.

First Cow (Kelly Reichardt)

Harley Queen (Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda)

Frem (Viera Čákanyová)

The Woman Who Ran (Hong Sang-soo)

Mes chers espions (Vladimir León)

Bonus: Don´t Rush (Elise Florenty & Marcel Türkowsky)

Opera Prima: 

The Vast of the Night (Andrew Patterson)

Película nacional (me llama la atención que, por más vicio de chauvinismo que pueda tener mi elección, las dos mejores películas nacionales que vi este año por lejos, son de la provincia donde resido, Córdoba): 

Esquirlas (Natalia Garayalde) y el cortometraje Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Weber)

Una película que acompañó la pandemia: 

Obviamente fueron decenas y decenas de descubrimientos y revisiones que hice a lo largo del año. Desde revisar las películas tapadas de décadas enteras (me dedique por ejemplo fuertemente a los ´70 y un tanto a los ´90) o profundizar sobre géneros enteros (el Giallo en particular y el Euroterror en general, o el Realismo poético francés). Por eso prefiero no elegir una sola película sino la obra de un director enorme que pide a gritos revisiones, el escocés Bill Forsyth, quien se convirtió tal vez en el cineasta más citado entre mi grupo de amigos cinéfilos a lo largo del año. Local Hero, Housekeeping, Gregory´s Girl, That Sinking Feeling y Comfort and joy son comedias sociales y melancólicas geniales, que hacen hincapié en localías geográficas muy particulares, un cuerpo de obra que debiera hacer reformular la década del ´80 en los manuales de historia del cine. 

Sofía Ferrero Cárrega, crítica (La Voz del Interior) y programadora (FIDBA), Argentina

En este insólito año algo insospechado sucedió en el ámbito cinematográfico: durante las primeras semanas de la cuarentena varias productoras liberaron parte de su catálogo y así el acceso a otro tipo de cine impulsado por la solidaridad, fue colectivo. Decisión altamente política que va en contra de un sistema clasista, jodido y centralista como el de la distribución cinematográfica.

Lo mismo sucedió en varios festivales de cine. Los que decidieron (y pudieron) sostener sus ediciones 2020 de manera virtual, tomaron la decisión de que fuera gratuito y federal. Así lo hizo el festival Internacional de cine de Mar del Plata y de repente en todo el país se pudo ver (legalmente) la última de Hong Sang-soo..

La cinefilia en cuarentena fue una experiencia que se hizo extensiva y posible para muchas más personas. Algunas personas cercanas que solían hablar de las películas que veían en términos de “consumo” salieron de los lugares usuales y tuvieron acceso y tiempo para ver otras cosas y dejar de consumir, aunque sea por un rato. El consumo, entendí, está indefectiblemente ligado a la comodidad del acceso, a la facilidad de darle Click. Por eso, productoras como Pampero, que subieron su catálogo a Youtube, tuvieron miles y miles de visionados en películas que experimentaron eotra recepción en sus momentos de estreno. 

El acceso + el tiempo fue la clave. Convivir con el tiempo, abrazarlo, llevarse bien con él y dejar que suceda. 

Y para lxs críticxs que trabajamos de ver cine y que la vorágine de lo que “hay que ver” se multiplica, la incertidumbre y, de nuevo, el tiempo, nos obligó a detenernos y a elegir. En mi caso volví al cine clásico, a los melodramas de Douglas Sirk, a los musicales de los 50 y a leer lo que tenía ganas y reconectarme con el cine fuera de las obligaciones. 

Esta película asombrosa, cautivante y calma es el film que se me hizo cuerpo este año. Es un documental altamente íntimo y político, que muestra las consecuencias directas de vivir en un lugar del mundo en determinado momento histórico con determinados políticos que toman determinadas decisiones inconcebibles para la inocencia del ciudadano contemporáneo. Esquirlas es pequeña y es enorme, es celular y es mundial, es íntima y es monumental. Es una radiografía del mundo en la década del 90 hecha carne en una familia de Rio Tercero, Córdoba. Son las esquirlas que deja la explosión de la fábrica de armas en la vida de una familia a través de los años.

The Woman Who Ran de Hong Sang-soo

Hace varias películas atrás, las películas de Hong están protagonizadas por mujeres o mujer, la misma. Pero es en ésta donde hay un claro giro en la posición de estas mujeres y su manera de estar en el mundo. Los personajes masculinos que aparecen son una molestia, irrumpen, buscan romper, desacomodar con su presencia, con sus caprichos. Y Hong no romantiza aquí estos vínculos ni situaciones. Las mujeres pasan a otro tema y los varones, con sus prepotencias y caprichos, son dejados en evidencia.

Un cuerpo estalló en mil pedazos de Martín Sappia

El film de Martín Sappia es un justo retrato del artista Jorge Bonino, quien es narrado a través de anécdotas y descripciones de las personas que lo amaron. Nunca vemos sus rostros porque la cámara se pasea y describe los lugares donde vivió y se movió el artista. Y es el montaje el que conjura este encuentro amoroso y arrollador entre relato e imágenes.

Una chica fácil de Rebecca Zlotowski’s

Desde el título, el visionado de este film es un gran desafío. Confronta con estereotipos, prejuicios, hegemonías de belleza, violencias y expectativas sobre lo que puede o no hacer una mujer con su capital erótico. 

Dick Johnson is dead de Kristen Johnson

Hay una incomodidad en el dispositivo central del documental de Kirsten Johnson que hace que la película sea absolutamente convincente y es la incomodidad del humor negro: Cuando la demencia deja al padre de la directora incapaz de vivir solo, ella se lo lleva a su departamento. Es el comienzo del final y Johnson decide ponerle palabras e imágenes concretas a esa pronta muerte. 

Film de mi país:

Esquirlas

Opera Prima:

Esquirlas

Me gustaría hacer mención al talentoso equipo de trabajo de las películas cordobesas Esquirlas y Un cuerpo estalló en mil pedazos y a Eva Cáceres, la productora de ambas. 

Películas que me acompañaron en la pandemia:

Son las de la directora mongola Byambasuren Davaa (La historia de camello que llora; la cueva del perro amarillo).

André Novais Oliveira, cineasta (Temporada), Brasil

Mis cinco películas

First Cow, Kelly Reichardt

República, Grace Passô

Pisada Forte, Coletivo Beture de Cineastas Mebengokre

Fartura, Yasmin Tayná

Cadê Edson, Dácia Ibiapina

Este año he visto muchas películas en plataformas, pero también muchas de ellas estaban fuera de estas, en especial debido a que participé principalmente en la curaduría de la Mostra Brasileña Contemporánea en Forum.Doc BH. Hubo cientos de cortos y largos y algunos fueron muy memorables. De este proceso de visionado salen tres de las cinco elegidas (Pisada forte, Fartura y Cadê Edson). Destaco la película Pajeú, de Pedro Diógenes, por la forma de abordar un tema tan importante para nuestra época. Y, finalmente, como película de estreno, elijo Cavalo, de Rafhael Barbosa y Werner Salles Bagetti, uno de los pocos largometrajes producidos en el Estado de Alagoas, cuya fuerza radica en su fuerza única para mostrar la danza y lo ancestral. 

Primera película

Cavalo, Rafhael Barbosa e Werner Salles Bagetti

Película de mi país

Pajeú, Pedro Diógenes

Gustavo Fontán, cineasta (La deuda), Argentina

Un año inédito. ¿Puede no atravesarnos? Estoy seguro que no. Lo que no sé es cómo alterará nuestra mirada, cómo afectará al lenguaje. Pensé mucho en eso. Por supuesto sin encontrar respuestas.

En este año inédito, vi poco cine. Siempre veo poco, esa es la verdad. Leo mucho más. Pero este año fue particular en este sentido.

Hay tres películas, de todos modos, entre las que vi, que me miraron. Y cada vez que una película me mira y me interpela siento una inefable felicidad. Son:

RÍO TURBIO, de Tatiana Mazú González

LLUVIA DE JAULAS, de César González

PLAYBACK. ENSAYO DE UNA DESPEDIDA, de Agustina Comedi 

Una película que volví a ver, porque me hace bien, es NUNCA SUBÍ EL PROVINCIA, de Ignacio Agüero. (Si pueden no dejen de leer el Fanzine sobre el cine de Agüero que hicieron Maia Gattás Vargas, Pablo Boido y Abalén Najle, editado por el Programa de Cine de la Universidad Torcuato Di Tella).

No quiero dejar de nombrar tres libros, que me ayudaron a pensar el cine y la vida, en el orden que quieran:

NATURALEZA MODERNA, de Derek Jarman

EL ENSAYO DE CRISTAL, de Anne Carson

ANIMAL DE INVIERNO, de José Watanabe

De este último libro, me gustaría compartir con ustedes un poema:

Mi ojo tiene sus razones

Creo que mi ojo tiene un arbitrario criterio de selección.
Obviamente hubo más paisaje alrededor,
imposible que sólo fuéramos ella y yo en el rompeolas.

Soy de repeticiones, como todos. Entonces puedo suponer que
si hubo niebla
le dije: botes en la bruma pueden ser sólo reflejos, espejismos,
y le mencioné el antiguo haiku de Harumi:
          “Entre la niebla
          toco el esfumado bote.
          Luego me embarco.”

Si hubo sol
le tomé fotografías con el hueco de la mano y acaso la azoré
diciéndole: posa con los senos hacia el viento.
Si pasaron gaviotas y ella las admiró, le recordé
que eran aves carniceras y que únicamente su feo canto es honesto.
Mi ojo todo lo veía, no descartaba nada.
Entramos en el mar por el rompeolas de rocas cortadas.
Sobre una roca saliente ella recogió su falda
​          y deslizó sus pies hacia el agua.
Sus muslos desnudos hallaron comodidad en la piedra.

Era particularmente raro
el contraste de su muslo blanco contra la roca gris:
su muslo era viviente como un animal dormido en el invierno,
la roca era demasiado corpórea y definitiva.

Hubiera querido inscribir mi poema en todo el paisaje,
pero mi ojo, arbitrariamente, lo ha excluido
y sólo vuelve con obsesiva precisión
a aquel bello y extremo problema de texturas:
​el muslo
​contra la roca.

Griselda Soriano, crítica (El Ángel Exterminador), Argentina

5 películas:

El año del descubrimiento  (Luis López Carrasco). Porque necesitamos un cine dispuesto no solo a hablar sino también y sobre todo a escuchar y a ir al encuentro de los otros; un cine capaz de pensar el presente de la mano del pasado, con todas sus contradicciones, su esperanza y sus desencantos.

Como el cielo después de llover (Mercedes Gaviria)

Never Rarely Sometimes Always (Eliza Hittman)

Río Turbio (Tatiana Mazú)
Hay mucho para decir sobre estas tres películas que poco y nada tienen en común salvo por el hecho de que cada una de ellas logra articular, de manera singular, una mirada de género para pensar el cine y el mundo.

Historia de lo oculto (Cristian Ponce)
Una película que hace de los límites virtud, que derrocha amor por el cine pero no se queda en el guiño por el guiño, que en un mismo movimiento se apropia del género y se corre de las fórmulas para recordarnos el placer de que nos cuenten una buena historia fantástica.

Ópera prima
Como el cielo después de llover (Mercedes Gaviria, 2020):

El primer largo de Gaviria es mucho más de lo que aparenta ser a simple vista. Lejos de ser otro documental autocomplaciente en primera persona, Como el cielo después de llover se ancla en un punto de vista -que, sí, es personal, pero también es audiovisual y político- para articular una voz crítica, incisiva y amorosa al mismo tiempo, e invitarnos a repensar cómo nos relacionamos con nuestros padres, cinematográficos y de los otros. Que al fin y al cabo es también pensarnos a nosotras mismas.

Película de mi país

Historia de lo oculto (Cristian Ponce). Por todo lo dicho antes. También podría haber sido la opera prima.

Votación excepcional:  

Recuerdos del ayer (Isao Takahata, 1991). 
Como todo el mundo este año, en algún lugar tuve que refugiarme; como quien vuelve a visitar los lugares donde fue feliz, me puse a repasar la filmografía de Studio Ghibli. Podría elegir casi cualquiera de sus películas, pero elijo esta no solo porque es una película sobre una chica que regresa a casa para preguntarse qué será del futuro sino también porque no es tan conocida como otras y quizás sirva para que alguien se encuentre con ella por primera vez. Si Ozu hubiera hecho películas animadas, habría hecho Recuerdos del ayer.

Frédéric Jaeger, crítico de cine (critic.de) y programador (International Film Festival Mannheim-Heidelberg), Alemania

Beginning (Dea Kulumbegashvili) 

Love Affair(s) (Emmanuel Mouret) 

Simple Passion (Danielle Arbid) 

City Hall (Frederick Wiseman) 

The Disciple (Chaitanya Tamhane) 

Primera película:

My Mexican Bretzel (Nuria Giménez Lorang) 

Película del país que resido:

Mandibles (Quentin Dupieux) 

Película en la pandemia:

Another Round (Thomas Vinterberg)

Santiago Gonzalez Cragnolino, crítico (Con los ojos abiertos), Argentina

Cuando la crítica sufre el síndrome de primera personitis (un cuadro agudo que combina solipsismo, opinionologismo, miopía y otros males), muchas veces es tan malo el remedio como la enfermedad- ¿Qué tal este consejo de Lorrie Moore?: “No es obligación escribir siempre en la acreditada voz en tercera persona de Dios: si fallas en sonar como Dios (y seguramente fallarás) puedes terminar sonando como la solapa de un libro”.- Si bien la calidad de los croissants ingeridos en el desayuno o la firmeza del colchón en la que durmió la persona que escribe no deberían ser ejes de análisis de una crítica cinematográfica, es cierto también que son demasiado borrados los rastros de la experiencia subjetiva altamente contingente de ver una película en un momento y en un lugar específico. No tengo una solución muy clara al dilema, apenas algunas especulaciones a ser llevadas a la práctica. Sí espero que esto funcione como prefacio a mi breve lista. Las tragedias sociales y personales no afectan meramente el disfrute (caprichoso como es) sino la motivación (o las motivaciones: más complejas y de mayor alcance) para ver películas. En la bruma turbia de un año triste y prepotente, de pocas luces, igualmente se me vienen a la memoria algunos ejemplos de lo más esperanzadores. Desde escalas muy distintas de producción, todos ellos sirven para reafirmar que el cine es una forma privilegiada de exploración del espacio exterior, el espacio interior y la relación entre ambos. Ojalá el año que viene esta lista sea más extensa y no esté conformada sólo por películas vistas en mi computadora. Junto a la pandemia avanza la privatización de toda experiencia imaginable. Volver a las salas de cine no será sólo un antojo, sino una modesta forma de defensa del espacio público.

Mis películas:

Red Post on Escher Street (Sion Sono)

First Cow (Kelly Reichardt)

Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse (Pablo Martín Weber)

Ópera prima:

Esquirlas (Natalia Garayalde)

Fernando Luis Pujato – crítico de cine (La furia umana, Perro Blanco) Córdoba, Argentina

Days (Tsai Ming-liang)

First Cow (Kelly Reichardt)

Long Day’s Journey into Night (Bi Gan)

Le sel des larmes / The Salt of Tears (Philippe Garrel)

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (José Luis Torres Leiva)

Película de mi país:

Medium (Edgardo Kozarinsky)

Primera película

Giorgobistve / Falling Leaves (Otar Iosselani) –gracias Fernando Martín Peña y Roger Koza por el ciclo de óperas primas.

Film de la quarentena -un hallazgo en el medio de tanto dolor:

Ménilmontant (Dimitri Kirsanoff)

La soledad y el desamparo en un banco cualquiera de una plaza cualquiera de un gélido invierno parisino y, al mismo tiempo, la solidaridad en ese mismo banco; un trozo de pan convertido en el hálito de una caricia. Y el reencuentro de dos hermanas, un fugaz instante de felicidad en el centro de esas vidas signadas por el dolor y la desdicha. El último plano de Ménilmontant son las manos de ninguna obrera en particular confeccionando un ramo de flores; por lo tanto son las manos de todas. La puesta en escena de Kirsanoff es sublime, dicho sea de paso.

Martin Pawley, cineasta y crítico de cine (Acto de Primavera)

5 PELÍCULAS DE 2020

THE ASSISTANT (Kitty Green). El más lúcido retrato contemporáneo del machismo y el servilismo alienante inherente al capitalismo depredador, que evoca sin miedo la herencia de Chantal Akerman. 

NEVER, RARELY, SOMETIMES, ALWAYS (Eliza Hittman). La escena que justifica el título es, probablemente, la más emocionante del año. Todo lo demás está a la altura. 

UNDINE (Christian Petzold). Aunque muy lejos de la anterior TRANSIT y sobre todo de PHOENIX, para mí una de las películas clave de este siglo, encuentro admirable la valentía del director alemán para combinar un relato de amor casi sobrenatural con el análisis lúcido de las transformaciones modernas de Berlín.

LÚA VERMELLA (Lois Patiño). El cineasta gallego se adentra en la ficción (fantástica) para fabricar su mejor película desde COSTA DA MORTE. Un salto adelante que se asienta sobre un elemento básico en su obra, la construcción de la identidad cultural como un cruce permanente entre paisaje y mito.

NOITE PERPETUA (Pedro Peralta). El mejor cineasta portugués del futuro cierra una trilogía, con MUPEPY MUNATIM y la magistral ASCENSÃO, sobre (la necesidad de) el duelo y la despedida. El corto más hermoso de un año que nos trajo otra genialidad de Sandro Aguilar, ARMOUR.
Bonus track: una espléndida película para televisión, LOVERS ROCK, lo mejor que ha hecho nunca Steve McQueen.

ÓPERA PRIMA

Creo que en el siglo XXI no tiene ya mucho sentido «pensar» en términos de óperas primas. Para alguna gente podría serlo THE ASSISTANT, primera ficción de una directora con experiencia en el documental. O SWALLOW, el primer largo en solitario de un director, Carlo Mirabella-Davis, que ha hecho antes otros trabajos. Elijo una opera prima canónica, SHITHOUSE de Cooper Raiff, que escribe, dirige, edita y protagoniza una película tan pequeña y modesta como agradable e inteligente. ¿Ha nacido una estrella

PELÍCULA DE MI PAÍS:

Ya citada en mi lista general, indiscutible: LÚA VERMELLA de Lois Patiño.

UNA PELÍCULA PARA LA PANDEMIA:

Los meses de confinamiento me sirvieron para revisar mucho cine. Empecé con películas largas, desde SHOAH al primer HEIMAT, aprovechando que había tiempo disponible. Luego me puse a ver las primeras películas sobre la otra pandemia de nuestras vidas, el SIDA, y me agradó especialmente descubrir BUDDIES de Arthur J. Bressan Jr, que se conserva muy bien. El SIDA está de fondo, metafóricamente, en una de las películas que más me fascinan de todos los tiempos, una obra maestra a la que vuelvo cada pocos meses: BOOK OF DAYS de Meredith Monk, que habla también de intolerancia y de como cualquier espacio, por neutro que parezca, acoge las huellas del pasado. Pero quiero destacar otra película distinta, una de mis favoritas de siempre, una que, de hecho, me gusta cada vez más y me hace pensar cada vez más, también el año de la COVID-19: THE DAY THE EARTH STOOD STILL de Robert Wise, un film clave para reflexionar sobre la ciencia en el cine y visionario en muchos sentidos. 

Martín Sappia, cineasta (Un cuerpo estalló en mil pedazos), Argentina

Este año el acceso a las películas ha sido muy diferente para mí. Haciendo un balance me di cuenta que los estrenos vistos fueron solo los que pude ver por plataformas como Mubi o bajando algún torrent. También que el visionado de películas fue más bien poniendo la vista atrás que en la actualidad. Es decir que re descubrí y descubrí obras más bien mirando en la historia del cine que en lo producido este año. Así me surgieron preguntas tales como ¿Hace falta algo más que ver permanentemente a John Frankenheimer, a Maurice Pialat, a Jean-Pierre Melville, Robert Bresson, Abbas Kiarostami o Jacques Becker? La respuesta es sí, siempre es maravilloso ver nuevas miradas, pero así y todo dan muchas ganas de volver constantemente a éstos maestros.

Mi lista

Primera:

First Cow de Kelly Reichardt

Sin orden:

Fourteen de Dan Sallitt.

Uppercase Print de Radu Jude

Giraffe de Sofie Hartmann

Ghost Town Anthology de Denis Côté

Opera prima:

Esquirlas de Natalia Garayalde

Mi país, Argentina:

Río Turbio de Tatiana Mazú González

Homenaje a la Obra de P. H. Gosse de Pablo Weber

Vistas:

Les amants de Montparnasse (Montparnasse 19) Jacques Becker – 1958

The Train (El tren) John Frankenheimer – 1964

Sebastián Menegaz, crítico (Con los ojos abiertos) y cineasta (La película de Manuel), Argentina

Me propuse (no siempre tuve éxito, claro, y obtuve Mank como escarmiento) no ver estrenos. Esperar la lágrima de ámbar, no adaptarme. Al menos no con la vocación del accionista. Fidelizar la ausencia. Calcular el peso, la monta, no ya de la pérdida, sino de lo insustituible. Agitar el viejo puño anti-Ersatz (ridículo, en crocs). En febrero (creo que fue en febrero) vi It Must Be Heaven en un bonito shopping de Córdoba, en su primera semana: el año ya fue todo ganancia. Y un poco antes, ibidem (comíamos turrón de Jijona: ¿era o no era enero?) La Gomera. Tengo –por otra parte– la sensación de haber visto Ficción privada en la tele, una noche de invierno (un viajero…) También: votaría por la de Di Tella durante cualquier otro Fimbulvetr. El dueto complementario, buenamente (¡Mustang Island!; o esa georgiana de título internacional cenutrio) es de lo más contemporáneo –o sea: demodé– dentro de las experiencias espectrales (Im Lauf der Zeit!) de este tiempo. Las dos del agua de la canilla: Netflix. (Con delicados taninos de algas letíficas). No sé si vi alguna opera prima –o si le presté atención a los prontuarios; bueno, no–. Sí, es el día de hoy que no puedo dormir si no abrazo a mi Aprile.

1) It Must Be Heaven (Elia Suleiman)

2) La Gomera (Corneliu Porumboiu) 

3) Ficción privada (Andrés Di Tella)

4) Mustang Island (Craig Elrod, 2017)

5) My Happy Family (Nana Ekvtimishvili, Simon Groß, 2017)

Voto especial: 

Aprile (Nanni Moretti)

Andrey Arnold, crítico, Austria

Voy a ser honesto con vos: Al pensar en las elecciones para esta lista, no me viene nada en particular a la mente. No es porque no haya visto suficientes películas interesantes este año. Las vi. Es porque mi conexión con la cultura cinematográfica mundial como una valiosa fuente de significado ha estado disminuyendo desde hace algún tiempo. Y porque esta desconexión se ha incrementado por la pandemia y sus implicaciones. Más que nunca me parece claro que para que todas las propiedades catárticas, políticas y mágicas atribuidas al cine por sus muchos partidarios surtan efecto más allá del ámbito personal (lo cual es un hecho de cualquier modo), no puede dejarse a su propia suerte. Necesita trabajo. Necesita gente. Necesita espacios públicos. Necesita debate, conversación y comunicación. De lo contrario, permanece como una idea sin forma. El trabajo se está haciendo (aunque con fines muy diferentes). La gente siempre está ahí. Los espacios públicos, por otro lado, están desapareciendo: siendo cerrados, disecados y digitalizados. Todavía veo el potencial de la cinefilia en línea. Pero su profecía utópica ya no me atrae. La disponibilidad, la accesibilidad y la conectividad no son fines en sí mismos. A menudo, su promesa parece una glorificada quimera.

En cuanto al «discurso», se está volviendo cada vez más inescrutable para mí. No es que no entienda las palabras. Es que me cuesta conectarlas entre sí y con la realidad social en la que vivo. No hay escasez de ideas estimulantes. Pero no puedo agarrarme a ellas. Lo que veo son un sinfín de gustos y disgustos (de «me gusta» y «no me gusta») divergentes, canalizados en un paisaje mediático fragmentado que hace que sea cada vez más difícil encontrar un terreno común (que sin duda todavía existe). Teorías a medio cocinar, protestas acosadas de esencialismo dogmático, declaraciones santurronas de presunta importancia, celebraciones superficiales de la multiplicidad cinematográfica, todo ello basado en supuestos discutibles sobre el arte y la vida que se consideran evidentes, compartidos e irrefutables. No sé qué hacer con todo esto. Además, la cultura cinematográfica, aunque ciertamente experimenta cambios sísmicos en su configuración canónica, parece todavía obsesionada con nombres, jerarquías, listas, distinciones de calidad, sellos de aprobación explícitos o implícitos y otros conceptos divisorios que siempre terminan siendo los árbitros fundamentales de la atención. No importa dónde estés, se trata sobre todo de gusto, y me temo que esto es así por diseño, no por error.

Pero, aunque todo esto habla de mi propia alienación, no lo veo como un problema a resolver. Más bien, pone ciertas cosas en evidencia. Todavía amo el cine. Seguirá siendo parte de mi vida personal y profesional. Pero mi perspectiva está cambiando. Se necesitan nuevos modos de compromiso. Ojalá pudiéramos pensar más en el cine en términos de sus contextos, las realidades concretas con las que se compromete, realidades que rara vez son verdaderamente «globales», a menudo ni siquiera «locales». Después de todo, el cine no es un objeto, es un medio. Trata de relaciones, ideas y efectos. Puede crear vínculos y romper fronteras, pero también puede separar, aislar. Para comprenderla, para entender cómo funciona y lo que puede hacer, hay que apartarse del cine y mirar a su alrededor, contemplar el entorno, calibrar las condiciones y posibilidades, desarrollar nuevas formas de pensar, hablar e interactuar. Si queremos que el cine prospere, tendremos que tallar nuestros propios encuadres.

Ewerton Belico, director (Outer Edge) y programdor (forumdoc.bh)

1. An unusual summer (Kamal Ajafari)

2. Meggie’s farm ( James Benning)

3. Siberia ( Abel Ferrara)

4. Eyimofe / This is my desire (Ari and Chuko Esiri)

5. Yvy Pyte – Coração da terra [Guaiviry] , Genito Gomes

Primera película

Los conductos (Camilo Restrepo)

Película de mi país

O que há em ti / Brazil is the thee Haiti is there (Carlos Adriano)

Ramiro Sonzini, crítico (La Vida Útil), Argentina

Algunas de estas películas vistas en el contexto de la cuarentena me permitieron redescubrir la importancia del paisaje dentro en una película, cómo el lugar donde transcurre una historia es decisivo para sus cualidades dramáticas.

Por otro lado, la gratitud hacia el cine que me produce descubrir, aún en una obra tan canónica como la de Renoir, una obra maestra desconocida es algo que me acompaña desde los primeros meses del año… ¡larga vida a Renoir! 

Cinco películas del año:

First Cow (Kelly Reichardt)

Undine (Christian Petzold)

Richard Jewell (Clint Eastwood)

Red Post on Escher Street (Sion Sono)

Isabella (Matias Piñeiro)

Pelicula argentina
Historia de lo oculto (Cristian Ponce)

Opera prima 
Homenaje a la obra de Philip H. Goose (Pablo Martín Weber)

Película que me acompañó todo el año: 
Chotard et Cie (Jean Renoir)

Dario Becker, programador (Filmfest Hamburg), Alemania

2020

UNCUT GEMS

THIS IS NOT A BURIAL, IT’S A RESURRECTION

GUNDA

FIRST COW

EYIMOFE

Película alemana

UNDINE

Película de la pandemia

CLÉO DE 5 À 7

Bruno Oseguera Pizaña, programador (FICIC, Hecho Realidad), México.

Never Rarely Sometimes Always (Eliza Hittman) / First Cow (Kelly Reichardt)

Days (Tsai Ming-Liang) / Ammonite (Francis Lee)

Her Socialist Smile (John Gianvito) / My Dear Spies (Vladimir Léon)

Las mil y una (Clarisa Navas) / Los fuertes (Omar Zúñiga) 

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco) / Anunciaron tormenta (Javier Fernández Vázquez)

Película mexicana estrenada en 2020: 

Ya no estoy aquí (Fernando Frías de la Parra)

Votación excepcional: 

The Dead (John Huston)

Victor Guimarães, crítico (Cinética/Con los ojos abiertos) y programador (FENDA), Brasil  

Por circunstancias diversas –razones profesionales, imposibilidad física de viajar, incapacidad mental de acompañar a mayoría de los festivales online –, tuve un año cinéfilo mayormente centrado en el cine de Latinoamérica. La lista refleja esta decisión. 

Cinco películas: 

Luz nos Trópicos /Light in the Tropics (Paula Gaitán) 

La refundación de esta tierra. 

Sertânia (Geraldo Sarno) 

La necesidad imperativa del sueño. 

Adios a la Memoria /A Farewell to Memory (Nicolás Prividera) 

La imposibilidad de olvidar. 

Isabella (Matías Piñeiro) 

La intransigencia de la ligereza.  

Fauna (Nicolás Pereda) 

La virtud de la modestia. 

Una ópera prima: 

Los Conductos (Camilo Restrepo) 

La noción de ópera prima tal como suele ser utilizada en el cine me parece bastante extraña y el caso de Camilo Restrepo es suficiente para demostrar su inadecuación. Los Conductos no es bajo ningún aspecto una primera obra, sino apenas la primera vez que el realizador de películas decisivas para el cine contemporáneo, como La impresión de una guerra (2015)y Cilaos (2016), ha decidido trabajar con una duración superior a 60 minutos. 

Film brasileño: 

República (Grace Passô) / O que Há em Ti (Carlos Adriano) / A Morte Branca do Feiticeiro Negro (Rodrigo Ribeiro)

Imposible decidir entre estos tres cortometrajes que han definido lo que ha sido el año cinematográfico en Brasil. La película de Rodrigo Ribeiro parte de un archivo del siglo XIX para forjar una arqueología de las fuerzas del pasado que permanecen en el presente. La de Carlos Adriano toma un archivo del 2020 para componer un itinerario de ecos que nos hace ver de nuevo el pasado que nos constituye. La de Grace Passô es la más precisa traducción formal de un país escindido entre un presente inhabitable y un pasado que insiste en regresar. 

Un film que ha estado presente durante la pandemia:  

No hay universal en la pandemia. Como la estoy pasando entera en Brasil, con todo lo que esto puede significar, creo que ninguna experiencia me ha tocado más este año que la descubierta casual en YouTube de un corto de la gran Ana Carolina sobre el cual nunca había leído una línea siquiera. Anatomia do Espectador (1980). En la película, la protagonista se burla de un teórico francés, discute las posibilidades económicas, políticas y estéticas del cine brasileño, va al cine y empieza a tener una serie de delirios oníricos con películas brasileñas. Eso es básicamente lo que yo hice todo el año (con la excepción obvia de ir al cine). 

Farid Rodriguez Rivero, cineasta («Expectante»), y  programador (Lima Alterna Festival Internacional de Cine)

1. «The Plastic House», de Allison Chhorn (Australia) 

2. «The Woman Who Ran», de Hong Sang-soo (Corea del Sur)

3. «Luz nos Trópicos», de Paula Gaitán (Brasil)

4. «Last Evolution Kizuna», de Tomohisa Taguchi (Japón)

5. «Lúa vermella», de Lois Patiño (España)

Ópera prima

«Historia de lo oculto», de Cristian Ponce (Argentina)

Película peruana

«Persona perpetua», de Javier Bellido

Voto excepcional:

«Ninja Scroll», de Yoshiaki Kawajiri (Japón, 1993)

«Kiki’s Delivery Service» de Hayao Miyazaki (Japón, 1989)

Homer Etminani, cineasta (Victoria) Irán-España-Colombia.

Como siempre, me hubiera gustado ver más películas, especialmente por la virtualidad. Pero había muchas restricciones en los festivales… Lo cual impidió que pudiera conocer alguna ópera prima. Y como suele suceder, algunas películas caen en las manos de uno con un año o más de retraso. En cualquier caso, aquí va mi lista:

1. Unusual summer, Kamal Aljafari. 

Por la apuesta formal, por la mirada cinematográfica, por abrirnos un universo a partir de un pequeño hueco, por la transparencia y por la lealtad.

2. Days, Tsai Ming-Liang

Por la puesta en escena, por el manejo del tiempo y por permitirnos disfrutar del silencio (a pesar de todos los sonidos presentes en el film).

3. O que arde, Oliver Laxe

Por la veracidad, por la contundencia y por ponernos un espejo de la condición humana.

4. It must be heaven, Elia Suleiman

Por la sobriedad, por la elegancia y por la maestría cinematográfica.

5. Ya no estoy aquí, Fernando Frías

Por la vitalidad, por el trabajo con los actores y por la América Latina.

6. First Cow, Kelly Reichardt

Por la delicadeza, por la exquisitez narrativa y por mantener vivo el western. 

Película colombiana:

Pirotecnia, Federico Atehortúa

Por el trabajo en el guión, por el montaje y por la necesidad histórica.

Película del confinamiento.

Lo mejor de la pandemia ha sido el poder ver mucho cine.

Una gozada volver a ver algunas películas queridas (por ejemplo, Le Trou, de Jacques Becker) y también descubrir películas clásicas que tenía pendientes por ver (por ejemplo, Silver Lode, de Allan Dwan).

Pero si tuviera que decir una sola sería Amarcord, de Federico Fellini.

Una obra maestra absoluta, una película que no se agota nunca; una película que lo tiene todo y del que he vuelto a disfrutar como si fuera la primera vez.

Víctor Moreno, cineasta (La ciudad oculta, Edificio España, La piedra), España

5 películas del año (por orden alfabético)

Este año no he ido al cine aunque esto no me haya impedido ver muchas películas. He sido jurado en varios festivales y he tratado de seguir la programación online de otros. Desde mi época de estudiante, creo que no había visto tantas películas. Estas cinco que elijo en orden alfabético me han acercado magistralmente a las consecuencias de la reconversión industrial en mi país (Derivas y El año del descubrimiento), a dos episodios sangrientos y poco conocidos vividos en el cono sur americano (1982 y Blanco en Blanco) y a una profunda reflexión sobre nuestra relación con los animales que comemos (We will eat it, it´s least things). Cinco películas imprescindibles que espero no se pierdan en la avalancha digital que vivimos. 

– 1982 de Lucas Gallo

– Blanco de Blanco de Theo Court

– Derivas de Nayra Sanz Fuentes

– El año del descubrimiento de Luis López Carrasco

– We Will Eat It, It´s Least Things de Elsa Maury.

Primera película

– Los continentes de Pedro Kanblue

Una película del tiempo que nos ha tocado vivir, hecha íntegramente desde la pantalla de un ordenador, convirtiéndola en una estructura de pensamiento. Una bella y sencilla ópera prima que esconde una reflexión sobre la fugacidad de los momentos vividos y las imágenes que registramos.

Película española

– Lua Vermella de Lois Patiño

A pesar de verla en mi ordenador, he asistido con placer a las hermosas imágenes de esta película que parece soñada.

Películas que me han acompañado este año

Cada cierto tiempo me sumerjo en la filmografía completa de un autor. Considero que entregando mis días a las películas y los libros de un cineasta alcanzo la plenitud como espectador. Es algo que también suelo hacer con la literatura y la filosofía. Este año he visto la filmografía completa de Ingmar Bergman y llevo más de la mitad de la obra de Akira Kurosawa. Dos grandes autores de los que apenas había visto un par de películas. De Bergman destaco El silencio, con el retrato de un confinamiento en el que nos podemos identificar tras lo vivido este año. Mientras que de Kurosawa no dejo de pensar en Vivir, probablemente la película que más me ha impresionado este año. Una película imprescindible que potencia el principio de esperanza del que habló sabiamente Ernst Bloch. Hoy más que nunca, nos hace falta tenerlo muy presente. 

Pablo Weber, cineasta (Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse) y crítica (La Vida Útil), Argentina.

En este 2020 me he dedicado más que nada a revisitar películas de años anteriores y a ver cosas que me debía desde hace tiempo. Por ende, mi visionado de películas estrenadas en 2020 está muy limitado a la programación del último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Quisiera hacer una aclaración: Hyperstition de Roth y Avenessian fue estrenada en 2015 en realidad, pero se vió bastante poco y resurgió durante la cuarentena por un Vimeo pirata que andaba circulando por Twitter. Este es el link: https://vimeo.com/181860537

El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)

Río Turbio (Tatiana Mazú González)

Hyperstition (Christopher Roth y Armen Avanessian)

Printtemps (Jacques Perconte, Nicole Brenez)

Los Conductos (Camilo Restrepo)

Ópera prima:

Esquirlas

Film argentino:

Las mil y una

Film de cualquier época:

Welt am Draht (Fassbinder) / Francesco, giullare di dio (Rossellini)

Eva Cáceres, programadora (Cineclub La Quimera), Argentina

1 – First cow (Kelly Reichardt)

2 – Fourteen (Dan Sallit)

3-  Richard Jewell (Clint Eastwood)

4 – El año del descubrimiento / The year of the discovery (Luis López Carrasco  

5 – Los conductos  (Camilo Restrepo)  

Primera película: 

Un cuerpo estalló en mil pedazos / A body exploded into thousand pieces (Martín Sappia)

Película argentina

Río Turbio /  Shady river (Tatiana Mazú) / Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse / Homage to the Work of Philip Henry Gosse (Pablo Weber)

Película que me acompañó en la cuarentena:

Local Hero (Bill Forsyth)

La Internacional Cinéfila 2020

Jesús Rubio, crítico de cine (La Voz del Interior) y programador (Cineclub Municipal), Argentina.

 VOTACIÓN GENERAL

1- Druk / Another Round (Thomas Vinterberg)

Los que padecen de disfunción crítica escribirán idioteces en contra, epigramas desacertados para la tribuna de Twitter. Lo cierto es que, en el año de la pandemia, Thomas Vinterberg estrena una película feliz, que celebra la amistad masculina y la vida. El baile final de Mads Mikkelsen quedará en la memoria de los que aman de verdad.

2- Freaky (Christopher Landon)

Toda película con Vince Vaughn es la película del año. Y encima acá hace un papel hilarante, que descostilla de la risa hasta al más agrio de los ortivas del ciberespacio. Ojalá se estrene en salas. 

3- Arkansas (Clark Duke)

Sí, Vince Vaughn de nuevo. Brillante la ópera prima de Clark Duke. El cine norteamericano es Arkansas, le pese a quien le pese.

4- Vivarium (Lorcan Finnegan)

La de Lorcan Finnegan es la gran película sobre el capitalismo tardío que dio este año. Seguimos en ese laberinto pesadillesco. El virus no lo matará. Nos vamos a morir sin poder hacer nada, por más inmovilizadora y conservadora que suene esta última frase. 

5- The Rental (Dave Franco)

Sorprendente lo de Dave Franco, otro director que tiene la ventaja de pertenecer a una tradición de cine a la que no se le puede objetar absolutamente nada.

Ópera Prima

The Rental (Dave Franco)

Película de mi país

El robo del siglo (Ariel Winograd)

Película de la pandemia

The Lovers on the Bridge / Les amants du Pont-Neuf (Leos Carax)

Diego Menegazzi, crítico y programador (Teatro Estudio), Argentina

Las películas del año:

ETER (Krzysztof Zanussi)

I’M THINKING OF ENDING THINGS (Charlie Kaufman)

MR. JONES (Agnieszka Holland)

BEANPOLE (Kantemir Balagov)

ATARRABI & MIKELATS (Eugene Green)

Primera película:

THE VAST OF NIGHT (Andrew Patterson)

Película argentina:

EL CAZADOR (Marco Berger)

Película de la pandemia:

ONIRICA (Lech Majewski) / THE THING (John Carpenter)

Koger Roza, crítico, (Con los Abrojos al Viento), Argentina

Martin Eden (Pietro Marcello) 

First Cow (Kelly Reichardt)

Ghost Town Anthology (Denis Coté)

The Young Observant / L’Apprendistato (Davide Maldi)

A Russian Youth (Alexandr Zolothukin)

Primera película

My Mexican Bretzel (Nuria Giménez)

Película de mi país 

Lejano Interior (Mariano Llinás) y Homenaje a la obra de P.H. Gosse (Pablo Weber)

Un film cercano durante la pandemia:

Undine (Christian Petzold

Roger Koza, crítico de cine (Revista Ñ) y programador (Viennale-Filmfest Hamburg-FICIC-Doc Buenos Aires), Argentina

Nada hubiera sido lo mismo si hubiera podido viajar a Francia a ver el primer largometraje en toda la carrera del más grande de todos: Artavazd Pelechian.

Por orden de prioridad

Rizi (Tsai Ming-liang)

First Cow (Reichardt)

Her Socialist Smile (John Gianvito) / The Works and Days  of Tayoko Shiojiri in the Shiotani Basin (C.W. Winter y Anders Edström)

An Unusual Summer (Kamal Aljafari)

 Mes Chers Espions (Vladimir Léon) / The Exit of the Trains (Radu Jude-Adrian Cioflâncă)

Primera película

Sun Dog (Dorian Jespers)

Película de mi país:

Jardín de piedra (Gustavo Fontán) y Homenaje a la obra de Phillipe Goose (Pablo Martín Weber)

Podría haber elegido las últimas películas de Prividera, Mazú, Perrone, Castro y Cozarinsky, a mi juicio cinco notables títulos, pero he escogido dos cortometrajes: el primero le pertenece a un maestro y constituye una singularidad radical que no le dispensa pleitesía a ningún régimen actual estético; el otro film es de una promesa juvenil, acaso la más radical que jamás se haya visto en mi país, y como tal traspasa toda la gramática del cine contemporáneo. 

Votación excepcional: 

Pão e Gente (Renan Rovida) y Our Daily Bread (King Vidor). El film brasileño, una pequeña maravilla, ignorado olímpicamente por casi todos los festivales, y la obra maestra de Vidor fueron los planos vitales que me protegieron de la hostilidad circundante e inspiraron a hacerle frente creyendo en la vida comunitaria.