UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN

UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN

por - Ensayos
14 Oct, 2013 11:18 | comentarios
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JLG

Por Roger Koza

El concepto biológico de extinción puede aplicarse también al orden simbólico, al universo de las prácticas humanas y sus invenciones. Extinción, desaparición, inexistencia, modalidades de no estar en el mundo que implican haber estado en el mundo. En el cine, para hablar de lo que no está decimos “fuera de campo”: algo que no está en el campo de visión pero que, por su ausencia, define lo que vemos. El cine analógico es el fuera de campo del cine digital.

Hay especies inmateriales como la música y la poesía que podrían dejar de existir, hay prácticas sociales que pueden desaparecer para siempre, las virtudes colectivas pueden extinguirse.

La imagen cinematográfica, aparentemente, ha entrado en su fase crepuscular. La huella en una película fílmica del haz de luz sobre algunos objetos y sujetos dejará de existir. Un nuevo lenguaje de ceros y unos reemplaza la tenue relación que existía entre el referente y lo representado. Lo digital viene a sustituir a la película, y la imagen en sí cambia de naturaleza. El referente fantasmal desaparece y deviene en una recomposición que luce igual pero que ya no tiene contacto con aquello que estaba frente a la cámara.

Las razones aludidas son económicas. Lo digital, se nos dice, es más barato, no ocupa lugar y democratiza todos los órdenes de intercambio de imágenes. Ahí está Internet para verificarlo. Millones y millones de imágenes están disponibles. Todas las películas del mundo están en el mundo.

Ver hoy un filme en 35mm se ha convertido en algo parecido al avistaje de ballenas blancas. Ni siquiera en los grandes festivales de cine se proyecta en 35mm. ¿Qué hemos perdido? ¿Qué es lo que muere? El cine ya no es ni filme ni película, pues su materialidad es otra. ¿Le importa a alguien? Más de la mitad de la audiencia de cualquier cine ya no reconoce si lo que ve está en 35mm o si la imagen reproducida es enteramente digital. El cine en 35mm (o en 16mm, 8mm o 70mm) tiene una textura visual y una resonancia sonora de otra naturaleza. ¿Quién puede percibirlo todavía? El carácter analógico de un fotograma implica un tipo de brillo, una sensación de espacio (la profundidad de campo es todavía una zona de exploración problemática para los directores que empiezan a filmar en digital), incluso la figura humana tiene una materialidad diferente. En este sentido, no es algo muy distinto a la relación entre el libro y el ebook: la materialidad del papel no es ni mejor ni peor, pero implica una diferencia de naturaleza y de experiencia. Cognitivamente parece ser lo mismo, pero no en términos sensitivos.

Por ahora, muchos directores siguen filmando en 35mm, aunque sus películas se proyecten en digital. Pero no falta mucho para que todos tengan que filmar directamente en digital. Grandes directores como Jia Zhang-ke y Pedro Costa han demostrado que es posible trabajar en este formato sin traicionar la tradición que empezó con Lumière, Griffith, Chaplin y Ford. El gran Jean-Luc Godard está terminando su última película, en digital y en 3D: Adiós al lenguaje. ¿Una ironía? ¿De qué lenguaje se despide? En Tres desastres, su corto en 3D exhibido en Cannes 2013, advertía: “El digital se convertirá en una dictadura”. Tal vez por eso Béla Tarr haya dejado de filmar y Tsai Ming-liang, que ha hecho su primera y magnífica película en digital (Stray Dogs), haya anunciado su prematuro retiro.

Este artículo fue publicado por La voz del interior durante el mes de octubre 2013

Roger Koza / Copyleft 2013