LA SIESTA DEL TIGRE

LA SIESTA DEL TIGRE

por - Críticas
07 Oct, 2017 11:22 | comentarios
La tercera película de Maximiliano Schonfeld es una aventura cómica en búsqueda de una criatura prehistórica en la que resplandece el placer de la amistad y el ocio.

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

LOS CUATRO FANTÁSTICOS

La siesta del tigre, Argentina, 2016

Dirigida por Maximiliano Schonfeld. Escrita por M. Schonfeld y Anita Remon.

*** Hay ver verla

El film más libre del director de Germania y también el primero en el que se libera de una cierta solemnidad que detenía su talento 

El ocio es acaso una transgresión inaceptable de las formas de corrección moral que ordenan la experiencia. Se habla de tiempo libre y también de su gestión; el tiempo libre no es coextensivo a la libertad de quien goza de su tiempo. La productividad es un paradigma abarcador, fuerza simbólica que alcanza al cine, pero no siempre.

La siesta del tigre es una película sobre el estar y el compartir. Cuatro amigos, hombres comunes que viven en una zona rural de Entre Ríos, algunos de ellos descendientes de los inmigrantes llegados del Volga un siglo atrás o más, pasan unos días en un río perdido en medio de la nada. No están haciendo nada, pues quieren encontrar los fósiles de un tigre que habitó en esos parajes en el Pleistoceno. Al inicio, una muy sugerente placa sitúa la empresa en un contexto amablemente sombrío. La bonanza económica es desconocida por los cuatro exploradores.

Ese motivo paleontológico pone en movimiento el relato. Que den o no con esos vestigios de la vida animal que datan de millones de años atrás es una circunstancia importante, pero no determinante. A Maximiliano Schonfeld le interesa otra cosa: la interacción de los cuatro buscadores, la propia singularidad de cada uno, el placer de compartir un tiempo juntos, el goce vital de estar en un ecosistema que los absorbe sin esfuerzo. Los discretos pero hermosos planos generales refuerzan esa experiencia de acogimiento, que alcanza su mayor eficacia semántica en el enigmático plano general de cierre. Es ahí cuando el título del filme se revela en todo su esplendor.

El tiempo del filme está desplazado hacia una forma de estar. El tiempo se siente en el espacio y en cómo los amigos se entregan a él. Los cuerpos desparramados en los gomones y llevados por la corriente transmiten la placidez del momento; lo mismo pasa cuando uno de los hombres se toma una ducha torrencial en una cascada. La máxima esotérica que insiste en “vivir el momento” tiene aquí un sentido concreto, aunque su representación esté desprovista de la habitual solemnidad de esa indirecta orden de atender a la intensidad del presente. Hay siempre una latente comicidad en La siesta del tigre, que es muy evidente cuando Santa Claus se suma al relato.

Hermosa película sobre el ocio y la amistad. Cochi, Nino, Lalo y Caco son los cuatro fantásticos de este filme que nada tiene que ver con los de superhéroes, pero que está atravesado por una fuerza que cada tanto el cine y la literatura intentan abarcar: la incondicionalidad afectiva entre los amigos, esa forma de lealtad que los mosqueteros de Dumas y los héroes de las tiras cómicas buscan vindicar, encuentra aquí otro modo de representación. El espíritu es el mismo: todos para uno y uno para todos.

Esta crítica fue publicada por el diario La voz del interior en el mes de octubre de 2017

Roger Koza / Copyleft 2017