SEMANA EN LOS CINECLUBES DEL 13 AL 19/07

SEMANA EN LOS CINECLUBES DEL 13 AL 19/07

por - Cineclubes
13 Jul, 2009 04:11 | comentarios

LA CUMBRE: SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470

15 de julio, a las 20.30hs: Dreyer en foco

Día de ira, de Carl Dreyer, Dinamarca, 1943

113’ / +13

Mediometraje, a las 18.50 hs: Otar Iosseliani: El mirlo silbador, de Julie Bertuccelli, Francia, 2006

Carl Dreyer realizó este extraordinario drama, acerca de la persecución de mujeres acusadas de brujería por parte de la Iglesia, durante la ocupación alemana de Dinamarca. Más tarde declaró que no había intentado insinuar ningún paralelismo contemporáneo mientras adaptaba la pieza teatral Anne Petersdotter (que trata tanto sobre adulterio como sobre brujería), pero aceptar algo así parece deshonesto. Días de ira es una de las grandes películas jamás realizadas sobre lo que implica vivir bajo un régimen totalitario. Asombrosa por su recreación artística de un período específico y también hipnótica por su concepción de puesta en escena (con algunos excepcionales movimientos de cámara fantasmales), Días de ira desafía al espectador, en algunas ocasiones, sugiriendo que la brujería no es tanto una ilusión sino una actividad provocada por la intolerancia. Como en otras películas fundamentales de Dreyer, se trata de una película sensual hasta el límite de la carnalidad. Es difícil encontrar alguna otra película de la década del ’40 tan actual como Días de ira. (Jonathan Rosenbaum)

VILLA GIARDINO: SALA TEATRO ALEJANDRO GIARDINO

19 de julio, a las 20.00hs:

 

Vals para Bashir, de Ari Folman, Israel, 2008

84’ / +13

Cortometraje: Amor ciego, de Alexander Kluge, Alemania, 2002

Este soberbio y heterodoxo documental animado sobre la primera guerra del Líbano (1982) no solamente constituye un triunfo sobre el glamour militarista sino que además es un discreto y eficiente señalamiento crítico contra la política exterior (e interior) del Estado de Israel. Visceralmente antibélica y formalmente psicodélica, Vals para Bashir es un tratado pop sobre el funcionamiento de la memoria y la propensión a la represión de los recuerdos, es decir, un estudio acerca de los efectos traumáticos derivados de una situación y acción vergonzosa y dolorosa sobre el psiquismo personal y colectivo. Aquí, Ari Folman, director del film, que participó en su juventud en las masacres de Sabra y Shatila (después del asesinato del líder cristiano Bashir Gemayel, aliado de los israelíes), dibuja su doble animado. Folman no recuerda y, asistido por un psicoanalista amigo, emprende un periplo de reconstrucción del pasado visitando a viejos amigos y compañeros del ejército. Es que la memoria es colectiva, y la película se nutre de esos fragmentos que devuelven lo no simbolizable, aquello que se resiste a ser pensado. Lo reprimido siempre vuelve, aquí, principalmente, como sueños: unos perros corriendo por Tel Aviv, un hombrecito que flota sobre el cuerpo de una sirena, y una reiterada escena en la que unos hombres desnudos salen del mar. La animación aliviana la narración, pero Folman jamás protege al espectador, sin por ello agredirlo o hacerlo partícipe de una orgía castrense. Vals para Bashir es precisa: la neutralidad no existe en el campo de batalla; décadas atrás alguien “olvidó” a los judíos, décadas después alguien decidió “mirar” la masacre contra palestinos. (Roger Koza)