AY, SÍ SÍ SÍ (11): PRESENCIAS INTERMITENTES. ENTREVISTA CON DANIELA SEGGIARO

AY, SÍ SÍ SÍ (11): PRESENCIAS INTERMITENTES. ENTREVISTA CON DANIELA SEGGIARO

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12 Ago, 2025 02:54 | Sin comentarios
A partir de la próxima semana, el Doc Buenos Aires pondrá el foco en la obra de Daniela Seggiaro con una retrospectiva completa. La cineasta, cuyo trabajo se despliega en diálogo constante con el universo wichí, presentará sus tres largometrajes. Será la ocasión para revisitar dos títulos ya conocidos y descubrir Senda India, que, luego de su paso por la Muestra de Cine, llegará a algunas salas del país.

La belleza del Chaco salteño. Los habitantes del monte. Las películas de Daniela Seggiaro −Nosilatiaj, la belleza (2012), Husek (2021), Exocolombinas I (dirigida junto con Julián D’Angiolillo, 2021) y Senda india (2023)− son puentes entre culturas y territorios. “El Puente −escribió Roland Barthes− es el símbolo mismo del vínculo, es decir, de lo humano en cuanto es plural”. A contramano de la idea unidireccional del progreso que arrasa con todo y con todos, el cine de Seggiaro tiende puentes que no sólo desnaturalizan las fronteras geopolíticas y los límites entre pueblos, sociedades y comunidades. Su poética también pone en crisis las divisiones entre ficción, documental, ensayo, experimentación. Se trata de un cine que enfoca el despojo y las injusticias con una creatividad transformadora.

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Julia Kratje: Los planos visuales revelan dos modos de ver: Nosilatiaj y Husek –las películas ficcionales− tienen muchos planos fijos que encuadran el paisaje del que emergen o en el que se meten los personajes: vienen y se van entremedio de la naturaleza. Si bien en Senda india la mirada documental contrasta con el tratamiento de los films anteriores, comunidades y territorios también están mancomunados. En ambos casos podríamos hablar de miradas “montadas”, en oposición al desmonte y a la idea del “desierto verde” que margina o elimina a los pueblos indígenas del imaginario visual.

Daniela Seggiario en Festival des 3 Continents (2024)

JK: En cuanto a las sonoridades de las lenguas, los saberes, las experiencias, las historias y los relatos orales en wichí, ¿por qué optaste, en Nosilatiaj, por colocar varios planos con la traducción al castellano en subtítulos de modo centrado, en letras blancas, sobre un fondo borroso en el que se puede divisar el reflejo del río en movimiento? En las otras películas, el subtitulado se ubica en la parte inferior más tradicional.

JK: En el caso de Husek el título no se traduce, como sí sucede en Nosilatiaj, la belleza.

Husak

JK: La escucha es definitivamente eso: algo que no se puede compartiment(aliz)ar. 

JK: En Husek hay unas intermitencias fantásticas que aparecen como si fueran espectros que salen de la naturaleza, como un ambiente que (se) expresa: por un lado, a través de movimientos sísmicos e inundaciones a causa del desmonte, la deforestación, la erradicación de los bosques nativos a manos de empresas y gobiernos de turno que hacen agronegocios saqueadores. Pero, por otra parte, esos misterios o “presencias” son habitantes del monte que pertenecen a las comunidades indígenas que pueblan la región desde hace más de trescientos años, dedicados a la agricultura familiar, la pesca, la caza, la recolección de miel. En efecto, ese ambiente es muy poderoso, como el golpe de calor que sufre Ana: es literal. El clima físico y afectivo se encarna en presencias invisibles y a la vez materiales.

Senda india

JK: Ana no es una suerte de heroína que atraviesa una toma de conciencia a lo largo de la película, sino que se atreve a dudar casi sin proponérselo.

JK: Me parece genial que ese proceso se narre a partir de detalles (la chalina que se vuela, el silencio que puede significar un asombro) y no mediante la explicitud de un diálogo o una proclama. 

JK: En la “Encuesta de cine argentino” organizada por las revistas de crítica TaipeiLa vida útil y La tierra quema, mencionás entre tus películas predilectas: Crónica de un niño solo (Leonardo Favio, 1965), Tire dié(Fernando Birri, 1960), Hermógenes Cayo (Imaginero) (Jorge Prelorán, 1969), La sentencia (Hugo del Carril, 1964) y, entre otras, La ciénaga (Lucrecia Martel, 2001), que fue la más votada por todos los encuestados.[1]Con relación a esta selección, podemos percibir aires de familia entre Nosilatiaj y La ciénaga (las escenas de camas, sin duda; el racismo, el machismo, el clasismo de la sociedad salteña, por supuesto que también), pero una gran diferencia: Nosilatiaj muestra la vida cotidiana, con una cierta lupa etnográfica, no sólo de la clase dominante. Aparecen conflictos (sobre todo en el interior de los “blancos” católicos y entre ellos y los grupos desposeídos; no tanto en las comunidades indígenas) pero también cercanías entre capas sociales muy distintas.

Nosilatiaj, la belleza 

JK: En Nosilatiaj trabajaste con Ana Poliak en el montaje y con María Alché en la dirección de actores y el casting.

JK: ¿Todas las escenas habladas en wichí fueron guionadas, escritas en wichí? 

JK: El que quiere transar con el gobierno.

JK: En una entrevista con la revista Caligari, mencionabas “la paciencia −que no es quietud− como una forma de resistencia a la ansiedad y al hacer alocado”.[2] Es muy interesante cómo en Husek se narra ese tiempo y ese espacio que resulta del choque cultural y el imperialismo: “Ahora no hay nada más que restos”, “mataron lo que había, ya no quedan árboles, ya no hay sombra”, “no nos van a sacar si estamos unidos”, “nunca nos hemos visto dentro de la Constitución Nacional”.

Senda india

JK: ¿Cómo ha sido para vos encontrar los materiales de archivo que componen Senda india y volverlos parte de un film? 

JK: Muchas de esas imágenes son alegres, tienen sentido del humor, también son didácticas (en un buen sentido) y expresan un registro cotidiano de lucha. 

JK: Para ir terminando, quisiera que nos cuentes sobre la realización de Exocolombinas I, el corto en el que unas vasijas de barro y otras piezas arqueológicas enfocadas en primerísimos planos parecieran moverse al ritmo de una coreografía animada por una caja de música. En una de las placas del film, leemos: “El camino de muchas piezas arqueológicas latinoamericanas estuvo marcado por huaqueros, saqueadores, contrabandistas y también por el olvido. Investigadores y pensadores locales impulsaron políticas de protección y restitución. El Museo Nacional de Bellas Artes atesora una importante colección que exhibe hoy en su nueva sala de Arte Prehispánico”.


[1] Ver: https://encuestadecineargentino.com/votantes/daniela-seggiaro/

[2] https://caligari.com.ar/entrevista-a-daniela-seggiaro-directora-de-husek/

Julia Kratje / Copyleft 2025